CATENA AUREA - SANTO TOMÁS DE AQUINO


01-10

Cuando iban acercándose a Jerusalén, al llegar junto a Betania, al pie del monte de las Olivas, despacha a dos de sus discípulos, y les dice: "Id a ese lugar que tenéis enfrente, y luego, al entrar en él, hallaréis atado un jumentillo, en el cual nadie ha montado hasta ahora; desatadle, y traedle. Si alguien os dijere, ¿qué hacéis?, responded que el Señor lo ha menester; y al instante os le dejará traer aquí". Luego que fueron, hallaron el pollino atado fuera, delante de una puerta, a la entrada de dos caminos (o en una encrucijada), y le desataron. Y algunos de los que estaban allí les dijeron: "¿Qué hacéis? ¿por qué desatáis ese pollino?" Los discípulos respondieron conforme a lo que Jesús les había mandado, y se le dejaron llevar. Y trajeron el pollino a Jesús, y habiéndole aparejado, con los vestidos de ellos, montó Jesús en él. Muchos en seguida tendieron sus vestidos en el camino, y otros cortaban ramas de los árboles, y las esparcían por donde había de pasar Jesús. Y tanto los que iban delante, como los que seguían detrás, le aclamaban diciendo; "Hosanna, salud y gloria: bendito sea el que viene en el nombre del Señor. Bendito sea el padre de David que vemos llegar ahora en la persona de su hijo: Hosanna en lo más alto de los cielos". (vv. 1-10)
 
San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 67,1
Después que diera el Señor suficientes pruebas de su poder, y cuando la cruz estaba ya a la vista, lo hace todo con mayor claridad, a fin de enardecer a sus enemigos. Por esto, aunque había subido muchas veces a Jerusalén, nunca lo hizo con tanta majestad como ahora.

Teofilacto
Para que, si quieren, puedan reconocer su gloria y que es el verdadero Dios por el cumplimiento de las profecías, quedando sujetos, si no quieren, a un juicio mucho más terrible, puesto que no creyeron en milagros tan visibles. Describiendo su entrada con toda claridad el evangelista, dice: "Cuando iban acercándose a Jerusalén, al llegar junto a Betania", etc.

Beda, Beda, in Marcum, 3,41
Betania es un pueblo o pequeña villa en la falda del monte de los Olivos, en donde fue resucitado Lázaro. Cómo y por qué envió a sus discípulos, lo refiere el Evangelista, diciendo: "Id a ese lugar", etc.

Teofilacto
Consideremos cuántas predicciones hace el Señor en esto a sus discípulos. Primero, que hallarían un pollino. "Y luego al entrar en él -dice- hallaréis", etc. Después que habrá quien se oponga a que se lo lleven: "Que si alguien os dijere ¿qué hacéis? responded que", etc. Por último, que les dejarían llevarlo: "Y al instante -añade- os lo dejará traer aquí". Y como dijo el Señor, así se cumplió. "Luego que fueron -dice el evangelista- hallaron el pollino atado fuera, delante de una puerta a la entrada de dos caminos, y le desataron".
 
San Agustín, de consensu evangelistarum, 2,66
San Mateo dice asna y pollino, y los demás evangelistas sólo pollino. Pero no ofrece dificultad el aceptar ambas versiones, puesto que puede un historiador referir un detalle y otro referir otro, y mucho menos si el primero refiere uno y el último los dos.
"Y algunos de los que estaban allí les dijeron: ¿Qué hacéis? ¿por qué desatáis ese pollino?" Los discípulos respondieron conforme a lo que Jesús les había mandado, y se lo dejaron llevar.
 
Teofilacto
Y es claro que no se hubiera permitido si no hubiese mediado un poder divino, que los moviese a dejar que se lo llevasen, particularmente por ser como eran hombres de campo y labradores.
"Y trajeron el pollino a Jesús, y habiéndolo aparejado con los vestidos de ellos, montó Jesús en él".
 
Pseudo-Crisóstomo, cat.in Marcum Oxon
No porque el Señor, que había andado a pie la Judea y toda la Galilea tuviera necesidad de ir en el pollino desde el monte de los Olivos a Jerusalén, sino porque esto era simbólico. "Muchos en seguida -prosigue- tendieron sus vestidos en el camino".
 
Pseudo-Jerónimo
Bajo los pies del asnillo; otros cortaban ramas de las palmeras, y las echaban por donde había de pasar Jesús. Esto correspondía más a la estimación y al misterio, que a la necesidad. "Y tanto los que iban delante, como los que seguían detrás, le aclamaban diciendo: Hosanna", etc. Aquella parte, pues, de la multitud, que aún no estaba pervertida, conoció lo que debía hacer, y honró por tanto a Jesús, haciendo cada cual lo que pudo. Así es que para alabar al Señor cantaron el himno de David, diciendo: Hosanna, que es lo mismo que sálvame, según unos, y que himno, según otros, aunque parece preferible la primera versión, porque el Salmo dice: "Oh Señor, sálvame" ( Sal 177,25); lo que corresponde en hebreo a hosanna.
 
Beda
La palabra hosanna, verbo hebreo, se compone de dos partes. Hosi quiere decir sálvame, y anna es interjección que denota súplica.
 
Pseudo-Jerónimo
Aquella muchedumbre, por tanto, dice hosanna, o sálvame, porque pide que lo salve aquel bendito, aquel vencedor, aquél que viene en nombre del Señor. Esto es, de su Padre, puesto que el Hijo tomó el nombre de su Padre, así como el Padre el del Hijo.
 
Pseudo-Crisóstomo, cat. in Marcum Oxon
Dan gloria a Dios, diciendo: "¡Bendito sea el que viene en nombre del Señor!" y bendicen también el reino de Cristo con estas palabras: "¡Bendito sea el reino de nuestro padre David!"
 
Teofilacto
Llaman reino de David al de Cristo, porque Cristo descendía de la familia de David, y a la vez porque David significa el fuerte por su mano. ¿Y quién más fuerte por su mano que el Señor, que obró tantos y tales milagros?
 
Pseudo-Crisóstomo, cat. in Marcum Oxon
De aquí que muchas veces llamen los profetas David a Cristo por venir de David, según la carne.
 
Beda
Leemos en el Evangelio de San Juan que huyó el Señor al monte para que no lo hicieran rey. Ahora, pues, viene a Jerusalén, en donde ha de padecer. No huye de los que lo llaman rey, para manifestar claramente que su imperio no era temporal y terreno, sino eterno y celestial, y que va a él por la humillación de la muerte. Es de notar la consonancia de la voz del pueblo con la del arcángel San Gabriel, que dijo: "El Señor Dios le dará el asiento de David, su Padre" ( Lc 1,32). Es a saber, que llamará al reino de los cielos con su palabra y su ejemplo al pueblo a quien dirigió David con las riendas del gobierno temporal.
 
Pseudo-Crisóstomo, cat. in Marcum Oxon
Y en fin, elevan esta gloria hasta Dios cuando dicen: "¡Hosanna en lo más alto de los cielos!". Esto es, ¡hosanna y gloria al Señor de todas las cosas, que está en las alturas!
 
Pseudo-Jerónimo
En sentido místico se acerca el Señor a Jerusalén, que es la visión de la paz, en la que se halla una felicidad fija e inmutable que según el Apóstol ( Gál 4), es la madre de todos los creyentes.
 
Beda
Betania significa la casa de la acogida, porque enseñando antes de su pasión a muchos de sus discípulos, hizo de la obediencia su morada. Y está situada en el monte de los Olivos, porque vigoriza a su Iglesia ungiéndola con los dones de su Espíritu e ilustrándola con la luz de la ciencia y de la piedad. Mandó a sus discípulos al lugar que tenían enfrente, es decir, destinó a los doctores a que penetrasen con el Evangelio en las fortalezas, digámoslo así, en que se amparaba la ignorancia de todo el mundo.
 
Pseudo-Jerónimo
Dos fueron los discípulos a quienes llamó y envió el Señor, puesto que no consiste la caridad en estar solo. "¡Pero ay del hombre que está solo!" ( Ecle 4,10). Dos son los que conducen a los hebreos en su salida de Egipto; dos los que llevan el racimo de la tierra santa para enseñar a los que presiden a unir la ciencia con la obra; dos los mandamientos consignados en las dos tablas; dos las fuentes para las abluciones; y dos las varas para llevar el arca del Señor, y dos los querubines que la cubren con sus alas, y entre los que hemos de conocer a Dios cantando sus alabanzas con el espíritu y la inteligencia ( 1Cor 14).
 
Teofilacto
No le era necesario el pollino; pero mandó a buscarlo, para manifestar que debía trasladarse al pueblo gentil.
 
Beda
El pollino, desenfrenado y libre, es una figura del pueblo de las naciones, porque ninguno había montado en él. Tampoco doctor ninguno había puesto a este pueblo el freno de la corrección para impedirle hablar mal, o para obligarlo a entrar en el estrecho camino de la vida, persuadiéndolo a obrar el bien.
 
Pseudo-Jerónimo
Encontraron al pollino atado fuera, delante de una puerta, porque el pueblo gentil se hallaba sujeto con los lazos de sus pecados ante la puerta de la fe, es decir, fuera de la Iglesia.
 
San Ambrosio, in Lucam, 9, 6
O le hallaron atado fuera, delante de una puerta, porque el que se halla fuera de Cristo está en el camino, y no está fuera el que se halla en Cristo. Le encontraron, añade, a la entrada de dos caminos, tránsito para todo el mundo, y en donde nadie tenía propiedades, sin pesebre, sin alimento, sin establo. ¡Miserable servidumbre la que no tiene derecho reconocido!, porque tiene muchos señores el que no tiene uno determinado. Los señores extraños atan para poseer y el legítimo desata para ganar, porque sabe que los beneficios son lazos más fuertes que las cadenas.
 
Beda
O bien: estaba entre dos caminos, porque no conociendo el verdadero de la vida y de la fe, seguía, llevado por el error, los muchos y dudosos senderos de las sectas.
 
Pseudo-Jerónimo
Entre dos caminos, es decir, entregado a su libre albedrío, dudando entre la vida y la muerte.
 
Teofilacto
Entre dos caminos, esto es, en esta vida, desatado por los discípulos con el bautismo y la fe.
 
Pseudo-Jerónimo
Algunos decían: ¿Qué hacéis? Esto es: ¿Quién puede perdonar los pecados? ( Lc 5,21).
 
Teofilacto
O bien son los demonios los que quieren impedirlo, pero fueron más fuertes los Apóstoles.
 
Beda
O bien los maestros del error, que eran los que se oponían a los doctores que venían a salvar a las naciones. Librados ya de la oposición de sus enemigos y habiéndoseles mostrado el poder de la fe, los creyentes fueron conducidos ante el Señor, a quien habían de llevar en el corazón. Los vestidos que ponen sobre El los apóstoles, pueden tomarse por la doctrina de las virtudes; o por la fiel interpretación de las Escrituras; o por la variedad de los dogmas de la Iglesia. Todas son cosas que, revistiendo los corazones de los hombres desnudos y fríos antes, los hacen dignos de servir de asiento a Cristo.
 
Pseudo-Jerónimo
O bien: estos vestidos son la primera insignia de inmortalidad que reciben por el sacramento del bautismo. Montó el Señor en el pollino, esto es, empezó a reinar sobre los hombres, para que no fuera el pecado el que imperase sobre la lasciva carne, sino la justicia, la paz y la alegría en el Espíritu Santo. Muchos en seguida tendieron sus vestidos en el camino bajo las patas del pollino. ¿Qué son las patas sino aquellos que están colocados a las extremidades del cuerpo de Cristo, y que nos indica el Apóstol ( 1Cor 6), los cuales, aunque no sean donde se sienta el Señor, son, sin embargo, discípulos como los soldados a quienes instruyó San Juan? ( Lc 3).
 
Beda
O bien: tienden muchos sus vestidos en el camino, porque desnudándose del vestido de la propia carne, es como los santos mártires preparan con su sangre el camino a los fieles más sencillos. Muchos también tienden sus vestidos en el camino, porque doman su cuerpo con la abstinencia, para preparar el camino de Dios a su corazón, o para dar buen ejemplo a los que quieran imitarlos. Cortan ramas de los árboles los que recogen la semilla de la verdad que sembró la elocuencia de los Padres, y la echan con una predicación llena de humildad en el corazón del oyente que viene al camino de Dios.
 
Teofilacto
Tendamos también nosotros en el camino de nuestra vida las ramas cortadas de los árboles, imitando a los santos. Porque los santos son árboles, cuyas ramas corta el que imita sus virtudes.
 
Pseudo-Jerónimo
Los justos florecerán como la palmera ( Sal 91), pobre por sus raíces y rica por su flor y su fruto. Y como son el buen olor de Cristo ( 2Cor 2), cubren con su buena fama el camino de los mandamientos de Dios, siendo los profetas los que iban delante, y los apóstoles los que seguían.
 
Beda
Y porque todos los elegidos, sean los que existían en la Judea, o los que ahora existen en la Iglesia, creyeron y creen en el Mediador de Dios y de los hombres, los que procedían y los que seguían clamaban "hosanna".
 
Teofilacto
Pero son en alabanza de Dios aquéllos de nuestros actos que le preceden y que le siguen, porque la vida que, siendo buena al principio, no sigue siéndolo, no termina en alabanza de Dios.

11-14

Así entró Jesús en Jerusalén, y se fue al templo, donde, después de haber observado por una y otra parte todas las cosas, siendo ya tarde, se salió a Betania con los doce. Al otro día, así que salieron de Betania, tuvo hambre. Y como viese a lo lejos una higuera con hojas, encaminóse allá por ver si encontraba en ella alguna cosa; y llegando, nada encontró sino follaje, porque no era aún tiempo de higos. Y hablando a la higuera, le dijo: "Nunca jamás coma ya nadie fruto de ti". Lo cual oyeron sus discípulos. (vv. 11-14)
 
Beda
Aproximándose el tiempo de la pasión, quiso el Señor aproximarse al lugar en que había de efectuarse, para hacer ver que iba a la muerte por su voluntad. "Así entró Jesús en Jerusalén, y se fue al templo". Que al entrar en Jerusalén fuera al templo antes que nada, nos enseña la forma de religiosidad que debemos seguir. Es decir, que cuando entremos en un lugar en que haya una casa de oración, lo primero que debemos hacer es ir a ella. También debemos observar que el Señor es tan pobre y tan poco afamado, que no halló en aquella gran ciudad hospedaje ni casa alguna, teniendo que hospedarse con Lázaro y sus hermanas en una pequeña propiedad en Betania, que era el villorrio en el que vivían. "Después de haber observado -dice- por una y otra parte todas las cosas" (para ver si encontraba albergue), "siendo ya tarde", etc. Pero esto no le ocurrió solamente una vez, porque durante cinco días, desde su entrada en Jerusalén hasta su pasión, siempre hacía lo mismo, yendo a pasar la noche al monte de los Olivos y enseñando de día en el templo.
"Al otro día, así que salieron de Betania, tuvo hambre".
 
San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 67,1
¿Por qué, pues, tenía hambre por la mañana, como dice San Mateo, sino porque se lo permitió a su carne en vistas a su misión? Y continúa: "Y como viese a lo lejos una higuera con hojas, encaminóse allá por ver si encontraba en ella alguna cosa". Aquí se manifiesta el modo de ver de los discípulos, los cuales creyeron que Cristo se acercó a la higuera para coger de su fruto y que por no encontrar ninguno maldijo al árbol. "Y llegando, nada encontró sino follaje, porque no era aún tiempo de higos. Y hablando a la higuera, le dijo: Nunca jamás coma ya nadie fruto de ti". Maldijo, pues, la higuera por sus discípulos, a fin de inspirarles confianza. Porque, habiendo colmado de beneficios a todo el mundo, y no habiendo castigado a nadie, convenía que demostrase su poder para castigar, como hubiera podido hacerlo con los judíos que le perseguían. Pero no quiso demostrarlo en los hombres, prefiriendo hacerlo en una planta. Y fue por esto principalmente, y no por sentir hambre, por lo que se acercó a la higuera. Porque ¿quién que discurra un poco pensará que pudiera sentir hambre tan de mañana, y sobretodo pudiendo haber tomado alimento antes de salir de la casa? Ni puede decirse tampoco que la vista del fruto abrió su apetito, puesto que no le tenía el árbol. Y además, si tenía hambre, ¿por qué en vez de higos, de los que aún no era tiempo, no buscó otra cosa? ¿Y de qué castigo podría ser digna la higuera por no tener fruto fuera de tiempo? Todo lo cual prueba suficientemente que quería manifestar su poder, para que no decayese en su pasión el ánimo de los apóstoles.
 
Teofilacto
Quería demostrar a los discípulos que con su sola voluntad podía exterminar en el instante a los que habían de crucificarlo. En sentido místico, entró el Señor en el templo, y salió de nuevo para hacernos ver que le abandonaría a la desamparo y a la rapiña.
 
Beda
Mira por todas partes los corazones de todos y no encontrando en los opositores a la verdad dónde reclinar la cabeza, va hacia los fieles y hace su morada de los que lo acojen, puesto que el significado el Betanía es el de casa de la acogida.
 
Pseudo-Jerónimo
Fue por la mañana a los judíos y a nosotros nos visita en la tarde del mundo.
 
Beda
Obra como habla, esto es, en parábolas: por esto busca en la higuera el fruto, de que aún no es tiempo, y sin embargo, la condena a perpetua esterilidad. Con lo cual manifiesta que el pueblo de los judíos, por las palabras de justicia que tenía en sus labios representadas en las hojas del árbol, y que no acompañaba con las obras, que son el fruto, no podía salvarse. Y que, como el árbol estéril, sería arrancado y echado al fuego. Hambriento, pues, o deseando la salvación del género humano, vio la higuera cubierta de hojas, o al pueblo judío con las palabras de la Ley y los Profetas, y en él buscó el fruto de las buenas obras, como la enseñanza, la corrección, los milagros, y no encontrándolo, lo condenó. También nosotros, si no queremos ser condenados en juicio por Cristo, debemos evitar ser árboles estériles, para poder ofrecer al pobre Jesús el fruto de caridad que necesita.
 
San Juan Crisóstomo
Se puede explicar de otro modo por qué el Señor buscó un fruto, para el que no era tiempo, y por qué al no encontrarlo maldijo al árbol: porque fructifican en su tiempo todos los que cumplen los preceptos de la ley -como el de no cometerás adulterio -. Pero los que no sólo no lo cometen, sino que se conservan vírgenes, lo que es mucho más, sobresalen en la virtud. Y a éstos, que son los perfectos, no sólo les exige las virtudes, sino que fructifiquen sobre lo mandado.

15-18

Llegan, pues, a Jerusalén. Y habiendo Jesús entrado en el templo, comenzó a echar fuera a los que vendían y compraban en él, y derribó las mesas de los cambistas y los asientos de los que vendían palomas para los sacrificios. Y no permitía que nadie transportase mueble o cosa alguna por el templo. Y les instruía diciendo: "¿Por ventura no está escrito: Mi casa será llamada de todas las gentes casa de oración? Pero vosotros habéis hecho de ella una guarida de ladrones". Sabido esto por los príncipes de los Sacerdotes y los escribas, andaban trazando el modo de quitarle la vida secretamente, porque le temían, viendo que todo el pueblo estaba maravillado de su doctrina. (vv. 15-18)
 
Beda
Lo que como figura hizo el Señor maldiciendo la higuera infructuosa, lo manifestó más claramente poco después, arrojando del templo a los malvados, porque aquí son los sacerdotes los que faltan, mientras que no es falta en el árbol que no dé fruto fuera de tiempo. "Llegan -dice- a Jerusalén. Y habiendo Jesús entrado en el templo", etc. Es de creer ciertamente que lo que vio vender y comprar era lo necesario al ministerio del templo. Por tanto, si no soporta el Señor que en su casa se traten negocios temporales, que en cualquier otro lugar podían tratarse libremente, ¡con cuánto mayor motivo se harán dignos de su cólera celestial los que en el templo consagrado a Dios tratan lo que jamás es lícito tratar! "Y derribó las mesas de los cambistas".
 
Teofilacto
Llama cambistas ( nummularios), a los cambiantes de moneda, de nummus, moneda pequeña de cobre. "Y derribó los asientos de los que vendían palomas".
 
Beda
Como el Espíritu Santo apareció sobre el Señor en figura de paloma, se nos representa con razón por palomas los dones del Espíritu Santo. Se vende la paloma cuando se da por dinero la imposición de las manos por la cual se recibe el Espíritu Santo. Derriba, pues, los asientos de los que venden palomas, porque los que venden la gracia espiritual son privados del sacerdocio, sea delante de los hombres, o ante la mirada de Dios.
 
Teofilacto
Si alguno por el pecado diese al demonio la gracia y pureza del bautismo, vende su paloma, y por tanto será arrojado del templo.
"Y no permitía que nadie transportase muebles por el templo".
 
Beda
Habla de los muebles que eran materia del comercio, no de los consagrados a Dios, y que por lo mismo no debían salir del templo ni podía prohibirse que se metieran en él. Aquí se comprende un ejemplo del juicio futuro, porque echa de la Iglesia a los réprobos, o con el látigo de su justicia eterna los contiene para que no vuelvan a entrar en ella a escandalizarla. Ahora, en cuanto a los pecados que se han deslizado en el corazón de los fieles, los borra la compunción que viene de Dios, y el auxilio de la gracia divina ayuda para que no se repitan.
"Y les instruía diciendo: ¿Por ventura: no está escrito: Mi casa será llamada de todas las gentes casa de oración?"
 
Pseudo-Jerónimo
Esto según lo que había dicho Isaías ( Is 55,7). Y Jeremías había dicho: "Pero vosotros habéis hecho de ella una guarida de ladrones" ( Jer 7,11).
 
Beda
Es a todas las gentes a las que habla así. No sólo al pueblo judío, ni sólo a la ciudad de Jerusalén, sino a todo el orbe. Y no dice casa de bueyes, ni de cabras, ni de carneros, sino casa de oración.
 
Teofilacto
Llama al templo guarida de ladrones por el lucro, puesto que por él se reúnen los ladrones. Los llama así, porque por la ganancia vendían los animales que se ofrecían en los sacrificios.
 
Beda
Estaban, pues, en el templo, o para perseguir corporalmente a los que no daban, o para matar espiritualmente a los que daban. El espíritu y la conciencia de los fieles son como el templo de Dios, y cuando abrigan malos pensamientos en perjuicio del prójimo, se puede decir que residen en una guarida de ladrones. Así que el corazón de los fieles se convierte en guarida de ladrones, cuando, abandonando la sencillez de la santidad, se esfuerzan en hacer lo que puede perjudicar al prójimo.
 
San Agustín, de consensu evangelistarum, 2,67
San Juan refiere esto de un modo muy distinto ( Jn 2), lo cual dice que el Señor obró así no sólo una vez. Pero San Juan hace mención de la primera, y los otros tres evangelistas de la última.
 
Teofilacto
Esto acusa más a los judíos, puesto que, a pesar de haber repetido este hecho el Señor, no se enmendaron absolutamente en nada.
 
San Agustín, de consensu evangelistarum, 2,63
Tampoco en esto guarda San Marcos el mismo orden que San Mateo, pero como éste dice: "Y dejándolos salió fuera de la ciudad a Betania" ( Mt 21,17), y añade que a la mañana siguiente, al volver a la ciudad, maldijo al árbol, es más probable que sea este evangelista el que guardó mejor el orden de los tiempos en el suceso de los vendedores y compradores y de los que fueron echados del templo. Así que olvidó San Marcos que el Señor había hecho esto cuando entró en el templo el primer día, y lo intercaló, al recordarlo, cuando refirió el hecho de no haber encontrado ningún fruto en la higuera, que fue lo que, según dicen ambos, ocurrió el segundo día.
 
Glosa
Cuál fue el efecto que produjo la corrección del Señor en los ministros del templo, lo expresa el evangelista diciendo: "Sabido esto por los príncipes de los sacerdotes y escribas, andaban buscando el modo de quitarle la vida", según estas palabras: "Aborrecieron al que los amonestaba en la puerta, y han abominado del que les hablaba la verdad" ( Am 5,10). Aplazaron este propósito tan inicuo sólo por temor, y por esto dice: "Porque le temían, viendo que todo el pueblo estaba maravillado de su doctrina". Pero les enseñaba como el que tiene potestad para ello, y no como los escribas y fariseos, según se dice en otro lugar ( Mc 1,22).

19-26

Así que se hizo tarde, se salió de la ciudad. La mañana siguiente, repararon los discípulos al pasar que la higuera se había secado de raíz. Con lo cual, acordándose Pedro de lo sucedido, le dijo: "Maestro, mira cómo la higuera que maldijiste se ha secado". Y Jesús tomando la palabra, les dijo: "Tened confianza en Dios y obraréis también estas maravillas. En verdad os digo que cualquiera que dijera a este monte: Quítate de ahí y échate al mar, no vacilando en su corazón, sino creyendo que cuanto dijere se ha de hacer, así se hará. Por tanto os aseguro que todas cuantas cosas pidiereis en la oración, tened viva fe de conseguirlo, y se os concederán sin falta. Mas al poneros a orar, si tenéis algo en contra de alguno, perdonadle el agravio, a fin de que vuestro Padre, que está en los cielos, también os perdone vuestros pecados. Que si no perdonáis vosotros, tampoco vuestro Padre celestial os perdonará vuestras culpas, ni oirá vuestras oraciones". (vv. 19-26)
 
Pseudo-Jerónimo
Dejó el Señor las tinieblas en el corazón de los judíos, y llevó la luz a otra ciudad benévola y obediente. "Así que se hizo tarde, salió de la ciudad", etc. Pero, si se puso, también salió el sol, y su luz, nublada para los escribas, lució para los apóstoles. Por esto vuelve a la ciudad. "La mañana siguiente notaron los discípulos (yendo a la ciudad), que la higuera se había secado de raíz".

Teofilacto
Este milagro fue tanto más grande, cuanto que era un árbol robusto y lleno de lozanía. Así, pues, aunque dice San Mateo que se admiraron los discípulos de ver cómo se había secado de repente aquella higuera, no es de extrañar que San Marcos diga que fue a la mañana siguiente cuando vieron los discípulos que estaba seca. Puesto que no dice San Mateo que lo vieron en el acto, puede entenderse que lo vieron a la mañana siguiente.
 
San Agustín, de consensu evangelistarum, 2,67
Se debe creer que no se secó el árbol cuando lo vieron los apóstoles, sino inmediatamente después que fue maldito, y que no lo vieron secarse, sino que seco, por lo que conocieron que se había secado al punto a la voz de Dios.
 
Pseudo-Jerónimo
La higuera, seca hasta en sus raíces, es la sinagoga desde Caín y de todos los demás a quienes se pide cuenta de la sangre derramada desde la de Abel hasta la de Zacarías.
 
Beda
Quedó seca la higuera hasta la raíz para mostrar que esta nación infiel no debía ser corregida en todo ni en parte por incursiones de extranjeros, ni librada por la penitencia, como sucede con frecuencia, sino herida de eterna condenación. O bien: seca hasta la raíz, para manifestar que quedaba privada de auxilio divino en lo interior, como del humano en lo exterior. Porque perdió la vida del cielo, como la patria de la tierra.
 
Pseudo-Jerónimo
San Pedro conoció lo que era esta higuera seca y sin raíz, a la que reemplazó la hermosa y fértil elegida por el Señor. "Con lo cual, acordándose Pedro, le dijo: Maestro, mira cómo la higuera que maldijiste se ha secado".
 
San Juan Crisóstomo
La admiración de Pedro y de los otros discípulos nacía de su fe imperfecta, puesto que este prodigio no era nada para Dios, y como no conocían bien su poder, hizo su ignorancia que se asombraran de este modo. "Y Jesús, tomando la palabra, les dijo: Tened confianza en Dios; en verdad os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate de ahí, y échate al mar, no vacilando en su corazón, así se hará", etc. Es como si dijera: No sólo podrá secar un árbol, sino mudar de asiento a un monte con el imperio de su voz.
 
Teofilacto
Admiremos la misericordia divina, que nos comunica, cuando nos acercamos a Dios por la fe, el poder de hacer milagros, que por naturaleza tiene, hasta el punto de cambiar de lugar a los montes.
 
Beda
Los gentiles, que escribieron mal contra la Iglesia, suelen reprocharnos el no haber podido transportar nunca los montes por no tener plena fe en Dios. A esto debemos contestar que no está escrito todo lo que se ha hecho en la Iglesia, como testifica la historia de los hechos del mismo Cristo. Si la necesidad lo hubiera exigido, se hubiera hecho, conforme a lo que leemos en la vida de San Gregorio Taumaturgo, quien por la oración hizo que se retirase un monte, dejando el espacio necesario para la iglesia que quería construir.
 
San Juan Crisóstomo
O de otro modo: así como la higuera no se secó por causa suya sino que fue una figura de Jerusalén, que había de acabar en la ruina, y una demostración del poder de Cristo, así también debemos tomar como una figura la promesa acerca del monte: para alguien y de algún modo moverlo no será imposible, de acuerdo a lo prometido por el Señor.
 
Pseudo-Jerónimo
Siendo, pues, Cristo, la piedra que se desgaja del monte, sin que ninguna mano la mueva ( Dn 2,34), es arrancado y lanzado al mar cuando dicen los apóstoles con verdad: Nos vamos a predicar a los gentiles, ya que vosotros mismos os juzgáis indignos de oír la palabra de Dios ( Hch 13,46).
 
Beda
O bien: porque bajo el nombre de monte se indica al diablo por su soberbia, es arrancado este monte de la tierra a la voz de los que son fuertes en la fe, y lanzado al mar cuando, predicando los santos doctores la palabra de Dios, se arroja al espíritu inmundo del corazón de los predestinados a la vida. Entonces le es permitido ejercer su furiosa tiranía en los turbados y desconsolados corazones de los infieles, en los que se ensaña con tanta más crueldad, cuanto mayor es su sentimiento por no haber podido dañar a los primeros.
"Por tanto os aseguro -continúa- que todas cuantas cosas pidiereis en la oración, tened viva fe de conseguirlas", etc.
 
Teofilacto
El que cree por su afecto, eleva sin duda su corazón a Dios, se une a El, y en el fervor de su corazón, halla la prueba de haber alcanzado lo que pedía. Todo el que lo haya experimentado lo comprenderá ciertamente, y deben experimentarlo los que tienen la medida y el modo de la fe, porque dice el Señor que recibiremos todo lo que pidamos con fe. Y el que cree que están sus destinos en manos de Dios, si se lo pide con lágrimas y abrazando en la oración sus divinos pies con el pensamiento, debe conseguir lo que le pida en justicia. ¿Queréis alcanzar de otro modo lo que pedís? Pues perdonad a vuestro hermano lo que haya hecho contra vosotros. "Mas al poneros a orar -dice- si tenéis algo en contra de alguno", etc.
 
Pseudo-Jerónimo
San Marcos reduce a una sola las siete peticiones de la oración dominical, porque aquél, cuyos pecados todos han sido perdonados, ¿qué podrá pedir sino la perseverancia en lo que ha obtenido?
 
Beda
Es de notar la diferencia que hay entre los que ruegan: unos, que tienen la fe perfecta, que obra por el amor, y que pueden trasladar, orando y también mandando, los montes espirituales, como hizo Pablo con el mago Elima ( Hch 13); otros que no pueden subir a tan alta perfección, y que por lo mismo deben pedir el perdón de sus pecados. Esto lo conseguirán si antes han perdonado a los que les hayan ofendido, pues de otro modo, no sólo no conseguirán con su oración las virtudes, sino tampoco el perdón de sus culpas. "Que si no perdonáis vosotros, tampoco vuestro Padre celestial os perdonará vuestras culpas".
 
Glosa
¡Aterradoras palabras!

27-33

Volvieron, pues, otra vez a Jerusalén, y paseándose Jesús por el atrio exterior del templo (instruyendo al pueblo), lléganse a El los príncipes de los sacerdotes, y los escribas, y los ancianos, y le dicen: "¿Con qué autoridad haces estas cosas? ¿Y quién te ha dado a ti potestad de hacer lo que haces?" Y respondiendo Jesús, les dijo: "Yo también os haré una pregunta: respondedme a ella primero, y después os diré con qué autoridad hago estas cosas. El bautismo de Juan, ¿era del cielo o de los hombres? Respondedme a esto". Ellos discurrían para consigo, diciendo entre sí: "Si decimos que del cielo, dirá: ¿pues por qué no le creísteis? Si decimos que de los hombres, debemos temer al pueblo"; pues todos creían que Juan había sido verdadero profeta. Y así, respondieron a Jesús, diciendo: "No lo sabemos". Entonces Jesús les respondió: "Pues ni yo tampoco os diré con qué autoridad hago estas cosas". (vv. 27-33)
 
Teofilacto
Habiendo echado el Señor del templo a los que hacían de él una tienda de comercio, fueron airados donde El para interrogarlo y tentarlo. "Volvieron, pues, otra vez a Jerusalén -dice- y mientras se paseaba en el templo, etc." Es como si dijeran: ¿Quién eres que tales cosas haces? Acaso te constituyes doctor y te ordenas príncipe de los sacerdotes?
 
Beda
Y ciertamente que, cuando dicen: ¿con qué poder haces esto?, dudan del poder de Dios, y quieren suponer que lo hace por el diablo. Y cuando añaden: ¿quién te dio este poder? niegan terminantemente al Hijo de Dios, el que juzgan que obra por un poder extraño, y no por el suyo propio.
 
Teofilacto
Decían esto, creyendo hacerlo tambalear, porque si contestaba: "Con mi poder", podían prenderle, y si decía: "Con el poder de otro", procurarían alejar de El al pueblo, que creía que era Dios mismo. Pero el Señor les pregunta sobre Juan, no con intención sofista, sino porque Juan les había dado testimonio de ello. "Y respondiendo Jesús, les dijo: Yo también os haré una pregunta", etc.
 
Beda
El Señor podía ciertamente refutar con una respuesta franca las calumnias de los que le tentaban pero les pregunta usando de toda prudencia, para que se condenen ellos mismos con sus palabras o con su silencio. Así se desprende de lo que sigue: "Ellos discurrían para consigo diciendo: Si decimos que del cielo, dirá: ¿Pues por qué no lo creísteis?", que es como si dijera: Es el mismo que creéis que había recibido del cielo el don de profecía, y que ha dado testimonio de mí, y de sus labios oísteis en virtud de qué poder hago esto. "Si decimos que de los hombres -continúa- debemos temer al pueblo". Veían, pues, que de cualquier modo que contestasen, quedaban atrapados en sus redes, y aunque temían ser apedreados, temían más aún el confesar la verdad. "Y así respondieron a Jesús diciendo: No lo sabemos".
 
Pseudo-Jerónimo
Se ven rodeados de tinieblas por la envidia que les causa esta luz, de la que se dice: "Preparada tengo una antorcha a mi ungido, a sus enemigos los cubriré de oprobios" ( Sal 131,17-18). Y continúa: "Entonces Jesús les respondió: Pues ni yo tampoco os diré con qué autoridad hago estas cosas".
 
Beda
Es como si dijera: No os digo lo que sé, porque no queréis confesar lo que sabéis. Es de notar que son dos las razones que hay principalmente para ocultar la ciencia de la verdad a los que la buscan, a saber: cuando el que la busca tiene poca capacidad para comprenderla, y cuando se hace indigno de ella por el menosprecio o aversión con que la mira.