CATENA AUREA - SANTO TOMÁS DE AQUINO |
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38-39 - 40-41 - 42-44 | |
01-04 |
Mas Jesús, lleno del
Espíritu Santo, regresó del Jordán, y fue llevado por el Espíritu al
desierto. Y allí permaneció cuarenta días, y fue tentado por el
diablo. Y nada comió durante aquellos días, y concluidos, tuvo hambre.
Entonces el diablo le dijo: "Si eres Hijo de Dios di a esta piedra que
se haga pan". Y Jesús le respondió: "Está escrito: El hombre no vive
sólo de pan, sino de toda palabra de Dios". (vv. 1-4)
Teofilacto
Jesucristo es tentado después del bautismo
para insinuarnos que nos aguardan tentaciones después que seamos
bautizados, de donde se dice: "Mas Jesús, lleno del Espíritu Santo",
etc.
San Cirilo,
in Cat. graec. Patr
Había dicho Dios ( Gén
6,3): "Mi Espíritu no permanecerá en estos hombres, porque no son sino
carne"; mas al punto que fuimos enriquecidos con la regeneración por
el agua y el Espíritu, fuimos hechos participantes de la naturaleza
divina por comunicación del Espíritu Santo. El Primogénito entre
muchos hermanos recibió el Espíritu el primero, El, que es el dador
del Espíritu para que por El llegase también a nosotros la gracia del
Espíritu Santo.
Orígenes,
in Lucam hom. 29
Cuando leas que Jesús "estaba lleno del
Espíritu Santo", y veas escrito en los Hechos de los Apóstoles que los
apóstoles fueron llenos del Espíritu Santo, guárdate de pensar que los
apóstoles sean iguales al Salvador. Del mismo modo que diciendo: estos
vasos están llenos de vino o de aceite, no dices a continuación que
están llenos con igual medida; así Jesús y Pablo estaban llenos del
Espíritu Santo, pero el vaso de Pablo era mucho menor que el de Jesús,
y no obstante estaban ambos llenos según su medida. Recibido el
bautismo, el Salvador, lleno del Espíritu Santo -que había venido del
cielo sobre El en forma de paloma- fue conducido por el Espíritu;
porque todos los que son conducidos por el Espíritu, son hijos de Dios
( Rom 8,14.). Mas éste era propiamente Hijo
de Dios, de una manera superior a todos.
Beda
A fin de que nadie dudase por qué espíritu
quisieron decir los otros evangelistas que fue conducido (o empujado)
al desierto, dice oportunamente San Lucas: "Y fue llevado por el
Espíritu, durante cuarenta días, en el desierto", a fin de que no se
creyese que el espíritu inmundo había podido algo contra Aquel, que,
lleno del Espíritu Santo, obraba según su voluntad.
Griego,
in Cat., graec. Patr
Si nosotros disponemos nuestra vida según
nuestro arbitrio propio, ¿cómo hubiera podido El ser impelido contra
su voluntad? Luego lo que se dice: "Llevado por el Espíritu", tiene
esta significación: Pasó espontáneamente a una vía espiritual para dar
ocasión al tentador.
San Basilio
No provoca al enemigo con palabras, sino
que busca el desierto, y lo excita con sus obras; pues el diablo se
deleita en el desierto; no puede soportar las ciudades, y le
entristece la concordia de los ciudadanos.
San Ambrosio
Iba a propósito al desierto para provocar
al diablo; pues si aquél no hubiese combatido, éste no hubiese vencido
para mí, librando misteriosamente del destierro a aquel Adán que había
sido expulsado del paraíso al desierto, demostrándonos con el ejemplo,
que el diablo nos envidia cuando tendemos a lo mejor; y que entonces
debemos estar más en guardia, para que la enfermedad de nuestra alma
no pierda la gracia del misterio; de donde sigue: "Y era tentado por
el diablo".
San Cirilo,
in Cat. graec. Patr
He allí entre los combatientes Aquel que,
como Dios, decide en los combates. Está entre los que reciben coronas
Aquel que corona la frente de los santos.
San Gregorio,
Moral. 1, 3
Sin embargo, nuestro enemigo no puede
derribar con la tentación el alma del Mediador de Dios y de los
hombres. Se había dignado tomar exteriormente las tentaciones de tal
modo, que su alma permaneciese inquebrantablemente unida interiormente
a la Divinidad.
Orígenes,
in Lucam hom. 29
Jesús fue tentado por el diablo durante
cuarenta días en el desierto. No sabemos cuáles fueron estas
tentaciones; las que acaso fueron omitidas, porque eran más de las que
podían escribirse.
San Basilio
O el Señor no fue tentado durante los
cuarenta días. Conocía el diablo que ayunaba y no tenía hambre, y por
eso no se atrevía a acercarse; por lo que sigue: "Y nada comió en
aquellos días", etc. Ayunó para demostrarnos que el ayuno es necesario
al que se quiere preparar al combate de las tentaciones.
San Ambrosio,
in Lucam 1, 4 praefat
Tres cosas hay que aprovechan para la
salvación del hombre: el sacramento, el desierto y el ayuno. Ninguno
será coronado, si no pelea bien; y ninguno es admitido al combate de
la virtud, si antes no es consagrado con el don de la gracia
celestial, lavado de todas las manchas de sus delitos.
San Gregorio Nac., Orat. in sanct. lavacr.
Ayunó cuarenta días, no comiendo nada
(pues era Dios). Nosotros ayunamos proporcionalmente a nuestras
fuerzas, aunque el celo aconseja a algunos que pueden ir más allá.
San Basilio,
in Cat. graec. Patr
Sin embargo, no debe obrarse con el cuerpo
de modo que (por falta de alimento) pierda su vigor natural, o que el
espíritu se abata por el exceso de debilidad. Por eso el Señor hizo
esto sólo una vez, gobernando su cuerpo, durante el tiempo siguiente,
con el debido orden, y lo mismo hicieron Moisés y Elías.
Crisóstomo,
hom. 13, in Math
Obró prudentemente al no exceder, en el
ayuno, el número de días de aquéllos, a saber, para que no se creyese
que había venido aparentemente, o que no tenía verdadera carne, o que
la tenía superior a la naturaleza humana.
San Ambrosio
Reconoces el número místico de cuarenta
días. Recuerdas que las aguas del diluvio cayeron durante ese mismo
número de días, y que después de otros tantos días, santificados por
el ayuno, Dios hizo reaparecer la clemencia de un cielo más sereno.
Por otros tantos días de ayuno, Moisés mereció recibir la ley, y los
patriarcas en el desierto se alimentaron otros tantos años del pan de
los ángeles.
San Agustín,
de Cons. Evang., lib. 2, cap. 4
Este número es el símbolo de esta
laboriosa vida, durante la cual, conducidos por Cristo nuestro Rey,
luchamos contra el diablo. Este número significa la vida temporal. En
efecto, el tiempo de los años se divide en cuatro estaciones. Además,
cuarenta contiene cuatro veces diez, y estos diez consuman su número
multiplicándose desde el uno al cuatro, lo cual nos muestra que el
ayuno de cuarenta días (esto es, la humillación del alma) fue
consagrado en la Ley y los Profetas por Moisés y Elías, y en el
Evangelio por el ayuno del mismo Señor.
San Basilio
Mas como el no tener hambre es superior al
hombre, tomó el Señor la pasión del hambre, sabiendo que no es pecado,
y concedió, cuando quiso, a la naturaleza humana sentir y hacer lo que
es de su condición, de donde sigue: "Y transcurridos aquellos días,
tuvo hambre". No obligado por la necesidad que siente la naturaleza,
sino como provocando al diablo al duelo. Sabiendo el diablo que allí
donde hay hambre hay debilidad, se acerca para tentarlo, y como
imaginador e inventor de tentaciones, aconsejaba a Cristo paciente que
apagase el apetito con piedras, de donde sigue: "Díjole, pues, el
diablo: Si eres Hijo de Dios, di a esta piedra que se convierta en
pan", etc.
San Ambrosio
Sabemos que el diablo emplea tres armas
para herir el alma del hombre: la gula, la vanagloria y la ambición.
Empieza por aquella con que había ya vencido (esto es, a Adán).
Aprendamos, pues, a evitar la gula, a evitar la sensualidad, porque es
dardo del diablo. Pero ¿qué quiere decir con esta frase: "Si eres Hijo
de Dios", sino que sabía que el Hijo de Dios había de venir, mas no
pensaba que vendría con esta enfermedad natural? Explora y tienta.
Dice que le cree Dios, e intenta burlarse de un hombre.
Orígenes,
in Lucam hom. 29
El padre a quien su hijo pide pan, no le
da una piedra; mas éste (como adversario burlón y falaz) le daba por
pan una piedra.
San Basilio
Le aconsejaba que apagase el apetito con
piedras, esto es, quería apartar su deseo de los alimentos naturales y
dirigirle hacia aquellos que son contra la naturaleza (o fuera de la
naturaleza).
Orígenes,
ut sup
Me parece que aun hoy el diablo muestra
una piedra, y excita a decir: "Di que esta piedra se convierta en
pan". Si vieres a los herejes comer la mentira de sus dogmas en vez de
pan, ten entendido que sus predicaciones son la piedra que les muestra
el diablo.
San Basilio,
in Cat. graec. Patrum
Cristo, disipador de las tentaciones, no
libra a la naturaleza del hambre (como causa de males, siendo más bien
conservadora de nuestra vida), sino que conteniendo a la naturaleza
dentro de sus propios límites, demuestra cuál es su alimento, por lo
que sigue: "Y Jesús le respondió: Escrito está: No de sólo pan vive el
hombre", etc.
Teofilacto
Como si dijese: La naturaleza humana no se
sustenta sólo con pan, el Verbo de Dios basta para sustentar toda la
naturaleza humana. Así fue alimentado el pueblo israelita, recogiendo
maná cuarenta años ( Ex 15,15), y apresando
aves ( Núm 11,32). Por disposición de Dios
los cuervos procuraron alimento a Elías ( 1Re
17,6); Eliseo nutrió con hierbas silvestres a sus compañeros (
2Re 4,9).
San Cirilo
O de otro modo, nuestro cuerpo terrestre
se nutre con alimentos terrestres, mas el alma racional se vigoriza
con el Verbo divino para la buena acción del espíritu.
San Gregorio Nacianceno,
ubi sup. ex lambicis
Pues un cuerpo no alimenta a una
naturaleza incorpórea.
San Gregorio Niceno,
in Ecclesiastem, hom. 5
La virtud no se alimenta con pan, ni con
carnes lo pasa bien el alma y engorda. Con otros manjares se
desarrolla la vida sublime y crece. La nutrición del bueno es la
castidad; el pan, la sabiduría; la comida, la justicia; la bebida, la
firmeza; la delectación, la ciencia.
San Ambrosio
Ya ves de qué armas se sirve contra la
tentación de la gula, para defender al hombre de las insinuaciones del
espíritu maligno. No usa de su poder como Dios (¿de qué nos
aprovecharía?), sino que llama a sí, como hombre, el auxilio que nos
es común a todos; piensa en el alimento de las divinas enseñanzas,
para olvidar el hambre del cuerpo y obtener el alimento del Verbo;
pues el que sigue al Verbo, no puede desear el pan terreno, porque las
cosas divinas están muy por encima de las cosas humanas. Cuando dijo:
"El hombre no vive sólo de pan", demostró que su humanidad sola fue
tentada, esto es, lo que tomó de nosotros, no su divinidad.
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05-08 |
Y le llevó el diablo a un
monte elevado, y le mostró todos los reinos de la tierra en un momento
de tiempo, y le dijo: "Te daré toda esta potestad y la gloria de
ellos, porque a mí se me han dado y las doy a quien quiero. Si, pues,
postrado delante de mí, me adorares, tuyas serán todas esas cosas". Y,
respondiendo Jesús, le dijo: "Está escrito: Adorarás al Señor tu Dios,
y a El solo servirás". (vv. 5-8)
Teofilacto
El enemigo había tentado primeramente a
Jesús por la gula, como a Adán; después lo tentó por codicia, o por
avaricia, mostrándole todos los reinos del mundo, por lo que sigue:
"El diablo lo condujo", etc.
San Gregorio,
hom. 6, in Evang
¿Qué extraño es que le permitiese
conducirle a un monte, cuando sufrió que lo crucificasen los suyos?
Teofilacto
Mas ¿cómo le mostró todos los reinos de la
tierra? Algunos dicen que se los mostró en la mente; pero yo digo que
se los hizo aparecer de una manera sensible y fantástica.
Tito Bostrense,
in Cat. graec. Patr
O describió el orbe con palabras, y se lo
representó a su pensamiento como cierta casa, según le parecía.
San Ambrosio
Se muestran bien en un momento de tiempo
los reinos seculares y terrenos, porque así se expresa la fragilidad
pasajera del poder, más rápida que una mirada. Pues todas las cosas
pasan así en un momento, y con frecuencia la gloria del mundo
desaparece más pronto que viene.
Continúa: "Y le dice: Te daré toda esta
potestad".
Tito Bostrense,
ut sup
Mintió en ambas cosas: ni la tenía, ni
podía dar aquello de que carecía. De nadie tiene potestad, sólo es
adversario abandonado al combate.
San Ambrosio
Léese en otra parte: "Toda potestad viene
de Dios" ( Rom 13,1). Así la ordenación de
las potestades viene de Dios; la ambición de la potestad, del mal; y
no es que la potestad sea mala, sino que lo es el que usa mal de la
potestad. ¡Cómo! ¿Es bueno usar de la potestad y buscar la gloria? Sí,
cuando se recibe, no cuando se usurpa. Distingue, sin embargo, este
mismo bien: el uno es bueno en el mundo, el otro en el servicio de la
perfecta virtud. Bueno es buscar a Dios, bueno es no impedir con
ocupaciones el deseo de conocer la divinidad. Mas si aquel que busca a
Dios es tentado muchas veces por la fragilidad de la carne y la
ignorancia del espíritu, ¿cuánto más lo será el que busca el mundo y
se expone a la tentación? Aprendamos, pues, a despreciar la ambición,
que está sujeta al poder del diablo.
Tito Bostrense
Por otra parte, el favor público tiene en
sí mismo peligros. Sirve primero para dominar a los otros; se encorva
servilmente para recibir honor y cuando quiere ser más grande, se hace
más vil con fingida humildad, de donde añade: "Si me adorares", etc.
San Cirilo,
in Cat. graec
¿Cómo tú, cuya suerte es una llama
inextinguible, prometes al Señor de todas las cosas lo que es suyo?
¿Pensaste recibir culto (o adoración) del que todo lo hace temblar de
miedo?
Orígenes,
in Lucam hom. 30
O en otro sentido diferente. Son dos reyes
que quieren reinar a porfía: el diablo, rey del pecado, sobre los
pecadores; y Cristo, rey de la justicia, sobre los justos. El diablo,
sabiendo que Cristo ha venido para quitarle su reino, le muestra todos
los reinos del mundo. No el reino de los medos o el de los persas,
sino su reino. Y como él reina en el mundo -esto es, como los unos son
gobernados por la fornicación, los otros por la avaricia- le hace ver
en un momento, esto es, en la duración del tiempo presente, qué es lo
que obtiene, y lo pone en paralelo con la eternidad. No necesitaba el
Salvador que le mostrase por más tiempo el estado de este mundo, sino
que apenas levantó los ojos para contemplarlo, vio el reino del pecado
y los que eran gobernados por los vicios. Entonces el diablo le dijo:
¿Viniste a disputarme el imperio? Adórame y toma el reino que tengo.
Mas el Señor quiere reinar; pero con la justicia, sin pecado. Quiere
que las naciones le estén sometidas, para que sirvan a la verdad. No
quiere reinar sobre los otros, de modo que el diablo reine sobre El,
de donde se sigue: "Jesús le respondió: Está escrito: Adorarás al
Señor tu Dios", etc.
Beda
El diablo, diciendo al Salvador: "Si
postrándote me adoras", oye, por el contrario, que él mismo debe más
bien adorarle como su Señor y su Dios.
San Cirilo,
in Thesauro
¿Cómo puede ser adorado si, según los
herejes, es hijo de criatura? ¿Qué crimen se imputaría a aquellos que
sirvieran a la criatura y no al Creador, si adoramos al Hijo (simple
criatura según ellos), como a Dios?
Orígenes,
ut sup
O de otro modo, quiero (dice) que todos
estos me sean sometidos, para que adoren al Señor Dios, y sólo a El
sirvan. Tú quieres que dé el ejemplo del pecado, Yo, que he venido a
destruirlo.
San Cirilo,
in Cat. graec
Este mandato le tocó en lo más íntimo.
Antes de su venida, el demonio había sido adorado en todas partes, mas
la ley divina, arrojándolo del dominio usurpado, estableció la
adoración de sólo Aquel que es Dios por naturaleza.
Beda
Se preguntará cómo ese precepto (de servir
sólo a Dios) puede conciliarse con las palabras del Apóstol, que dice:
"Tened un culto de caridad los unos para los otros" (
Gál 5,13); pero en el griego dulía
douleia significa un culto común -esto es,
tributado ya a Dios, ya al hombre-; latría
latreia se llama el culto que es debido a la divinidad. Por lo
tanto, por la caridad somos exhortados a servirnos los unos a los
otros, lo que en griego se llama douleuein
y somos exhortados a servir sólo a Dios, lo que en griego se llama
latreuein: por lo que se dice: "Y a El
solo servirás", que se dice en griego latreueiV
.
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09-13 |
Y le llevó a Jerusalén y
le colocó sobre el pináculo del templo, y le dijo: "Si eres Hijo de
Dios, arrójate de aquí abajo; porque escrito está que mandó a sus
Angeles que cuiden de ti, y te guarden, y te sostengan con sus manos
para que la piedra no hiera tu pie". Y, respondiendo Jesús, le dijo:
"Se ha dicho: No tentarás al Señor tu Dios". Y acabada toda tentación,
el diablo se retiró de El hasta el tiempo. (vv. 9-13)
San Ambrosio
Sigue el dardo de la jactancia con el que
se precipita en la pendiente, porque cuando los hombres quieren
enorgullecerse con la gloria de su virtud, caen al punto del rango y
grado de sus méritos, por lo quese dice: "Y le llevó a Jerusalén",
etc.
Orígenes,
in Lucam hom. 31
Seguía tranquilo como un atleta, marchando
espontáneamente a la tentación, y diciendo de algún modo: "Condúceme a
donde quieras, y me hallarás más fuerte en todas partes".
San Ambrosio
Es propio de la jactancia que todo el que
quiera elevarse usurpando funciones más altas, caiga en la
degradación, de donde sigue: "Y le dijo: Si eres Hijo de Dios,
arrójate de aquí abajo", etc.
San Atanasio,
in Cat. graec. Patr
El diablo no entabló combate contra la
Divinidad (no se atrevía. Por eso le decía: Si eres Hijo de Dios),
pero lo entabló contra el hombre, a quien en otro tiempo había podido
seducir.
San Ambrosio
Verdaderamente que ésta es voz diabólica,
que así tiende a precipitar al hombre de la altura de sus méritos, al
mismo tiempo que nos revela su enfermedad y su malicia; porque a
ninguno puede dañar, si él no se precipita. Pues el que prefiere las
cosas de la tierra a las del cielo, cae en cierto precipicio
voluntario con peligro de la vida. Cuando el diablo, que había
sujetado a todos los hombres a su propia potestad, vio su arma roma,
empezó a juzgarle más que hombre. Se trasfigura a veces Satanás en
ángel de luz, y se sirve de las Sagradas Escrituras para preparar
emboscadas a los fieles, de donde sigue: "Está pues, escrito", etc.
Orígenes,
ut sup
¿Como sabes tú, diablo, que eso está
escrito? ¿Acaso leíste los profetas y los divinos oráculos? Sí que los
leíste, no para hacerte mejor con su lectura, sino para matar con la
simple letra a los que de la letra son amigos. Sabes que no podrías
engañar si hablaras de otro modo que esos libros sagrados.
San Ambrosio
Luego no te dejes sorprender de los
herejes, que pueden citar algunos testimonios de las Escrituras; pues
también el diablo se sirve de testimonios de las Escrituras, no para
enseñar, sino para engañar.
Orígenes,
ut sup
Observa que hasta en la cita de los
testimonios es tergiversador. Quiere disminuir la gloria del Salvador
como si necesitase el auxilio de los ángeles, lastimándose el pie, si
no lo levantasen con las manos. Este testimonio no se escribió de
Cristo, sino de los santos en general. Ni él necesita del auxilio de
los ángeles, porque es mayor que ellos. Aprenda más bien, diablo, que
los mismos ángeles se harían daño en el pie, si Dios no los ayudase, y
así es como tú mismo te hiciste daño, porque no quisiste creer en
Jesucristo, Hijo de Dios. ¿Por qué callas lo que sigue: "Y marcharás
sobre el áspid y el basilisco", sino porque tú eres el basilisco, tú
el dragón, tú el león"? ( Sal 90,13).
San Ambrosio
Mas el Señor, para demostrar que lo que
había predicho El no se cumplía por la voluntad del diablo, sino
guardado por autoridad de su propia divinidad, sale al encuentro de la
malicia del diablo, para vencerlo con testimonios de las Escrituras,
por lo mismo que le había citado uno de ellos, de donde sigue: "Y
respondiendo Jesús, le dijo: Dicho está: No tentarás al Señor", etc.
Crisóstomo,
in Cat. graec. Patr., ex hom. ad Hebr
Diabólico es arrojarse a los peligros y
tentar si libra Dios de ellos.
San Cirilo,
in Cat graec
Dios da su auxilio a los que creen en El,
no a los que lo tientan, por eso Jesucristo no mostraba milagros a los
que lo tentaban, sino que les decía ( Mt
12,39): "Esta mala raza pide un signo, y no se le dará".
Crisóstomo,
in Cat. graec. Patr. ex hom. in Math
Mira cómo el Señor no se turbó, sino que
disputa humildemente con el inicuo acerca de las Escrituras, para que
te conformes con Cristo en lo que puedas. Conoce el diablo las armas
con las que le venció Jesucristo; con la mansedumbre luchó, con la
humildad le venció. Tú también cuando vieres a un hombre, hecho un
diablo, venir contra ti, lo vencerás del mismo modo. Que tu alma
aprenda a conformar sus palabras con las de Jesucristo; porque del
mismo modo que el juez romano, sentado en su tribunal, no escucha la
respuesta del que no sabe hablar como él, tampoco Jesucristo te
escuchará ni asistirá si no hablas como El.
San Gregorio Niceno
El que pelea con valor, llega al término
de sus combates, o porque el adversario cede espontáneamente al
vencedor, o porque a la tercera derrota deponga las armas, según las
leyes de la guerra. Por lo que sigue: "Concluidas las tentaciones, se
retiró", etc.
San Ambrosio
No hubiese dicho la Sagrada Escritura:
"Concluida toda tentación", si en las tres precedentes no estuviese la
materia de todos los delitos, porque las causas de las tentaciones son
causas de los apetitos, a saber, el deleite de la carne, la esperanza
de la gloria, la codicia del poder.
San Atanasio
Habíase acercado a El el enemigo, como a
un hombre; mas no hallando en El los signos de su antiguo veneno, se
retiró.
San Ambrosio
Ves como el diablo no es pertinaz en su
propósito, sino que cede a la verdadera virtud; y si no cesa de
aborrecer, teme insistir, porque rehusa ser vencido frecuentemente. Y
así, oído el nombre de Dios, se retiró (dice) hasta el tiempo en el
que no vendría a tentar, sino a combatir abiertamente.
Teofilacto
O porque lo había tentado en el desierto
acerca de la voluntad, se retiró de El hasta el tiempo de la cruz, en
el que le tentaría con tristeza.
Máximo,
in Cat. graec. Patr
O porque el diablo, en el desierto, había
sugerido a Cristo preferir la materia del mundo al divino amor, y el
Señor le mandó retirarse (lo cual era indicio de divino amor); así
después trató de hacerle violar el amor al prójimo, y por eso
provocaba a los fariseos y escribas para que le tendiesen asechanzas,
mientras los instruía, a fin de inclinarle a aborrecerlos; mas el
Señor, en virtud del amor que les tenía, les advertía, los reprendía y
no cesaba de hacerles bien.
San Agustín,
De cons. Evang., lib. 2, cap. 16
San Mateo cuenta todo esto igualmente,
pero no con el mismo orden, de donde resulta incierto qué es lo
primero que se hizo, si se le mostraron primero los reinos de la
tierra y después fue llevado al pináculo del templo, o si esto
aconteció antes y aquello después. Nada importa esto, toda vez que es
manifiesto que ambas cosas sucedieron.
Maximus,
ut sup
Por esto, pues, uno de los evangelistas
antepone ésta y el otro aquélla, porque la vanagloria y la avaricia se
engendran mutuamente.
Orígenes,
in Lucam homil. 29
Mas San Juan, que había empezado desde
Dios, diciendo: "En el principio era el Verbo" ( Jn
1,1), no describió la tentación del Señor, porque Dios, de quien
quería hablar especialmente, no puede ser tentado. Por el contrario,
los Evangelios de San Mateo y San Lucas tratan especialmente de la
generación humana, y San Marcos de la humanidad, que puede ser
tentada; por eso San Mateo, San Lucas y San Marcos describieron la
tentación del Señor.
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14-21 |
Y regresó Jesús por la
virtud del Espíritu, a Galilea, y la fama de El se divulgó por todo el
país. Y El enseñaba en las sinagogas de ellos, y era engrandecido por
todos. Y vino a Nazaret, donde se había criado: y entró, según su
costumbre, el día del sábado en la sinagoga, y se levantó para leer: y
se le dio el libro de Isaías profeta: y abriéndole, halló el lugar en
que estaba escrito: El Espíritu del Señor reposó sobre mí, por lo que
me ungió; y me envió a evangelizar a los pobres, a sanar a los
contritos de corazón, a predicar la remisión a los cautivos, y a los
ciegos la vista: poner a los quebrantados en libertad, predicar el año
aceptable del Señor, y el día de la retribución." Y habiendo cerrado
el libro, se lo devolvió al ministro, y se sentó. Y cuantos había en
la sinagoga tenían los ojos fijos en El. Y les empezó a decir: "Hoy se
ha cumplido esta Escritura en vuestros oídos". (vv. 14-21)
Orígenes,
in Lucam hom. 32
Porque el Señor había vencido al tentador,
se le añadió virtud, esto es, en cuanto a su manifestación. Por lo que
se dice: "Y regresó Jesús en virtud del Espíritu".
Beda
La virtud del Espíritu significa los
signos de los milagros.
San Cirilo,
in Cat. graec. Patr
Obraba milagros, no con un poder
extrínseco y como habiendo adquirido la gracia del Espíritu Santo
-como otros Santos-, sino más bien, como que era Hijo de Dios por
naturaleza y asociado en todo al Padre, usa de la virtud del Espíritu
Santo como propia virtud y propia operación. Convenía que desde
entonces se manifestase y brillase el misterio de su encarnación entre
aquellos que eran de la sangre de Israel. Por eso sigue: "Y su fama se
extendió".
Beda
Y como la Sabiduría pertenece a la
doctrina y el poder a las obras, ambos se juntan aquí. De donde sigue:
"Y El enseñaba en las sinagogas". La palabra griega sinagoga significa
en latín congregación, con cuyo nombre los judíos solían llamar, no
sólo la asamblea de las turbas, sino también la casa en la que se
reunían para oír la palabra de Dios, como nosotros llamamos Iglesia a
la reunión de los fieles y al local en que se congregan. Hay, sin
embargo, una diferencia entre sinagoga -que quiere decir congregación-
e Iglesia, que significa convocación (asamblea), porque los animales y
las demás razas pueden congregarse en un lugar, mientras que sólo se
puede convocar a los seres racionales. Por eso a los doctores
apostólicos les pareció oportuno que el pueblo de la nueva gracia, que
es más digno, se llamase Iglesia más bien que sinagoga. Con razón
debía ser glorificado por todos los presentes él que tenía el
testimonio de todos los hechos y de todos los oráculos precedentes,
cuando sigue: "Y era glorificado por todos".
Orígenes,
in Lucam, hom 32
Guárdate de pensar que aquéllos solamente
son bienaventurados que fueron testigos de la enseñanza de Jesucristo,
creyéndote menos favorecido que ellos, porque también enseña ahora en
todo el universo por medio de sus órganos; y ahora es más glorificado
por todos que en aquel tiempo, en que tan sólo en una provincia se
congregaban.
San Cirilo
Se da a conocer a aquéllos, entre los
cuales se crió según la carne, de donde sigue: "Y vino a Nazaret".
Teofilacto
Para enseñarnos a instruir y hacer bien
primero a los propios, y después extender a los otros la amistad.
Beda
Reuníanse en las sinagogas el día del
sábado, a fin de meditar las enseñanzas de la ley, durante el reposo
de las cosas del mundo y en el recogimiento del corazón, de donde
sigue: "Y entró, según su costumbre, el día del sábado en la
sinagoga".
San Ambrosio
De tal modo el Señor se prestó a toda
clase de obsequios, que no desdeñó el oficio de lector, de donde
sigue: "Y se levantó a leer: y se le entregó un libro". Tomó el libro,
para demostrar que El es el que habla por medio de los profetas, y
apartar la perfidia sacrílega de aquéllos que dicen que el Dios del
Antiguo Testamento no es el mismo que el del Nuevo, o que hacen
comenzar a Cristo en la Virgen. ¿Cómo, en efecto, puede comenzar en la
Virgen El que hablaba antes que la Virgen existiese?
Orígenes,
ut sup
No abrió el libro por casualidad, y halló
el capítulo de la lección que le anunciaba, sino que fue obra de la
providencia de Dios, por lo que sigue: "Y apenas le abrió, halló el
lugar".
San Atanasio,
Orat. 2, contra Arrianos
Dice esto para explicarnos la causa de la
revelación y de su encarnación; pues del mismo modo que el Hijo -que
da el Espíritu-, no rehúsa confiar -como hombre- que con el Espíritu
de Dios expulsa los demonios, tampoco rehúsa decir: "El Espíritu de
Dios sobre mí", porque se hizo hombre.
San Cirilo
Igualmente confesamos que fue ungido, en
cuanto tomó carne. De donde sigue: "Por lo que me ungió". No se unge
la divina naturaleza, sino lo que es común con nosotros; así también
cuando se dice enviado, debe atribuirse a la humanidad, pues sigue:
"Me envió a evangelizar a los pobres".
San Ambrosio
He ahí la Trinidad coeterna y perfecta. La
Escritura anuncia a Jesús, Dios y hombre perfecto en dos naturalezas.
Anuncia al Padre y al Espíritu Santo, que apareció como cooperador,
cuando descendió sobre Cristo bajo la especie corporal de una paloma.
Orígenes,
in Lucam hom 32
Llama pobres a las naciones, y lo eran, en
efecto, puesto que nada poseían: ni Dios, ni ley, ni profetas, ni
justicia, ni las demás virtudes.
San Ambrosio
O se le unge universalmente con el óleo
espiritual y la virtud celeste, para regar la pobreza de la condición
humana con el tesoro eterno de la resurrección.
Beda
Es también enviado a evangelizar a los
pobres y decirles: "Bienaventurados, pobres, porque vuestro es el
reino de los cielos" ( Mt 5,3).
San Cirilo
Acaso quiere decir que entre todos los
dones que vienen de Cristo, el mejor es para los pobres de espíritu.
Sigue: "Sanar a los contritos de corazón". Llama contritos de corazón
a los débiles, que tienen mente frágil y que no pueden resistir a los
asaltos de las pasiones, a quienes promete el remedio de la salvación.
San Basilio,
in Cat. graec. Patr
O viene a sanar los contritos de corazón,
esto es, a dar remedio a los que tienen humillado el corazón por
Satanás con el pecado; porque el pecado es lo que sobre todo abate el
corazón humano.
Beda
O porque está escrito: "Dios no desecha al
corazón contrito y humillado" ( Sal 50,19);
por eso se dice enviado a sanar a los contritos de corazón; según
aquella sentencia: "Que sana a los contritos de corazón" (
Sal 146,3).
Sigue: "Y anunciar la remisión a los
cautivos".
Crisóstomo,
in Salm. 125
La palabra cautividad tiene muchos
sentidos. Hay una cautividad buena, como dice San Pablo: "Cautivando
todo nuestro espíritu para obedecer a Cristo" ( 2Cor
10,5); y hay una mala, de la cual se dice: "Llevaban cautivas a
mujeres cargadas de pecados". La cautividad es sensible cuando procede
de enemigos corporales; mas la peor es la inteligible, de la que dice
aquí: "El pecado produce la más dura tiranía, manda el mal y confunde
a los que le obedecen" ( 2Tim 3). De esta
cárcel inteligible es de donde nos sacó Jesucristo.
Teofilacto
También puede entenderse esto de los
muertos, que estaban cautivos, y la resurrección de Jesucristo rompió
las cadenas que los detenían en el infierno.
Sigue: "Y la vista a los ciegos".
San Cirilo
Las tinieblas que el diablo había
amontonado en el corazón humano, Jesucristo -como el Sol de justicia-
las disipó; haciendo a los hombres hijos, no de la noche y de las
tinieblas, sino de la luz y del día, como dice el Apóstol: "Los que
antes erraban, entraron en la senda de los justos" (
1Tes 5).
Sigue: "Poner en libertad a los
quebrantados".
Orígenes,
in Lucam hom 32
¿Qué cosa más quebrantada y lisiada que el
hombre, a quien dimitió Jesús y sanó?
Beda
O "poner en libertad a los quebrantados",
esto es, enderezar a los que el peso de la ley había encorvado.
Orígenes,
ut sup
Todas estas cosas fueron predichas para
que, después de la vista dada a los ciegos, después de la libertad de
los cautivos, después de la curación de diveresas heridas, vengamos al
año propio del Señor, de donde se sigue: "Anunciar el año propicio del
Señor". Dicen algunos, según la simple inteligencia, que el Salvador
predicó el Evangelio en Judea durante un año, y que por eso se dice:
"Anunciar el año aceptable del Señor". O el año de Dios aceptable es
todo el tiempo de la Iglesia, en el cual, mientras se vive en la carne
mortal, no se goza de la visión de Dios.
Beda
No sólo el año de la predicación del Señor
fue aceptable, sino también aquel en que predicaba el Apóstol,
diciendo: "He aquí ahora el tiempo aceptable" ( 2Cor
6,2). Después del año aceptable del Señor, añade: "Y el día de la
remuneración", esto es, extrema, cuando dé a cada uno según sus obras.
San Ambrosio
O llama año favorable del Señor al día
eterno, que no conocerá ya el trabajo de este mundo, y que dará a los
hombres la recompensa del reposo.
Sigue: "Y habiendo cerrado el libro, le
devolvió".
Beda
Después de haber leído el libro a los que
estaban presentes para escucharle, le devolvió al ministro; porque
cuando estaba en el mundo hablaba públicamente, enseñando en las
sinagogas y en el templo; mas vuelto al cielo, confió el ministerio
evangélico a aquellos que le habían visto desde el principio, y que
habían sido ministros de su palabra. Leyó de pie, porque, cuando nos
explicó las Escrituras que se referían a El, se dignaba obrar en la
carne; mas devuelto el libro, se sienta, porque vuelve a ocupar el
trono de su celestial reposo. Estar de pie es propio del que obra,
sentarse, lo es del que descansa o juzga; así, el predicador de la
palabra debe levantarse y leer, esto es, obrar y predicar y sentarse,
es decir, esperar el premio del descanso. Leyó con el libro abierto,
porque, enviado el Espíritu de verdad, enseñó toda verdad a la
Iglesia. Le entregó cerrado al ministro, porque no todo se puede decir
a todos, pero comisionó al doctor para dispensar la palabra según la
capacidad de los oyentes.
Sigue: "Y en la sinagoga todos tenían los
ojos fijos en El", etc.
Orígenes,
in Lucam hom 32
Y aun ahora si queremos, se pueden fijar
nuestros ojos en el Salvador. Si diriges el anhelo de tu corazón a la
sabiduría, la verdad y a la contemplación del Unigénito de Dios, tus
ojos ven a Jesús.
San Cirilo
Atraía hacia sí las miradas de todos,
asombrados de ver que sabía letras sin haberlas aprendido. Mas como
era costumbre de los judíos decir que las profecías de Cristo se
cumplían en alguno de sus jefes o reyes, o en algunos santos Profetas,
el Señor precave esto, por lo que sigue: "Empezó, pues, a decirles:
Esta Escritura se cumple hoy", etc.
Beda
Porque el Señor hacía las grandes cosas
que aquella Escritura había predicho, y el Señor las anunciaba
mayores.
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22-27 |
Y todos le daban
testimonio, y se admiraban de las palabras de gracia que salían de su
boca, y decían: "¿Por ventura no es éste el hijo de José?" Y les dice:
"Sin duda me aplicaréis esta semejanza. Médico, cúrate a ti mismo.
Cuanto oímos que hiciste en Cafarnaúm, hazlo aquí en tu patria". Dice,
pues: "En verdad os digo, que ningún Profeta es bien recibido en su
patria. Dígoos en verdad, muchas viudas había en Israel en tiempo de
Elías, cuando se cerró el cielo durante tres años y seis meses,
resultando grande hambre en toda la tierra, y a ninguna de aquéllas
fue enviado Elías, sino a una mujer viuda en Sarepta de Sidonia. Y
había muchos leprosos en Israel, en tiempo de Eliseo Profeta, y
ninguno de ellos fue curado, sino Naamán Siro". (vv. 22-27)
Crisóstomo,
hom. 49, in Matth
Habiendo venido el Señor a Nazaret, se
abstuvo de hacer milagros, para no excitar mayor envidia. Les expone
una doctrina no menos admirable que los milagros. Había cierta divina
gracia inefable en las palabras del Salvador, que enternecía las almas
de los que le escuchaban, de donde se dice: "Y todos le daban
testimonio".
Beda
Le daban testimonio, testificando que El
era verdaderamente -como había dicho- Aquel de quien cantara el
Profeta.
Crisóstomo,
hom. 49, in Matth
Pero necios admiradores de la virtud de la
palabra, le desprecian a El, por aquel a quien creían su padre, de
donde sigue: "Y decían: ¿Acaso éste no es el hijo de José?"
San Cirilo,
in Cat. graec. Patrum
Pero ¿qué impide, para ser venerable y
admirable, que fuese hijo -como creían- de José? Por ventura no ves
los divinos milagros, a Satanás vencido y a muchos curados de sus
enfermedades.
Crisóstomo,
hom. 49, in Matth
Después de mucho tiempo y de la publicidad
de sus milagros, volvió a ellos y no le soportaron, sino que
nuevamente se encendían de envidia, por lo que sigue: "Y les dijo:
Ciertamente que me diréis este símil: Médico, cúrate a ti mismo".
San Cirilo
Era éste un proverbio comúnmente admitido
entre los judíos, inventado para ofender a otro; así decían algunos a
los médicos que estaban enfermos: "Médico, cúrate a ti mismo".
Glosa ordin
Como diciendo: Hemos sabido que curaste a
muchos en Cafarnaúm, cúrate también a ti mismo, esto es, haz
igualmente en tu ciudad, donde fuiste concebido y criado.
San Agustín,
De cons. Evang., lib. 2, cap. 42
Puesto que San Lucas recuerda las grandes
cosas que hizo, y sabe que no las ha contado todavía, ¿qué cosa más
evidente que él ha contado esto antes de tiempo? Pues no ha pasado tan
allá del bautismo, que se crea haber olvidado que aún nada ha dicho de
lo que pasó en Cafarnaúm.
San Ambrosio
No en vano se excusa el Salvador de no
haber obrado milagro alguno en su patria; para que no creyese alguien
que el amor a la patria debe ser para nosotros el inferior, pues
sigue: "Dice, pues: En verdad os digo, que ningún profeta es bien
recibido en su patria".
San Cirilo
Como diciendo: Queréis que haga muchos
prodigios entre vosotros, cerca de quienes he sido criado; mas no se
me oculta cierta pasión común a muchos. Se desprecian de alguna manera
siempre, aun las cosas mejores, cuando no suceden rara vez a alguno,
sino cuando él quiere; y así pasa con los hombres, al que es familiar,
como siempre está dispuesto, se le niega la reverencia debida por sus
conocidos.
Beda
Que Cristo es llamado profeta en las
Escrituras, lo atestigua Moisés, cuando dice: "Dios os suscitará un
profeta de entre vuestros hermanos" ( Dt
18,15).
San Ambrosio
Con este ejemplo se da a entender que en
vano se debe esperar la ayuda de la Misericordia divina, cuando se
tiene envidia al mérito de la virtud de otro. El Señor desprecia a los
envidiosos, y aleja los milagros de su poder, de aquellos que
persiguen en otros los divinos beneficios; pues las operaciones de la
carne del Señor son una prueba de su divinidad, y lo que es invisible
en El se nos demuestra por lo que es visible. Observad, pues, los
males que produce la envidia. La patria de Jesús, la cual fue digna de
que el Hijo de Dios fuese en ella concebido, es juzgada indigna de sus
obras por la envidia.
Orígenes,
in Lucam hom. 33
En la narración de San Lucas, no se dice
que Jesús hubiese hecho prodigio alguno en Cafarnaúm; pues antes que
viniese a Cafarnaúm, léese que vino a Nazaret, por lo que presumo que
estas palabras: "Todas aquellas cosas que hemos oído que has hecho en
Cafarnaúm", ocultan cierto misterio, y que Nazaret representa a los
judíos, como Cafarnaúm a los gentiles. Tiempo vendrá en que dirá el
pueblo de Israel: Danos a conocer lo que has manifestado a todo el
mundo; predica tu palabra al pueblo de Israel, para que, al menos
cuando entren todas las gentes se salve todo Israel. Por lo tanto,
creo que el Salvador contestó muy oportunamente: "Ningún profeta es
acepto en su patria", más bien según el espíritu que según la letra.
Aunque Jeremías no fue bien recibido en Anathoth -su patria- así como
los demás profetas, paréceme, no obstante, que se entiende mejor
diciendo que, aunque el pueblo de la circuncisión fue la patria de
todos los profetas, las naciones recibieron el anuncio de Jesucristo,
y creyeron a Moisés y a los profetas, que anunciaban al Cristo, más
dócilmente que los de su patria, que no recibieron a Jesús.
San Ambrosio
Cita un ejemplo muy a propósito para
reprimir la arrogancia de sus conciudadanos celosos, y muestra que su
conducta está conforme con las antiguas Escrituras; pues sigue: "En
verdad os digo, que muchas viudas había en Israel en los días de
Elías", no porque los días fueran de Elías, sino porque durante ellos
operó Elías.
Crisóstomo
Este ángel de la tierra; este hombre
celestial, que no tenía habitación, ni mesa, ni vestido como muchos,
llevaba en su boca la llave de los cielos; y esto es lo que sigue:
"Cuando se cerró el cielo". Después que cerró el cielo, e hizo la
tierra estéril, reinaba el hambre y se consumieron los cuerpos. Y por
ello sigue: "Cuando hubo una grande hambre por toda la tierra".
San Basilio
Como vio que la saciedad engendraba
grandes escándalos, les impuso el ayuno por medio del hambre, y
reprimió así la culpa de aquéllos, que iban creciendo demasiado. Los
cuervos, que de ordinario roban a los otros su alimento, lo
suministraron al justo.
Crisóstomo
Y como se secó el río de donde bebía el
justo, el Señor le dijo: "Ve a Sarepta de Sidonia: allí mandaré a una
mujer viuda que te alimente" ( 1Re 17,9). Por
lo cual prosigue: "Mas a ninguna de ellas fue enviado Elías sino a una
mujer viuda, en Sarepta de Sidonia". Lo cual se verificó por una
gracia especial del Señor. Dios hizo que marchase por un camino muy
largo hasta Sidonia, para que, viendo el hambre que se padecía,
pidiese al Señor las lluvias. Entonces había muchos que eran ricos,
pero ninguno hizo lo que la viuda. La veneración de esta mujer hacia
el Profeta la hizo hallar riquezas, no en sus dominios, sino en su
voluntad.
San Ambrosio
Según el sentido místico, dice: "En los
días de Elías", porque días hacía para aquéllos, que veían en sus
obras la luz espiritual, y por lo tanto se abría el cielo para los que
veían los misterios divinos; y se cerraba durante el hambre, porque no
había deseo de conocer al Señor. Aquella viuda, a quien fue enviado
Elías, es una figura de la Iglesia.
Orígenes,
in Lucam hom 32
Como había hambre en todo Israel, esto es,
de oír la palabra de Dios, vino el profeta a la viuda, de la que se
dice: "La que está abandonada tiene más hijos que aquélla que tiene
esposo" ( Is 54,1); y habiendo venido,
multiplica su pan y sus alimentos.
Beda
Sidonia quiere decir caza inútil; Sarepta,
incendio o escasez de pan; con lo cual se representa a la gentilidad,
que, dedicada a la caza inútil -esto es, a las ganancias y a los
negocios de la vida-, sufría el incendio de las pasiones carnales, y
la escasez del pan espiritual; hasta que Elías -esto es, la palabra
profética-, después de haber cesado la inteligencia de las Sagradas
Escrituras, por la perfidia de los judíos, vino a la Iglesia, para
que, recibido en ella, alimentase y fortificase los corazones de los
creyentes.
San Basilio
Así toda alma, viuda y privada de la
virtud y del conocimiento de Dios, cuando recibe la divina palabra, y
conoce sus propios defectos, aprende a alimentar la palabra con el pan
de las virtudes, y a regar la ciencia de la virtud con la fuente de la
vida.
Orígenes,
in Lucam hom. 33
Mas dice otra cosa todavía en el mismo
sentido, cuando añade: "Y muchos leprosos había en Israel en tiempo
del Profeta Eliseo; mas ninguno de ellos fue limpiado sino Naaman de
Siria, el cual no era, en verdad, de Israel".
San Ambrosio
En un sentido místico el pueblo, formado
de extranjeros, se une a la Iglesia para seguirla. Era leproso antes
de ser bautizado en el río misterioso, mas después que fue purificado,
por medio del Sacramento del Bautismo de todas las manchas que tenía
en su cuerpo y en su alma, empezó a ser una virgen inmaculada sin
arrugas.
Beda
Naaman -que quiere decir hermoso-,
significa pueblo de las naciones, a quien se manda purificar siete
veces, porque el bautismo salva lo que regenera por medio de los siete
dones del Espíritu Santo. Su carne aparece después de la purificación
como la de un niño, porque la madre gracia pone a todos en una misma
infancia, o porque se hace semejante a Cristo, de quien se dice: "Un
niño nos ha nacido" ( Is 9,6).
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28-30 |
Y se llenaron todos de ira
en la sinagoga, oyendo estas cosas, y se levantaron, y le echaron
fuera de la ciudad: Y lo llevaron hasta la cumbre del monte, sobre el
cual estaba edificada la ciudad, para precipitarlo: mas El, pasando
por medio de ellos, se fue. (vv. 28-30)
Griego,
in Cat. graec. Patr
Se indignan porque les echa en cara su
mala intención; de donde sigue: "Y se llenaron todos de ira en la
sinagoga, oyendo estas cosas". Como había dicho: "Hoy se cumple esta
profecía", creyeron que se comparaba a sí mismo a los profetas, y por
eso se indignaron y lo echaron fuera de la ciudad; de donde se sigue:
"Y se levantaron, y le echaron fuera de la ciudad".
San Ambrosio
No debe causar extrañeza que perdiesen su
salvación, aquellos que arrojaron al Salvador de sus confines. El
Señor, pues (que había enseñado a los apóstoles con su ejemplo cómo
debe tratarse a los demás), ni rechaza a los que quieren estar con El,
ni obliga a los que no quieren; ni hace oposición a los que le
arrojan, ni desoye a los que le piden. Y no es pequeña la envidia que
se levanta, cuando olvidándose todos de la caridad del Salvador,
convierten los motivos de gratitud en odios acerbos. De aquí sigue: "Y
lo llevaron hasta la cumbre del monte, sobre el cual estaba edificada
la ciudad, para despeñarlo".
Beda
Los judíos son peores, siendo discípulos,
que siendo el diablo maestro. Porque aquél dice: "Arrójate al abismo"
( Mt 4,6); pero estos intentan arrojarle de
hecho. Mas el Salvador, mudando la intención de ellos, o
aturdiéndolos, bajó, porque aún les reservaba ocasión de arrepentirse.
De aquí prosigue: "Mas El, pasando por medio de ellos, se fue".
San Crisóstomo
En lo cual da a conocer lo que es propio
de la humanidad y lo que es propio de la divinidad: encontrarse en
medio de los que le acechan y no ser aprehendido, da a entender la
excelencia de la divinidad. Pero marcharse es tanto como dar a conocer
el misterio de una gracia especial, esto es, de la encarnación.
San Ambrosio
Entiéndase también que no sufrió la pasión
de su cuerpo por necesidad, sino voluntariamente. Porque cuando
quiere, es prendido; y cuando quiere, se escapa. Y si no ¿cómo podía
ser prendido por unos pocos, el que no puede ser detenido por un
pueblo entero? Mas quiso ser perseguido por una muchedumbre sacrílega,
a fin de morir por todos, siendo inmolado por unos pocos. Sin embargo,
quería más bien salvar a los judíos que perderlos para siempre, y por
eso cuidaba de que ellos no pudiesen cumplir lo que querían, dejando
frustrado su furor.
Beda
No había venido aún la hora de su pasión,
que debía tener lugar durante la preparación de la Pascua; tampoco se
encontraba en el lugar en donde debía suceder la pasión, el cual no se
figuraba en Nazaret, sino en Jerusalén, con la sangre de las víctimas;
ni tampoco había elegido esta clase de muerte, puesto que todos los
siglos anunciaban que sería crucificado.
|
31-37 |
Y bajó a Cafarnaúm ciudad
de la Galilea, y allí les enseñaba en los sábados. Y se maravillaban
de su doctrina, porque era con autoridad su palabra. Y había en la
sinagoga un hombre poseído de un demonio inmundo, y exclamó en alta
voz, diciendo: "Déjanos ¿qué tienes tú con nosotros, Jesús de Nazaret?
Conozco bien quién tú eres, el Santo de Dios". Y Jesús le increpó y
dijo: "Enmudece y sal de él". Y el demonio, derribándole en medio,
salió del cuerpo del endemoniado, y no le hizo daño alguno. Y quedaron
llenos de espanto, y se hablaban los unos a los otros, diciendo: "¿Qué
cosa es ésta?, porque con poder y con virtud manda a los espíritus
inmundos, y salen": Y se difundía la fama de El por todos los lugares
de la comarca. (vv. 31-37)
San Ambrosio
El Señor no abandonó Judea, ni excitado
por la indignación, ni ofendido del crimen; antes al contrario,
olvidándose de la injuria, no se acuerda más que de la clemencia (ora
enseñando, ora curando) y así inclina a los corazones de aquel pueblo
pervertido. Por lo cual sigue: "Y bajó a Cafarnaúm, ciudad de la
Galilea", etc.
San Cirilo
Aun cuando sabía que eran desobedientes y
duros de corazón, sin embargo, los visita como el buen médico visita a
aquellos que se encuentran en la última enfermedad y se esfuerza por
curarlos. Enseñaba sin temor en las sinagogas, según aquellas palabras
de Isaías: "Nunca he hablado en secreto, ni en lugar oscuro de la
tierra" ( Is 45,19). También disputaba en
sábado con ellos, porque descansaban. Se admiraron de la grandeza de
su doctrina, de su virtud y de su poder. Y prosigue: "Su doctrina los
llenaba de asombro, porque hablaba con autoridad". Esto es, no de un
modo blando, sino impulsivo e incitatorio a la salvación. Los judíos
pensaban que Cristo era como alguno de los santos o de los profetas; y
para que se formasen mejor opinión de El, excedía la medida de los
profetas. No decía, pues: "Esto dice el Señor" (como acostumbraban a
decir los profetas), sino que como Autor de la ley decía cosas que
estaban sobre la misma ley, pasando de la letra a la verdad, y de las
figuras a su cumplimiento espiritual.
Beda
La predicación de un doctor tiene
autoridad cuando obra según lo que enseña; mas se desprecia al que
desmiente con sus actos lo que predica.
San Cirilo
Por eso el Salvador del mundo hace
alternar sus obras prodigiosas con su enseñanza. A los que no tienen
inteligencia para comprender, los excita la manifestación de ciertas
señales. De donde prosigue: "Y había en la sinagoga un hombre poseído
del demonio", etc.
San Ambrosio
Dice que las obras de la divina medicina
comenzaron el sábado, para enseñarnos que la nueva creación comienza
donde la antigua había concluido; mostrando así que el Hijo de Dios no
está sometido a la ley, sino sobre la ley, desde el principio.
Oportunamente empezó a obrar prodigios en sábado para manifestar que
El era el Creador, que había dado principio a todas las cosas, y que
ahora continuaba la obra que El mismo había empezado; como si un
obrero se propone renovar una casa, no empieza por los cimientos, sino
por las partes superiores, de manera que comience por donde antes
había concluido. Además empieza por las obras menores para llegar a
las más grandes. Los santos pueden librar también del demonio (pero en
nombre del Señor), mas sólo pertenece al poder de Dios mandar a los
muertos que resuciten.
San Cirilo
Los judíos vituperaban la gloria de
Jesucristo, diciendo: Este no arroja a los demonios, sino por Belcebú,
príncipe de ellos ( Mt 12,24). Para destruir
este error, cuando los demonios se presentaban ante su invencible
poder, y no podían tolerar el concurso de la Divinidad, gritaban. De
aquí prosigue: "Y exclamó en voz alta diciendo: déjanos, ¿qué tienes
tú con nosotros", etc.
Beda
Como diciendo: Deja un poco de
maltratarme, porque tú no puedes estar conforme con nuestros engaños.
San Ambrosio
No debe mover a nadie que en este libro
sea el diablo el primero que pronuncia el nombre de Jesús Nazareno;
pues Cristo no recibió de él el nombre que el ángel trajo del cielo a
la Virgen. Tal es la imprudencia del diablo, que usurpa el primero
alguna cosa entre los hombres, y la lleva como nueva a los hombres
para inspirar el terror de su poder. De donde prosigue: "Conozco bien
quién tú eres, el Santo de Dios".
San Atanasio,
in Cat. graec. Patrum
No le llamaba un Santo de Dios, porque
entonces daría a entender que era como los demás santos, sino
existiendo singularmente Santo, añadiendo el artículo. El es, pues, el
Santo por naturaleza. Todos los demás se llaman santos, porque
participan algo de El y, sin embargo, no decía esto porque lo
conociese en verdad, sino que fingía conocerlo.
San Cirilo
Los demonios creían que por medio de esta
alabanza inculcarían en Jesús el deseo de la vanagloria; proponiéndose
que no les contrariase o los reprendiese por esto como recompensando
así una gracia con otra gracia.
San Crisóstomo,
hom 9, in ad Cor
También quiso el demonio trastornar el
orden de las cosas, usurpar la dignidad de los apóstoles, y persuadir
a muchos a que le obedeciesen a él.
San Atanasio
Reprimía, pues, su palabra, aunque
confesaba la verdad, para que con la verdad no publicase también su
iniquidad; y al propio tiempo, para acostumbrarnos a no cuidarnos de
tales, aunque parezca que dicen la verdad. Porque es criminal que,
teniendo la Escritura divina, nos dejemos instruir por el diablo. De
donde sigue: "Y Jesús le increpó y le dijo: Enmudece, y sal de él",
etc.
Beda
El poseído es arrojado en medio de todos
por permisión de Dios, a fin de que, manifestada la virtud del
Salvador, invite a muchos para emprender el camino de la salvación. De
aquí prosigue: "Y el demonio, derribándolo en medio", etc. Parece que
lo que dice San Marcos: "Y agitándole con violencia el espíritu
inmundo, y dando un gran grito, salió de él" ( Mc
1,26) es distinto; a no ser que entendamos que con estas palabras:
"Agitándole con violencia", San Marcos quiso decir lo mismo que éstas
de San Lucas: "Arrojándole en medio de todos". Por eso cuando sigue:
"Y no le hizo daño alguno", se entiende que aquella agitación de
miembros, y aquella sacudida, no le hicieron daño, como de ordinario,
cuando se amputan y arrancan algunos miembros. Con razón, pues, se
admiran de una curación tan completa. Por lo cual sigue: "Y quedaron
todos llenos de espanto" etc.
Teofilacto
Como diciendo: ¿Qué orden es esa que ha
dado: "Sal de este hombre", y salió?
Beda
Los santos pueden ciertamente expeler a
los demonios, (pero sólo en nombre de Dios), mas el divino Verbo
ejerce este poder con autoridad propia.
San Ambrosio
En sentido místico, el poseído del
espíritu inmundo en la sinagoga es el pueblo judío, que, atrapado en
las redes del diablo, manchaba la pureza fingida del cuerpo con la
suciedad interior del alma. Y ciertamente que tenía el espíritu
inmundo, puesto que había perdido al Espíritu Santo; había entrado el
diablo allí, de donde Cristo saliera.
Teofilacto
Debe saberse también que muchos están
poseídos del demonio ahora; a saber: los que hacen lo que el demonio
desea. Como los furiosos, que tienen el demonio de la ira, y así de
los demás. Pero el Señor viene a la sinagoga cuando el alma del hombre
está recogida, y entonces dice al demonio que la ocupa: "Enmudece". Y
al punto, arrojándolo en medio, sale de él. No está bien que el hombre
sea iracundo constantemente (porque es propio de las fieras), ni
tampoco que carezca siempre de energía (porque esto haría creer que es
insensible), por lo que conviene buscar un término medio, reprendiendo
las malas acciones. Y así es arrojado el hombre en medio, cuando el
espíritu inmundo sale de él.
|
38-39 |
Y saliendo Jesús de la
sinagoga entró en casa de Simón. La suegra de Simón padecía recias
calenturas, y le rogaron por ella. E inclinándose hacia ella, mandó a
la fiebre, y la dejó. Y levantándose al momento, les servía. (vv.
38-39)
San Ambrosio
Después que San Lucas refirió que un
hombre había sido librado del espíritu maligno, continuó refiriendo la
curación de una mujer; el Señor había venido a curar a todos de uno y
otro sexo, y debió curar primero al que fue creado primero. De aquí
prosigue: "Y saliendo Jesús de la sinagoga, entró en la casa de
Simón".
San Crisóstomo,
hom. 28, in Matth
Permanecía entre los discípulos,
honrándolos y animando su celo.
San Cirilo,
in Cat. graec. Patr
Mira cómo en casa de un hombre pobre
permanece Cristo, que quiso sufrir la pobreza por nosotros, para que
aprendamos a vivir con los pobres y a no despreciar a los necesitados
y a los afligidos.
Prosigue: "La suegra de Simón padecía
recias calenturas, y le rogaron por ella".
San Jerónimo,
sup. Mat
En cuanto rogaban al Salvador, en seguida
curaba los enfermos; dando a entender que también atiende las súplicas
de los fieles contra las pasiones de los pecados, y les hace conocer
lo que ellos no conocen de sus faltas. Las perdona sin que ellos las
conozcan, según lo que se dice en el salmo: "¿Quién conoce los
pecados? Señor, purifícame de mis delitos ocultos" (
Sal 18,13-14).
Crisóstomo,
ut sup
Lo que San Mateo calló aquí no contiene
una contradicción, o nada importa. El uno quería ser breve y el otro
quería dar una explicación más completa. Prosigue: "E inclinándose
hacia ella, mandó a la fiebre", etc.
San Basilio
San Lucas habla aquí en sentido figurado,
como de un precepto hecho a un ser animado, pues dice que el Señor
mandó a la fiebre, y la fiebre obedeció. Por lo cual sigue: "Y ella se
levantó luego y les servía".
Crisóstomo,
ut sup
Como la enfermedad era curable, dio a
conocer su elevada potestad en el modo de curar, haciendo lo que no
podía hacer la medicina. Después de la curación de la fiebre necesitan
los enfermos mucho tiempo para recobrar su antigua salud; pero
entonces se hizo todo a la vez.
San Ambrosio
Si examinamos esto con más elevación de
miras, deberemos entender la salud del alma con la del cuerpo, de
suerte que el espíritu contagiado de la malicia de la serpiente sea
absuelto el primero. Además Eva no tuvo hambre antes que la tentase la
malicia de la serpiente; y por tanto la medicina del Señor debió
aplicarse primero contra el mismo autor del pecado. Acaso también la
figura de aquella mujer acosada de varias calenturas, representa
nuestra naturaleza, que desfallece oprimida por varias calenturas de
los pecados, y no diré que la fiebre del amor sea menor que la del
calor.
Beda
Si decimos que aquel hombre librado del
demonio representa nuestra alma libre de todo pensamiento malo,
deberemos añadir que aquella mujer, afectada por las calenturas y
curada en virtud del poder de Dios, representa nuestra carne
preservada del ardor de la concupiscencia por los preceptos de la
continencia.
San Cirilo
Nosotros, pues, recibamos a Jesús, porque
cuando nos visita y lo llevamos en nuestra memoria y en nuestro
corazón, El extingue en nosotros el calor de las más enormes pasiones,
y nos librará de ellas, para que le sirvamos, esto es, para que
hagamos lo que El desea.
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40-41 |
Y cuando el sol se puso,
todos los que tenían enfermos de diversas enfermedades, se los traían.
Y El, poniendo las manos sobre cada uno de ellos, los sanaba. Los
demonios salían de muchos, gritando y diciendo: "Que tú eres el Hijo
de Dios": Y reprendiéndoles, no les permitía decir que sabían que El
era Cristo. (vv. 40-41)
Teofilacto
Debe considerarse cuánto era el deseo de
aquellas turbas, porque en cuanto el sol se ponía, le traían los
enfermos, sin que les arredrase lo intempestivo de la hora; por lo
cual dice: "Y cuando el sol se puso, todos los que tenían enfermos de
diversas enfermedades, se los traían".
Orígenes,
ut sup
Se los traían cerca de la puesta del sol,
esto es, cuando había pasado el día, ya porque durante el día estaban
ocupados en otras cosas, o ya porque creían que no era lícito curar en
día de sábado. Pero Jesús los curaba; por lo cual sigue: "Y El,
poniendo las manos sobre cada uno de ellos", etc.
San Cirilo,
ut sup
Aunque como Dios hubiese podido curarlos a
todos con una sola palabra, sin embargo, los toca, dando a entender
que su carne tenía virtud bastante para remediar todos los males;
porque era carne de un Dios. Así como el fuego colocado en un vaso de
bronce le comunica su propio calor, así el Omnipotente Verbo de Dios,
cuando se unió realmente al templo, animado e inteligente, tomado de
la Virgen, le hizo participante de los efectos de su poder. Que nos
toque también a nosotros; mejor aún, toquémosle nosotros a El, para
que nos libre de las enfermedades del alma, de los ataques del demonio
y de la soberbia. Prosigue, pues: "Y salían de muchos los demonios",
etc.
Beda
Los demonios confiesan al Hijo de Dios;
por eso después se dice: "Sabían que El era el Cristo". Cuando el
demonio le vio fatigado por el ayuno, creyó que era un puro hombre;
pero como no pudo triunfar en su tentación, dudó si sería Hijo de
Dios; y ahora, por el poder de los milagros, comprende, o más bien,
sospecha que es el Hijo de Dios. No persuadió a los judíos a que lo
crucificasen porque creyera que no era el Hijo de Dios, sino porque no
previó que él mismo sería condenado por su muerte.
Acerca de este misterio, oculto desde la
eternidad, dice el Apóstol ( 1Cor 2,8), "que
ningún príncipe de este mundo le ha conocido, porque si le hubieran
conocido, nunca hubiesen crucificado al Dios de la gloria".
Crisóstomo,
in Marc. hom 5
Y en esto que sigue: "Y los reñía, y no
les permitía decir", etc., mira la humildad de Jesucristo, que no
dejaba a los demonios inmundos publicar su poder. No convenía, pues,
que ellos tuviesen la gloria de ejercer el oficio de los apóstoles, ni
convenía que los misterios de Jesucristo fuesen publicados por medio
de lenguas infernales.
Teofilacto
No es gloriosa la alabanza cuando procede
de la boca de un pecador ( Eclo 15,9), o
porque no quería Jesús encender la envidia de los judíos si era
alabado por todos.
Beda
A los Apóstoles también se les manda
callar, no fuera que, conocida la majestad divina, se dilatase la
realización de la pasión.
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42-44 |
Y cuando fue de día salió
para irse a un lugar desierto, y las gentes le buscaban, y fueron
hasta donde El estaba. Y le detenían para que no se apartase de ellos.
El les dijo: "A las otras ciudades es menester también que yo anuncie
el reino de Dios, porque para eso he sido enviado". Y predicaba en las
sinagogas de la Galilea. (vv. 42-44)
Crisóstomo
Después que hubo dispensado muchos
beneficios a los pueblos por medio de sus milagros, convenía que Jesús
se marchase; porque los milagros parecen más grandes en ausencia del
que los ha hecho; hablan más alto, y hacen veces de predicación. Por
lo cual prosigue: "Y cuando fue de día salió para irse", etc.
Griego
Se fue a un desierto (como dice San
Marcos) y oraba, no porque El necesitase de oración, sino para
enseñarnos la manera de obrar bien.
Crisóstomo
Los fariseos, ante la elocuencia de los
milagros, se escandalizaban del poder de Cristo; mas los pueblos, que
oían la divina palabra, se conformaban con ella y seguían a Jesús. De
aquí prosigue: "Y las gentes le buscaban", etc. No eran ni los
príncipes ni los escribas, sino todos aquellos a quienes no había
cegado el engaño de la malicia, y que tenían la conciencia limpia.
Griego
Respecto de lo que dice San Marcos, que
los apóstoles habían venido a Jesús, diciéndole: "Todos te buscan", en
lugar de lo que dice San Lucas: "Vinieron los pueblos", no hay
contradicción entre ellos; pues los pueblos habían acudido a El
siguiendo los pasos de los apóstoles. El Señor gozaba de verse así
rodeado; pero ordenaba que le dejasen, para que otros fuesen
participantes de su doctrina celestial, porque su permanencia sobre la
tierra no había de ser duradera. Prosigue: "Y les dijo: A las otras
ciudades es menester también que yo anuncie el reino de Dios", etc.
San Marcos dice: "Para esto vino" ( Mt 1,38),
manifestando así la grandeza de su divinidad y su voluntaria
humillación. Y San Lucas dice: "He sido enviado para esto",
manifestando el objeto de su encarnación, y llamando a su misión el
beneplácito del Padre. Y aquél dice simplemente: "Para predicar", y
éste añade: "el reino de Dios", que es el mismo Cristo.
Crisóstomo
Considera también que, aun permaneciendo
en un mismo lugar, podía atraerlos todos a sí, y sin embargo no lo
hizo, dándonos ejemplo para que andemos y busquemos a los que perecen,
así como el médico busca también al enfermo. Con una sola alma que se
salve por la mediación de otro, puede obtenerse el perdón de muchos
pecados. Y de aquí prosigue: "Y predicaba en las sinagogas de la
Galilea". Frecuentaba las sinagogas enseñando que El no era un
seductor; porque si solamente habitara lugares desiertos, le hubieran
acusado de conspirador.
Beda
Si el ocaso del sol es una figura mística
de la muerte del Señor, la vuelta del día es el signo de su
resurrección; el pueblo creyente lo busca por el resplandor de su luz.
Después de haberle hallado en el desierto de las gentes, lo rodea para
que no se vaya, especialmente siendo así que esto sucedía en el día
siguiente al sábado, en el cual debía verificarse la resurrección.
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