CATENA AUREA - SANTO TOMÁS DE AQUINO |
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29-32 - 33-35 - 36-38 - 39-41 - 42-50 - 51-52 | |
01-05 |
Por aquellos días se
promulgó un edicto de César Augusto, mandando empadronar a todo el
mundo. Este fue el primer empadronamiento hecho por Cirino, gobernador
de Siria. Y todos iban a empadronarse, cada cual a la ciudad de su
estirpe. José subió también de Galilea de la ciudad de Nazaret, a
Judea, a la ciudad de David que se llama Belén: pues era de la casa y
familia de David, para empadronarse, con María, su esposa, la cual
estaba encinta. (vv. 1-5)
Beda
Así como el Hijo de Dios, viniendo en
carne mortal, nace de una Virgen, dando a entender cuánto le agrada la
virtud de la virginidad, así también viniendo al mundo en tiempo de
paz enseña a buscarla, dignándose visitar a los que la aman. No pudo
haber una señal más clara de la paz que la de reunir a todo el mundo
bajo un solo cetro, cuyo moderador Augusto, hacia el tiempo del
nacimiento del Señor reinó con tanta paz durante doce años, en que,
pacificadas las guerras en todo el mundo, pareció que se cumplía al
pie de la letra el vaticinio del profeta, y por esto dice: "Por
aquellos días se promulgó un edicto", etc.
Griego
Nació Jesucristo cuando habían dejado de
existir los príncipes de los judíos y había pasado su imperio a los
emperadores romanos, a quienes los judíos pagaban tributo. Así se
cumplió la profecía que había anunciado que no faltaría un príncipe de
la descendencia de Judá hasta que viniera el que había de ser enviado
( Gén 49,10.). Pero César Augusto -en el año
cuarenta y dos de su reinado- publicó un edicto mandando empadronar a
todo el mundo para que pagase tributo, cuyo encargo había confiado a
Cirino, a quien nombró presidente de Judea y de Siria. Dice, pues:
"Este fue el primer empadronamiento", etc.
Beda
Dice que este empadronamiento fue el
primero, o porque comprendió a todo el mundo -constando como consta
que muchos puntos de la tierra habían sido empadronados otras veces en
particular-, o porque se llevó a cabo cuando Cirino fue enviado a
Siria.
San Ambrosio
Con toda oportunidad se dice el nombre del
presidente para señalar la época en que tuvo lugar, porque si se
inscriben los nombres de los cónsules en las tablas de los contratos
¿con cuánta más razón debe inscribirse también el tiempo de la
redención de todos?
Beda
Por disposición superior se hizo la
inscripción del censo de tal modo que se mandaba que cada cual fuese
al pueblo donde había nacido, conforme con lo que sigue: "Y todos iban
a empadronarse, cada cual a su ciudad". Por lo cual sucedió que
nuestro Señor fue concebido en un sitio y nació en otro, para evitar
así con más seguridad el furor de Herodes. Y prosigue: "José subió
también de Galilea", etc.
San Juan Crisóstomo,
in diem natalem Christi
Augusto dio este edicto por disposición de
Dios para servir a la presencia de su Unigénito. Porque este edicto
obligaba a la Madre a ir a su patria, que ya habían anunciado los
profetas, esto es, a Belén de Judea. Así es que dice: "A la ciudad de
David, que se llama Belén".
Griego
Por esto añade "a la ciudad de David",
para anunciar que se había cumplido ya la promesa que Dios hizo a
David (que había de nacer de su descendencia el rey inmortal de los
siglos). Y prosigue: "Como era de la casa y familia de David". Como
José era de la descendencia de David, ha querido decir el evangelista
que la Santísima Virgen también era de la misma familia, porque la ley
divina mandaba que se casasen los descendientes de una misma familia,
por esto dice: "Con María, su esposa", etc.
San Cirilo
Dice, pues, su esposa, insinuando que no
estaban más que desposados cuando se verificó la concepción, porque la
Santísima Virgen no concibió por obra de varón.
San Gregorio Magno,
homiliae in Evangelia, 8
En sentido místico se empadrona el mundo
cuando ha de nacer el Señor, porque aquél que aparecía en carne
mortal, debía inscribir a sus escogidos en la eternidad.
San Ambrosio
Y cuando se trata de la inscripción
temporal, se comprende también la espiritual, no para el Rey de la
tierra, sino para el del cielo. Esta profesión de fe es el censo de
las almas, pues abolido el antiguo censo de la sinagoga, se preparaba
el nuevo de la Iglesia. Finalmente, para que se comprenda que este
censo no es obra de Augusto, sino de Cristo, se manda a todo el mundo
que se inscriba. ¿Quién, pues, podría exigir el empadronamiento de
todo el mundo, sino aquél que tiene dominio sobre todo el orbe? Pues
el mundo no es de Augusto, sino que "del Señor es la tierra", etc. (
Sal 23).
Beda
Cumplió perfectamente el nombre de
Augusto, porque deseó aumentar los suyos, siendo poderoso para
aumentarlos.
Teofilacto
Era también conveniente que desapareciese
el culto de muchos dioses por medio de Jesucristo, y que sólo fuese
adorado el único Dios.
Orígenes,
in Lucam hom. 11
Parece que en esto se da a conocer la
figura de un sacramento a quien la medite con atención. Porque en el
censo de todo el mundo fue conveniente que figurase Jesucristo puesto
que, como había de santificar a todos, debía ser contado en el censo
del universo general, para ponerse en comunidad con él.
Beda
Así, pues, como cuando mandaba Augusto, y
siendo presidente Cirino, iban todos a sus pueblos para inscribirse en
el censo, así ahora, mandando Jesucristo por medio de sus doctores
(los jefes de la Iglesia), debemos inscribirnos en el censo de la
justicia.
San Ambrosio
Esta es, pues, la primera declaración de
las almas al Señor, para quien todas se declaran. Hecha no a la voz de
un pregón, sino del profeta que dice ( Sal
46,2): "Naciones todas, dad palmadas de aplauso". Por último, para
hacer ver que el censo se hace con justicia, vienen a obedecerlo José
y María, esto es, un justo y una virgen; aquél, que había de proteger
al Verbo y ésta que había de darlo a luz.
Beda
Nuestra ciudad y nuestra patria son la
eterna felicidad, a la cual debemos ir, creciendo todos los días en
las virtudes. La Iglesia Santa con sus doctores, abandonando el trato
mundano, que es lo que significa Galilea, y subiendo a la ciudad de
Judá, que significa confesión y alabanza, paga el censo de su devoción
al Rey eterno. Y, a semejanza de la bienaventurada Virgen María, nos
concibe virgen por obra del Espíritu Santo. Desposada con Cristo por
El, unida de una manera visible al pontífice -su jefe- es colmada de
la invisible virtud del Espíritu Santo, dando a entender con su mismo
nombre que los esfuerzos del maestro que habla nada valen si, para ser
entendido, no recibe el auxilio de la gracia divina.
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06-07 |
Y sucedió que, hallándose
allí, le llegó la hora del parto, y parió a su hijo primogénito, y
envolvióle en pañales, y recostóle en un pesebre, porque no había
lugar para ellos en el mesón. (vv. 6-7)
San Ambrosio
San Lucas explicó brevemente el modo, el
tiempo, y aun el lugar, en que Jesucristo nació según la carne,
diciendo: "Y sucedió que, hallándose allí, le llegó la hora del
parto", etc. El modo, en realidad de verdad, porque como desposada
había concebido, pero como virgen había engendrado.
San Gregorio Niseno,
in diem nat. Christi
Apareciendo como hombre, no se somete en
todo a las leyes de la naturaleza humana. El nacer de la mujer
demuestra la naturaleza humana. Pero la virginidad, que había servido
para aquel nacimiento, manifiesta que es superior al hombre. Su Madre
lo lleva con alegría, su origen es inmaculado, fácil el parto, su
nacimiento sin mancha y sin dolores. Porque convenía que, así como fue
condenada a alumbrar con dolores la que por su culpa introdujo la
muerte en nuestra naturaleza, alumbrase por el contrario con alegría
la Madre de la vida. Viene a la vida de los mortales por la pureza
virginal en el momento en que empiezan a disiparse las tinieblas y
aquella oscuridad nocturna e inmensa desaparece por la fuerza del rayo
vivificador. Porque la muerte era el fin de la gravedad del pecado y
ahora va a ser destruida ante la presencia de la verdadera luz, que
habrá de iluminar a todo el mundo por medio de los rayos evangélicos.
Beda
También el Señor se dignó encarnar en un
tiempo en que inmediatamente pudo ser inscrito en el censo del César,
sometiéndose así a la servidumbre por nuestra libertad. Además nace en
Belén no sólo para manifestar su distintivo de rey, sino también por
el sentido oculto de este nombre.
San Gregorio Magno,
homiliae in Evangelia
Porque Belén quiere decir casa del pan y
El mismo es quien dice: "Yo soy el pan vivo que bajé del cielo" (
Jn 6,41). El lugar en que nace el Señor se
llamaba antes casa del pan, porque había de suceder que aparecería
allí, según la carne, aquel que había de robustecer las almas de sus
escogidos con una saciedad interior.
Beda
Pero el Señor no dejará de ser concebido
en Nazaret, ni de nacer en Belén hasta la consumación de los siglos,
porque cada uno de aquellos que recibiere la flor de su palabra será
convertido en habitación del pan eterno, siendo concebido cada día por
la fe en el seno virginal, esto es, en el corazón de los creyentes y
engendrado por el bautismo.
"Y dio a luz -prosigue- a su hijo
primogénito", etc.
San Jerónimo,
contra Helvidium
Fundado en esto, Helvidio defiende que no
puede llamarse primogénito sino aquél que tiene hermanos, así como se
llama unigénito aquél que es hijo único. Nosotros lo explicamos así:
todo unigénito es primogénito; pero no todo primogénito es unigénito.
Decimos que no es primogénito aquél a quien siguen otros, sino el que
ha sido engendrado primero. De otro modo, si no es primogénito más que
aquel a quien siguen sus hermanos, no hubieran tenido derecho a
recibir las primicias los sacerdotes hasta que no hubiesen nacido
otros. Porque no teniendo otro hijo, el primero era único hijo y no
primogénito.
Beda
También es unigénito, según la divinidad;
primogénito, según la acepción humana. Primogénito, según la gracia, y
unigénito, según la naturaleza.
San Jerónimo,
contra Helvidium
Allí no hubo quien recibiera al Niño, ni
intervino la solicitud de las mujeres. La Madre envuelve al Niño en
los pañales, y sirve a la vez de madre y de matrona, por lo cual dice:
"Y envolvióle en pañales".
Beda
Aquél, que viste a todo el mundo con tanta
variedad de adornos, es envuelto en pobres pañales, para que nosotros
podamos recibir la primera vestidura. Las manos y los pies de Aquél
que ha hecho todas las cosas son ligados para que nuestras manos estén
siempre dispuestas a obrar el bien y nuestros pies a marchar por el
camino de la paz.
Griego
¡Oh, admirable tortura y extremada
penuria, a que se ve sometido el que gobierna al universo! Desde el
principio se apropia toda la pobreza y la enriquece, o la honra, en sí
mismo.
San Juan Crisóstomo,
homilia in diem Christi natal
Además, si hubiera querido, pudo venir
estremeciendo al cielo, agitando la tierra y lanzando rayos. Pero no
vino así porque no quería perdernos, sino salvarnos, y quería también
desde el primer momento de su vida abatir la soberbia humana. Por
esto, no solamente se hace hombre, sino hombre pobre, y eligió una
Madre pobre, que carecía incluso de cuna en donde poder reclinar al
recién nacido. Y continúa: "Y recostóle en un pesebre".
Beda
Y se ve en la estrechez de un pesebre duro
Aquel a quien el cielo sirve de asiento, para poder ofrecernos las
alegrías del reino de los cielos. Aquél -que es el pan de los ángeles-
está recostado en un pesebre para poder fortificarnos como animales
santos con el trigo de su carne.
San Cirilo
Encontró al hombre embrutecido en su alma
y por esto fue colocado en un pesebre como alimento para que,
transformando la vida bestial, podamos ser llevados a una vida
conforme con la dignidad humana tomando, no el heno, sino el pan
celestial que es el cuerpo de vida.
Beda
El que se sienta a la derecha del Padre se
halla en lugar pobre y desabrigado, para prepararnos muchas mansiones
en la casa de su Padre ( Jn 14). De aquí
prosigue: "Porque no hubo lugar para ellos en el mesón". No nace en la
casa de sus padres, sino en un mesón, y en el camino, porque por medio
del misterio de la encarnación se hizo el camino por el cual nos lleva
a la patria, en donde disfrutaremos de la verdad de la vida.
San Gregorio,
homilia in Evangelia, 8
Para mostrar que por la humildad de que se
había revestido nacía -por decirlo así- en lugar extranjero, no según
el poder, sino según la naturaleza.
San Ambrosio
Por nosotros, pues, está en la debilidad;
por El en el poder. Por nosotros en la pobreza, por El en la
opulencia. No nos detengamos, pues, en lo que vemos, sino en que hemos
sido redimidos. Señor, más te debo por haber sido redimido en virtud
de tus injurias, que por haber sido criado entre tus obras. De nada me
aprovecharía el haber nacido, si a la vez no hubiera sido redimido.
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08-12 |
Estaban velando en
aquellos contornos unos pastores, y haciendo centinela de noche sobre
su grey, cuando de improviso un ángel del Señor apareció junto a
ellos, y cercóles con su resplandor una luz divina; lo cual les llenó
de sumo temor. Díjoles entonces el ángel: "No tenéis que temer, pues
vengo a daros una nueva de grandiosísimo gozo para todo el pueblo, y
es que hoy ha nacido en la ciudad de David el Salvador, que es el
Cristo o Mesías, el Señor nuestro: y sírvaos de señal que hallaréis al
Niño envuelto en pañales y reclinado en un pesebre". (vv. 8-12)
San Ambrosio
Consideremos cómo la providencia divina se
cuida de afirmar la fe. Un ángel instruye a María, un ángel instruye a
José y un ángel instruye a los pastores, de quienes se dice: "Estaban
velando en aquellos contornos unos pastores", etc.
San Crisóstomo,
in Cat. graec. Patr
Un ángel se había aparecido a José en
sueños. En cambio a los pastores se aparece de una manera visible,
como a hombres más ignorantes. El ángel no fue, pues, a Jerusalén, ni
buscó a los escribas y fariseos, porque estaban corruptos y
atormentados por la envidia. Pero los pastores eran sencillos, y
observaban la antigua ley de los patriarcas y de Moisés. Hay, pues, un
cierto camino que conduce la inocencia a la sabiduría.
Beda,
homilia in nativ. Dom
En todo el antiguo testamento no
encontramos que los ángeles, que con tanta frecuencia se aparecían a
los patriarcas, se apareciesen rodeados de luz. Esta gracia debía
estar reservada al tiempo en que ha nacido entre las tinieblas la luz
para los de corazón recto ( Sal 111), y
prosigue: "Y cercóles con su resplandor una luz divina".
San Ambrosio
Sale del seno de su Madre, pero
resplandece como si estuviera en el cielo; yace en un pesebre de la
tierra, pero brilla con la luz del cielo.
Griego
Pero se asustaron con el milagro, según lo
que sigue: "Lo cual los llenó de sumo temor", etc. Pero el ángel que
les había causado aquel temor, lo disipa con alegría. Y continúa:
"Pues vengo a daros una nueva de grandísimo gozo", etc. No sólo al
pueblo de los judíos, sino a todos los pueblos. La causa de la alegría
se manifiesta en el nuevo y admirable parto, el cual se da a conocer
por los mismos nombres, pues prosigue: "Y es que hoy os ha nacido en
la ciudad de David el Salvador, que es el Cristo, o
Mesías, el Señor nuestro ". El primero
de estos nombres, esto es, Salvador, significa la acción, y el
tercero, Señor, representa la majestad
San Cirilo,
de incarnationis unigenitis, 1
El que se coloca en medio, a saber,
Cristo, expresa la unción y no significa la naturaleza, sino la unión
hipostática. Confesamos que en Jesucristo, nuestro Salvador, hay
unción verdadera. Y no simbólica por una gracia profética (como en
otro tiempo sucedía con los reyes por el óleo), ni para llevar a
término con acierto algún asunto particular, según las palabras de
Isaías ( Is 45,1). "El Señor dice esto a mi
ungido Ciro" (cap. 45). Este es llamado Cristo (aunque era idólatra),
por cumplir el decreto del cielo ocupando toda la provincia de
Babilonia. Pero el Salvador fue ungido, como hombre en la forma de
siervo, por el Espíritu Santo; y, como Dios, El unge con el Espíritu
Santo a todos los que creen en El.
Griego
Manifiesta también el tiempo en que tuvo
lugar este nacimiento diciendo: "Hoy"; el lugar, cuando dice: "En la
ciudad de David"; y las señales, al añadir: "Y sírvaos de señal", etc.
He aquí cómo los ángeles anuncian a los pastores el nacimiento del
Pastor principal, que nace y se manifiesta como un cordero en un
establo.
Beda
La infancia del Salvador se nos ha dado a
conocer con frecuencia por la voz de los ángeles y por los testimonios
de los evangelistas, con el objeto de que se grabe más profundamente
en nuestros corazones lo que se ha hecho por nosotros. Y debe notarse
que la señal del nacimiento del Salvador no es la púrpura de Tiro,
sino los pobres pañales que lo envolvían; no hemos de encontrarlo en
cunas doradas, sino en pesebres.
San Maximino,
in sermone Nativitatis, 4
Pero, si a nuestra vista aparecen acaso
humildes los pañales, admiremos los conciertos de los ángeles. Si
menospreciamos el pesebre, levantemos un poco la vista y miremos esa
estrella nueva en el cielo anunciando al mundo el nacimiento del
Señor. Si creemos en las cosas viles, creamos también en las cosas
admirables. Si discutimos lo que es humilde, veneremos lo que es alto
y celestial.
San Gregorio Magno,
homiliae in Evangelia, 8
En sentido místico, la aparición del ángel
a los pastores cuando están despiertos y la claridad divina que los
rodeó, significan que a los que saben guiar con solicitud su fiel
rebaño, la gracia divina resplandece sobre ellos con más abundancia.
Beda,
in homil. in nativ. Dom
Aquellos pastores de rebaños representan,
pues, a los doctores y directores de las almas fieles. La noche
durante la cual velaban sobre sus rebaños, representa los peligros de
las tentaciones, respecto de las cuales los pastores no deben dejar de
precaverse y vigilar a los demás que les están encomendados. Velan con
mucha razón los pastores sobre sus rebaños cuando nace el Señor,
porque ha nacido Aquel que dice: "Yo soy el buen pastor" (
Jn 10,11), y se acercaba el tiempo en que
este mismo pastor había de atraer a sus ovejas, que andaban errantes,
a los pastos de la vida eterna.
Orígenes,
in Lucam, 12
Si profundizamos más el sentido, diremos
que los ángeles eran como los pastores encargados de conducir las
cosas humanas. Y como cada uno de éstos hacía su guardia, apareció el
ángel después de nacido el Salvador y anunció a los pastores que había
nacido el verdadero Pastor. Además, antes de la venida del Salvador,
de poco podían servir a los que les estaban confiados, porque apenas
alguno de aquellos pueblos creía en Dios. Pero ahora los pueblos
enteros abrazan la fe de Jesucristo.
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13-14 |
Al punto mismo se dejó ver
con el ángel un ejército numeroso de la milicia celestial alabando a
Dios y diciendo: "Gloria a Dios en lo más alto de los cielos y paz en
la tierra a los hombres de buena voluntad". (vv. 13-14)
Beda
Para que no pareciese pequeña la autoridad
de un solo ángel, después que anunció uno el misterio del nacimiento
nuevo, apareció inmediatamente una multitud de ángeles del cielo, y
por esto dice: "Y al punto mismo se dejó ver con el ángel un ejército
numeroso de la milicia celestial". Con toda propiedad se llama milicia
celestial al coro de ángeles que viene, porque obedece humildemente a
aquel poderoso jefe que apareció para destruir las potestades del
aire. Y El mismo, para que estas potestades enemigas no puedan tentar
a los mortales tanto cuanto quieren, las confunde fuertemente con las
armas del cielo. Porque el que ha nacido es Dios y hombre a la vez, y
por tanto se canta con razón: "Gloria a Dios en lo más alto de los
cielos, y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad", conforme
a las palabras del evangelista. Un sólo ángel, un enviado, es quien
anuncia que ha nacido Dios, según la carne, y al punto una multitud de
espíritus celestiales prorrumpe en alabanzas al Señor. De este modo
rinde culto a Cristo y nos intruye con su ejemplo para que, cuando uno
de nuestros hermanos pronuncie una palabra de la ciencia sagrada, o
cuando nosotros mismos pensemos en cosas piadosas, inmediatamente
demos alabanzas a Dios con nuestro corazón, con nuestra palabra y con
nuestras obras.
San Crisóstomo
En otro tiempo se mandaba a los ángeles
para castigar, como cuando fueron enviados a los israelitas, a David,
a los sodomitas y al valle de los que lloran ( Jud
2). Pero ahora por el contrario cantan en la tierra dando gracias al
Señor, porque se ha dignado manifestar su venida a los hombres.
San Gregorio Magno,
Moralia 28, 4
También alaban al Señor porque ponen las
voces de su canto en armonía con nuestra redención. Nos ven recibidos
en su gracia y se congratulan de que se llene su número.
Beda
Desean también la paz en la tierra para
los hombres, añadiendo: "Y paz en la tierra a los hombres" porque,
habiendo nacido el Salvador según la carne, respetan como compañeros
ahora a los que despreciaron antes como enfermos y abatidos.
San Cirilo
Esta paz, pues, fue hecha por Jesucristo:
El mismo nos reconcilió con Dios y con el Padre, perdonando nuestros
pecados y pacificando a los dos pueblos en un solo hombre, y
componiendo un solo redil de los habitantes del cielo y de la tierra.
Beda
Para qué hombres piden los ángeles la paz,
lo manifiestan diciendo: "A los hombres de buena voluntad", esto es,
para aquellos que reciben bien el nacimiento del Señor. Así pues, no
hay paz para los impíos ( Is 57), pero sí la
hay abundante para los que aman el nombre de Dios (
Sal 118).
Orígenes,
in Lucam, 13
Pero el lector solícito tratará de
inquirir en qué sentido dice el Salvador ( Lc
12,51): "No he venido a poner paz en la tierra", y ahora los ángeles
cantan en su nacimiento: "Paz en la tierra a los hombres"; pero esta
duda queda aclarada al decir que la paz es para los hombres de buena
voluntad, porque la paz que Dios no concede sobre la tierra no es paz
de buena voluntad.
San Agustín,
de Trinitate, 13, 13
La justicia corresponde a la buena
voluntad.
San Juan Crisóstomo
Fijémonos en este admirable orden. Primero
manda los ángeles a nosotros y después conduce al hombre a las cosas
celestiales. El cielo se hace tierra cuando debe recibir las cosas de
la tierra.
Orígenes,
in Lucam, 13
En sentido místico, los ángeles
consideraban que no podían cumplir la misión que se les había confiado
sin la ayuda de Aquel que podía salvar verdaderamente y que el remedio
de ellos era de menos eficacia que el que necesitaban los hombres. De
aquí que, así como cuando se presenta un médico sabio a enfermos a
quienes otros no han podido curar, en vez de mostrarse envidiosos,
prorrumpen en alabanzas de tal hombre y del Dios que se los ha enviado
al ver la maestría con que se hace desaparecer la corrupción de sus
llagas. Del mismo modo la multitud de los ángeles alaba a Dios por la
venida de Cristo.
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15-20 |
Luego que los ángeles se
apartaron de ellos y volaron al cielo, los pastores se decían unos a
otros: "Pasemos hasta Belén, y veamos este prodigio que acaba de
suceder, y que el Señor nos ha manifestado". Vinieron, pues, a toda
prisa, y hallaron a María y a José, y al Niño reclinado en el pesebre.
Y viéndole, se certificaron de cuanto les había dicho de este Niño. Y
todos los que lo oyeron se maravillaron igualmente de lo que los
pastores les habían contado. María empero conservaba todas estas cosas
dentro de sí, ponderándolas en su corazón. En fin, los pastores se
volvieron, no cesando de alabar y glorificar al Señor por todas las
cosas que habían oído y visto, según se les había anunciado por el
ángel. (vv. 15-20)
Griego
Todo lo que habían visto y oído los
pastores causó en ellos tal asombro que abandonaron sus rebaños y, a
pesar de ser de noche, marcharon a Belén buscando la luz del Salvador.
Por esto dice: "Los pastores se decían unos a otros", etc.
Beda
No dijeron verdaderamente: Veamos al Niño,
sino que dijeron porque velaban: "Veamos al verbo que ha sido hecho".
Esto es, cómo el Verbo, que ha existido siempre, ha sido hecho carne
por nosotros, porque este mismo Verbo es el Señor. Prosigue pues: "Y
veamos este prodigio que acaba de suceder, y que el Señor nos ha
manifestado", esto es, veamos cómo el Verbo se ha hecho a sí mismo, y
se nos ha mostrado en su carne.
San Ambrosio,
in Lucam, 1, 2
Es de notar de qué modo tan especial pesa
la Escritura el sentido de cada palabra. Porque cuando se ve la carne
del Señor, se ve al Verbo que es su Hijo. Y no se crea que este
ejemplo de fe de los pastores es de poca importancia, a causa de que
sus personas sean tan humildes. Se busca la sencillez y no la
ostentación. Y continúa: "Vinieron, pues, a toda prisa" para
manifestar que el que busca a Jesucristo no debe andar con pereza.
Orígenes,
in Lucam, 13
Como fueron de prisa, y no poco a poco,
prosigue: "Y hallaron a María", que era la que había dado a luz al
Salvador, "y a José" que era el protector del nacimiento, "y al Niño
reclinado en el pesebre", esto es, al mismo Salvador.
Beda
Está en el orden natural que, una vez
celebrada dignamente la encarnación del Verbo, se venga a contemplar
su misma gloria. Sigue, pues: "Y viéndole, se certificaron de cuanto
se les había dicho", etc.
Griego
No satisfechos los pastores con creer la
dicha que les había anunciado el ángel y cuya realidad vieron llenos
de asombro, manifestaban su alegría no sólo a María y a José, sino
también a todo el mundo. Y lo que es más, procuraban grabarla en su
memoria. "Y todos -continúa- los que lo oyeron se maravillaron". ¿Y
cómo no habían de maravillarse viendo en la tierra a Aquel que está en
los cielos, y reconciliado en paz lo celestial con lo terreno, a aquel
inefable infante, uniendo entre sí lo que era celestial por su
divinidad con lo que era terreno por su humanidad, y haciendo en esta
unión una alianza admirable?
Glosa
No sólo se admiran por el misterio de la
encarnación, sino también por el gran testimonio de los pastores, que
no podían inventar lo que no hubieran oído, y que publican la verdad
con una elocuencia sencilla.
San Ambrosio
No son, por lo sencillas, despreciables
las palabras de los pastores, puesto que María les prestaba fe, según
se ve por lo que sigue: "María, empero, conservaba todas estas cosas
dentro de sí, recogiéndolas en su corazón". Aprendamos la castidad en
todas las cosas de la Santa Virgen, la cual reunía en su corazón las
pruebas de la fe con no menos modestia en sus palabras que en su
cuerpo.
Beda,
in hom in nativ. Dom
Guardando, pues, las leyes del decoro
virginal, no quería decir a nadie los misterios de Cristo que conocía,
pero comparaba lo que ella había leído que debía suceder con lo que
veía que venía sucediendo, no explicándolo con palabras, sino
conservándolo encerrado en su corazón.
Griego
Todo lo que le había dicho el ángel, y
todo lo que había oído a Zacarías, Isabel y los pastores, todo lo
conservaba en su corazón. Y comparando unas cosas con otras, esta
Madre de la Sabiduría veía que en todas ellas se probaba que era
verdaderamente Dios quien había nacido de ella.
San Atanasio
Todos, pues, se alegraban en el nacimiento
de Jesucristo, no de una manera humana (como suelen regocijarse los
hombres cuando nace un niño), sino por la presencia de Jesucristo y
por el brillo de la luz divina. "En fin -prosigue- los pastores se
volvieron, no cesando de alabar y glorificar al Señor por todas las
cosas que habían oído".
Beda
Esto es, de los ángeles. "Y que habían
visto" (a saber, en Belén), según se les había anunciado por el ángel.
Es decir, que glorificaban a Dios porque habían encontrado lo que se
les había dicho; y, como se les había advertido, daban gloria al Señor
y le dirigían sus alabanzas, porque así se lo habían enseñado los
ángeles, no mandándoselo con la palabra, sino mostrándoles el ejemplo
de su devoción cuando cantaron: "Gloria a Dios en las alturas".
Beda,
in hom. in nativ. Dom
En sentido místico, los pastores de los
rebaños espirituales, o más bien todos los fieles, van a imitación de
estos pastores con su contemplación hasta Belén, y celebran la
encarnación de Cristo con grandes homenajes. Vamos también nosotros,
renunciando a todas las concupiscencias carnales y con todo el fervor
de nuestra alma hasta la Belén del cielo. Es decir, hasta la casa del
pan vivo, para que merezcamos ver reinando en el solio de su Padre a
Aquel a quien vieron los pastores suspirando en el pesebre. No debe
buscarse tanta felicidad con tibieza e indiferencia, sino que deben
seguirse las huellas de Jesucristo con alegría. Cuando los pastores lo
vieron, le conocieron. También nosotros debemos abrazar con suma
diligencia y alegría todo lo que se nos ha dicho de nuestro Salvador,
para que podamos comprenderlo con pleno conocimiento en la otra vida.
Beda,
super Luc
Los pastores del rebaño divino se
transportan a las puertas de Belén contemplando la vida de los
antiguos patriarcas, que es en la que se conserva el pan de vida, y no
encuentran allí otra cosa que la pureza virginal de la Iglesia,
representada en María; la poderosa congregación de los doctores
espirituales, representados en José; y la humilde venida de
Jesucristo, expuesta en las páginas de la Sagrada Escritura como al
Niño Jesús reclinado en el pesebre.
Orígenes,
in Lucam, 13
El pesebre era también aquello que Israel
no conoció, según las palabras de Isaías: "Conoció el buey a su amo y
el asno el pesebre de su Señor" ( Is 1,3).
Beda,
in hom. in nativ. Dom
Los pastores no guardaron en silencio lo
que habían visto, en lo que se manifiesta que los pastores de la
Iglesia se ordenan para enseñar a sus oyentes lo que aprenden en las
Sagradas Escrituras.
Beda,
sup. Luc
También los maestros de los rebaños
espirituales, ora se elevan contemplando las cosas del cielo, mientras
los demás duermen, ora recorren con estudio los ejemplos de los
fieles, ora vuelven a su ministerio pastoral para enseñar al pueblo.
Beda,
in hom. in nativ. Dom
Hasta el que parece observar una vida
retirada ejerce el cargo de pastor si, reuniendo gentes de buenas
acciones y de pensamientos puros, se propone gobernarlas con una
moderación perfecta, nutrirlas con el pasto de las Escrituras y
preservarlas de las asechanzas de los demonios.
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21 |
Llegado el día octavo, en
que debía ser circuncidado el Niño, le fue puesto por nombre Jesús,
nombre que le puso el ángel antes que fuese concebido. (v. 21)
Beda,
in hom, Circumcis. Dom
Una vez expuesta la natividad del Señor,
el evangelista continúa diciendo: "Llegado el día octavo, en que debía
ser circuncidado el Niño".
San Ambrosio
¿Qué niño sino Aquel de quien se ha dicho
por Isaías ( Is 9,6): "Ahora que ha nacido un
niño para nosotros, y se nos ha dado un hijo?" "Porque se sujetó a la
ley para redimir a los que estaban debajo de la ley" (
Gál 4,4-5.).
San Epifanio,
adversus haereses, 30
Los sectarios de Ebión y Cerinto dicen:
Bástale al discípulo el ser como su maestro. Si, pues, se circuncidó
Jesucristo, también tú debes circuncidarte. Pero se engañan
destruyendo sus propios principios porque, si Ebión confesase que
Cristo, Dios, bajando del cielo fue circuncidado al octavo día,
entonces haría un argumento en favor de la circuncisión, pero como
asegura que Jesucristo no es más que hombre, un niño no puede ser
causa de que se lo circuncide, como no son los niños autores de su
circuncisión. Nosotros confesamos que fue el mismo Dios quien bajó del
cielo, y que en el seno de la Virgen permaneció el tiempo necesario
para que se formase la carne de su humanidad, en la cual fue
circuncidado real y no aparentemente el día octavo. Pero habiendo
llegado las figuras a su efecto espiritual ni El, ni sus discípulos
deben ya propagar las figuras, sino la verdad.
Orígenes,
in Lucam, 14
Así como hemos muerto con El en su muerte,
y hemos resucitado en su resurrección, así también hemos sido
circuncidados con El; por lo cual de ninguna manera necesitamos ahora
de la circuncisión carnal.
San Epifanio,
adversus haereses, 30
Jesucristo se circuncidó por muchos
motivos. En primer lugar para demostrar la verdad de su carne contra
Maniqueo y los que dicen que no había venido sino aparentemente.
Después, para hacer ver que su cuerpo no era consustancial de ningún
modo a la divinidad, como dice Apolinar, y que no lo había traído del
cielo, según afirma Valentino. Y, por último, a fin de confirmar la
circuncisión que había instituido en otro tiempo para preparar su
venida, como asimismo para que no quede ninguna excusa a los judíos.
Porque si Jesucristo no hubiera sido circuncidado, objetarían que no
podían recibirlo por estar incircunciso.
Beda,
in hom, Circumcis. Dom
También para recomendarnos con su ejemplo
la virtud de la obediencia y favorecer con su compasión a los que,
viviendo bajo la ley, no habían podido llevar su yugo, para que el que
había venido revestido de una carne semejante a la del pecado, no
rechazase el remedio con el cual se acostumbraba purificar la carne de
pecado. Porque la circuncisión prescrita en la ley obraba entonces la
misma cura saludable contra la llaga del pecado original, que ahora el
bautismo después de la gracia revelada, con la diferencia de que no se
podía entrar en el reino de los cielos, sino solamente hallar después
de la muerte el consuelo del descanso de la paz celestial en el seno
de Abraham y esperar con dulce esperanza la entrada en la gloria.
San Atanasio,
in serm. super Omnia mihi tradita sunt
No expresaba, pues, otra cosa la
circuncisión, sino el despojo de la antigua generación, por lo cual se
cortaba una parte del cuerpo, que es en la que existe la causa del
nacimiento corporal. Esto se hacía en aquel tiempo en señal del
bautismo, que había de establecer Jesucristo. Mas luego que vino la
realidad, cesó la figura, puesto que en donde quedó destruido lo
antiguo por medio del bautismo, era superfluo lo que antes
representaba la sección de una parte del cuerpo.
San Cirilo
Se acostumbraba celebrar la circuncisión
de la carne en el octavo día del nacimiento. También Jesucristo
resucitó de entre los muertos el día octavo, y nos insinuó la
circuncisión espiritual, diciéndonos: "Id y enseñad a todas las gentes
bautizándolas" ( Mt 28,19).
Beda
En su resurrección también fue figurada
nuestra doble resurrección, la de la carne y la del espíritu, porque
Jesucristo circuncidado enseñó a nuestra naturaleza que debe
purificarse ahora por sí misma de la mancha de sus vicios, y que en el
último día será restaurada de la corrupción de la muerte. Y así como
el Señor resucitó dentro del octavo día, esto es, después del séptimo,
que es el sábado, así también después de las siete edades de este
mundo y después de la séptima, que es el sábado de las almas, y que
ahora se pasa esperando en la otra vida, habremos de resucitar como en
la octava edad.
Cirilo
Según el precepto de la ley, en el mismo
día recibió la imposición de un nombre, conforme a estas palabras: "Le
fue puesto por nombre Jesús", que quiere decir Salvador, porque fue
dado a luz para salvación de todo el mundo, como se figuró en su
circuncisión, según lo que dice el Apóstol ( Col
2,11): "Habéis sido circuncidados con una circuncisión no operada por
la mano del hombre con el despojo de la carne del cuerpo, sino con la
circuncisión de Jesucristo"
Beda,
in hom, Circumcis. Dom
Sucedió que se le impuso el nombre en el
mismo día de su circuncisión, a imitación de lo que se observaba
antiguamente. Así Abraham, que fue el primero que recibió el
sacramento de la circuncisión, mereció ser bendito con la
amplificación de su nombre en el día que lo recibió (
Gén 17.).
Orígenes,
in Lucam, 14
Porque el nombre de Jesús es glorioso y
muy digno de toda veneración, nombre que es superior a todos los
nombres y que no debía ser pronunciado antes ni ser introducido por
los hombres en el mundo. Y por esto dice el evangelista de un modo
significativo: "Nombre que le puso el Angel", etc.
Beda
Sus escogidos también se alegran de
participar de este nombre en su circuncisión espiritual, porque así
como cristianos viene de Cristo, así salvados viene de Salvador, cuyo
nombre les ha sido concedido por el Señor, no sólo antes de ser
concebidos en el seno de la Iglesia por la fe, sino aun antes de todos
los siglos.
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22-24 |
Cumplido asimismo el
tiempo de la purificación de la Madre, según la ley de Moisés,
llevaron al Niño a Jerusalén para presentarle al Señor, como está
escrito en la ley del Señor: Todo varón que nazca el primero será
consagrado al Señor: y para presentar la ofrenda de un par de tórtolas
o dos palominos, como está también ordenado en la ley del Señor. (vv.
22-24)
San Cirilo
Después de la circuncisión se espera
todavía el tiempo de la purificación, por lo que dice: "Cumplido
asimismo el tiempo de la purificación de la Madre, según la ley", etc.
Beda
Si examinamos detenidamente las palabras
de la ley, hallaremos ciertamente que la misma Madre de Dios, como no
había concebido por obra de varón, no estaba obligada al precepto
legal. Porque no era considerada como inmunda toda mujer que
alumbrase, sino sólo aquélla que alumbrase por obra de varón, por lo
cual se distinguía aquella que había concebido y dado a luz siendo
virgen. Pero, para que nosotros nos viésemos libres del yugo de la
ley, María, como Cristo, se sometió espontáneamente a ella.
Tito Bostrense
Por eso dice claramente el evangelista que
se cumplió el tiempo de la purificación, según la ley. Y en verdad que
no tenía necesidad la Santísima Virgen de esperar los días de su
purificación, porque, habiendo concebido por obra del Espíritu Santo,
se vio libre de toda mancha.
Prosigue: "Llevaron al Niño a Jerusalén,
para presentarlo al Señor".
San Atanasio in serm.
super Omnia mihi tradita sunt
Pero, ¿cuándo el Señor estuvo escondido de
la mirada del Padre, de modo que no pudiera ser visto por El? ¿O qué
lugar hay fuera de su imperio, en el que pueda estar separado de su
Padre hasta que se le lleve a Jerusalén, y sea introducido en el
templo? Pero todo esto ha debido ser escrito por causa nuestra, porque
así como no ha sido hecho hombre, ni circuncidado en su carne, por
causa de sí mismo, sino para hacernos dioses en virtud de su gracia, y
para que nos circuncidemos espiritualmente, así fue presentado el
Señor por nosotros, para que aprendamos también a presentarnos
nosotros mismos.
Beda
Después de treinta y tres días de su
circuncisión, es presentado al Señor, dando a entender de una manera
mística que ninguno, si no está circuncidado de sus vicios, es digno
de presentarse delante de Dios, y que todo el que no esté libre de los
nexos del cuerpo mortal, no puede disfrutar perfectamente de los goces
de la ciudad eterna.
Prosigue: "Como está escrito en la ley del
Señor".
Orígenes,
in Lucam, 14
¿Dónde están aquellos que niegan que
Jesucristo haya proclamado en el Evangelio al Dios de la ley? ¿Puede
creerse que Dios, siendo bueno, sometiera a su Hijo a la ley del
enemigo, que El mismo no había dado? Porque en la ley de Moisés está
escrito lo que sigue: Que todo macho que abriere matriz será
consagrado al Señor.
Beda
Las palabras "que abriere matriz" se
refieren al primogénito del hombre y del animal, porque estaba mandado
que uno y otro debía consagrarse al Señor, y por tanto, pertenecían al
sacerdote, pudiendo recibir una ofrenda por el primogénito del hombre
y redimir a todo animal inmundo.
San Gregorio Niseno,
in homilia de occursu Domini
Esta prescripción de la ley parece
cumplirse de una manera singular y diferente de las otras en el Dios
encarnado. En efecto, sólo El, concebido inefablemente y nacido de una
manera incomprensible, abrió el seno virginal, no abierto antes por la
unión conyugal, y se conservó milagrosamente después del parto la
señal de la castidad.
San Ambrosio,
in Lucam, 1, 2
Porque no fue hombre el que abrió el seno
virginal, sino que el Espíritu Santo infundió germen inmaculado en
aquel seno inviolable. Aquel, pues, que santificó las entrañas de otra
para que naciese el profeta, es el mismo que abrió las entrañas de su
Madre para nacer inmaculado.
Beda
Las palabras: "Que abriere matriz", se
refieren al modo con que se verifica el nacimiento. Pero no se ha de
creer que el Señor destruyera por su nacimiento la virginidad del seno
sagrado que había santificado aposentándose en él.
San Gregorio Niseno,
in homilia de occursu Domini
En sentido espiritual, éste es el sólo
parto masculino que ha ocurrido, puesto que no participó de la culpa
femenina, por cuya razón se llama con verdad santo. Así el arcángel
Gabriel (como recordando que esta disposición solamente se refiere a
él) decía: "El fruto santo que de ti nacerá será llamado Hijo de
Dios". Y por lo que hace a los demás primogénitos, la prudencia
evangélica ha establecido que sean llamados santos, porque su ofrenda
a Dios los hace dignos de este nombre. Pero para el primogénito de
toda criatura, el Angel proclama que nace santo como siéndolo por sí
mismo.
San Ambrosio,
in Lucam, 1, 2
Solamente Jesús, Nuestro Señor, es santo
entre todos los nacidos de mujer, puesto que no experimentó en su
inmaculado nacimiento las consecuencias del contagio humano que
rechazó por su majestad celestial. Porque si seguimos el sentido de la
letra ¿cómo podremos decir que es santo todo hombre, cuando sabemos
que muchos han sido malvados? Pero El es aquel santo a quien señalaban
los piadosos preceptos de la ley divina en la figura del futuro
misterio; porque El es el que solo debía abrir el seno misterioso de
la santa y virgen Iglesia, para engendrar a los pueblos.
San Cirilo,
homilia 17
¡Oh profundidad de los secretos de la
sabiduría y de la ciencia de Dios! Ofrece hostias Aquel que es honrado
igualmente con el Padre, y siendo la verdad, observa las figuras de la
ley. Es autor de la ley como Dios y la cumple como hombre. Por ello
sigue: "Y para dar la ofrenda conforme está mandado en la ley del
Señor ( Lev 12,8), un par de tórtolas, o dos
palominos".
Beda,
in homilia de Purificatione
Esta era la ofrenda de los pobres porque
el Señor había mandado en la ley que los que pudiesen ofrecer un
cordero por el hijo o por la hija, ofreciesen a la vez la tórtola o la
paloma; pero que los que no pudieran ofrecer un cordero, ofreciesen
dos tórtolas o dos pichones. Así el Señor, siendo rico, se dignó
hacerse pobre, para hacernos participantes de sus riquezas por su
pobreza.
San Cirilo,
homilia, 17
Veamos ahora qué es lo que significan
estas ofrendas. La tórtola es la que más cuenta entre todas las aves,
y la paloma es el animal más manso. Tal se ha hecho el Señor para
nosotros practicando la más perfecta mansedumbre, y haciendo resonar
en su huerto las melodías para atraer el mundo. Tanto la tórtola como
la paloma eran sacrificadas para manifestarnos por estas figuras que
el Señor sufriría en su carne por la vida del mundo.
Beda,
in homilia de Purificatione
La paloma representa la candidez y la
tórtola la castidad; porque la primera ama la sencillez, y la última
la castidad, de tal modo que, si por casualidad pierde su compañera no
vuelve a buscar otra. Por esta razón se ofrece una tórtola y una
paloma al Señor en holocausto, porque el trato sencillo y honesto de
los fieles es un sacrificio agradable a su justicia.
San Atanasio in serm.
super Omnia mihi tradita sunt
Por esto mandó que se ofreciese dos cosas,
porque, como el hombre consta de alma y de cuerpo, Dios exige de
nosotros dos clases de sacrificios: la castidad y la mansedumbre, no
sólo del cuerpo, sino del alma. Porque, de otro modo, el hombre sería
falso e hipócrita, cubriendo con aparente inocencia una malicia
oculta.
Beda,
in homilia de Purificatione
Pero aunque estas aves son por su
costumbre de gemir el emblema de la tristeza presente de los santos,
se diferencian, sin embargo, en que la tórtola vuela sola por los
bosques, mientras que la paloma acostumbra a volar en compañía de
otras, por lo cual la una representa las lágrimas ocultas de nuestras
oraciones, y la otra las públicas reuniones de la Iglesia.
Beda
Además la paloma que vuela en compañía de
otras, representa la agitación de la vida activa, y la tórtola, que
goza en la soledad, representa las alturas de la vida contemplativa. Y
como estas dos ofrendas son igualmente agradables al Creador, no dice
San Lucas si fueron tórtolas o pichones los que fueron ofrecidos al
Señor, a fin de no dar la preferencia a uno de estos dos órdenes de
vida, enseñándonos a seguir ambos a dos.
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25-28 |
Había a la sazón en
Jerusalén un hombre justo y temeroso de Dios, llamado Simeón, el cual
esperaba la consolación de Israel, y el Espíritu Santo moraba en él.
El mismo Espíritu Santo le había revelado que no había de morir antes
de ver al Cristo ungido del Señor. Así vino inspirado de El al templo.
Y al entrar sus padres con el niño Jesús para practicar con El lo
prescrito por la ley, tomándole Simeón en los brazos. (vv. 25-28)
San Ambrosio,
in Lucam, 1, 2
Recibió testimonio la encarnación del
divino Verbo, no sólo de los ángeles y los profetas, de los pastores y
sus padres, sino también de los justos y los ancianos. Por lo cual se
dice: "Y había a la sazón en Jerusalén un hombre justo y temeroso de
Dios, llamado Simeón".
Beda
Difícilmente se guarda la justicia sin el
temor. No me refiero al de vernos privados de los bienes temporales
(el amor perfecto lo rechaza), sino al santo temor de Dios que dura en
el siglo; porque cuanto más ama el justo a Dios, con tanto más cuidado
evita el ofenderlo.
San Ambrosio,
in Lucam, 1, 2
Y era verdaderamente justo el que no
buscaba la gracia para sí, sino para el pueblo. Por esto dice:
"Esperaba la consolación de Israel".
San Gregorio Niseno,
in homilia de occursu Domini
No esperaba en verdad el prudente Simeón
la felicidad mundana para la consolación de Israel, sino la verdadera
transición al brillo de la verdad, por la separación de las sombras de
la ley, pues le había sido revelado que habría de ver al Cristo o
ungido del Señor antes de salir de la presente vida. Por lo cual
prosigue: "Y el Espíritu Santo moraba en él, por quien en verdad era
justificado. El mismo Espíritu Santo le había revelado", etc.
San Ambrosio
Deseaba en verdad verse libre de las
ligaduras de la fragilidad de la carne, pero esperaba ver a quien le
había sido prometido, porque sabía que son bienaventurados los ojos
que lo ven.
San Gregorio Magno,
Moralium, 23,3, super Iob 6,5
En esto comprendemos con cuánta ansia los
hombres santos del pueblo de Israel desearon ver el misterio de la
encarnación del Verbo.
Beda
Ver la muerte significa sufrirla, y muy
feliz será aquél que antes de ver la muerte de la carne haya tratado
de ver con los ojos de su corazón al Cristo o ungido del Señor,
tratando de la Jerusalén celestial y frecuentando los umbrales del
templo del Señor, esto es, siguiendo los ejemplos de los santos (en
quienes habita el Señor). Esta misma gracia del Espíritu Santo, que le
había hecho antes conocer al que había de venir, hizo que lo
reconociera cuando vino. Por ello sigue: "Así vino inspirado de El al
templo".
Orígenes,
in Lucam, 15
Y tú, si quieres poseer a Jesús y
abrazarlo, debes cuidar con todo empeño de tener siempre por guía al
Espíritu Santo, y venir al templo del Señor. Y por esto sigue: "Y al
entrar sus padres con el niño Jesús (esto es, su Madre María y José,
que se creía que era su padre) para practicar con El lo prescrito por
la ley, lo tomó Simeón en sus brazos".
San Gregorio Niseno,
in homilia de occursu Domini
Cuán dichosa fue esta santa entrada en el
templo sagrado, por la cual se adelantó al término de su vida.
¡Dichosas manos que tocaron al Verbo de vida, y dichosos también los
que lo recibieron!
Beda
Aquel hombre justo recibió al niño Jesús
en sus brazos, según la ley, para demostrar que la justicia de las
obras, que, según la ley, estaban figuradas por las manos y los
brazos, debía cambiarse por la gracia humilde, ciertamente, pero
saludable de la fe evangélica. Tomó el anciano al niño Jesús, para
demostrar que este mundo, ya decrépito, iba a volver a la infancia y
la inocencia de la vida cristiana.
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29-32 |
Bendijo a Dios diciendo:
"Ahora, Señor, sacas en paz de este mundo a tu siervo, según tu
palabra, porque han visto ya mis ojos al Salvador que nos has dado, al
cual tienes destinado para que, expuesto a la vista de todos los
pueblos, sea la brillante, que ilumine a los gentiles, y la gloria de
tu pueblo de Israel". (vv. 29-32)
Orígenes,
in Lucam, 15
Si sólo con tocar la franja del vestido de
Jesús quedó curada aquella mujer, ¿qué habremos de juzgar de Simeón,
que recibió al niño Jesús en sus brazos, y se regocijaba teniendo así
al que había venido a librar a los cautivos, sabiendo que nadie podía
sacarlo de la prisión del cuerpo con la esperanza de la vida eterna,
sino Aquel que tenía en sus brazos? Por esto se dice: "Y bendijo a
Dios diciendo: ahora, Señor, sacas en paz de este mundo a tu siervo".
Teofilacto
Dice Señor para confesar que es el dueño
de la vida y de la muerte, declarando así que era Dios el niño a quien
había recibido en sus brazos.
Orígenes,
in Lucam, 15
Como diciendo: Cuando yo no tenía a
Jesucristo, estaba como cautivo y no podía salir de las prisiones.
San Basilio,
in homil. de gratiarum actione
Si examinas los clamores de los justos,
verás que todos lloran sobre este mundo y su lamentable duración. Dice
David en el salmo ( Sal 119,5): "¡Ay de mí,
que mi destierro se ha prolongado!"
San Ambrosio
Ve aquí a ese justo que desea librarse de
la cárcel de su cuerpo, en que está como encerrado, para empezar a ser
con Cristo. Pero el que quiera librarse de esta cárcel vaya al templo,
vaya a Jerusalén, espere al Cristo o ungido del Señor, reciba en sus
manos al Verbo de Dios y abrácelo -por decirlo así- con los brazos de
su fe. Entonces será libre, y no verá la muerte quien ha visto la
vida.
Griego
Simeón bendecía al Señor sobre todo,
porque veía realizadas todas las promesas que se habían hecho, pues
había merecido ver con sus propios ojos y tener en sus propias manos
al consolador de Israel. Por esto dice: "Según tu palabra", esto es,
porque he obtenido la realización de tus promesas. Y ahora que he
sentido de una manera visible lo que deseaba, libras a tu siervo, no
espantado por el temor de la muerte ni conturbado por pensamientos de
duda. Y por esto añade: "En paz".
San Gregorio Niceno
Porque después que Jesucristo destruyó el
pecado, su enemigo, y nos reconcilió con su Padre, se llevó a cabo la
traslación de los santos a la región de la paz.
Orígenes
¿Quién es el que se aparta de este mundo
en paz, sino aquel que conoce que Dios estaba en Cristo reconciliando
consigo al mundo ( 2Cor 5), y que no tiene
nada de enemigo de Dios, sino que ha recibido en sí todas las delicias
de la paz por sus buenas obras?
Griego
Se le había ofrecido que no moriría antes
de ver al Cristo o ungido del Señor, y por tanto, manifestando que
esto se había cumplido, añade: "Porque han visto ya mis ojos tu
salvación".
San Gregorio Niceno
Bienaventurados tus ojos, tanto los del
alma como los del cuerpo. Estos en verdad, recibiendo al Señor de una
manera visible; aquéllos no sólo considerando lo que han visto, sino
reconociendo al Verbo del Señor en su carne iluminados por la luz del
Espíritu, porque el Salvador que habéis visto es el mismo Jesús, cuyo
nombre significa salvación.
San Cirilo
Jesucristo, pues, había sido aquel
misterio que se manifestó en los últimos tiempos, y que fue preparado
antes de la creación del mundo. Y por esto dice: "la cual has
aparejado ante la faz de todos los pueblos", etc.
San Atanasio
Esto es que la salud de todos los pueblos
ha sido hecha por Cristo. ¿Cómo, pues, se ha dicho antes que Israel
esperaba su consolación? Porque el Espíritu le hizo conocer que Israel
tendría su consolación cuando estuviera preparada la salud para todos
los pueblos.
Griego
Observa también la penetración del
venerable y digno anciano. Antes de aparecer como digno de la
bienaventurada visión, esperaba el consuelo de Israel. Pero desde que
obtuvo lo que esperaba, exclama diciendo que había visto la salvación
de todos los pueblos, porque la inefable luz de aquel infante bastó
para que viese lo que había de suceder en la prosecución de los
tiempos.
Teofilacto
Dice de un modo significativo: "Para ser
revelada", a fin de que su encarnación fuese vista de todos. Y añade
que esta salvación es la luz de las gentes y la gloria de Israel, y
con estas palabras: "Sea luz brillante que ilumine a los gentiles".
San Atanasio
Antes de la venida del Salvador, vivían
sumidas las naciones en las últimas tinieblas, privadas del
conocimiento del verdadero Dios.
San Cirilo
Pero al venir Jesucristo, fue la luz para
los que vivían en las tinieblas del error, a quienes oprimía la mano
del enemigo, y a los que llamó Dios Padre al conocimiento de su Divino
Hijo, que es la verdadera luz.
San Gregorio Niceno
Israel, sin embargo, estaba débilmente
iluminada por la ley, y por tanto, no dice que le hubiese mostrado la
luz, puesto que añade: "Y para gloria de tu pueblo de Israel",
recordando la antigua historia de Moisés, quien, después de hablar con
el Señor, volvió con el rostro radiante de gloria. Así también ellos,
conociendo la divina luz de la humanidad de Jesucristo, y echando
fuera su antigua ceguedad, se transformaban en imagen suya, pasando de
una gloria a otra gloria.
San Cirilo
Porque aunque algunos de ellos fuesen
desobedientes, otros, sin embargo, se salvaron, y por medio de
Jesucristo han alcanzado la gloria. Las primicias de estos fueron los
santos apóstoles, cuyas luces iluminan a todo el orbe. Jesucristo fue
también especialmente la gloria de Israel, porque procedía de ellos
según la carne, aun cuando como Dios fuese rey de los siglos bendecido
por todos los hombres.
San Gregorio Niceno
Y por eso dijo terminantemente: "De tu
pueblo", porque no solamente fue adorado por él, sino que además había
nacido de él, según la carne.
Beda
También la luz de las naciones debía ser
mencionada antes que la gloria de Israel, porque cuando haya entrado
la totalidad de ellas, entonces todo Israel será salvo. (
Rom 10,15-26.)
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33-35 |
Su padre y su Madre
escuchaban con admiración las cosas que de El se decían. Y los bendijo
Simeón, y dijo a María, su Madre: "Este niño que ves está destinado
para ruina y para resurrección de muchos en Israel y para ser el
blanco de la contradicción, lo que será para ti misma una espada que
traspasará tu alma, para que sean descubiertos los pensamientos de
muchos corazones". (vv. 33-35)
Griego
Cada vez que viene a la memoria el
conocimiento de las cosas sobrenaturales, se renueva el milagro en el
Espíritu y por esto dice: "Su padre y su Madre escuchaban con
admiración las cosas que de El se decían".
Orígenes
Tanto por el ángel y por la multitud del
ejército celestial, como por los pastores y por el mismo Simeón.
Beda
Llama a José padre del Salvador, no porque
fuese su padre verdaderamente (según los fotinianos), sino porque era
considerado como padre por todos para conservar el buen nombre de
María.
San Agustín,
de consensu evangelistarum, 2, 1
Aunque puede llamarse padre por ser el
esposo de María sin comercio carnal ni unión conyugal -puesto que
estaba así- aparecía mucho más unido a ella, que de cualquier otra
forma. Y por tanto San José podía llamarse padre de Jesucristo porque,
aunque no lo había engendrado según la naturaleza, lo había adoptado
sin embargo.
Orígenes
El que quiera remontarse más en esta
cuestión puede decir que el orden de la genealogía se computa desde
David hasta José, para que no apareciese que José se llamaba padre del
Salvador no siéndolo, puesto que para observar el orden de sucesión es
llamado padre del Señor.
Griego
Una vez celebradas las alabanzas del
Señor, Simeón dirigió su bendición sobre los que traían al niño, de
donde prosigue: "Y los bendijo Simeón". Dando su bendición a los dos,
dirige los anuncios de lo que había de suceder solamente a la Madre,
aun cuando por esta bendición común no excluye a San José de la
paternidad aparente, y hablando a la Madre, aparte de José, la
considera como verdadera Madre del Señor. Por esto dice: "Y dijo a
María su Madre", etc.
San Ambrosio
Ve aquí la gracia abundante del Señor
difundida sobre todos por medio del nacimiento del Salvador, y cómo la
profecía fue negada a los incrédulos y no a los justos. He aquí por
qué Simeón profetiza que Jesucristo había venido para ruina y para
elevación de muchos.
Orígenes
El que expone sencillamente esto puede
decir que Jesucristo había venido para ruina de los infieles y para
elevación de los fieles.
San Juan Crisóstomo
Así como la luz, aun cuando ofende a los
ojos débiles, no deja de ser luz, así el Salvador continúa siendo
Salvador, aun cuando se pierdan muchos, sin que pueda decirse que la
pérdida de éstos es obra suya, sino la locura de los malos, por lo que
su poder no sólo se manifiesta cuando procura la salvación de los
buenos, sino también cuando produce la ruina de los malos. Porque
cuanto más brilla el sol, más ofende a los ojos débiles.
San Gregorio Niceno
Observemos, pues, lo escogido de las
expresiones de esta distinción. Dice que se ha preparado la salvación
de todo el pueblo, pero anuncia la caída y la elevación de muchos. El
propósito divino es la salvación y la gloria de todos. Sin embargo la
ruina y la elevación de muchos consisten en la intención de cada cual,
según sea creyente o incrédulo. Ahora, que los caídos o incrédulos se
levanten está conforme con la razón.
Orígenes
Podrá decirse que para que uno haya caído
es preciso que antes haya estado de pie, pero ¿quién es el que ha
estado de pie, y para cuya ruina haya venido el Señor?
San Gregorio Niceno
Pero en esto se da a conocer que la ruina
afecta a lo más malo, porque no merecen igual castigo los que vivieron
antes del misterio de la encarnación, que los que vivieron después de
la redención y de la predicación. Y especialmente debían ser privados
de los beneficios antiguos los que procedían de Israel y pagar con
penas más graves que todas las demás naciones, porque no quisieron
admitir lo que se les había profetizado, lo que ellos habían adorado,
y lo que de ellos había nacido. Por esto se les amenaza de una manera
especial con la ruina no sólo de la salud espiritual, sino también con
la destrucción de la ciudad y de los habitantes de ella. La elevación
se ofrece por el contrario a los que crean, así a los que viven bajo
el yugo de la ley, y a quienes se trata de librar de él, como a los
que viven sepultados con Jesucristo, y que habrán de resucitar con El.
Orígenes
Debe entenderse en un sentido mucho más
elevado lo que se dice de aquellos que claman contra el Creador,
diciendo: He aquí el Dios de la ley y de los profetas; vedle cual es:
"Yo -dijo- doy la muerte y doy la vida" ( Dt
32,39). Si por esto es un juez sanguinario y un creador cruel, Jesús,
Hijo suyo, lo es también, porque está escrito de El que había de venir
para ruina y elevación de muchos.
San Ambrosio
Esto es para distinguir los méritos de los
justos y de los impíos, y para darnos, como juez verdadero y justo, el
premio o el castigo que merezcan nuestras acciones.
Orígenes
Debemos fijarnos y ver que el Salvador no
ha venido acaso igualmente para la ruina que para la elevación. Porque
cuando yo estaba en pecado, me sirvió de utilidad el caer primeramente
y morir para el pecado. Los santos, y también los profetas, cuando
contemplaban alguna cosa demasiado augusta, caían con el rostro sobre
el suelo, para purificarse mejor de sus pecados con esta caída. Esto
es lo primero que el Salvador nos concedió. Eras pecador, pues que
caiga lo que había en ti de pecador, para que puedas después resucitar
y decir: "Si hemos muerto con El, con El también resucitaremos" (
2Tim 2,11).
San Juan Crisóstomo
La resurrección, en verdad, es una vida
nueva, porque cuando el lascivo se convierte en casto, el avaro en
caritativo, el furioso en manso, entonces se opera la resurrección, el
pecado muere y resucita la justicia.
Prosigue: "Y para ser el blanco de la
contradicción".
San Basilio
Blanco de la contradicción se llama con
propiedad en la sagrada Escritura a la cruz, porque dice (
Núm 21,9) que Moisés hizo una serpiente de
bronce, y la puso en alto como señal.
San Gregorio Niceno
Aquí mezcla la deshonra con la gloria,
porque para nosotros los cristianos es verdaderamente como signo de
contradicción, puesto que mientras unos lo consideran como ridículo y
horrible, otros lo consideran digno de veneración. O acaso se llama
signo al mismo Cristo, porque existe sobre la naturaleza y es el autor
de los signos milagrosos.
San Basilio
Es pues un signo que indica una cosa
admirable y oculta, visto por los sencillos, y comprendido por los que
tienen cultivado el entendimiento.
Orígenes
Todo lo que dice la historia respecto de
Jesucristo, está contradicho. No por los que creen en El, pues
nosotros ciertamente sabemos que son verdaderas todas las cosas que
están escritas; pero para los incrédulos todo lo que se ha escrito,
respecto del Salvador, es señal de contradicción.
San Gregorio Niceno
Todas estas cosas que se dicen del
Salvador, afectan igualmente a su Madre, porque toma también para sí
todos sus trabajos y todas sus glorias, y no solamente le anuncia las
prosperidades, sino que también los dolores. Porque prosigue: "lo que
será para ti misma una espada que traspasará tu alma".
Beda
En ninguna historia se lee que la
Santísima Virgen María muriera herida por alguna espada, especialmente
cuando, no el alma, sino el cuerpo es quien puede ser atravesado por
el hierro. Por tanto, debemos entender que la espada que traspasó su
alma fue aquélla de que se dice: "Y la espada en los labios de ellos
atravesó su alma" ( Sal 58,8), esto es,
refiriéndose al dolor de la Virgen por la pasión del Señor. La cual,
aun cuando aparecía que Jesucristo moría por voluntad propia (como
Hijo de Dios) y aun cuando no dudase que habría de vencer a la misma
muerte, sin embargo, no pudo ver crucificar al Hijo de sus entrañas
sin un sentimiento de dolor.
San Ambrosio
Tal vez manifestó en esto que la prudencia
de María no era desconocedora de este divino misterio, puesto que la
palabra de Dios es viva y eficaz y más penetrante que cualquier espada
de dos filos ( Heb 4,12).
San Agustín,
de quaest. novi et veteris Testamenti, cap. 73
Acaso significó en esto que también María
(por quien se había realizado el misterio de la encarnación), dudó con
cierto estupor en la muerte de Jesús, viendo al Hijo de Dios tan
humillado y que descendía hasta la muerte. Y así como la espada cuando
toca a un hombre le hace temer, aun cuando no lo hiera, así la duda
produjo en ella tristeza, sin matarla, porque no tomó asiento en su
alma, sino que la atravesó como una sombra.
San Gregorio Niceno
Pero no declara que ella sola habría de
sufrir en la pasión, cuando añade "Para que sean descubiertos los
pensamientos de muchos corazones", con lo que expresa el hecho, pero
no la causa, porque después de estos sucesos se siguió para muchos el
descubrimiento de sus pensamientos. Unos confesaban a Dios en la cruz,
otros no dejaban de insultarlo e injuriarlo. O tal vez se dice esto en
el sentido de que durante la pasión se manifestó la meditación en el
corazón de muchos, que se enmendaron por la resurrección, reemplazando
después la duda con la certidumbre. Acaso por revelación debemos
entender iluminación, conforme al sentido habitual de la Escritura.
Beda
Mas hasta la consumación de los siglos, la
espada de la más dura tribulación no cesará de traspasar el alma de la
Iglesia, al ver que, aunque resucitan muchos con Cristo, una vez oída
la palabra de Dios, son muchos también los que niegan y persiguen la
fe. También cuando se ve que revelados los pensamientos de muchos
corazones en que se ha sembrado la buena semilla del Evangelio, la
cizaña de los vicios prevalece, o es la única que germina en ellos.
Orígenes
Había en los hombres pensamientos malos,
que fueron revelados para que los destruyera el que murió por
nosotros. Puesto que es imposible destruirlos durante el tiempo que
permanecen ocultos, por lo que, si nosotros pecamos, debemos decir:
"no he ocultado mi maldad" ( Sal 31,5). Si
manifestamos nuestros pecados, no solamente a Dios, sino a aquellos
que pueden curar las heridas de nuestras almas, se borrarán nuestros
pecados.
|
36-38 |
Vivía entonces una
profetisa, llamada Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, que era
ya de edad muy avanzada, y la cual, casada desde la flor de ella,
vivió con su marido siete años; y habíase mantenido viuda hasta los
ochenta y cuatro de edad, no saliendo del templo, y sirviendo en él a
Dios día y noche con ayunos y oraciones. Esta, pues, viniendo a la
misma hora, alababa igualmente al Señor, y hablaba de El a todos los
que esperaban la redención de Israel. (vv. 36-38)
San Ambrosio
Había profetizado Simeón, había
profetizado una que era casada, y había profetizado una Virgen. Debió
también profetizar una viuda para que no faltase ningún sexo ni
condición. Y por ello dice: "Vivía entonces una profetisa llamada
Ana", etc.
Teofilacto
Se detiene el evangelista, describiendo la
persona de Ana, diciendo quién era su padre, cuál era su tribu, y
presentando como testigos a muchos que vieron a su padre y su tribu.
San Gregorio Niceno
O tal vez porque en aquel tiempo había
otras mujeres que tenían el mismo nombre de su padre, y dice cuál es
su procedencia.
San Ambrosio
Ana, tanto por sus virtudes de viuda,
cuanto por sus costumbres, está representada como digna de anunciar al
Redentor del mundo, por lo que continúa: "Que era ya de edad muy
avanzada, y había vivido desde su virginidad, siete años con su marido
y siendo viuda hasta los ochenta y cuatro años".
Orígenes,
in Lucam, 17
No en vano el Espíritu Santo habitó en
ella, porque el primer bien es poseer, si se puede, la gracia de la
virginidad. Pero si esto no es posible, y sucede que la mujer pierda a
su marido, debe permanecer viuda, y hallarse con este ánimo, no sólo
después de la muerte de su marido, sino también mientras él vivió, a
fin de que Dios, si no sucede así, premie su voluntad y su propósito,
debiendo decir: Yo ofrezco esto, yo prometo que, si me sucede lo que
no deseo, permaneceré viuda y pura. Con razón, pues, mereció esta
santa mujer recibir el espíritu de profecía, porque había subido a la
cumbre de la perfección, por su dilatada castidad, y por sus
prolongados ayunos. Por lo que sigue: "No saliendo del templo, y
sirviendo en él a Dios día y noche en ayunos y oraciones", etc.
Orígenes
Esto indica que poseía todas las demás
virtudes. Veamos, pues, cómo era conforme con Simeón por sus virtudes.
Los dos estaban juntos en el templo, y juntos fueron considerados
dignos de la gracia profética. Por ello sigue: "Esta, pues,
sobreviniendo a la misma hora, alababa igualmente al Señor".
Teofilacto
Esto es, daba gracias viendo la salvación
del mundo en Israel, y decía de Jesús que era el Redentor, y el mismo
Salvador. De aquí prosigue: "Y hablaba de El a todos los que
esperaban", etc.
Orígenes
Y como Ana la profetisa habló poco y no
muy claro de Jesucristo, el Evangelio no refiere explícitamente lo que
ella dijo. También se puede creer que tal vez habló Simeón antes que
ella, porque éste representaba la forma de la ley (puesto que su
nombre quiere decir obediencia) y ella representaba la gracia (según
la significación del suyo), y como Jesucristo estaba entre ellos, dejó
morir al primero con la ley, y fomentó con la gracia la vida de la
última.
Beda
Según el sentido místico, Ana significa la
Iglesia, que en la actualidad ha quedado como viuda por la muerte de
su esposo. También el número de los años de su viudez representa el
tiempo de la peregrinación del cuerpo de la Iglesia lejos del Señor.
Siete veces doce hacen ochenta y cuatro; siete expresa la marcha del
tiempo que gira en siete días, y doce que pertenecen a la perfección
de la doctrina apostólica. Por esto, tanto la Iglesia universal, como
cualquier alma fiel, que procure pasar todo el tiempo de la vida según
la doctrina de los apóstoles, se puede decir que ha servido al Señor
por espacio de ochenta y cuatro años. También concuerda bien con esto
el tiempo de siete años, que esta viuda había vivido con su marido.
Porque en virtud de un privilegio de la majestad del Señor, que El
mismo en carne mortal nos ha explicado, el número de siete años es
signo que expresa un número perfecto. También el nombre de Ana se
conforma mucho con la Iglesia, porque su nombre significa gracia. Es
hija de Fanuel que quiere decir cara de Dios, y desciende de la tribu
de Aser, que quiere decir bienaventurado.
|
39-41 |
Jesús y María, cumplidas
todas las cosas ordenadas en la ley del Señor, regresaron a Galilea, a
su ciudad de Nazaret. Entre tanto el Niño iba creciendo y
fortaleciéndose, lleno de sabiduría; y la gracia del Señor estaba en
El. Iban sus padres todos los años a Jerusalén por la fiesta solemne
de la Pascua. (vv. 39-41)
Beda
San Lucas omite esto, porque sabía que San
Mateo lo había expuesto con mucho detenimiento. A saber, que el Señor,
después de todas estas cosas (para evitar que Herodes lo encontrase y
lo matase) fue llevado por sus padres a Egipto, y volvió a Galilea del
mismo modo después que hubo muerto Herodes, empezando a vivir en su
ciudad Nazaret. Los evangelistas suelen omitir así las cosas que ven
ya referidas, o que el Espíritu les hizo prever que habían de serlo
por otros, de manera que prosiguen su narración, sin que aparezca que
omitieron nada. Pero el lector solícito, que examina la escritura de
otro evangelista, encuentra lo que ha sido omitido. Omitiendo muchas
cosas, San Lucas dice: "Cumplidas todas las cosas", etc.
Teofilacto
La ciudad de Belén era como su patria,
pero Nazaret era el lugar donde habitaba.
San Agustín,
de consensu evangelistarum, 2, 9
Acaso llama la atención que dijo San Mateo
que los padres del Niño se fueron con El a Galilea, principalmente
porque Nazaret de Galilea era su patria, como dice aquí San Lucas.
Pero debe entenderse que cuando el ángel dijo en sueños a José en
Egipto: "Levántate, toma al Niño y a su Madre, y marcha a la tierra de
Israel" ( Mt 2,20), San José comprendió que
se le había mandado marchar a Judea (porque es por excelencia la
tierra de Israel). Mas como en seguida supo que reinaba allí Arquelao,
hijo de Herodes, no quiso exponerse a aquel peligro, pudiendo
considerar que era lo mismo Israel que Galilea, en donde moraba el
pueblo de Israel.
Griego,
in Cat. graec. Patrum
O de otro modo, refiere San Lucas aquí el
tiempo que pasó antes de ir a Egipto, porque José no hubiese llevado a
María antes de que hubiera sido purificada. Antes que fuesen a Egipto
no habían recibido orden de marchar a Nazaret, sino que deseando
voluntariamente volver a su patria, hacia ella se encaminaron. No
fueron, pues, a Belén sino con motivo del empadronamiento. Pero una
vez cumplido este deber, por cuya causa habían ido allí, se fueron a
Nazaret.
Teofilacto
Podía haber nacido Jesús teniendo en
cuanto al cuerpo una edad madura. Pero para que esto no pareciese
fantástico, creció poco a poco, como dice el texto: "Y el Niño crecía
y se fortificaba".
Beda
Debe advertirse la distinta significación
de estas palabras, porque Nuestro Señor Jesucristo en cuanto era niño
(esto es, en cuanto se hallaba revestido del hábito de la humana
fragilidad), debía crecer y fortificarse.
San Atanasio,
lib. De incarnat. Christi, contra Arianos, lib. 4
Si según algunos, la carne de Jesús se
había transformado en la naturaleza divina, ¿cómo podía recibir
incremento? El creer que puede crecer Aquel que no ha sido creado es
una impiedad.
San Cirilo
Pero une el aumento del cuerpo al
incremento de la sabiduría con toda oportunidad, cuando dice: "Y se
fortificaba", esto es, en espíritu, porque según la edad del cuerpo,
manifestaba la naturaleza divina su propia sabiduría.
Teofilacto
Si cuando era pequeño en edad hubiese
demostrado su sabiduría, hubiera parecido prodigioso, por lo cual se
manifestaba a sí mismo progresivamente según la edad, para llenar todo
el mundo. Y no se dice que se fortificaba en su espíritu en el sentido
de que recibía la sabiduría, porque ¿cómo puede decirse que después se
perfecciona más lo que desde el principio es perfectísimo?
1 De
donde prosigue: "Lleno de sabiduría en verdad".
Beda
"Porque la plenitud de la Divinidad
habitaba corporalmente en El" ( Col 2,9). Y
la gracia porque a Jesucristo, hombre, le fue concedida la gran gracia
de que desde que empezó a ser hombre fuese perfecto y fuese Dios,
mucho más si consideramos que era Verbo de Dios y Dios mismo, y no
necesitaba fortificarse, ni debía crecer. Todavía siendo niño, tenía
la gracia de Dios, para que, como todas las cosas en El eran
admirables, lo fuese también su niñez, y se cumpliese así la sabiduría
de Dios.
Prosigue: "Iban sus padres todos los años
a Jerusalén por la fiesta solemne de la Pascua".
San Juan Crisóstomo,
Orat. 2, contra Judaeos
Mandaba la ley observar no sólo el tiempo,
sino también el lugar en las solemnidades de los hebreos, y por tanto
los padres de Jesús no querían celebrar la Pascua fuera de Jerusalén.
San Agustín,
de consensu evangelistarum, 2, 10
¿Cómo, pues, los padres de Jesús iban
todos los años durante su infancia a Jerusalén, si se lo impedía el
temor a Arquelao? No sería difícil desvanecer esta duda si alguno de
los evangelistas hubiese dicho el tiempo que Arquelao reinó. Porque
pudo suceder que fuesen a Jerusalén en los días festivos, ocultándose
en seguida, puesto que temían hacerse visibles si permanecían allí en
los demás días, y pasar por irreligiosos si no asistían a las
solemnidades. Pero, como todos guardan silencio respecto del tiempo
que reinó Arquelao, pueden interpretarse las palabras de San Lucas:
"Iban sus padres todos los años a Jerusalén" en el sentido de que lo
hacían así cuando no era ya de temer aquel rey.
Notas
1.
"Esta alma humana que el Hijo de Dios asumió está dotada de un
verdadero conocimiento humano. Como tal, éste no podía ser de por sí
ilimitado: se desenvolvía en las condiciones históricas de su
existencia en el espacio y en el tiempo. Por eso el Hijo de Dios, al
hacerse hombre, quiso progresar "en sabiduría, en estatura y en
gracia" ( Lc 2,52) e igualmente adquirir
aquello que en la condición humana se adquiere de manera experimental
(ver Mc 6,38; 8,27; Jn
11,34). Eso... correspondía a la realidad de su anonadamiento
voluntario en "la condición de esclavo" ( Flp
2,7)" Catecismo de la Iglesia Católica, 472.
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42-50 |
Teniendo el Niño ya doce
años cumplidos, habiendo subido a Jerusalén, según solían de aquella
solemnidad; acabados aquellos días así que se volvían, se quedó el
niño Jesús en Jerusalén sin que sus padres lo advirtiesen. Antes bien
creyendo que venía con alguno de los de su comitiva, anduvieron la
jornada entera buscándole entre los parientes y conocidos. Y como no
le hallasen, se volvieron a Jerusalén en busca suya. Y al cabo de tres
días de haberle perdido, le hallaron en el templo sentado en medio de
los doctores, que ora los escuchaba, ora les preguntaba; y cuantos le
oían, quedaban pasmados de su sabiduría y sus respuestas. Al verle,
pues, sus padres, quedaron maravillados. Y le dijo su Madre: "Hijo
¿por qué te has portado así con nosotros? Mira cómo tu padre y yo,
llenos de aflicción, hemos andado buscándote". Y El les respondió:
"¿Cómo es que me buscabais? ¿No sabíais que yo debo emplearme en las
cosas que miran al servicio de mi Padre?" Mas ellos no entendieron el
sentido de su respuesta. (vv. 42-50)
San Cirilo
Como había dicho el evangelista que el
niño crecía y se fortificaba, confirma estas palabras diciendo que
Jesús subió a Jerusalén juntamente con la Santísima Virgen con estas
palabras: "Y siendo el Niño ya de doce años cumplidos", etc.
Griego,
o Geómetra
La manifestación de su sabiduría no pasó
más allá de lo que permitía su edad, porque entramos por lo general a
los doce años en el dominio de la razón, y a esa edad fue cuando se
manifestó la sabiduría de Jesús.
San Ambrosio,
in Lucam, 2
También puede decirse que a los doce años
empezó la controversia del Señor y en verdad que este número de doce
debía ser el de aquellos que habían de predicar la fe evangélica.
Basilio
También podemos decir que, como el número
doce tiene cierta analogía con el siete -puesto que es producto de los
factores tres y cuatro, que sumados hacen siete y multiplicados doce-
expresa la universalidad y perfección de las cosas y de los tiempos.
Por tanto la luz de Cristo, que había de llenar todo lugar y todo
tiempo, empieza con razón por dicho número.
Beda
La ida del Señor con sus padres a
Jerusalén todos los años por la Pascua, es una señal de humana
humildad. Porque es deber del hombre acudir a ofrecer sacrificios al
Señor y hacérsele propicio por medio de oraciones. Hizo, pues, el
Señor entre los hombres, habiendo nacido hombre, lo mismo que Dios
había mandado a los hombres por medio de sus ángeles. Por lo que dice:
"Según solían en aquella solemnidad". Sigamos, pues, el camino de su
vida humana, si nos deleita la idea de ver la gloria de su divinidad.
Griego,
o Geómetra
Una vez celebrada la fiesta, cuando todos
se volvían, Jesús se quedó sin que nadie lo notara, según estas
palabras: "Acabados aquellos días, así que se volvían, se quedó el
niño Jesús en Jerusalén, sin que sus padres lo advirtiesen". Dice,
pues: "Acabados aquellos días", porque la solemnidad duraba siete
días. Permanece oculto para que sus padres no le impidan disputar con
los doctores de la ley. O tal vez para evitar que pareciese que
menospreciaba a sus padres, si no obedecía sus mandatos. Se queda, en
conclusión, sin que nadie lo note, para que no se lo estorben y para
no ser desobediente.
Orígenes,
in Lucam, 19
No debe llamar la atención que se designe
con el nombre de padres a aquellos que merecieron, una el nombre de
Madre por haberle dado a luz, y otro el de padre, como protector suyo
que era.
Beda
Pero alguno preguntará, cómo el Hijo de
Dios, objeto de tanto cuidado por parte de sus padres, pudo quedar
olvidado. A lo que se debe responder que era costumbre entre los
israelitas, en los tiempos de las fiestas, bien cuando acudían a
Jerusalén, o ya cuando volvían a sus casas, el ir separados los
hombres de las mujeres, que los niños podían ir indiferentemente con
el padre o con la Madre. Por tanto que San José y la Santísima Virgen,
no viendo al niño a su lado, creyeron cada uno por su parte que iría
en compañía del otro. Por lo cual sigue: "Antes bien, creyendo que
venía con alguno de los de su comitiva", etc.
Orígenes,
in Lucam, 19
Así como cuando le ponían asechanzas los
judíos, se salió de en medio de ellos y ya no apareció, así es de
creer que el niño Jesús se quedó ahora, y que sus padres no supieron
en dónde se había quedado, según lo que sigue: "Y como no le hallasen,
se volvieron a Jerusalén en busca suya".
Glosa,
ordin
El primer día se alejan de Jerusalén, el
segundo lo buscan entre los parientes y los conocidos, y, no
encontrándolo, en el tercer día volvieron a Jerusalén, y allí lo
encontraron. Por lo cual prosigue: "Y al cabo de tres días de haberle
perdido, le encontraron", etc.
Orígenes,
in Lucam, 19
No lo encontraron inmediatamente después
que lo buscaron, porque Jesús no está entre los parientes y deudos,
según la carne; ni entre los que están unidos a El por los lazos del
cuerpo; ni puede encontrarse mi Jesús entre la muchedumbre. El lugar
en que lo encontraron los que buscaban no es un lugar cualquiera
-fijémonos bien en ello- sino el templo. Busquémoslo también nosotros,
por tanto, en el templo de Dios. Busquémoslo en la Iglesia,
busquémoslo entre los doctores que se hallan en el templo, porque si
así lo hacemos, lo encontraremos.
Orígenes,
in Lucam, 19
No lo encuentran entre los parientes,
porque el parentesco humano no podía contener al Hijo de Dios, ni
entre los conocidos, porque está sobre el conocimiento y la ciencia
humana: ¿en dónde lo encuentran, pues? En el templo. Si, pues,
nosotros lo buscásemos también alguna vez, busquémoslo en el templo.
Apresurémonos a ir allí, que allí sí encontraremos a Cristo, palabra y
sabiduría. Esto es, al Hijo de Dios.
San Ambrosio
Después de tres días se le encuentra en el
templo, para indicar que tres días después del triunfo de su pasión, y
cuando se lo creía muerto, resucitaría y se mostraría a nuestra fe en
trono celestial y en honor divino.
Glosa,
ordin
O porque no encontraron a Cristo los
patriarcas buscándolo antes de la ley, ni lo encontraron los profetas
y los justos buscándolo bajo la ley, y lo han encontrado las naciones
buscándolo bajo la gracia.
Orígenes,
in Lucam, 19
Porque era Hijo de Dios, se encuentra en
medio de los doctores instruyéndolos con su sabiduría. Porque era
niño, se encuentra en medio de ellos, no enseñándoles, sino
preguntándoles, por lo cual dice: "Sentado en medio de los doctores,
que, ora los escuchaba, ora les preguntaba". Por su misericordia nos
enseña de este modo que corresponde a los niños (aun cuando sean
sabios e instruidos) más bien oír a sus maestros que desear enseñarles
y jactarse con vana ostentación. Preguntaba, no para aprender, sino
para ilustrar preguntando; que el preguntar y responder con sabiduría
nacen de una sola fuente de doctrina. De donde, prosigue: "y cuantos
le oían quedaban pasmados de su sabiduría", etc.
Beda
Para manifestar que era hombre, oía
humildemente a maestros que al fin eran hombres. Para probar que era
Dios, les respondía de una manera sublime cuando le preguntaban.
Griego,
o Geómetra
Pregunta de una manera razonable, oye de
una manera prudente, y responde de una manera todavía más prudente, lo
cual llenaba de estupor a los que lo oían. Por lo cual, sigue: "Al
verle, pues, sus padres, quedaron maravillados".
San Juan Crisóstomo,
super Ioannem, hom. 20
El Señor no hizo ningún milagro durante su
niñez. Solamente hizo esto, como refiere San Lucas, en el cual se
mostró admirable.
Beda
Manifestaba, pues, su lengua una sabiduría
divina, pero su edad manifestaba la debilidad humana, por lo que los
judíos, turbados y admirados, dudan entre la sublimidad de lo que oyen
y la humildad de lo que ven. Nosotros, sin embargo, no debemos
admirarnos de ningún modo, porque sabemos por el profeta (
Is 9,5) que, aun cuando ha nacido niño para
nosotros, siempre es el Dios fuerte.
Griego,
o Geómetra
Admiremos a la Madre de Dios, afectada en
sus maternales entrañas, que manifiesta como con lamentos sus
dolorosas pesquisas, y expresa lo que siente con la confianza, la
humildad y la ternura de una madre. Por lo cual sigue: "Y le dijo su
Madre: Hijo, ¿por qué te has portado así?", etc.
Orígenes,
in Lucam, 19
Sabía la Santísima Virgen que Jesús no era
hijo de San José, y sin embargo llama padre del niño a su esposo, por
la creencia de los judíos que suponían que Jesús había sido concebido
como los demás hombres.
Origenes,
in Lucam, 17
Se podría decir sencillamente, que el
Espíritu Santo le honró con el nombre de padre, y que él educó al niño
Jesús. O hablando de una manera más ingeniosa, que, habiendo dado la
genealogía de José hasta David, no quiso se censurara como superflua.
Origenes,
in Lucam, 19
Pero ¿por qué lo buscaban? ¿Creían que
había perecido o que se había perdido? ¡Lejos de nosotros tal
presunción! ¿Podían temer, acaso, que se perdiese un niño que sabían
era Dios? Pero así como nosotros al leer la Sagrada Escritura buscamos
con dolor el sentido de ella, no porque creemos que las Escrituras
vayan fuera de camino, o porque contengan algún error, sino porque
deseamos encontrar la verdad intrínseca de ellas, así también buscaban
ellos a Jesús, temiendo los dejase para volverse al cielo, y bajar
otra vez cuando quisiera. Conviene, pues, que el que busca a Jesús no
pase de una manera negligente y perezosa, como lo buscan muchos y no
lo encuentran, sino con trabajo y con dolor.
Glosa,
ordin
También podía ser que temiesen que lo que
Herodes había tratado de llevar a cabo en su infancia, ahora,
encontrada la ocasión oportuna, lo ejecutasen otros matándolo en su
edad infantil.
Griego,
o Geómetra
Pero el mismo Señor responde a todo, y
corrigiendo en cierto modo lo que se había dicho del que era reputado
por su padre, manifiesta al que lo es verdaderamente, enseñando no a
caminar por la tierra, sino a levantarse hasta el cielo, por lo que
continúa: "Y El les respondió: ¿Cómo es que me buscabais?".
Beda
No los reprende porque lo buscan como
hijo, sino que les hace levantar los ojos de su espíritu para que vean
lo que debe a Aquel de quien es Hijo eterno. Por esto sigue: "No
sabíais que yo debo emplearme", etc.
San Ambrosio
Hay en Jesucristo dos generaciones: una
paterna, otra materna. La paterna es divina, y la materna es por la
que bajó hasta nuestra vida y nuestras miserias.
San Cirilo
Dice esto, pues, para manifestar que El
está por encima de la naturaleza humana, y dando a entender que la
Santísima Virgen es un instrumento de la redención, dándolo a luz,
pero que por naturaleza El es verdaderamente Dios e Hijo del excelso
Padre. Avergüéncense, pues, aquí los sectarios de Valentino, de decir,
después de haber oído que era el templo de Dios, que el Creador y el
Dios de la ley y del templo no es el mismo Padre de Jesucristo.
San Epifanio,
contra Haer., lib. 2, haer. 30
Observe Ebión que Jesucristo es admirable
en sus discursos a los doce años de edad, y no a los treinta. Lo cual
no quiere decir que después que vino el Espíritu Santo sobre El cuando
fue bautizado, fue convertido en Cristo, esto es, ungido del Señor,
sino que desde su infancia reconoció el templo y a su Padre.
Griego,
o Geómetra
Esta es la primera manifestación de la
sabiduría y de la virtud del niño Jesús, porque lo que llaman sus
puerilidades, no lo dicen inocentemente como pueril, sino que lo
consideramos diabólico y mal intencionado, puesto que pretenden
falsear lo que se encuentra en el Evangelio y en las divinas
Escrituras, a no ser que las tomemos en el sentido en que son creídas
por muchos, y que no es contrario a nuestras creencias. Antes bien,
está en un todo conforme con lo dicho por los profetas, porque era el
más hermoso de los hijos de los hombres, obediente a su Madre,
complaciente en sus costumbres, no menos venerable y agradable en su
aspecto, fecundo en la palabra, dulce y próvido, de un valor notable
como el que estaba lleno de la gracia divina. Y así como sucede en
otro, su conversación y su locución, aunque sobrehumanas, tenían su
límite y su razón, habiendo elegido para sí la mansedumbre el lugar
principal. En todas estas cosas, nada ni nadie le dirigió, excepto la
mano de su Madre. En esto podemos aprender cosas de gran utilidad.
Respondiendo el Señor a María porque lo ha buscado entre sus
parientes, nos sugiere el desprendimiento de la sangre, manifestando
que el que se halla ocupado de las cosas corporales, no puede llegar
al término de la perfección, de la cual se separa el hombre por el
afecto de los parientes.
Prosigue: "Mas ellos no entendieron", etc.
Beda
Porque les hablaba por cierto de su
divinidad.
Orígenes,
in Lucam, 20
No sabían si diciéndoles "en las cosas de
mi Padre", quería decirles "del templo", o de otra más elevada y
edificante, porque cada uno de nosotros, si es bueno, es asiento de
Dios Padre, y si alguno de nosotros es asiento de Dios Padre, tiene
consigo a Jesús su Hijo.
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51-52 |
En seguida se fue con
ellos, y vino a Nazaret, y les estaba sujeto. Y su Madre conservaba
todas estas cosas en su corazón. Jesús entretanto crecía en sabiduría,
en edad y en gracia, delante de Dios y de los hombres. (vv. 51-52)
Griego, o Geómetra
Todo el tiempo que pasó entre la primera
manifestación de Jesucristo y el día de su bautismo, y que no fue
señalado por milagros famosos y públicos ni por su doctrina, lo resume
el evangelista en una sola palabra diciendo: "En seguida se fue con
ellos", etc.
Orígenes, in Lucam, 20
Con frecuencia bajó Jesús con sus
discípulos, pues no siempre estaba en el monte, porque los que estaban
enfermos no podían subir a él. Del mismo modo, pues, baja ahora a
otros que se hallan abajo.
Prosigue: "Y les estaba sujeto", etc.
Griego,
o Geómetra
Alguna vez empezaba por instituir la ley
con la palabra y después la comprobaba con las obras, como dice: "El
buen pastor da su vida por sus ovejas" ( Jn
10,11), y en efecto, poco después (deseando nuestra salvación) nos dio
su propia vida. Otras veces, por el contrario, daba primero el ejemplo
y después explicaba la manera de vivir bien, como aquí, en que por sus
obras nos enseña que hay tres cosas que deben aventajar a las demás:
amar a Dios, honrar a sus padres y dar la preferencia a Dios aun sobre
los mismos padres. Porque cuando fue reprendido por sus padres,
considera como de poca importancia todas las cosas que no son de Dios,
y luego obedece también a sus padres.
Beda
¿Qué había de hacer el maestro de la
virtud, sino llenar este deber de piedad? ¿Qué había de hacer entre
nosotros sino aquello mismo que deseaba hiciésemos nosotros?
Orígenes,
in Lucam, 20
Aprendamos también nosotros mientras somos
hijos a vivir sometidos a nuestros padres. Y si nuestros padres
faltan, vivamos sometidos a aquellos que hacen la vez de padres por su
edad. Jesús, a pesar de ser Hijo de Dios, vive sometido a José y a
María. Yo, por ejemplo, debo vivir sometido al obispo a quien se me ha
designado como padre. San José comprendía sin duda que Jesús era más
grande que él, y por ello respetuoso, moderaba su autoridad. Tengamos,
pues, presente que muchas veces es mayor que nosotros el que nos está
sometido, y así el que está constituido en dignidad superior no se
ensoberbecerá sabiendo que es más que él aquel que le está
subordinado.
San Gregorio Niceno,
in Cat. graec. Patr
Además, los jóvenes todavía no tienen el
discernimiento bien desarrollado -o sea la inteligencia- y necesitan
que los conduzcan a un estado más perfecto los que tienen más edad -o
lo que es lo mismo, que los lleven como de la mano a lo mejor aquellos
que son más perfectos-. Teniendo Jesús doce años obedece a sus padres
para dar a conocer que todo el que se perfecciona por grados en la
virtud, antes de llegar al término de su perfección debe abrazar para
su utilidad la obediencia como medio de llegar al bien.
San Basilio,
in lib. relig
Obedeciendo desde su primera edad a sus
padres, se sometió Jesús humilde y respetuosamente a todo trabajo
corporal, porque, aunque eran honestos y justos, con todo, como pobres
y sufriendo escasez hasta en lo necesario -como lo demuestra el
pesebre venerado donde nació el Señor-, es claro que se procuraban lo
necesario para la vida con el continuo sudor de sus cuerpos. Y bien,
Jesús, que obedecía a sus padres -como dice la Sagrada Escritura-,
tomaba parte en sus trabajos con entera sumisión.
San Ambrosio
¿Y llamará la atención que obedezca a su
padre el que vive sometido a la Madre? No es por debilidad por lo que
se somete, sino por piedad. Aun cuando el hereje levante la cabeza y
asegure que el que es enviado necesita del auxilio de otro. ¿Acaso
necesitaba de auxilio humano porque obedecía a la autoridad de su
Madre? ¿Se sometía a la sierva de Dios, se sometía a un padre que lo
era sólo en la apariencia, y aun te causa admiración, que se sometiese
a Dios? El obedecer al hombre es piedad, ¿y será debilidad el obedecer
a Dios?
Beda
La Santísima Virgen ya sea porque no
entendía estas cosas todavía, o porque las comprendiese, las guardaba
en su corazón para examinarlas con más detenimiento. Por lo cual
sigue: "Y su Madre conservaba todas estas cosas en su corazón".
Griego,
o Geómetra
Consideraremos cómo María, mujer
prudentísima, Madre de la verdadera Sabiduría, es discípula de este
niño, oyéndole, no como a un niño o como a un hombre, sino como a
Dios. Después meditaba sus divinas palabras y sus obras sin perder ni
una sola de ellas, y así como concibió al Divino Verbo en sus
entrañas, así ahora también recibiría todas sus acciones y todas sus
palabras en su corazón, y en él -por decirlo así- las fomentaba. Unas
veces contemplaba el presente en sí misma, otras veces esperaba que el
porvenir lo revelaría todo con más claridad, haciendo de esto la regla
y la ley de toda su vida.
Prosigue: "Jesús entretanto crecía en
sabiduría", etc.
Teofilacto
No dice esto porque fuese haciéndose sabio
progresivamente, sino porque poco a poco iba manifestando su
sabiduría. Así lo hizo cuando discutía con los escribas,
preguntándoles sobre la ley con admiración de todos los que lo oían.
De este modo es cómo crecía en sabiduría, es decir, siendo conocido
por muchos y llenándolos de admiración, así que la manifestación de su
sabiduría es la que constituye su progreso. Por esto vemos que el
evangelista, para explicar este asunto de sabiduría, añade luego "y en
edad", porque el progreso y el crecimiento de la edad, es lo que llama
el crecimiento de la sabiduría.
Teofilacto
Pero dicen los herejes eunomianos: ¿Cómo
puede ser igual al Padre en sustancia aquél de quien se dice que crece
como imperfecto? No se dice, pues, que crecía en cuanto era Verbo,
sino en cuanto era hombre. Y verdaderamente, si creció después que fue
hecho hombre el que antes había sido imperfecto, ¿qué razón hay para
que le demos gracias por haberse encarnado por nosotros? ¿Cómo, si es
la verdadera sabiduría, puede crecer? ¿Ni cómo puede tampoco crecer en
gracia Aquel que la da superabundante a los demás? Además, si ninguno
se escandaliza cuando oye que el divino Verbo se ha humillado
(sintiendo flaquezas indignas de Dios), sino que más bien se admira de
su misericordia, ¿no será extraño el que se escandalice cuando oye
decir que crece? Así como se ha humillado por nosotros, así también
crece por nosotros, para que nosotros a la vez crezcamos en El, puesto
que hemos caído por el pecado. Porque todo lo que se refiere a
nosotros, el mismo Jesucristo lo ha tomado sobre sí con el fin de
hacerlo mejor.
San Cirilo
Y obsérvese que no dice que es el Verbo
quien crece, sino Jesús, para que no entendamos que es el Verbo puro
quien crece, sino el Verbo hecho carne.
Teofilacto
Y así como decimos que el Verbo encarnado
es quien ha padecido, aunque sólo sea su carne quien ha padecido
(porque en realidad la carne del Verbo es la que sufría), así se dice
que crece, porque la humanidad era la que crecía en El.
San Gregorio Nacianceno
Se dice que crecía según la humanidad, no
porque recibía algún aumento, siendo así que desde el principio fue
perfecta, sino porque se manifestaba poco a poco.
Teofilacto
La ley natural repugna que tenga el hombre
una inteligencia superior a su edad. Así el Verbo (hecho hombre) era
perfecto, porque era la virtud y la sabiduría del Padre, pero como
había de conformarse con nuestra naturaleza (a fin de que no se
considerase extraño por los que lo veían), se manifestaba creciendo
poco a poco como hombre en su cuerpo, y siendo considerado cada día
como más sabio por los que lo veían y lo oían.
Griego
Crecía en edad, desarrollándose en el
cuerpo hasta la virilidad, en sabiduría respecto de aquellos que eran
instruidos por El en las cosas divinas, y en la gracia, por la cual
seguimos adelante con alegría creyendo obtener al fin todo lo que nos
ha prometido. Y esto, delante de Dios, quien perfeccionó la obra de su
Padre, habiendo tomado nuestra carne mortal, y ante los hombres, por
haberlos convertido del culto de los ídolos al conocimiento de la
Santísima Trinidad.
Teofilacto
Dice, pues, ante Dios y ante los hombres,
porque primero se debe agradar a Dios y después a los hombres.
San Gregorio Niceno,
homiliae in Canticum, 3
La palabra aprovecha también de una manera
diferente en las personas que la oyen, porque aparece, según es niño,
adulto, o ya perfecto el hombre.
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