CATENA AUREA - SANTO TOMÁS DE AQUINO

29-32   -   33-35   -   36-38   -   39-41   -   42-50   -   51-52
01-05
Por aquellos días se promulgó un edicto de César Augusto, mandando empadronar a todo el mundo. Este fue el primer empadronamiento hecho por Cirino, gobernador de Siria. Y todos iban a empadronarse, cada cual a la ciudad de su estirpe. José subió también de Galilea de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David que se llama Belén: pues era de la casa y familia de David, para empadronarse, con María, su esposa, la cual estaba encinta. (vv. 1-5)
 
Beda
Así como el Hijo de Dios, viniendo en carne mortal, nace de una Virgen, dando a entender cuánto le agrada la virtud de la virginidad, así también viniendo al mundo en tiempo de paz enseña a buscarla, dignándose visitar a los que la aman. No pudo haber una señal más clara de la paz que la de reunir a todo el mundo bajo un solo cetro, cuyo moderador Augusto, hacia el tiempo del nacimiento del Señor reinó con tanta paz durante doce años, en que, pacificadas las guerras en todo el mundo, pareció que se cumplía al pie de la letra el vaticinio del profeta, y por esto dice: "Por aquellos días se promulgó un edicto", etc.
 
Griego
Nació Jesucristo cuando habían dejado de existir los príncipes de los judíos y había pasado su imperio a los emperadores romanos, a quienes los judíos pagaban tributo. Así se cumplió la profecía que había anunciado que no faltaría un príncipe de la descendencia de Judá hasta que viniera el que había de ser enviado ( Gén 49,10.). Pero César Augusto -en el año cuarenta y dos de su reinado- publicó un edicto mandando empadronar a todo el mundo para que pagase tributo, cuyo encargo había confiado a Cirino, a quien nombró presidente de Judea y de Siria. Dice, pues: "Este fue el primer empadronamiento", etc.
 
Beda
Dice que este empadronamiento fue el primero, o porque comprendió a todo el mundo -constando como consta que muchos puntos de la tierra habían sido empadronados otras veces en particular-, o porque se llevó a cabo cuando Cirino fue enviado a Siria.
 
San Ambrosio
Con toda oportunidad se dice el nombre del presidente para señalar la época en que tuvo lugar, porque si se inscriben los nombres de los cónsules en las tablas de los contratos ¿con cuánta más razón debe inscribirse también el tiempo de la redención de todos?
 
Beda
Por disposición superior se hizo la inscripción del censo de tal modo que se mandaba que cada cual fuese al pueblo donde había nacido, conforme con lo que sigue: "Y todos iban a empadronarse, cada cual a su ciudad". Por lo cual sucedió que nuestro Señor fue concebido en un sitio y nació en otro, para evitar así con más seguridad el furor de Herodes. Y prosigue: "José subió también de Galilea", etc.
 
San Juan Crisóstomo, in diem natalem Christi
Augusto dio este edicto por disposición de Dios para servir a la presencia de su Unigénito. Porque este edicto obligaba a la Madre a ir a su patria, que ya habían anunciado los profetas, esto es, a Belén de Judea. Así es que dice: "A la ciudad de David, que se llama Belén".
 
Griego
Por esto añade "a la ciudad de David", para anunciar que se había cumplido ya la promesa que Dios hizo a David (que había de nacer de su descendencia el rey inmortal de los siglos). Y prosigue: "Como era de la casa y familia de David". Como José era de la descendencia de David, ha querido decir el evangelista que la Santísima Virgen también era de la misma familia, porque la ley divina mandaba que se casasen los descendientes de una misma familia, por esto dice: "Con María, su esposa", etc.
 
San Cirilo
Dice, pues, su esposa, insinuando que no estaban más que desposados cuando se verificó la concepción, porque la Santísima Virgen no concibió por obra de varón.
 
San Gregorio Magno, homiliae in Evangelia, 8
En sentido místico se empadrona el mundo cuando ha de nacer el Señor, porque aquél que aparecía en carne mortal, debía inscribir a sus escogidos en la eternidad.
 
San Ambrosio
Y cuando se trata de la inscripción temporal, se comprende también la espiritual, no para el Rey de la tierra, sino para el del cielo. Esta profesión de fe es el censo de las almas, pues abolido el antiguo censo de la sinagoga, se preparaba el nuevo de la Iglesia. Finalmente, para que se comprenda que este censo no es obra de Augusto, sino de Cristo, se manda a todo el mundo que se inscriba. ¿Quién, pues, podría exigir el empadronamiento de todo el mundo, sino aquél que tiene dominio sobre todo el orbe? Pues el mundo no es de Augusto, sino que "del Señor es la tierra", etc. ( Sal 23).
 
Beda
Cumplió perfectamente el nombre de Augusto, porque deseó aumentar los suyos, siendo poderoso para aumentarlos.
 
Teofilacto
Era también conveniente que desapareciese el culto de muchos dioses por medio de Jesucristo, y que sólo fuese adorado el único Dios.
 
Orígenes, in Lucam hom. 11
Parece que en esto se da a conocer la figura de un sacramento a quien la medite con atención. Porque en el censo de todo el mundo fue conveniente que figurase Jesucristo puesto que, como había de santificar a todos, debía ser contado en el censo del universo general, para ponerse en comunidad con él.
 
Beda
Así, pues, como cuando mandaba Augusto, y siendo presidente Cirino, iban todos a sus pueblos para inscribirse en el censo, así ahora, mandando Jesucristo por medio de sus doctores (los jefes de la Iglesia), debemos inscribirnos en el censo de la justicia.
 
San Ambrosio
Esta es, pues, la primera declaración de las almas al Señor, para quien todas se declaran. Hecha no a la voz de un pregón, sino del profeta que dice ( Sal 46,2): "Naciones todas, dad palmadas de aplauso". Por último, para hacer ver que el censo se hace con justicia, vienen a obedecerlo José y María, esto es, un justo y una virgen; aquél, que había de proteger al Verbo y ésta que había de darlo a luz.
 
Beda
Nuestra ciudad y nuestra patria son la eterna felicidad, a la cual debemos ir, creciendo todos los días en las virtudes. La Iglesia Santa con sus doctores, abandonando el trato mundano, que es lo que significa Galilea, y subiendo a la ciudad de Judá, que significa confesión y alabanza, paga el censo de su devoción al Rey eterno. Y, a semejanza de la bienaventurada Virgen María, nos concibe virgen por obra del Espíritu Santo. Desposada con Cristo por El, unida de una manera visible al pontífice -su jefe- es colmada de la invisible virtud del Espíritu Santo, dando a entender con su mismo nombre que los esfuerzos del maestro que habla nada valen si, para ser entendido, no recibe el auxilio de la gracia divina.
   
06-07
Y sucedió que, hallándose allí, le llegó la hora del parto, y parió a su hijo primogénito, y envolvióle en pañales, y recostóle en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón. (vv. 6-7)
 
San Ambrosio
San Lucas explicó brevemente el modo, el tiempo, y aun el lugar, en que Jesucristo nació según la carne, diciendo: "Y sucedió que, hallándose allí, le llegó la hora del parto", etc. El modo, en realidad de verdad, porque como desposada había concebido, pero como virgen había engendrado.
 
San Gregorio Niseno, in diem nat. Christi
Apareciendo como hombre, no se somete en todo a las leyes de la naturaleza humana. El nacer de la mujer demuestra la naturaleza humana. Pero la virginidad, que había servido para aquel nacimiento, manifiesta que es superior al hombre. Su Madre lo lleva con alegría, su origen es inmaculado, fácil el parto, su nacimiento sin mancha y sin dolores. Porque convenía que, así como fue condenada a alumbrar con dolores la que por su culpa introdujo la muerte en nuestra naturaleza, alumbrase por el contrario con alegría la Madre de la vida. Viene a la vida de los mortales por la pureza virginal en el momento en que empiezan a disiparse las tinieblas y aquella oscuridad nocturna e inmensa desaparece por la fuerza del rayo vivificador. Porque la muerte era el fin de la gravedad del pecado y ahora va a ser destruida ante la presencia de la verdadera luz, que habrá de iluminar a todo el mundo por medio de los rayos evangélicos.
 
Beda
También el Señor se dignó encarnar en un tiempo en que inmediatamente pudo ser inscrito en el censo del César, sometiéndose así a la servidumbre por nuestra libertad. Además nace en Belén no sólo para manifestar su distintivo de rey, sino también por el sentido oculto de este nombre.
San Gregorio Magno, homiliae in Evangelia
Porque Belén quiere decir casa del pan y El mismo es quien dice: "Yo soy el pan vivo que bajé del cielo" ( Jn 6,41). El lugar en que nace el Señor se llamaba antes casa del pan, porque había de suceder que aparecería allí, según la carne, aquel que había de robustecer las almas de sus escogidos con una saciedad interior.
 
Beda
Pero el Señor no dejará de ser concebido en Nazaret, ni de nacer en Belén hasta la consumación de los siglos, porque cada uno de aquellos que recibiere la flor de su palabra será convertido en habitación del pan eterno, siendo concebido cada día por la fe en el seno virginal, esto es, en el corazón de los creyentes y engendrado por el bautismo.
"Y dio a luz -prosigue- a su hijo primogénito", etc.
 
San Jerónimo, contra Helvidium
Fundado en esto, Helvidio defiende que no puede llamarse primogénito sino aquél que tiene hermanos, así como se llama unigénito aquél que es hijo único. Nosotros lo explicamos así: todo unigénito es primogénito; pero no todo primogénito es unigénito. Decimos que no es primogénito aquél a quien siguen otros, sino el que ha sido engendrado primero. De otro modo, si no es primogénito más que aquel a quien siguen sus hermanos, no hubieran tenido derecho a recibir las primicias los sacerdotes hasta que no hubiesen nacido otros. Porque no teniendo otro hijo, el primero era único hijo y no primogénito.
 
Beda
También es unigénito, según la divinidad; primogénito, según la acepción humana. Primogénito, según la gracia, y unigénito, según la naturaleza.
 
San Jerónimo, contra Helvidium
Allí no hubo quien recibiera al Niño, ni intervino la solicitud de las mujeres. La Madre envuelve al Niño en los pañales, y sirve a la vez de madre y de matrona, por lo cual dice: "Y envolvióle en pañales".
 
Beda
Aquél, que viste a todo el mundo con tanta variedad de adornos, es envuelto en pobres pañales, para que nosotros podamos recibir la primera vestidura. Las manos y los pies de Aquél que ha hecho todas las cosas son ligados para que nuestras manos estén siempre dispuestas a obrar el bien y nuestros pies a marchar por el camino de la paz.
 
Griego
¡Oh, admirable tortura y extremada penuria, a que se ve sometido el que gobierna al universo! Desde el principio se apropia toda la pobreza y la enriquece, o la honra, en sí mismo.
 
San Juan Crisóstomo, homilia in diem Christi natal
Además, si hubiera querido, pudo venir estremeciendo al cielo, agitando la tierra y lanzando rayos. Pero no vino así porque no quería perdernos, sino salvarnos, y quería también desde el primer momento de su vida abatir la soberbia humana. Por esto, no solamente se hace hombre, sino hombre pobre, y eligió una Madre pobre, que carecía incluso de cuna en donde poder reclinar al recién nacido. Y continúa: "Y recostóle en un pesebre".
 
Beda
Y se ve en la estrechez de un pesebre duro Aquel a quien el cielo sirve de asiento, para poder ofrecernos las alegrías del reino de los cielos. Aquél -que es el pan de los ángeles- está recostado en un pesebre para poder fortificarnos como animales santos con el trigo de su carne.
 
San Cirilo
Encontró al hombre embrutecido en su alma y por esto fue colocado en un pesebre como alimento para que, transformando la vida bestial, podamos ser llevados a una vida conforme con la dignidad humana tomando, no el heno, sino el pan celestial que es el cuerpo de vida.
 
Beda
El que se sienta a la derecha del Padre se halla en lugar pobre y desabrigado, para prepararnos muchas mansiones en la casa de su Padre ( Jn 14). De aquí prosigue: "Porque no hubo lugar para ellos en el mesón". No nace en la casa de sus padres, sino en un mesón, y en el camino, porque por medio del misterio de la encarnación se hizo el camino por el cual nos lleva a la patria, en donde disfrutaremos de la verdad de la vida.
 
San Gregorio, homilia in Evangelia, 8
Para mostrar que por la humildad de que se había revestido nacía -por decirlo así- en lugar extranjero, no según el poder, sino según la naturaleza.
 
San Ambrosio
Por nosotros, pues, está en la debilidad; por El en el poder. Por nosotros en la pobreza, por El en la opulencia. No nos detengamos, pues, en lo que vemos, sino en que hemos sido redimidos. Señor, más te debo por haber sido redimido en virtud de tus injurias, que por haber sido criado entre tus obras. De nada me aprovecharía el haber nacido, si a la vez no hubiera sido redimido.
   
08-12
Estaban velando en aquellos contornos unos pastores, y haciendo centinela de noche sobre su grey, cuando de improviso un ángel del Señor apareció junto a ellos, y cercóles con su resplandor una luz divina; lo cual les llenó de sumo temor. Díjoles entonces el ángel: "No tenéis que temer, pues vengo a daros una nueva de grandiosísimo gozo para todo el pueblo, y es que hoy ha nacido en la ciudad de David el Salvador, que es el Cristo o Mesías, el Señor nuestro: y sírvaos de señal que hallaréis al Niño envuelto en pañales y reclinado en un pesebre". (vv. 8-12)
 
San Ambrosio
Consideremos cómo la providencia divina se cuida de afirmar la fe. Un ángel instruye a María, un ángel instruye a José y un ángel instruye a los pastores, de quienes se dice: "Estaban velando en aquellos contornos unos pastores", etc.
 
San Crisóstomo, in Cat. graec. Patr
Un ángel se había aparecido a José en sueños. En cambio a los pastores se aparece de una manera visible, como a hombres más ignorantes. El ángel no fue, pues, a Jerusalén, ni buscó a los escribas y fariseos, porque estaban corruptos y atormentados por la envidia. Pero los pastores eran sencillos, y observaban la antigua ley de los patriarcas y de Moisés. Hay, pues, un cierto camino que conduce la inocencia a la sabiduría.
 
Beda, homilia in nativ. Dom
En todo el antiguo testamento no encontramos que los ángeles, que con tanta frecuencia se aparecían a los patriarcas, se apareciesen rodeados de luz. Esta gracia debía estar reservada al tiempo en que ha nacido entre las tinieblas la luz para los de corazón recto ( Sal 111), y prosigue: "Y cercóles con su resplandor una luz divina".
 
San Ambrosio
Sale del seno de su Madre, pero resplandece como si estuviera en el cielo; yace en un pesebre de la tierra, pero brilla con la luz del cielo.
 
Griego
Pero se asustaron con el milagro, según lo que sigue: "Lo cual los llenó de sumo temor", etc. Pero el ángel que les había causado aquel temor, lo disipa con alegría. Y continúa: "Pues vengo a daros una nueva de grandísimo gozo", etc. No sólo al pueblo de los judíos, sino a todos los pueblos. La causa de la alegría se manifiesta en el nuevo y admirable parto, el cual se da a conocer por los mismos nombres, pues prosigue: "Y es que hoy os ha nacido en la ciudad de David el Salvador, que es el Cristo, o Mesías, el Señor nuestro ". El primero de estos nombres, esto es, Salvador, significa la acción, y el tercero, Señor, representa la majestad
 
San Cirilo, de incarnationis unigenitis, 1
El que se coloca en medio, a saber, Cristo, expresa la unción y no significa la naturaleza, sino la unión hipostática. Confesamos que en Jesucristo, nuestro Salvador, hay unción verdadera. Y no simbólica por una gracia profética (como en otro tiempo sucedía con los reyes por el óleo), ni para llevar a término con acierto algún asunto particular, según las palabras de Isaías ( Is 45,1). "El Señor dice esto a mi ungido Ciro" (cap. 45). Este es llamado Cristo (aunque era idólatra), por cumplir el decreto del cielo ocupando toda la provincia de Babilonia. Pero el Salvador fue ungido, como hombre en la forma de siervo, por el Espíritu Santo; y, como Dios, El unge con el Espíritu Santo a todos los que creen en El.
 
Griego
Manifiesta también el tiempo en que tuvo lugar este nacimiento diciendo: "Hoy"; el lugar, cuando dice: "En la ciudad de David"; y las señales, al añadir: "Y sírvaos de señal", etc. He aquí cómo los ángeles anuncian a los pastores el nacimiento del Pastor principal, que nace y se manifiesta como un cordero en un establo.
 
Beda
La infancia del Salvador se nos ha dado a conocer con frecuencia por la voz de los ángeles y por los testimonios de los evangelistas, con el objeto de que se grabe más profundamente en nuestros corazones lo que se ha hecho por nosotros. Y debe notarse que la señal del nacimiento del Salvador no es la púrpura de Tiro, sino los pobres pañales que lo envolvían; no hemos de encontrarlo en cunas doradas, sino en pesebres.
 
San Maximino, in sermone Nativitatis, 4
Pero, si a nuestra vista aparecen acaso humildes los pañales, admiremos los conciertos de los ángeles. Si menospreciamos el pesebre, levantemos un poco la vista y miremos esa estrella nueva en el cielo anunciando al mundo el nacimiento del Señor. Si creemos en las cosas viles, creamos también en las cosas admirables. Si discutimos lo que es humilde, veneremos lo que es alto y celestial.
 
San Gregorio Magno, homiliae in Evangelia, 8
En sentido místico, la aparición del ángel a los pastores cuando están despiertos y la claridad divina que los rodeó, significan que a los que saben guiar con solicitud su fiel rebaño, la gracia divina resplandece sobre ellos con más abundancia.
 
Beda, in homil. in nativ. Dom
Aquellos pastores de rebaños representan, pues, a los doctores y directores de las almas fieles. La noche durante la cual velaban sobre sus rebaños, representa los peligros de las tentaciones, respecto de las cuales los pastores no deben dejar de precaverse y vigilar a los demás que les están encomendados. Velan con mucha razón los pastores sobre sus rebaños cuando nace el Señor, porque ha nacido Aquel que dice: "Yo soy el buen pastor" ( Jn 10,11), y se acercaba el tiempo en que este mismo pastor había de atraer a sus ovejas, que andaban errantes, a los pastos de la vida eterna.
 
Orígenes, in Lucam, 12
Si profundizamos más el sentido, diremos que los ángeles eran como los pastores encargados de conducir las cosas humanas. Y como cada uno de éstos hacía su guardia, apareció el ángel después de nacido el Salvador y anunció a los pastores que había nacido el verdadero Pastor. Además, antes de la venida del Salvador, de poco podían servir a los que les estaban confiados, porque apenas alguno de aquellos pueblos creía en Dios. Pero ahora los pueblos enteros abrazan la fe de Jesucristo.
   
13-14
Al punto mismo se dejó ver con el ángel un ejército numeroso de la milicia celestial alabando a Dios y diciendo: "Gloria a Dios en lo más alto de los cielos y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad". (vv. 13-14)
 
Beda
Para que no pareciese pequeña la autoridad de un solo ángel, después que anunció uno el misterio del nacimiento nuevo, apareció inmediatamente una multitud de ángeles del cielo, y por esto dice: "Y al punto mismo se dejó ver con el ángel un ejército numeroso de la milicia celestial". Con toda propiedad se llama milicia celestial al coro de ángeles que viene, porque obedece humildemente a aquel poderoso jefe que apareció para destruir las potestades del aire. Y El mismo, para que estas potestades enemigas no puedan tentar a los mortales tanto cuanto quieren, las confunde fuertemente con las armas del cielo. Porque el que ha nacido es Dios y hombre a la vez, y por tanto se canta con razón: "Gloria a Dios en lo más alto de los cielos, y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad", conforme a las palabras del evangelista. Un sólo ángel, un enviado, es quien anuncia que ha nacido Dios, según la carne, y al punto una multitud de espíritus celestiales prorrumpe en alabanzas al Señor. De este modo rinde culto a Cristo y nos intruye con su ejemplo para que, cuando uno de nuestros hermanos pronuncie una palabra de la ciencia sagrada, o cuando nosotros mismos pensemos en cosas piadosas, inmediatamente demos alabanzas a Dios con nuestro corazón, con nuestra palabra y con nuestras obras.
 
San Crisóstomo
En otro tiempo se mandaba a los ángeles para castigar, como cuando fueron enviados a los israelitas, a David, a los sodomitas y al valle de los que lloran ( Jud 2). Pero ahora por el contrario cantan en la tierra dando gracias al Señor, porque se ha dignado manifestar su venida a los hombres.
 
San Gregorio Magno, Moralia 28, 4
También alaban al Señor porque ponen las voces de su canto en armonía con nuestra redención. Nos ven recibidos en su gracia y se congratulan de que se llene su número.
 
Beda
Desean también la paz en la tierra para los hombres, añadiendo: "Y paz en la tierra a los hombres" porque, habiendo nacido el Salvador según la carne, respetan como compañeros ahora a los que despreciaron antes como enfermos y abatidos.
 
San Cirilo
Esta paz, pues, fue hecha por Jesucristo: El mismo nos reconcilió con Dios y con el Padre, perdonando nuestros pecados y pacificando a los dos pueblos en un solo hombre, y componiendo un solo redil de los habitantes del cielo y de la tierra.
 
Beda
Para qué hombres piden los ángeles la paz, lo manifiestan diciendo: "A los hombres de buena voluntad", esto es, para aquellos que reciben bien el nacimiento del Señor. Así pues, no hay paz para los impíos ( Is 57), pero sí la hay abundante para los que aman el nombre de Dios ( Sal 118).
 
Orígenes, in Lucam, 13
Pero el lector solícito tratará de inquirir en qué sentido dice el Salvador ( Lc 12,51): "No he venido a poner paz en la tierra", y ahora los ángeles cantan en su nacimiento: "Paz en la tierra a los hombres"; pero esta duda queda aclarada al decir que la paz es para los hombres de buena voluntad, porque la paz que Dios no concede sobre la tierra no es paz de buena voluntad.
 
San Agustín, de Trinitate, 13, 13
La justicia corresponde a la buena voluntad.
 
San Juan Crisóstomo
Fijémonos en este admirable orden. Primero manda los ángeles a nosotros y después conduce al hombre a las cosas celestiales. El cielo se hace tierra cuando debe recibir las cosas de la tierra.
 
Orígenes, in Lucam, 13
En sentido místico, los ángeles consideraban que no podían cumplir la misión que se les había confiado sin la ayuda de Aquel que podía salvar verdaderamente y que el remedio de ellos era de menos eficacia que el que necesitaban los hombres. De aquí que, así como cuando se presenta un médico sabio a enfermos a quienes otros no han podido curar, en vez de mostrarse envidiosos, prorrumpen en alabanzas de tal hombre y del Dios que se los ha enviado al ver la maestría con que se hace desaparecer la corrupción de sus llagas. Del mismo modo la multitud de los ángeles alaba a Dios por la venida de Cristo.
   
15-20
Luego que los ángeles se apartaron de ellos y volaron al cielo, los pastores se decían unos a otros: "Pasemos hasta Belén, y veamos este prodigio que acaba de suceder, y que el Señor nos ha manifestado". Vinieron, pues, a toda prisa, y hallaron a María y a José, y al Niño reclinado en el pesebre. Y viéndole, se certificaron de cuanto les había dicho de este Niño. Y todos los que lo oyeron se maravillaron igualmente de lo que los pastores les habían contado. María empero conservaba todas estas cosas dentro de sí, ponderándolas en su corazón. En fin, los pastores se volvieron, no cesando de alabar y glorificar al Señor por todas las cosas que habían oído y visto, según se les había anunciado por el ángel. (vv. 15-20)
 
Griego
Todo lo que habían visto y oído los pastores causó en ellos tal asombro que abandonaron sus rebaños y, a pesar de ser de noche, marcharon a Belén buscando la luz del Salvador. Por esto dice: "Los pastores se decían unos a otros", etc.
 
Beda
No dijeron verdaderamente: Veamos al Niño, sino que dijeron porque velaban: "Veamos al verbo que ha sido hecho". Esto es, cómo el Verbo, que ha existido siempre, ha sido hecho carne por nosotros, porque este mismo Verbo es el Señor. Prosigue pues: "Y veamos este prodigio que acaba de suceder, y que el Señor nos ha manifestado", esto es, veamos cómo el Verbo se ha hecho a sí mismo, y se nos ha mostrado en su carne.
 
San Ambrosio, in Lucam, 1, 2
Es de notar de qué modo tan especial pesa la Escritura el sentido de cada palabra. Porque cuando se ve la carne del Señor, se ve al Verbo que es su Hijo. Y no se crea que este ejemplo de fe de los pastores es de poca importancia, a causa de que sus personas sean tan humildes. Se busca la sencillez y no la ostentación. Y continúa: "Vinieron, pues, a toda prisa" para manifestar que el que busca a Jesucristo no debe andar con pereza.
 
Orígenes, in Lucam, 13
Como fueron de prisa, y no poco a poco, prosigue: "Y hallaron a María", que era la que había dado a luz al Salvador, "y a José" que era el protector del nacimiento, "y al Niño reclinado en el pesebre", esto es, al mismo Salvador.
 
Beda
Está en el orden natural que, una vez celebrada dignamente la encarnación del Verbo, se venga a contemplar su misma gloria. Sigue, pues: "Y viéndole, se certificaron de cuanto se les había dicho", etc.
 
Griego
No satisfechos los pastores con creer la dicha que les había anunciado el ángel y cuya realidad vieron llenos de asombro, manifestaban su alegría no sólo a María y a José, sino también a todo el mundo. Y lo que es más, procuraban grabarla en su memoria. "Y todos -continúa- los que lo oyeron se maravillaron". ¿Y cómo no habían de maravillarse viendo en la tierra a Aquel que está en los cielos, y reconciliado en paz lo celestial con lo terreno, a aquel inefable infante, uniendo entre sí lo que era celestial por su divinidad con lo que era terreno por su humanidad, y haciendo en esta unión una alianza admirable?
 
Glosa
No sólo se admiran por el misterio de la encarnación, sino también por el gran testimonio de los pastores, que no podían inventar lo que no hubieran oído, y que publican la verdad con una elocuencia sencilla.
 
San Ambrosio
No son, por lo sencillas, despreciables las palabras de los pastores, puesto que María les prestaba fe, según se ve por lo que sigue: "María, empero, conservaba todas estas cosas dentro de sí, recogiéndolas en su corazón". Aprendamos la castidad en todas las cosas de la Santa Virgen, la cual reunía en su corazón las pruebas de la fe con no menos modestia en sus palabras que en su cuerpo.
 
Beda, in hom in nativ. Dom
Guardando, pues, las leyes del decoro virginal, no quería decir a nadie los misterios de Cristo que conocía, pero comparaba lo que ella había leído que debía suceder con lo que veía que venía sucediendo, no explicándolo con palabras, sino conservándolo encerrado en su corazón.
 
Griego
Todo lo que le había dicho el ángel, y todo lo que había oído a Zacarías, Isabel y los pastores, todo lo conservaba en su corazón. Y comparando unas cosas con otras, esta Madre de la Sabiduría veía que en todas ellas se probaba que era verdaderamente Dios quien había nacido de ella.
 
San Atanasio
Todos, pues, se alegraban en el nacimiento de Jesucristo, no de una manera humana (como suelen regocijarse los hombres cuando nace un niño), sino por la presencia de Jesucristo y por el brillo de la luz divina. "En fin -prosigue- los pastores se volvieron, no cesando de alabar y glorificar al Señor por todas las cosas que habían oído".
 
Beda
Esto es, de los ángeles. "Y que habían visto" (a saber, en Belén), según se les había anunciado por el ángel. Es decir, que glorificaban a Dios porque habían encontrado lo que se les había dicho; y, como se les había advertido, daban gloria al Señor y le dirigían sus alabanzas, porque así se lo habían enseñado los ángeles, no mandándoselo con la palabra, sino mostrándoles el ejemplo de su devoción cuando cantaron: "Gloria a Dios en las alturas".
 
Beda, in hom. in nativ. Dom
En sentido místico, los pastores de los rebaños espirituales, o más bien todos los fieles, van a imitación de estos pastores con su contemplación hasta Belén, y celebran la encarnación de Cristo con grandes homenajes. Vamos también nosotros, renunciando a todas las concupiscencias carnales y con todo el fervor de nuestra alma hasta la Belén del cielo. Es decir, hasta la casa del pan vivo, para que merezcamos ver reinando en el solio de su Padre a Aquel a quien vieron los pastores suspirando en el pesebre. No debe buscarse tanta felicidad con tibieza e indiferencia, sino que deben seguirse las huellas de Jesucristo con alegría. Cuando los pastores lo vieron, le conocieron. También nosotros debemos abrazar con suma diligencia y alegría todo lo que se nos ha dicho de nuestro Salvador, para que podamos comprenderlo con pleno conocimiento en la otra vida.
 
Beda, super Luc
Los pastores del rebaño divino se transportan a las puertas de Belén contemplando la vida de los antiguos patriarcas, que es en la que se conserva el pan de vida, y no encuentran allí otra cosa que la pureza virginal de la Iglesia, representada en María; la poderosa congregación de los doctores espirituales, representados en José; y la humilde venida de Jesucristo, expuesta en las páginas de la Sagrada Escritura como al Niño Jesús reclinado en el pesebre.
 
Orígenes, in Lucam, 13
El pesebre era también aquello que Israel no conoció, según las palabras de Isaías: "Conoció el buey a su amo y el asno el pesebre de su Señor" ( Is 1,3).
 
Beda, in hom. in nativ. Dom
Los pastores no guardaron en silencio lo que habían visto, en lo que se manifiesta que los pastores de la Iglesia se ordenan para enseñar a sus oyentes lo que aprenden en las Sagradas Escrituras.
 
Beda, sup. Luc
También los maestros de los rebaños espirituales, ora se elevan contemplando las cosas del cielo, mientras los demás duermen, ora recorren con estudio los ejemplos de los fieles, ora vuelven a su ministerio pastoral para enseñar al pueblo.
 
Beda, in hom. in nativ. Dom
Hasta el que parece observar una vida retirada ejerce el cargo de pastor si, reuniendo gentes de buenas acciones y de pensamientos puros, se propone gobernarlas con una moderación perfecta, nutrirlas con el pasto de las Escrituras y preservarlas de las asechanzas de los demonios.
   
21
Llegado el día octavo, en que debía ser circuncidado el Niño, le fue puesto por nombre Jesús, nombre que le puso el ángel antes que fuese concebido. (v. 21)
 
Beda, in hom, Circumcis. Dom
Una vez expuesta la natividad del Señor, el evangelista continúa diciendo: "Llegado el día octavo, en que debía ser circuncidado el Niño".
 
San Ambrosio
¿Qué niño sino Aquel de quien se ha dicho por Isaías ( Is 9,6): "Ahora que ha nacido un niño para nosotros, y se nos ha dado un hijo?" "Porque se sujetó a la ley para redimir a los que estaban debajo de la ley" ( Gál 4,4-5.).
 
San Epifanio, adversus haereses, 30
Los sectarios de Ebión y Cerinto dicen: Bástale al discípulo el ser como su maestro. Si, pues, se circuncidó Jesucristo, también tú debes circuncidarte. Pero se engañan destruyendo sus propios principios porque, si Ebión confesase que Cristo, Dios, bajando del cielo fue circuncidado al octavo día, entonces haría un argumento en favor de la circuncisión, pero como asegura que Jesucristo no es más que hombre, un niño no puede ser causa de que se lo circuncide, como no son los niños autores de su circuncisión. Nosotros confesamos que fue el mismo Dios quien bajó del cielo, y que en el seno de la Virgen permaneció el tiempo necesario para que se formase la carne de su humanidad, en la cual fue circuncidado real y no aparentemente el día octavo. Pero habiendo llegado las figuras a su efecto espiritual ni El, ni sus discípulos deben ya propagar las figuras, sino la verdad.
 
Orígenes, in Lucam, 14
Así como hemos muerto con El en su muerte, y hemos resucitado en su resurrección, así también hemos sido circuncidados con El; por lo cual de ninguna manera necesitamos ahora de la circuncisión carnal.
 
San Epifanio, adversus haereses, 30
Jesucristo se circuncidó por muchos motivos. En primer lugar para demostrar la verdad de su carne contra Maniqueo y los que dicen que no había venido sino aparentemente. Después, para hacer ver que su cuerpo no era consustancial de ningún modo a la divinidad, como dice Apolinar, y que no lo había traído del cielo, según afirma Valentino. Y, por último, a fin de confirmar la circuncisión que había instituido en otro tiempo para preparar su venida, como asimismo para que no quede ninguna excusa a los judíos. Porque si Jesucristo no hubiera sido circuncidado, objetarían que no podían recibirlo por estar incircunciso.
 
Beda, in hom, Circumcis. Dom
También para recomendarnos con su ejemplo la virtud de la obediencia y favorecer con su compasión a los que, viviendo bajo la ley, no habían podido llevar su yugo, para que el que había venido revestido de una carne semejante a la del pecado, no rechazase el remedio con el cual se acostumbraba purificar la carne de pecado. Porque la circuncisión prescrita en la ley obraba entonces la misma cura saludable contra la llaga del pecado original, que ahora el bautismo después de la gracia revelada, con la diferencia de que no se podía entrar en el reino de los cielos, sino solamente hallar después de la muerte el consuelo del descanso de la paz celestial en el seno de Abraham y esperar con dulce esperanza la entrada en la gloria.
 
San Atanasio, in serm. super Omnia mihi tradita sunt
No expresaba, pues, otra cosa la circuncisión, sino el despojo de la antigua generación, por lo cual se cortaba una parte del cuerpo, que es en la que existe la causa del nacimiento corporal. Esto se hacía en aquel tiempo en señal del bautismo, que había de establecer Jesucristo. Mas luego que vino la realidad, cesó la figura, puesto que en donde quedó destruido lo antiguo por medio del bautismo, era superfluo lo que antes representaba la sección de una parte del cuerpo.
 
San Cirilo
Se acostumbraba celebrar la circuncisión de la carne en el octavo día del nacimiento. También Jesucristo resucitó de entre los muertos el día octavo, y nos insinuó la circuncisión espiritual, diciéndonos: "Id y enseñad a todas las gentes bautizándolas" ( Mt 28,19).
 
Beda
En su resurrección también fue figurada nuestra doble resurrección, la de la carne y la del espíritu, porque Jesucristo circuncidado enseñó a nuestra naturaleza que debe purificarse ahora por sí misma de la mancha de sus vicios, y que en el último día será restaurada de la corrupción de la muerte. Y así como el Señor resucitó dentro del octavo día, esto es, después del séptimo, que es el sábado, así también después de las siete edades de este mundo y después de la séptima, que es el sábado de las almas, y que ahora se pasa esperando en la otra vida, habremos de resucitar como en la octava edad.
 
Cirilo
Según el precepto de la ley, en el mismo día recibió la imposición de un nombre, conforme a estas palabras: "Le fue puesto por nombre Jesús", que quiere decir Salvador, porque fue dado a luz para salvación de todo el mundo, como se figuró en su circuncisión, según lo que dice el Apóstol ( Col 2,11): "Habéis sido circuncidados con una circuncisión no operada por la mano del hombre con el despojo de la carne del cuerpo, sino con la circuncisión de Jesucristo"
 
Beda, in hom, Circumcis. Dom
Sucedió que se le impuso el nombre en el mismo día de su circuncisión, a imitación de lo que se observaba antiguamente. Así Abraham, que fue el primero que recibió el sacramento de la circuncisión, mereció ser bendito con la amplificación de su nombre en el día que lo recibió ( Gén 17.).
 
Orígenes, in Lucam, 14
Porque el nombre de Jesús es glorioso y muy digno de toda veneración, nombre que es superior a todos los nombres y que no debía ser pronunciado antes ni ser introducido por los hombres en el mundo. Y por esto dice el evangelista de un modo significativo: "Nombre que le puso el Angel", etc.
 
Beda
Sus escogidos también se alegran de participar de este nombre en su circuncisión espiritual, porque así como cristianos viene de Cristo, así salvados viene de Salvador, cuyo nombre les ha sido concedido por el Señor, no sólo antes de ser concebidos en el seno de la Iglesia por la fe, sino aun antes de todos los siglos.
   
22-24
Cumplido asimismo el tiempo de la purificación de la Madre, según la ley de Moisés, llevaron al Niño a Jerusalén para presentarle al Señor, como está escrito en la ley del Señor: Todo varón que nazca el primero será consagrado al Señor: y para presentar la ofrenda de un par de tórtolas o dos palominos, como está también ordenado en la ley del Señor. (vv. 22-24)
 
San Cirilo
Después de la circuncisión se espera todavía el tiempo de la purificación, por lo que dice: "Cumplido asimismo el tiempo de la purificación de la Madre, según la ley", etc.

Beda
Si examinamos detenidamente las palabras de la ley, hallaremos ciertamente que la misma Madre de Dios, como no había concebido por obra de varón, no estaba obligada al precepto legal. Porque no era considerada como inmunda toda mujer que alumbrase, sino sólo aquélla que alumbrase por obra de varón, por lo cual se distinguía aquella que había concebido y dado a luz siendo virgen. Pero, para que nosotros nos viésemos libres del yugo de la ley, María, como Cristo, se sometió espontáneamente a ella.
 
Tito Bostrense
Por eso dice claramente el evangelista que se cumplió el tiempo de la purificación, según la ley. Y en verdad que no tenía necesidad la Santísima Virgen de esperar los días de su purificación, porque, habiendo concebido por obra del Espíritu Santo, se vio libre de toda mancha.
Prosigue: "Llevaron al Niño a Jerusalén, para presentarlo al Señor".
 
San Atanasio in serm. super Omnia mihi tradita sunt
Pero, ¿cuándo el Señor estuvo escondido de la mirada del Padre, de modo que no pudiera ser visto por El? ¿O qué lugar hay fuera de su imperio, en el que pueda estar separado de su Padre hasta que se le lleve a Jerusalén, y sea introducido en el templo? Pero todo esto ha debido ser escrito por causa nuestra, porque así como no ha sido hecho hombre, ni circuncidado en su carne, por causa de sí mismo, sino para hacernos dioses en virtud de su gracia, y para que nos circuncidemos espiritualmente, así fue presentado el Señor por nosotros, para que aprendamos también a presentarnos nosotros mismos.
 
Beda
Después de treinta y tres días de su circuncisión, es presentado al Señor, dando a entender de una manera mística que ninguno, si no está circuncidado de sus vicios, es digno de presentarse delante de Dios, y que todo el que no esté libre de los nexos del cuerpo mortal, no puede disfrutar perfectamente de los goces de la ciudad eterna.
Prosigue: "Como está escrito en la ley del Señor".
 
Orígenes, in Lucam, 14
¿Dónde están aquellos que niegan que Jesucristo haya proclamado en el Evangelio al Dios de la ley? ¿Puede creerse que Dios, siendo bueno, sometiera a su Hijo a la ley del enemigo, que El mismo no había dado? Porque en la ley de Moisés está escrito lo que sigue: Que todo macho que abriere matriz será consagrado al Señor.
 
Beda
Las palabras "que abriere matriz" se refieren al primogénito del hombre y del animal, porque estaba mandado que uno y otro debía consagrarse al Señor, y por tanto, pertenecían al sacerdote, pudiendo recibir una ofrenda por el primogénito del hombre y redimir a todo animal inmundo.
 
San Gregorio Niseno, in homilia de occursu Domini
Esta prescripción de la ley parece cumplirse de una manera singular y diferente de las otras en el Dios encarnado. En efecto, sólo El, concebido inefablemente y nacido de una manera incomprensible, abrió el seno virginal, no abierto antes por la unión conyugal, y se conservó milagrosamente después del parto la señal de la castidad.
 
San Ambrosio, in Lucam, 1, 2
Porque no fue hombre el que abrió el seno virginal, sino que el Espíritu Santo infundió germen inmaculado en aquel seno inviolable. Aquel, pues, que santificó las entrañas de otra para que naciese el profeta, es el mismo que abrió las entrañas de su Madre para nacer inmaculado.
 
Beda
Las palabras: "Que abriere matriz", se refieren al modo con que se verifica el nacimiento. Pero no se ha de creer que el Señor destruyera por su nacimiento la virginidad del seno sagrado que había santificado aposentándose en él.
 
San Gregorio Niseno, in homilia de occursu Domini
En sentido espiritual, éste es el sólo parto masculino que ha ocurrido, puesto que no participó de la culpa femenina, por cuya razón se llama con verdad santo. Así el arcángel Gabriel (como recordando que esta disposición solamente se refiere a él) decía: "El fruto santo que de ti nacerá será llamado Hijo de Dios". Y por lo que hace a los demás primogénitos, la prudencia evangélica ha establecido que sean llamados santos, porque su ofrenda a Dios los hace dignos de este nombre. Pero para el primogénito de toda criatura, el Angel proclama que nace santo como siéndolo por sí mismo.
 
San Ambrosio, in Lucam, 1, 2
Solamente Jesús, Nuestro Señor, es santo entre todos los nacidos de mujer, puesto que no experimentó en su inmaculado nacimiento las consecuencias del contagio humano que rechazó por su majestad celestial. Porque si seguimos el sentido de la letra ¿cómo podremos decir que es santo todo hombre, cuando sabemos que muchos han sido malvados? Pero El es aquel santo a quien señalaban los piadosos preceptos de la ley divina en la figura del futuro misterio; porque El es el que solo debía abrir el seno misterioso de la santa y virgen Iglesia, para engendrar a los pueblos.
 
San Cirilo, homilia 17
¡Oh profundidad de los secretos de la sabiduría y de la ciencia de Dios! Ofrece hostias Aquel que es honrado igualmente con el Padre, y siendo la verdad, observa las figuras de la ley. Es autor de la ley como Dios y la cumple como hombre. Por ello sigue: "Y para dar la ofrenda conforme está mandado en la ley del Señor ( Lev 12,8), un par de tórtolas, o dos palominos".
 
Beda, in homilia de Purificatione
Esta era la ofrenda de los pobres porque el Señor había mandado en la ley que los que pudiesen ofrecer un cordero por el hijo o por la hija, ofreciesen a la vez la tórtola o la paloma; pero que los que no pudieran ofrecer un cordero, ofreciesen dos tórtolas o dos pichones. Así el Señor, siendo rico, se dignó hacerse pobre, para hacernos participantes de sus riquezas por su pobreza.
 
San Cirilo, homilia, 17
Veamos ahora qué es lo que significan estas ofrendas. La tórtola es la que más cuenta entre todas las aves, y la paloma es el animal más manso. Tal se ha hecho el Señor para nosotros practicando la más perfecta mansedumbre, y haciendo resonar en su huerto las melodías para atraer el mundo. Tanto la tórtola como la paloma eran sacrificadas para manifestarnos por estas figuras que el Señor sufriría en su carne por la vida del mundo.
 
Beda, in homilia de Purificatione
La paloma representa la candidez y la tórtola la castidad; porque la primera ama la sencillez, y la última la castidad, de tal modo que, si por casualidad pierde su compañera no vuelve a buscar otra. Por esta razón se ofrece una tórtola y una paloma al Señor en holocausto, porque el trato sencillo y honesto de los fieles es un sacrificio agradable a su justicia.
 
San Atanasio in serm. super Omnia mihi tradita sunt
Por esto mandó que se ofreciese dos cosas, porque, como el hombre consta de alma y de cuerpo, Dios exige de nosotros dos clases de sacrificios: la castidad y la mansedumbre, no sólo del cuerpo, sino del alma. Porque, de otro modo, el hombre sería falso e hipócrita, cubriendo con aparente inocencia una malicia oculta.
 
Beda, in homilia de Purificatione
Pero aunque estas aves son por su costumbre de gemir el emblema de la tristeza presente de los santos, se diferencian, sin embargo, en que la tórtola vuela sola por los bosques, mientras que la paloma acostumbra a volar en compañía de otras, por lo cual la una representa las lágrimas ocultas de nuestras oraciones, y la otra las públicas reuniones de la Iglesia.
 
Beda
Además la paloma que vuela en compañía de otras, representa la agitación de la vida activa, y la tórtola, que goza en la soledad, representa las alturas de la vida contemplativa. Y como estas dos ofrendas son igualmente agradables al Creador, no dice San Lucas si fueron tórtolas o pichones los que fueron ofrecidos al Señor, a fin de no dar la preferencia a uno de estos dos órdenes de vida, enseñándonos a seguir ambos a dos.
   
25-28
Había a la sazón en Jerusalén un hombre justo y temeroso de Dios, llamado Simeón, el cual esperaba la consolación de Israel, y el Espíritu Santo moraba en él. El mismo Espíritu Santo le había revelado que no había de morir antes de ver al Cristo ungido del Señor. Así vino inspirado de El al templo. Y al entrar sus padres con el niño Jesús para practicar con El lo prescrito por la ley, tomándole Simeón en los brazos. (vv. 25-28)
 
San Ambrosio, in Lucam, 1, 2
Recibió testimonio la encarnación del divino Verbo, no sólo de los ángeles y los profetas, de los pastores y sus padres, sino también de los justos y los ancianos. Por lo cual se dice: "Y había a la sazón en Jerusalén un hombre justo y temeroso de Dios, llamado Simeón".
 
Beda
Difícilmente se guarda la justicia sin el temor. No me refiero al de vernos privados de los bienes temporales (el amor perfecto lo rechaza), sino al santo temor de Dios que dura en el siglo; porque cuanto más ama el justo a Dios, con tanto más cuidado evita el ofenderlo.
 
San Ambrosio, in Lucam, 1, 2
Y era verdaderamente justo el que no buscaba la gracia para sí, sino para el pueblo. Por esto dice: "Esperaba la consolación de Israel".
 
San Gregorio Niseno, in homilia de occursu Domini
No esperaba en verdad el prudente Simeón la felicidad mundana para la consolación de Israel, sino la verdadera transición al brillo de la verdad, por la separación de las sombras de la ley, pues le había sido revelado que habría de ver al Cristo o ungido del Señor antes de salir de la presente vida. Por lo cual prosigue: "Y el Espíritu Santo moraba en él, por quien en verdad era justificado. El mismo Espíritu Santo le había revelado", etc.
 
San Ambrosio
Deseaba en verdad verse libre de las ligaduras de la fragilidad de la carne, pero esperaba ver a quien le había sido prometido, porque sabía que son bienaventurados los ojos que lo ven.
 
San Gregorio Magno, Moralium, 23,3, super Iob 6,5
En esto comprendemos con cuánta ansia los hombres santos del pueblo de Israel desearon ver el misterio de la encarnación del Verbo.
 
Beda
Ver la muerte significa sufrirla, y muy feliz será aquél que antes de ver la muerte de la carne haya tratado de ver con los ojos de su corazón al Cristo o ungido del Señor, tratando de la Jerusalén celestial y frecuentando los umbrales del templo del Señor, esto es, siguiendo los ejemplos de los santos (en quienes habita el Señor). Esta misma gracia del Espíritu Santo, que le había hecho antes conocer al que había de venir, hizo que lo reconociera cuando vino. Por ello sigue: "Así vino inspirado de El al templo".
 
Orígenes, in Lucam, 15
Y tú, si quieres poseer a Jesús y abrazarlo, debes cuidar con todo empeño de tener siempre por guía al Espíritu Santo, y venir al templo del Señor. Y por esto sigue: "Y al entrar sus padres con el niño Jesús (esto es, su Madre María y José, que se creía que era su padre) para practicar con El lo prescrito por la ley, lo tomó Simeón en sus brazos".
 
San Gregorio Niseno, in homilia de occursu Domini
Cuán dichosa fue esta santa entrada en el templo sagrado, por la cual se adelantó al término de su vida. ¡Dichosas manos que tocaron al Verbo de vida, y dichosos también los que lo recibieron!
 
Beda
Aquel hombre justo recibió al niño Jesús en sus brazos, según la ley, para demostrar que la justicia de las obras, que, según la ley, estaban figuradas por las manos y los brazos, debía cambiarse por la gracia humilde, ciertamente, pero saludable de la fe evangélica. Tomó el anciano al niño Jesús, para demostrar que este mundo, ya decrépito, iba a volver a la infancia y la inocencia de la vida cristiana.
   
29-32
Bendijo a Dios diciendo: "Ahora, Señor, sacas en paz de este mundo a tu siervo, según tu palabra, porque han visto ya mis ojos al Salvador que nos has dado, al cual tienes destinado para que, expuesto a la vista de todos los pueblos, sea la brillante, que ilumine a los gentiles, y la gloria de tu pueblo de Israel". (vv. 29-32)
 
Orígenes, in Lucam, 15
Si sólo con tocar la franja del vestido de Jesús quedó curada aquella mujer, ¿qué habremos de juzgar de Simeón, que recibió al niño Jesús en sus brazos, y se regocijaba teniendo así al que había venido a librar a los cautivos, sabiendo que nadie podía sacarlo de la prisión del cuerpo con la esperanza de la vida eterna, sino Aquel que tenía en sus brazos? Por esto se dice: "Y bendijo a Dios diciendo: ahora, Señor, sacas en paz de este mundo a tu siervo".
 
Teofilacto
Dice Señor para confesar que es el dueño de la vida y de la muerte, declarando así que era Dios el niño a quien había recibido en sus brazos.
 
Orígenes, in Lucam, 15
Como diciendo: Cuando yo no tenía a Jesucristo, estaba como cautivo y no podía salir de las prisiones.
 
San Basilio, in homil. de gratiarum actione
Si examinas los clamores de los justos, verás que todos lloran sobre este mundo y su lamentable duración. Dice David en el salmo ( Sal 119,5): "¡Ay de mí, que mi destierro se ha prolongado!"
 
San Ambrosio
Ve aquí a ese justo que desea librarse de la cárcel de su cuerpo, en que está como encerrado, para empezar a ser con Cristo. Pero el que quiera librarse de esta cárcel vaya al templo, vaya a Jerusalén, espere al Cristo o ungido del Señor, reciba en sus manos al Verbo de Dios y abrácelo -por decirlo así- con los brazos de su fe. Entonces será libre, y no verá la muerte quien ha visto la vida.
 
Griego
Simeón bendecía al Señor sobre todo, porque veía realizadas todas las promesas que se habían hecho, pues había merecido ver con sus propios ojos y tener en sus propias manos al consolador de Israel. Por esto dice: "Según tu palabra", esto es, porque he obtenido la realización de tus promesas. Y ahora que he sentido de una manera visible lo que deseaba, libras a tu siervo, no espantado por el temor de la muerte ni conturbado por pensamientos de duda. Y por esto añade: "En paz".
 
San Gregorio Niceno
Porque después que Jesucristo destruyó el pecado, su enemigo, y nos reconcilió con su Padre, se llevó a cabo la traslación de los santos a la región de la paz.
 
Orígenes
¿Quién es el que se aparta de este mundo en paz, sino aquel que conoce que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo ( 2Cor 5), y que no tiene nada de enemigo de Dios, sino que ha recibido en sí todas las delicias de la paz por sus buenas obras?
 
Griego
Se le había ofrecido que no moriría antes de ver al Cristo o ungido del Señor, y por tanto, manifestando que esto se había cumplido, añade: "Porque han visto ya mis ojos tu salvación".
 
San Gregorio Niceno
Bienaventurados tus ojos, tanto los del alma como los del cuerpo. Estos en verdad, recibiendo al Señor de una manera visible; aquéllos no sólo considerando lo que han visto, sino reconociendo al Verbo del Señor en su carne iluminados por la luz del Espíritu, porque el Salvador que habéis visto es el mismo Jesús, cuyo nombre significa salvación.
 
San Cirilo
Jesucristo, pues, había sido aquel misterio que se manifestó en los últimos tiempos, y que fue preparado antes de la creación del mundo. Y por esto dice: "la cual has aparejado ante la faz de todos los pueblos", etc.
 
San Atanasio
Esto es que la salud de todos los pueblos ha sido hecha por Cristo. ¿Cómo, pues, se ha dicho antes que Israel esperaba su consolación? Porque el Espíritu le hizo conocer que Israel tendría su consolación cuando estuviera preparada la salud para todos los pueblos.
 
Griego
Observa también la penetración del venerable y digno anciano. Antes de aparecer como digno de la bienaventurada visión, esperaba el consuelo de Israel. Pero desde que obtuvo lo que esperaba, exclama diciendo que había visto la salvación de todos los pueblos, porque la inefable luz de aquel infante bastó para que viese lo que había de suceder en la prosecución de los tiempos.
 
Teofilacto
Dice de un modo significativo: "Para ser revelada", a fin de que su encarnación fuese vista de todos. Y añade que esta salvación es la luz de las gentes y la gloria de Israel, y con estas palabras: "Sea luz brillante que ilumine a los gentiles".
 
San Atanasio
Antes de la venida del Salvador, vivían sumidas las naciones en las últimas tinieblas, privadas del conocimiento del verdadero Dios.
 
San Cirilo
Pero al venir Jesucristo, fue la luz para los que vivían en las tinieblas del error, a quienes oprimía la mano del enemigo, y a los que llamó Dios Padre al conocimiento de su Divino Hijo, que es la verdadera luz.
 
San Gregorio Niceno
Israel, sin embargo, estaba débilmente iluminada por la ley, y por tanto, no dice que le hubiese mostrado la luz, puesto que añade: "Y para gloria de tu pueblo de Israel", recordando la antigua historia de Moisés, quien, después de hablar con el Señor, volvió con el rostro radiante de gloria. Así también ellos, conociendo la divina luz de la humanidad de Jesucristo, y echando fuera su antigua ceguedad, se transformaban en imagen suya, pasando de una gloria a otra gloria.
 
San Cirilo
Porque aunque algunos de ellos fuesen desobedientes, otros, sin embargo, se salvaron, y por medio de Jesucristo han alcanzado la gloria. Las primicias de estos fueron los santos apóstoles, cuyas luces iluminan a todo el orbe. Jesucristo fue también especialmente la gloria de Israel, porque procedía de ellos según la carne, aun cuando como Dios fuese rey de los siglos bendecido por todos los hombres.
 
San Gregorio Niceno
Y por eso dijo terminantemente: "De tu pueblo", porque no solamente fue adorado por él, sino que además había nacido de él, según la carne.
 
Beda
También la luz de las naciones debía ser mencionada antes que la gloria de Israel, porque cuando haya entrado la totalidad de ellas, entonces todo Israel será salvo. ( Rom 10,15-26.)
   
33-35
Su padre y su Madre escuchaban con admiración las cosas que de El se decían. Y los bendijo Simeón, y dijo a María, su Madre: "Este niño que ves está destinado para ruina y para resurrección de muchos en Israel y para ser el blanco de la contradicción, lo que será para ti misma una espada que traspasará tu alma, para que sean descubiertos los pensamientos de muchos corazones". (vv. 33-35)
 
Griego
Cada vez que viene a la memoria el conocimiento de las cosas sobrenaturales, se renueva el milagro en el Espíritu y por esto dice: "Su padre y su Madre escuchaban con admiración las cosas que de El se decían".
 
Orígenes
Tanto por el ángel y por la multitud del ejército celestial, como por los pastores y por el mismo Simeón.
 
Beda
Llama a José padre del Salvador, no porque fuese su padre verdaderamente (según los fotinianos), sino porque era considerado como padre por todos para conservar el buen nombre de María.
 
San Agustín, de consensu evangelistarum, 2, 1
Aunque puede llamarse padre por ser el esposo de María sin comercio carnal ni unión conyugal -puesto que estaba así- aparecía mucho más unido a ella, que de cualquier otra forma. Y por tanto San José podía llamarse padre de Jesucristo porque, aunque no lo había engendrado según la naturaleza, lo había adoptado sin embargo.
 
Orígenes
El que quiera remontarse más en esta cuestión puede decir que el orden de la genealogía se computa desde David hasta José, para que no apareciese que José se llamaba padre del Salvador no siéndolo, puesto que para observar el orden de sucesión es llamado padre del Señor.
 
Griego
Una vez celebradas las alabanzas del Señor, Simeón dirigió su bendición sobre los que traían al niño, de donde prosigue: "Y los bendijo Simeón". Dando su bendición a los dos, dirige los anuncios de lo que había de suceder solamente a la Madre, aun cuando por esta bendición común no excluye a San José de la paternidad aparente, y hablando a la Madre, aparte de José, la considera como verdadera Madre del Señor. Por esto dice: "Y dijo a María su Madre", etc.
 
San Ambrosio
Ve aquí la gracia abundante del Señor difundida sobre todos por medio del nacimiento del Salvador, y cómo la profecía fue negada a los incrédulos y no a los justos. He aquí por qué Simeón profetiza que Jesucristo había venido para ruina y para elevación de muchos.
 
Orígenes
El que expone sencillamente esto puede decir que Jesucristo había venido para ruina de los infieles y para elevación de los fieles.
 
San Juan Crisóstomo
Así como la luz, aun cuando ofende a los ojos débiles, no deja de ser luz, así el Salvador continúa siendo Salvador, aun cuando se pierdan muchos, sin que pueda decirse que la pérdida de éstos es obra suya, sino la locura de los malos, por lo que su poder no sólo se manifiesta cuando procura la salvación de los buenos, sino también cuando produce la ruina de los malos. Porque cuanto más brilla el sol, más ofende a los ojos débiles.
 
San Gregorio Niceno
Observemos, pues, lo escogido de las expresiones de esta distinción. Dice que se ha preparado la salvación de todo el pueblo, pero anuncia la caída y la elevación de muchos. El propósito divino es la salvación y la gloria de todos. Sin embargo la ruina y la elevación de muchos consisten en la intención de cada cual, según sea creyente o incrédulo. Ahora, que los caídos o incrédulos se levanten está conforme con la razón.
 
Orígenes
Podrá decirse que para que uno haya caído es preciso que antes haya estado de pie, pero ¿quién es el que ha estado de pie, y para cuya ruina haya venido el Señor?
 
San Gregorio Niceno
Pero en esto se da a conocer que la ruina afecta a lo más malo, porque no merecen igual castigo los que vivieron antes del misterio de la encarnación, que los que vivieron después de la redención y de la predicación. Y especialmente debían ser privados de los beneficios antiguos los que procedían de Israel y pagar con penas más graves que todas las demás naciones, porque no quisieron admitir lo que se les había profetizado, lo que ellos habían adorado, y lo que de ellos había nacido. Por esto se les amenaza de una manera especial con la ruina no sólo de la salud espiritual, sino también con la destrucción de la ciudad y de los habitantes de ella. La elevación se ofrece por el contrario a los que crean, así a los que viven bajo el yugo de la ley, y a quienes se trata de librar de él, como a los que viven sepultados con Jesucristo, y que habrán de resucitar con El.
 
Orígenes
Debe entenderse en un sentido mucho más elevado lo que se dice de aquellos que claman contra el Creador, diciendo: He aquí el Dios de la ley y de los profetas; vedle cual es: "Yo -dijo- doy la muerte y doy la vida" ( Dt 32,39). Si por esto es un juez sanguinario y un creador cruel, Jesús, Hijo suyo, lo es también, porque está escrito de El que había de venir para ruina y elevación de muchos.
 
San Ambrosio
Esto es para distinguir los méritos de los justos y de los impíos, y para darnos, como juez verdadero y justo, el premio o el castigo que merezcan nuestras acciones.
 
Orígenes
Debemos fijarnos y ver que el Salvador no ha venido acaso igualmente para la ruina que para la elevación. Porque cuando yo estaba en pecado, me sirvió de utilidad el caer primeramente y morir para el pecado. Los santos, y también los profetas, cuando contemplaban alguna cosa demasiado augusta, caían con el rostro sobre el suelo, para purificarse mejor de sus pecados con esta caída. Esto es lo primero que el Salvador nos concedió. Eras pecador, pues que caiga lo que había en ti de pecador, para que puedas después resucitar y decir: "Si hemos muerto con El, con El también resucitaremos" ( 2Tim 2,11).
 
San Juan Crisóstomo
La resurrección, en verdad, es una vida nueva, porque cuando el lascivo se convierte en casto, el avaro en caritativo, el furioso en manso, entonces se opera la resurrección, el pecado muere y resucita la justicia.
Prosigue: "Y para ser el blanco de la contradicción".
 
San Basilio
Blanco de la contradicción se llama con propiedad en la sagrada Escritura a la cruz, porque dice ( Núm 21,9) que Moisés hizo una serpiente de bronce, y la puso en alto como señal.
 
San Gregorio Niceno
Aquí mezcla la deshonra con la gloria, porque para nosotros los cristianos es verdaderamente como signo de contradicción, puesto que mientras unos lo consideran como ridículo y horrible, otros lo consideran digno de veneración. O acaso se llama signo al mismo Cristo, porque existe sobre la naturaleza y es el autor de los signos milagrosos.
 
San Basilio
Es pues un signo que indica una cosa admirable y oculta, visto por los sencillos, y comprendido por los que tienen cultivado el entendimiento.
 
Orígenes
Todo lo que dice la historia respecto de Jesucristo, está contradicho. No por los que creen en El, pues nosotros ciertamente sabemos que son verdaderas todas las cosas que están escritas; pero para los incrédulos todo lo que se ha escrito, respecto del Salvador, es señal de contradicción.
 
San Gregorio Niceno
Todas estas cosas que se dicen del Salvador, afectan igualmente a su Madre, porque toma también para sí todos sus trabajos y todas sus glorias, y no solamente le anuncia las prosperidades, sino que también los dolores. Porque prosigue: "lo que será para ti misma una espada que traspasará tu alma".
 
Beda
En ninguna historia se lee que la Santísima Virgen María muriera herida por alguna espada, especialmente cuando, no el alma, sino el cuerpo es quien puede ser atravesado por el hierro. Por tanto, debemos entender que la espada que traspasó su alma fue aquélla de que se dice: "Y la espada en los labios de ellos atravesó su alma" ( Sal 58,8), esto es, refiriéndose al dolor de la Virgen por la pasión del Señor. La cual, aun cuando aparecía que Jesucristo moría por voluntad propia (como Hijo de Dios) y aun cuando no dudase que habría de vencer a la misma muerte, sin embargo, no pudo ver crucificar al Hijo de sus entrañas sin un sentimiento de dolor.
 
San Ambrosio
Tal vez manifestó en esto que la prudencia de María no era desconocedora de este divino misterio, puesto que la palabra de Dios es viva y eficaz y más penetrante que cualquier espada de dos filos ( Heb 4,12).
 
San Agustín, de quaest. novi et veteris Testamenti, cap. 73
Acaso significó en esto que también María (por quien se había realizado el misterio de la encarnación), dudó con cierto estupor en la muerte de Jesús, viendo al Hijo de Dios tan humillado y que descendía hasta la muerte. Y así como la espada cuando toca a un hombre le hace temer, aun cuando no lo hiera, así la duda produjo en ella tristeza, sin matarla, porque no tomó asiento en su alma, sino que la atravesó como una sombra.
 
San Gregorio Niceno
Pero no declara que ella sola habría de sufrir en la pasión, cuando añade "Para que sean descubiertos los pensamientos de muchos corazones", con lo que expresa el hecho, pero no la causa, porque después de estos sucesos se siguió para muchos el descubrimiento de sus pensamientos. Unos confesaban a Dios en la cruz, otros no dejaban de insultarlo e injuriarlo. O tal vez se dice esto en el sentido de que durante la pasión se manifestó la meditación en el corazón de muchos, que se enmendaron por la resurrección, reemplazando después la duda con la certidumbre. Acaso por revelación debemos entender iluminación, conforme al sentido habitual de la Escritura.
 
Beda
Mas hasta la consumación de los siglos, la espada de la más dura tribulación no cesará de traspasar el alma de la Iglesia, al ver que, aunque resucitan muchos con Cristo, una vez oída la palabra de Dios, son muchos también los que niegan y persiguen la fe. También cuando se ve que revelados los pensamientos de muchos corazones en que se ha sembrado la buena semilla del Evangelio, la cizaña de los vicios prevalece, o es la única que germina en ellos.
 
Orígenes
Había en los hombres pensamientos malos, que fueron revelados para que los destruyera el que murió por nosotros. Puesto que es imposible destruirlos durante el tiempo que permanecen ocultos, por lo que, si nosotros pecamos, debemos decir: "no he ocultado mi maldad" ( Sal 31,5). Si manifestamos nuestros pecados, no solamente a Dios, sino a aquellos que pueden curar las heridas de nuestras almas, se borrarán nuestros pecados.
   
36-38
Vivía entonces una profetisa, llamada Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, que era ya de edad muy avanzada, y la cual, casada desde la flor de ella, vivió con su marido siete años; y habíase mantenido viuda hasta los ochenta y cuatro de edad, no saliendo del templo, y sirviendo en él a Dios día y noche con ayunos y oraciones. Esta, pues, viniendo a la misma hora, alababa igualmente al Señor, y hablaba de El a todos los que esperaban la redención de Israel. (vv. 36-38)
 
San Ambrosio
Había profetizado Simeón, había profetizado una que era casada, y había profetizado una Virgen. Debió también profetizar una viuda para que no faltase ningún sexo ni condición. Y por ello dice: "Vivía entonces una profetisa llamada Ana", etc.
 
Teofilacto
Se detiene el evangelista, describiendo la persona de Ana, diciendo quién era su padre, cuál era su tribu, y presentando como testigos a muchos que vieron a su padre y su tribu.
 
San Gregorio Niceno
O tal vez porque en aquel tiempo había otras mujeres que tenían el mismo nombre de su padre, y dice cuál es su procedencia.
 
San Ambrosio
Ana, tanto por sus virtudes de viuda, cuanto por sus costumbres, está representada como digna de anunciar al Redentor del mundo, por lo que continúa: "Que era ya de edad muy avanzada, y había vivido desde su virginidad, siete años con su marido y siendo viuda hasta los ochenta y cuatro años".
 
Orígenes, in Lucam, 17
No en vano el Espíritu Santo habitó en ella, porque el primer bien es poseer, si se puede, la gracia de la virginidad. Pero si esto no es posible, y sucede que la mujer pierda a su marido, debe permanecer viuda, y hallarse con este ánimo, no sólo después de la muerte de su marido, sino también mientras él vivió, a fin de que Dios, si no sucede así, premie su voluntad y su propósito, debiendo decir: Yo ofrezco esto, yo prometo que, si me sucede lo que no deseo, permaneceré viuda y pura. Con razón, pues, mereció esta santa mujer recibir el espíritu de profecía, porque había subido a la cumbre de la perfección, por su dilatada castidad, y por sus prolongados ayunos. Por lo que sigue: "No saliendo del templo, y sirviendo en él a Dios día y noche en ayunos y oraciones", etc.
 
Orígenes
Esto indica que poseía todas las demás virtudes. Veamos, pues, cómo era conforme con Simeón por sus virtudes. Los dos estaban juntos en el templo, y juntos fueron considerados dignos de la gracia profética. Por ello sigue: "Esta, pues, sobreviniendo a la misma hora, alababa igualmente al Señor".
 
Teofilacto
Esto es, daba gracias viendo la salvación del mundo en Israel, y decía de Jesús que era el Redentor, y el mismo Salvador. De aquí prosigue: "Y hablaba de El a todos los que esperaban", etc.
 
Orígenes
Y como Ana la profetisa habló poco y no muy claro de Jesucristo, el Evangelio no refiere explícitamente lo que ella dijo. También se puede creer que tal vez habló Simeón antes que ella, porque éste representaba la forma de la ley (puesto que su nombre quiere decir obediencia) y ella representaba la gracia (según la significación del suyo), y como Jesucristo estaba entre ellos, dejó morir al primero con la ley, y fomentó con la gracia la vida de la última.
 
Beda
Según el sentido místico, Ana significa la Iglesia, que en la actualidad ha quedado como viuda por la muerte de su esposo. También el número de los años de su viudez representa el tiempo de la peregrinación del cuerpo de la Iglesia lejos del Señor. Siete veces doce hacen ochenta y cuatro; siete expresa la marcha del tiempo que gira en siete días, y doce que pertenecen a la perfección de la doctrina apostólica. Por esto, tanto la Iglesia universal, como cualquier alma fiel, que procure pasar todo el tiempo de la vida según la doctrina de los apóstoles, se puede decir que ha servido al Señor por espacio de ochenta y cuatro años. También concuerda bien con esto el tiempo de siete años, que esta viuda había vivido con su marido. Porque en virtud de un privilegio de la majestad del Señor, que El mismo en carne mortal nos ha explicado, el número de siete años es signo que expresa un número perfecto. También el nombre de Ana se conforma mucho con la Iglesia, porque su nombre significa gracia. Es hija de Fanuel que quiere decir cara de Dios, y desciende de la tribu de Aser, que quiere decir bienaventurado.
   
39-41
Jesús y María, cumplidas todas las cosas ordenadas en la ley del Señor, regresaron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. Entre tanto el Niño iba creciendo y fortaleciéndose, lleno de sabiduría; y la gracia del Señor estaba en El. Iban sus padres todos los años a Jerusalén por la fiesta solemne de la Pascua. (vv. 39-41)
 
Beda
San Lucas omite esto, porque sabía que San Mateo lo había expuesto con mucho detenimiento. A saber, que el Señor, después de todas estas cosas (para evitar que Herodes lo encontrase y lo matase) fue llevado por sus padres a Egipto, y volvió a Galilea del mismo modo después que hubo muerto Herodes, empezando a vivir en su ciudad Nazaret. Los evangelistas suelen omitir así las cosas que ven ya referidas, o que el Espíritu les hizo prever que habían de serlo por otros, de manera que prosiguen su narración, sin que aparezca que omitieron nada. Pero el lector solícito, que examina la escritura de otro evangelista, encuentra lo que ha sido omitido. Omitiendo muchas cosas, San Lucas dice: "Cumplidas todas las cosas", etc.
 
Teofilacto
La ciudad de Belén era como su patria, pero Nazaret era el lugar donde habitaba.
 
San Agustín, de consensu evangelistarum, 2, 9
Acaso llama la atención que dijo San Mateo que los padres del Niño se fueron con El a Galilea, principalmente porque Nazaret de Galilea era su patria, como dice aquí San Lucas. Pero debe entenderse que cuando el ángel dijo en sueños a José en Egipto: "Levántate, toma al Niño y a su Madre, y marcha a la tierra de Israel" ( Mt 2,20), San José comprendió que se le había mandado marchar a Judea (porque es por excelencia la tierra de Israel). Mas como en seguida supo que reinaba allí Arquelao, hijo de Herodes, no quiso exponerse a aquel peligro, pudiendo considerar que era lo mismo Israel que Galilea, en donde moraba el pueblo de Israel.
 
Griego, in Cat. graec. Patrum
O de otro modo, refiere San Lucas aquí el tiempo que pasó antes de ir a Egipto, porque José no hubiese llevado a María antes de que hubiera sido purificada. Antes que fuesen a Egipto no habían recibido orden de marchar a Nazaret, sino que deseando voluntariamente volver a su patria, hacia ella se encaminaron. No fueron, pues, a Belén sino con motivo del empadronamiento. Pero una vez cumplido este deber, por cuya causa habían ido allí, se fueron a Nazaret.
 
Teofilacto
Podía haber nacido Jesús teniendo en cuanto al cuerpo una edad madura. Pero para que esto no pareciese fantástico, creció poco a poco, como dice el texto: "Y el Niño crecía y se fortificaba".
 
Beda
Debe advertirse la distinta significación de estas palabras, porque Nuestro Señor Jesucristo en cuanto era niño (esto es, en cuanto se hallaba revestido del hábito de la humana fragilidad), debía crecer y fortificarse.
 
San Atanasio, lib. De incarnat. Christi, contra Arianos, lib. 4
Si según algunos, la carne de Jesús se había transformado en la naturaleza divina, ¿cómo podía recibir incremento? El creer que puede crecer Aquel que no ha sido creado es una impiedad.
 
San Cirilo
Pero une el aumento del cuerpo al incremento de la sabiduría con toda oportunidad, cuando dice: "Y se fortificaba", esto es, en espíritu, porque según la edad del cuerpo, manifestaba la naturaleza divina su propia sabiduría.
 
Teofilacto
Si cuando era pequeño en edad hubiese demostrado su sabiduría, hubiera parecido prodigioso, por lo cual se manifestaba a sí mismo progresivamente según la edad, para llenar todo el mundo. Y no se dice que se fortificaba en su espíritu en el sentido de que recibía la sabiduría, porque ¿cómo puede decirse que después se perfecciona más lo que desde el principio es perfectísimo? 1 De donde prosigue: "Lleno de sabiduría en verdad".
 
Beda
"Porque la plenitud de la Divinidad habitaba corporalmente en El" ( Col 2,9). Y la gracia porque a Jesucristo, hombre, le fue concedida la gran gracia de que desde que empezó a ser hombre fuese perfecto y fuese Dios, mucho más si consideramos que era Verbo de Dios y Dios mismo, y no necesitaba fortificarse, ni debía crecer. Todavía siendo niño, tenía la gracia de Dios, para que, como todas las cosas en El eran admirables, lo fuese también su niñez, y se cumpliese así la sabiduría de Dios.
Prosigue: "Iban sus padres todos los años a Jerusalén por la fiesta solemne de la Pascua".
 
San Juan Crisóstomo, Orat. 2, contra Judaeos
Mandaba la ley observar no sólo el tiempo, sino también el lugar en las solemnidades de los hebreos, y por tanto los padres de Jesús no querían celebrar la Pascua fuera de Jerusalén.
 
San Agustín, de consensu evangelistarum, 2, 10
¿Cómo, pues, los padres de Jesús iban todos los años durante su infancia a Jerusalén, si se lo impedía el temor a Arquelao? No sería difícil desvanecer esta duda si alguno de los evangelistas hubiese dicho el tiempo que Arquelao reinó. Porque pudo suceder que fuesen a Jerusalén en los días festivos, ocultándose en seguida, puesto que temían hacerse visibles si permanecían allí en los demás días, y pasar por irreligiosos si no asistían a las solemnidades. Pero, como todos guardan silencio respecto del tiempo que reinó Arquelao, pueden interpretarse las palabras de San Lucas: "Iban sus padres todos los años a Jerusalén" en el sentido de que lo hacían así cuando no era ya de temer aquel rey.
 
Notas
1. "Esta alma humana que el Hijo de Dios asumió está dotada de un verdadero conocimiento humano. Como tal, éste no podía ser de por sí ilimitado: se desenvolvía en las condiciones históricas de su existencia en el espacio y en el tiempo. Por eso el Hijo de Dios, al hacerse hombre, quiso progresar "en sabiduría, en estatura y en gracia" ( Lc 2,52) e igualmente adquirir aquello que en la condición humana se adquiere de manera experimental (ver Mc 6,38; 8,27; Jn 11,34). Eso... correspondía a la realidad de su anonadamiento voluntario en "la condición de esclavo" ( Flp 2,7)" Catecismo de la Iglesia Católica, 472.
   
42-50
Teniendo el Niño ya doce años cumplidos, habiendo subido a Jerusalén, según solían de aquella solemnidad; acabados aquellos días así que se volvían, se quedó el niño Jesús en Jerusalén sin que sus padres lo advirtiesen. Antes bien creyendo que venía con alguno de los de su comitiva, anduvieron la jornada entera buscándole entre los parientes y conocidos. Y como no le hallasen, se volvieron a Jerusalén en busca suya. Y al cabo de tres días de haberle perdido, le hallaron en el templo sentado en medio de los doctores, que ora los escuchaba, ora les preguntaba; y cuantos le oían, quedaban pasmados de su sabiduría y sus respuestas. Al verle, pues, sus padres, quedaron maravillados. Y le dijo su Madre: "Hijo ¿por qué te has portado así con nosotros? Mira cómo tu padre y yo, llenos de aflicción, hemos andado buscándote". Y El les respondió: "¿Cómo es que me buscabais? ¿No sabíais que yo debo emplearme en las cosas que miran al servicio de mi Padre?" Mas ellos no entendieron el sentido de su respuesta. (vv. 42-50)
 
San Cirilo
Como había dicho el evangelista que el niño crecía y se fortificaba, confirma estas palabras diciendo que Jesús subió a Jerusalén juntamente con la Santísima Virgen con estas palabras: "Y siendo el Niño ya de doce años cumplidos", etc.
 
Griego, o Geómetra
La manifestación de su sabiduría no pasó más allá de lo que permitía su edad, porque entramos por lo general a los doce años en el dominio de la razón, y a esa edad fue cuando se manifestó la sabiduría de Jesús.
 
San Ambrosio, in Lucam, 2
También puede decirse que a los doce años empezó la controversia del Señor y en verdad que este número de doce debía ser el de aquellos que habían de predicar la fe evangélica.
 
Basilio
También podemos decir que, como el número doce tiene cierta analogía con el siete -puesto que es producto de los factores tres y cuatro, que sumados hacen siete y multiplicados doce- expresa la universalidad y perfección de las cosas y de los tiempos. Por tanto la luz de Cristo, que había de llenar todo lugar y todo tiempo, empieza con razón por dicho número.
 
Beda
La ida del Señor con sus padres a Jerusalén todos los años por la Pascua, es una señal de humana humildad. Porque es deber del hombre acudir a ofrecer sacrificios al Señor y hacérsele propicio por medio de oraciones. Hizo, pues, el Señor entre los hombres, habiendo nacido hombre, lo mismo que Dios había mandado a los hombres por medio de sus ángeles. Por lo que dice: "Según solían en aquella solemnidad". Sigamos, pues, el camino de su vida humana, si nos deleita la idea de ver la gloria de su divinidad.
 
Griego, o Geómetra
Una vez celebrada la fiesta, cuando todos se volvían, Jesús se quedó sin que nadie lo notara, según estas palabras: "Acabados aquellos días, así que se volvían, se quedó el niño Jesús en Jerusalén, sin que sus padres lo advirtiesen". Dice, pues: "Acabados aquellos días", porque la solemnidad duraba siete días. Permanece oculto para que sus padres no le impidan disputar con los doctores de la ley. O tal vez para evitar que pareciese que menospreciaba a sus padres, si no obedecía sus mandatos. Se queda, en conclusión, sin que nadie lo note, para que no se lo estorben y para no ser desobediente.
 
Orígenes, in Lucam, 19
No debe llamar la atención que se designe con el nombre de padres a aquellos que merecieron, una el nombre de Madre por haberle dado a luz, y otro el de padre, como protector suyo que era.
 
Beda
Pero alguno preguntará, cómo el Hijo de Dios, objeto de tanto cuidado por parte de sus padres, pudo quedar olvidado. A lo que se debe responder que era costumbre entre los israelitas, en los tiempos de las fiestas, bien cuando acudían a Jerusalén, o ya cuando volvían a sus casas, el ir separados los hombres de las mujeres, que los niños podían ir indiferentemente con el padre o con la Madre. Por tanto que San José y la Santísima Virgen, no viendo al niño a su lado, creyeron cada uno por su parte que iría en compañía del otro. Por lo cual sigue: "Antes bien, creyendo que venía con alguno de los de su comitiva", etc.
 
Orígenes, in Lucam, 19
Así como cuando le ponían asechanzas los judíos, se salió de en medio de ellos y ya no apareció, así es de creer que el niño Jesús se quedó ahora, y que sus padres no supieron en dónde se había quedado, según lo que sigue: "Y como no le hallasen, se volvieron a Jerusalén en busca suya".
 
Glosa, ordin
El primer día se alejan de Jerusalén, el segundo lo buscan entre los parientes y los conocidos, y, no encontrándolo, en el tercer día volvieron a Jerusalén, y allí lo encontraron. Por lo cual prosigue: "Y al cabo de tres días de haberle perdido, le encontraron", etc.
 
Orígenes, in Lucam, 19
No lo encontraron inmediatamente después que lo buscaron, porque Jesús no está entre los parientes y deudos, según la carne; ni entre los que están unidos a El por los lazos del cuerpo; ni puede encontrarse mi Jesús entre la muchedumbre. El lugar en que lo encontraron los que buscaban no es un lugar cualquiera -fijémonos bien en ello- sino el templo. Busquémoslo también nosotros, por tanto, en el templo de Dios. Busquémoslo en la Iglesia, busquémoslo entre los doctores que se hallan en el templo, porque si así lo hacemos, lo encontraremos.
 
Orígenes, in Lucam, 19
No lo encuentran entre los parientes, porque el parentesco humano no podía contener al Hijo de Dios, ni entre los conocidos, porque está sobre el conocimiento y la ciencia humana: ¿en dónde lo encuentran, pues? En el templo. Si, pues, nosotros lo buscásemos también alguna vez, busquémoslo en el templo. Apresurémonos a ir allí, que allí sí encontraremos a Cristo, palabra y sabiduría. Esto es, al Hijo de Dios.
 
San Ambrosio
Después de tres días se le encuentra en el templo, para indicar que tres días después del triunfo de su pasión, y cuando se lo creía muerto, resucitaría y se mostraría a nuestra fe en trono celestial y en honor divino.
 
Glosa, ordin
O porque no encontraron a Cristo los patriarcas buscándolo antes de la ley, ni lo encontraron los profetas y los justos buscándolo bajo la ley, y lo han encontrado las naciones buscándolo bajo la gracia.
 
Orígenes, in Lucam, 19
Porque era Hijo de Dios, se encuentra en medio de los doctores instruyéndolos con su sabiduría. Porque era niño, se encuentra en medio de ellos, no enseñándoles, sino preguntándoles, por lo cual dice: "Sentado en medio de los doctores, que, ora los escuchaba, ora les preguntaba". Por su misericordia nos enseña de este modo que corresponde a los niños (aun cuando sean sabios e instruidos) más bien oír a sus maestros que desear enseñarles y jactarse con vana ostentación. Preguntaba, no para aprender, sino para ilustrar preguntando; que el preguntar y responder con sabiduría nacen de una sola fuente de doctrina. De donde, prosigue: "y cuantos le oían quedaban pasmados de su sabiduría", etc.
 
Beda
Para manifestar que era hombre, oía humildemente a maestros que al fin eran hombres. Para probar que era Dios, les respondía de una manera sublime cuando le preguntaban.
 
Griego, o Geómetra
Pregunta de una manera razonable, oye de una manera prudente, y responde de una manera todavía más prudente, lo cual llenaba de estupor a los que lo oían. Por lo cual, sigue: "Al verle, pues, sus padres, quedaron maravillados".
 
San Juan Crisóstomo, super Ioannem, hom. 20
El Señor no hizo ningún milagro durante su niñez. Solamente hizo esto, como refiere San Lucas, en el cual se mostró admirable.
 
Beda
Manifestaba, pues, su lengua una sabiduría divina, pero su edad manifestaba la debilidad humana, por lo que los judíos, turbados y admirados, dudan entre la sublimidad de lo que oyen y la humildad de lo que ven. Nosotros, sin embargo, no debemos admirarnos de ningún modo, porque sabemos por el profeta ( Is 9,5) que, aun cuando ha nacido niño para nosotros, siempre es el Dios fuerte.
 
Griego, o Geómetra
Admiremos a la Madre de Dios, afectada en sus maternales entrañas, que manifiesta como con lamentos sus dolorosas pesquisas, y expresa lo que siente con la confianza, la humildad y la ternura de una madre. Por lo cual sigue: "Y le dijo su Madre: Hijo, ¿por qué te has portado así?", etc.
 
Orígenes, in Lucam, 19
Sabía la Santísima Virgen que Jesús no era hijo de San José, y sin embargo llama padre del niño a su esposo, por la creencia de los judíos que suponían que Jesús había sido concebido como los demás hombres.
 
Origenes, in Lucam, 17
Se podría decir sencillamente, que el Espíritu Santo le honró con el nombre de padre, y que él educó al niño Jesús. O hablando de una manera más ingeniosa, que, habiendo dado la genealogía de José hasta David, no quiso se censurara como superflua.
 
Origenes, in Lucam, 19
Pero ¿por qué lo buscaban? ¿Creían que había perecido o que se había perdido? ¡Lejos de nosotros tal presunción! ¿Podían temer, acaso, que se perdiese un niño que sabían era Dios? Pero así como nosotros al leer la Sagrada Escritura buscamos con dolor el sentido de ella, no porque creemos que las Escrituras vayan fuera de camino, o porque contengan algún error, sino porque deseamos encontrar la verdad intrínseca de ellas, así también buscaban ellos a Jesús, temiendo los dejase para volverse al cielo, y bajar otra vez cuando quisiera. Conviene, pues, que el que busca a Jesús no pase de una manera negligente y perezosa, como lo buscan muchos y no lo encuentran, sino con trabajo y con dolor.
 
Glosa, ordin
También podía ser que temiesen que lo que Herodes había tratado de llevar a cabo en su infancia, ahora, encontrada la ocasión oportuna, lo ejecutasen otros matándolo en su edad infantil.
 
Griego, o Geómetra
Pero el mismo Señor responde a todo, y corrigiendo en cierto modo lo que se había dicho del que era reputado por su padre, manifiesta al que lo es verdaderamente, enseñando no a caminar por la tierra, sino a levantarse hasta el cielo, por lo que continúa: "Y El les respondió: ¿Cómo es que me buscabais?".
 
Beda
No los reprende porque lo buscan como hijo, sino que les hace levantar los ojos de su espíritu para que vean lo que debe a Aquel de quien es Hijo eterno. Por esto sigue: "No sabíais que yo debo emplearme", etc.
 
San Ambrosio
Hay en Jesucristo dos generaciones: una paterna, otra materna. La paterna es divina, y la materna es por la que bajó hasta nuestra vida y nuestras miserias.
 
San Cirilo
Dice esto, pues, para manifestar que El está por encima de la naturaleza humana, y dando a entender que la Santísima Virgen es un instrumento de la redención, dándolo a luz, pero que por naturaleza El es verdaderamente Dios e Hijo del excelso Padre. Avergüéncense, pues, aquí los sectarios de Valentino, de decir, después de haber oído que era el templo de Dios, que el Creador y el Dios de la ley y del templo no es el mismo Padre de Jesucristo.
 
San Epifanio, contra Haer., lib. 2, haer. 30
Observe Ebión que Jesucristo es admirable en sus discursos a los doce años de edad, y no a los treinta. Lo cual no quiere decir que después que vino el Espíritu Santo sobre El cuando fue bautizado, fue convertido en Cristo, esto es, ungido del Señor, sino que desde su infancia reconoció el templo y a su Padre.
 
Griego, o Geómetra
Esta es la primera manifestación de la sabiduría y de la virtud del niño Jesús, porque lo que llaman sus puerilidades, no lo dicen inocentemente como pueril, sino que lo consideramos diabólico y mal intencionado, puesto que pretenden falsear lo que se encuentra en el Evangelio y en las divinas Escrituras, a no ser que las tomemos en el sentido en que son creídas por muchos, y que no es contrario a nuestras creencias. Antes bien, está en un todo conforme con lo dicho por los profetas, porque era el más hermoso de los hijos de los hombres, obediente a su Madre, complaciente en sus costumbres, no menos venerable y agradable en su aspecto, fecundo en la palabra, dulce y próvido, de un valor notable como el que estaba lleno de la gracia divina. Y así como sucede en otro, su conversación y su locución, aunque sobrehumanas, tenían su límite y su razón, habiendo elegido para sí la mansedumbre el lugar principal. En todas estas cosas, nada ni nadie le dirigió, excepto la mano de su Madre. En esto podemos aprender cosas de gran utilidad. Respondiendo el Señor a María porque lo ha buscado entre sus parientes, nos sugiere el desprendimiento de la sangre, manifestando que el que se halla ocupado de las cosas corporales, no puede llegar al término de la perfección, de la cual se separa el hombre por el afecto de los parientes.
Prosigue: "Mas ellos no entendieron", etc.
 
Beda
Porque les hablaba por cierto de su divinidad.
 
Orígenes, in Lucam, 20
No sabían si diciéndoles "en las cosas de mi Padre", quería decirles "del templo", o de otra más elevada y edificante, porque cada uno de nosotros, si es bueno, es asiento de Dios Padre, y si alguno de nosotros es asiento de Dios Padre, tiene consigo a Jesús su Hijo.
   
51-52
En seguida se fue con ellos, y vino a Nazaret, y les estaba sujeto. Y su Madre conservaba todas estas cosas en su corazón. Jesús entretanto crecía en sabiduría, en edad y en gracia, delante de Dios y de los hombres. (vv. 51-52)

Griego, o Geómetra
Todo el tiempo que pasó entre la primera manifestación de Jesucristo y el día de su bautismo, y que no fue señalado por milagros famosos y públicos ni por su doctrina, lo resume el evangelista en una sola palabra diciendo: "En seguida se fue con ellos", etc.

Orígenes, in Lucam, 20
Con frecuencia bajó Jesús con sus discípulos, pues no siempre estaba en el monte, porque los que estaban enfermos no podían subir a él. Del mismo modo, pues, baja ahora a otros que se hallan abajo.
Prosigue: "Y les estaba sujeto", etc.
 
Griego, o Geómetra
Alguna vez empezaba por instituir la ley con la palabra y después la comprobaba con las obras, como dice: "El buen pastor da su vida por sus ovejas" ( Jn 10,11), y en efecto, poco después (deseando nuestra salvación) nos dio su propia vida. Otras veces, por el contrario, daba primero el ejemplo y después explicaba la manera de vivir bien, como aquí, en que por sus obras nos enseña que hay tres cosas que deben aventajar a las demás: amar a Dios, honrar a sus padres y dar la preferencia a Dios aun sobre los mismos padres. Porque cuando fue reprendido por sus padres, considera como de poca importancia todas las cosas que no son de Dios, y luego obedece también a sus padres.
 
Beda
¿Qué había de hacer el maestro de la virtud, sino llenar este deber de piedad? ¿Qué había de hacer entre nosotros sino aquello mismo que deseaba hiciésemos nosotros?
 
Orígenes, in Lucam, 20
Aprendamos también nosotros mientras somos hijos a vivir sometidos a nuestros padres. Y si nuestros padres faltan, vivamos sometidos a aquellos que hacen la vez de padres por su edad. Jesús, a pesar de ser Hijo de Dios, vive sometido a José y a María. Yo, por ejemplo, debo vivir sometido al obispo a quien se me ha designado como padre. San José comprendía sin duda que Jesús era más grande que él, y por ello respetuoso, moderaba su autoridad. Tengamos, pues, presente que muchas veces es mayor que nosotros el que nos está sometido, y así el que está constituido en dignidad superior no se ensoberbecerá sabiendo que es más que él aquel que le está subordinado.
 
San Gregorio Niceno, in Cat. graec. Patr
Además, los jóvenes todavía no tienen el discernimiento bien desarrollado -o sea la inteligencia- y necesitan que los conduzcan a un estado más perfecto los que tienen más edad -o lo que es lo mismo, que los lleven como de la mano a lo mejor aquellos que son más perfectos-. Teniendo Jesús doce años obedece a sus padres para dar a conocer que todo el que se perfecciona por grados en la virtud, antes de llegar al término de su perfección debe abrazar para su utilidad la obediencia como medio de llegar al bien.
 
San Basilio, in lib. relig
Obedeciendo desde su primera edad a sus padres, se sometió Jesús humilde y respetuosamente a todo trabajo corporal, porque, aunque eran honestos y justos, con todo, como pobres y sufriendo escasez hasta en lo necesario -como lo demuestra el pesebre venerado donde nació el Señor-, es claro que se procuraban lo necesario para la vida con el continuo sudor de sus cuerpos. Y bien, Jesús, que obedecía a sus padres -como dice la Sagrada Escritura-, tomaba parte en sus trabajos con entera sumisión.
 
San Ambrosio
¿Y llamará la atención que obedezca a su padre el que vive sometido a la Madre? No es por debilidad por lo que se somete, sino por piedad. Aun cuando el hereje levante la cabeza y asegure que el que es enviado necesita del auxilio de otro. ¿Acaso necesitaba de auxilio humano porque obedecía a la autoridad de su Madre? ¿Se sometía a la sierva de Dios, se sometía a un padre que lo era sólo en la apariencia, y aun te causa admiración, que se sometiese a Dios? El obedecer al hombre es piedad, ¿y será debilidad el obedecer a Dios?
 
Beda
La Santísima Virgen ya sea porque no entendía estas cosas todavía, o porque las comprendiese, las guardaba en su corazón para examinarlas con más detenimiento. Por lo cual sigue: "Y su Madre conservaba todas estas cosas en su corazón".
 
Griego, o Geómetra
Consideraremos cómo María, mujer prudentísima, Madre de la verdadera Sabiduría, es discípula de este niño, oyéndole, no como a un niño o como a un hombre, sino como a Dios. Después meditaba sus divinas palabras y sus obras sin perder ni una sola de ellas, y así como concibió al Divino Verbo en sus entrañas, así ahora también recibiría todas sus acciones y todas sus palabras en su corazón, y en él -por decirlo así- las fomentaba. Unas veces contemplaba el presente en sí misma, otras veces esperaba que el porvenir lo revelaría todo con más claridad, haciendo de esto la regla y la ley de toda su vida.
Prosigue: "Jesús entretanto crecía en sabiduría", etc.
 
Teofilacto
No dice esto porque fuese haciéndose sabio progresivamente, sino porque poco a poco iba manifestando su sabiduría. Así lo hizo cuando discutía con los escribas, preguntándoles sobre la ley con admiración de todos los que lo oían. De este modo es cómo crecía en sabiduría, es decir, siendo conocido por muchos y llenándolos de admiración, así que la manifestación de su sabiduría es la que constituye su progreso. Por esto vemos que el evangelista, para explicar este asunto de sabiduría, añade luego "y en edad", porque el progreso y el crecimiento de la edad, es lo que llama el crecimiento de la sabiduría.
 
Teofilacto
Pero dicen los herejes eunomianos: ¿Cómo puede ser igual al Padre en sustancia aquél de quien se dice que crece como imperfecto? No se dice, pues, que crecía en cuanto era Verbo, sino en cuanto era hombre. Y verdaderamente, si creció después que fue hecho hombre el que antes había sido imperfecto, ¿qué razón hay para que le demos gracias por haberse encarnado por nosotros? ¿Cómo, si es la verdadera sabiduría, puede crecer? ¿Ni cómo puede tampoco crecer en gracia Aquel que la da superabundante a los demás? Además, si ninguno se escandaliza cuando oye que el divino Verbo se ha humillado (sintiendo flaquezas indignas de Dios), sino que más bien se admira de su misericordia, ¿no será extraño el que se escandalice cuando oye decir que crece? Así como se ha humillado por nosotros, así también crece por nosotros, para que nosotros a la vez crezcamos en El, puesto que hemos caído por el pecado. Porque todo lo que se refiere a nosotros, el mismo Jesucristo lo ha tomado sobre sí con el fin de hacerlo mejor.
 
San Cirilo
Y obsérvese que no dice que es el Verbo quien crece, sino Jesús, para que no entendamos que es el Verbo puro quien crece, sino el Verbo hecho carne.
 
Teofilacto
Y así como decimos que el Verbo encarnado es quien ha padecido, aunque sólo sea su carne quien ha padecido (porque en realidad la carne del Verbo es la que sufría), así se dice que crece, porque la humanidad era la que crecía en El.
 
San Gregorio Nacianceno
Se dice que crecía según la humanidad, no porque recibía algún aumento, siendo así que desde el principio fue perfecta, sino porque se manifestaba poco a poco.
 
Teofilacto
La ley natural repugna que tenga el hombre una inteligencia superior a su edad. Así el Verbo (hecho hombre) era perfecto, porque era la virtud y la sabiduría del Padre, pero como había de conformarse con nuestra naturaleza (a fin de que no se considerase extraño por los que lo veían), se manifestaba creciendo poco a poco como hombre en su cuerpo, y siendo considerado cada día como más sabio por los que lo veían y lo oían.
 
Griego
Crecía en edad, desarrollándose en el cuerpo hasta la virilidad, en sabiduría respecto de aquellos que eran instruidos por El en las cosas divinas, y en la gracia, por la cual seguimos adelante con alegría creyendo obtener al fin todo lo que nos ha prometido. Y esto, delante de Dios, quien perfeccionó la obra de su Padre, habiendo tomado nuestra carne mortal, y ante los hombres, por haberlos convertido del culto de los ídolos al conocimiento de la Santísima Trinidad.
 
Teofilacto
Dice, pues, ante Dios y ante los hombres, porque primero se debe agradar a Dios y después a los hombres.
 
San Gregorio Niceno, homiliae in Canticum, 3
La palabra aprovecha también de una manera diferente en las personas que la oyen, porque aparece, según es niño, adulto, o ya perfecto el hombre.