Salmos y cánticos de laudes y vísperas
Semana Iª de la liturgia de las horas

 

Jesús fue educado, en la tradición del pueblo de Israel, para orar con los salmos y convirtió el salterio en «su libro de oración» (D. Bonhoeffer). La Iglesia, siguiendo el ejemplo de su Maestro y Señor, hizo suyas aquellas estupendas oraciones líricas inspiradas y exhortó a los creyentes a aplicar los salmos no sólo a las grandes festividades, sino también a las circunstancias de la vida de cada día. Así fue como nació la liturgia de las horas.

Este libro introduce al lector a rezar cristianamente los salmos de laudes y vísperas. Basado en el antiguo método de la lectio divina, parte del sentido literal o histórico del texto original hebreo, se adentra luego en la relectura cristiana sugerida por el sentido espiritual, se dirige después a las iluminadoras palabras de los Padres y de la liturgia de la Iglesia y, finalmente, ayuda a bajar la Palabra a los acontecimientos cotidianos de nuestros días.

Ayer como hoy, «es Cristo el que habla en los salmos [...], el que ora y aquel al que oramos [...], el que habla de nosotros por medio de nosotros y en nosotros, así como nosotros hablamos de él» (san Agustín). En la medida en que entramos en el misterio de Cristo y de la Iglesia, la palabra de los salmos se convierte en palabra nuestra: de invocación y de alabanza, de súplica y de acción de gracias.

 

PP

Día

Vísperas

i

Domingo (I)

Salmo 140, 1-9

Salmo 141

Filipenses 2, 6-11

i

Domingo (II)

Salmo 109 1-5.7

Salmo 113A

Apocalipsis 19, 1-2.5-7

1Pedro 2,21-25a

i

Lunes

Salmo 10
Salmo 14
Efesios 1, 3-10
i

Martes

Salmo 19
Sal 20, 2-8.14
Ap 4,11; 5,9.10.12
i

Miércoles

Salmo 26, 1-6 (I)
Salmo 26, 7-14 (II)
Colosenses 1,12-20
i

Jueves

Salmo 29
Salmo 31
Ap 11,17-18.12,10b-12a
immmmmmmmmmmmm immmmmmmmmmmmmmmmmmmmm

Viernes

Salmo 40
Salmo 45
Apocalipsis 15, 3-4