CATENA AUREA - SANTO TOMÁS DE AQUINO |
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26-27 - 28-29 - 30-33 - 34-35 - 36-38 - 39-45 - 46 - 47 - 48 - 49 - 50 |
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Entre los demás misterios de la
Encarnación que el profeta Isaías vaticina con diligencia y claridad,
dice: Vestiré los cielos de tinieblas, y les pondré un saco por
cubierta. Dios me ha dado una lengua erudita para que sepa alentar con
mi palabra al abatido. Despiértame temprano; al amanecer aviva mi oído
para oírle como maestro (Is 50,3ss). Por cuyas palabras podemos
conocer la materia del Evangelio según San Lucas, el modo de escribir,
el fin y la condición del escritor.
San Agustín,
De cons. Evang., lib. 1, cap. 2 y 6
Parece que San Lucas se ocupó más
singularmente de la descendencia sacerdotal del Señor y de su persona.
Por eso se le simboliza en el toro, víctima principal que ofrece el
sacerdote.
San Ambrosio, Praefat. in Lucam
El toro es la víctima sacerdotal: así está
bien representado por el toro este libro del Evangelio, que empezó por
los sacerdotes y terminó por el toro que, tomando sobre sí los pecados
de todos, fue inmolado por la vida de todo el mundo. Y San Lucas
desenvuelve esta inmolación del toro en una relación más extensa.
Glosa
Como San Lucas se propone principalmente
exponer la Pasión de Cristo, la materia de este Evangelio puede
significarse por aquello que se dice: "Vestiré los cielos de tinieblas
y les pondré un saco por cubierta". Pues a la letra, en la Pasión de
Cristo, las tinieblas se hicieron, y la fe se oscureció en los
discípulos.
San Jerónimo,
sup. Isai., cap. 53
Y Jesucristo era despreciado y cubierto de
ignominia cuando pendía de la cruz, y su rostro fue velado y
deshonrado, a fin de que el poder divino se ocultase bajo el cuerpo
humano.
San Jerónimo
El lenguaje de San Lucas, tanto en su
Evangelio como en los Hechos Apostólicos, es muy elegante y participa
de la elocuencia del mundo. Por lo que añade: "Dios me ha dado una
lengua erudita".
San Ambrosio,
ut sup
Aunque la Escritura divina prescinde del
arte de la mundana sabiduría, porque se apoya más en la ampulosidad y
vano aparato de las palabras, que en la razón de las cosas, sin
embargo, si alguno busca modelos que imitar, en las Sagradas
Escrituras los encontrará. San Lucas, en efecto, siguió cierto orden
histórico y nos reveló muchos milagros obrados por el Señor, de suerte
que su historia encierra todos los prodigios de sabiduría del
Evangelio. ¿Qué cosa hay superior a la sabiduría natural, que el que
se haya revelado que el Espíritu Santo ha sido también creador de la
Encarnación del Señor? En el mismo libro enseña los preceptos morales,
es decir, de qué modo debo amar al enemigo ( Lc
6,27.32.35). Y también preceptos racionales, como cuando leo: "El que
es fiel en las cosas pequeñas, lo es también en las grandes" (
Lc 16,10).
San Eusebio,
Hist. ecl., lib. 3, cap. 4
Este, pues, de nación antioqueno, de
profesión médico, según la medicina que había aprendido al estar en
compañía de los apóstoles y escucharlos, nos dejó dos libros
medicinales, no para curar los cuerpos sino la vida.
De donde prosigue: "Para que yo sepa
sostener con la palabra al abatido".
San Jerónimo,
sup. Isaiam, cap. 50
Dice haber recibido del Señor la palabra
para sostener y atraer a la salvación al pueblo abatido y extraviado.
Expositor Griego
Siendo San Lucas de buen carácter y de
gran capacidad, adquirió la ciencia de los griegos. Dado que,
dominando perfectamente la gramática y la poesía, alcanzó con toda
perfección la retórica y el arte de persuadir, y no careció de los
dones de la filosofía; y finalmente, aprendió la medicina, y habiendo
gustado de la sabiduría humana bastante, la actividad de su naturaleza
aspiró a una sabiduría más elevada. Corrió, pues, hacia Judea, y se
acercó a (la Iglesia de) Jesucristo para ver y oír (su doctrina). Y
una vez que hubo conocido la verdad, se hizo verdadero discípulo de
Jesucristo, permaneciendo mucho tiempo con el Maestro.
Glosa
Por eso se dice: "Despiértame al amanecer
(como desde la juventud por la sabiduría del mundo). Dispón mi oído
por la mañana (para las cosas divinas), a fin de que escuche al
maestro, esto es, al mismo Cristo.
San Eusebio,
Hist. ecl., ut sup
Dicen que escribió su Evangelio bajo el
dictado de San Pablo, así como San Marcos había escrito el suyo según
lo que había oído predicar a San Pedro.
San Juan Crisóstomo,
sup. Matth., homil. 4
Cada uno de los dos imitó a su maestro. El
uno, como San Pablo, fluyendo como los ríos. El otro, como San Pedro,
conciso en sus discursos.
San Agustín,
De cons. Evang., lib. 4, cap. 8
Escribieron en un tiempo en el cual
alcanzaron la aprobación, no sólo de la Iglesia de Jesucristo, sino
también de los mismos apóstoles, que aun vivían. Basten estos
preliminares.
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01-04 |
Puesto que muchos
intentaron ordenar la historia de las cosas que se cumplieron en
nosotros (según la relación que nos hicieron de ellas los que desde el
principio las vieron por sí mismos, y fueron ministros de la palabra),
me ha parecido oportuno, óptimo Teófilo, después de haberme informado
diligentemente de todas esas cosas desde su principio, escribírtelas
por orden, a fin de que conozcas la virtud de aquellas palabras que te
fueron anunciadas. (vv. 1-4)
Eusebio de Cesarea,
historia ecclesiastica, 3,4
San Lucas indicó en el principio de su
Evangelio la causa por la cual lo escribió. A saber, porque muchos
habían presumido temerariamente narrar cosas que le eran a él más
claramente conocidas. Y esto es lo que dice: "Puesto que muchos
intentaron ordenar las narraciones de las cosas".
San Ambrosio,
in Lucam
Pues así como profetizaron muchos en el
pueblo judío, iluminados por el Divino Espíritu, y otros, por el
contrario, eran falsos profetas más bien que profetas, así ahora en la
nueva alianza, muchos intentaron escribir evangelios, que no aprobaron
los que conocían los hechos. Y en verdad, se habla de un Evangelio que
se supone escrito por los doce Apóstoles. También osó Basílides
escribir un Evangelio. Y se habla de otro escrito por Matías.
Beda,
in Lucam
Cita otros muchos, no tanto por el número,
cuanto por la multitud de herejías que encierran. Porque, como sus
autores no estaban inspirados por el Espíritu Santo, hicieron un
trabajo inútil, toda vez que tejieron la narración a su gusto, sin
cuidarse de la verdad histórica.
San Ambrosio,
in Lucam
Hay quien se afana por escribir, se cansa
en trabajar y no llena su objeto, porque los dones y la gracia de Dios
no provienen del esfuerzo. Esta gracia, donde se derrama, acostumbra a
difundirse, para que el ingenio del escritor no esté en la indigencia,
sino en la abundancia. Por eso dice bien "de cosas que se cumplieron
en nosotros". Esto es, que abundan en nosotros. Pues lo que abunda, a
ninguno falta. Nadie duda de lo que se ha cumplido cuando el efecto
establece la fe y el resultado la demuestra.
Tito Bostrense,
en su prefacio sobre el Evangelio de San Lucas
Dice pues "de las cosas", porque
Jesucristo cuando vino al mundo no obró de un modo aparente, según
dicen los herejes, sino que, siendo la Verdad, cumplió verdaderamente
su obra.
Orígenes,
in Lucam, 1
Indica el efecto cuando dice: "Que
se han cumplido en nuestros tiempos". Es
decir, que se han mostrado muy manifiestamente en nosotros -como dice
el texto griego, peplhroforhmenwn
1
, que el texto latino no puede expresar con una sola palabra-, pues
había conocido por medio de la fe y de la recta razón con tanta
seguridad, que no vacilaba en lo más mínimo.
San Crisóstomo,
Comm in Act. Apost. Hom. 1
Pero el Evangelista no se contenta
solamente con el testimonio propio, sino que todo lo refiere a los
demás apóstoles y de allí toma el valor de sus palabras. Y por tanto,
añade: "Como nos lo han transmitido los mismos que lo vieron desde el
principio".
Eusebio de Cesarea,
historia ecclesiastica, 3,4
Lucas está seguro de poseer la verdad, ya
por habérsela relatado San Pablo, ya porque se la enseñaron los demás
apóstoles, que la habían visto desde el principio.
San Crisóstomo,
Comm in Act. Apost. Hom. 1
Dice pues "vieron", porque el mayor motivo
de credibilidad es haber aprendido de aquellos que vieron
personalmente.
Orígenes,
homilia 1
Es bien sabido que la finalidad de algunas
ciencias está en la misma ciencia, como sucede en la geometría; pero
en otras ciencias el objeto está en los efectos, como en la medicina.
Así sucede con la palabra de Dios. He ahí por qué, después de haber
señalado la ciencia por lo que había dicho: "Ellos lo vieron",
demuestra las obras, por lo que sigue: "Y fueron ministros de la
palabra (o del Verbo)".
San Ambrosio,
in Lucam
Este modo de hablar no debe hacernos
suponer que el ministerio de la palabra consista más en ver que en
oír; sino que puesto que por la palabra no se
significaba una palabra que pueda ser pronunciada con la boca, sino
una que tiene existencia real, debemos entender que los apóstoles no
fueron ministros de una palabra cualquiera, sino del Verbo celestial.
San Cirilo
Cuando dice que los apóstoles vieron a ese
Verbo, concuerda con San Juan, cuando dice: "El Verbo se hizo carne, y
habitó entre nosotros; y vimos su gloria" ( Jn
1,14). Porque el Verbo se hizo visible, por medio de la carne.
San Ambrosio,
in Lucam
No sólo vieron al Señor según el cuerpo,
sino también según el Verbo. Vieron al Verbo los que vieron la gloria
del Verbo con Moisés y Elías; otros sólo pudieron ver el cuerpo.
Orígenes
En el Exodo está escrito: "El pueblo veía
la voz del Señor" ( Ex 20,18). La voz, más
que verse, se oye. Pero está escrito así para darnos a entender que la
voz del Señor es visible a otros ojos, por los cuales ven los que lo
merecen. Y en verdad, en el Evangelio no se ve la voz sino la palabra,
que es más excelente que la voz.
Teofilacto,
pref. in Lucam
En esto se da a entender claramente que
San Lucas no fue discípulo desde el principio, sino después de algún
tiempo. Mas otros sí fueron discípulos desde el principio, como San
Pedro y los hijos del Zebedeo.
Beda
Sin embargo, Mateo y Juan en muchas cosas
que escribieron, tuvieron la necesidad de aprenderlas de aquellos que
habían podido conocer la infancia del Señor, su juventud, su
genealogía y habían presenciado sus acciones.
Orígenes
Después reivindica el derecho de escribir,
porque lo que escribió no lo conoció por rumor, sino por haberlo
aprendido él mismo desde el principio. Por esto sigue: "Me ha parecido
oportuno, óptimo Teófilo, después de haberme informado diligentemente
de todas esas cosas, desde el principio, escribírtelas por orden".
San Ambrosio
Cuando dice: "Me ha parecido" no excluye
la acción de Dios, porque Dios es quien prepara la voluntad de los
hombres. Como puede verse fácilmente, este libro del Evangelio es más
extenso que los otros. Por eso afirma que nada falso dice, sino la
pura verdad. Y así añade: "Informado de todo, me ha parecido oportuno
escribirlo"; no todo, sino de todo; porque, si todas las cosas que
hizo Jesucristo se escribiesen, no creo que cupieran en el mundo (
Jn 21,25). Con toda intención omite lo que
refieren los demás evangelistas, para que cada uno de los libros de
los Evangelios se distinga por algún milagro particular de los
misterios y obras de Jesucristo.
Teofilacto
Escribe a Teófilo, hombre esclarecido, y
acaso príncipe, porque lo llama óptimo, y así no se trata sino a los
príncipes y a los gobernantes, como San Pablo dijo también a Festo:
"Optimo Festo" ( Hch 26,25).
Beda
Teófilo significa el que
ama a Dios, o amado por Dios. Que todo el que ama a Dios, o
desea ser amado por Dios, crea que el Evangelio ha sido escrito para
él y que se le ha concedido como regalo, con encargo de que conserve
una joya tan preciosa. No da a conocer a Teófilo la razón de cosas
nuevas y desconocidas, sino que promete exponerle la verdad de las
cosas, acerca de las cuales está ya instruido, cuando añade: "Para que
conozcas la verdad de aquellas palabras que has aprendido". Esto es,
para que puedas conocer todo lo que se te ha dicho acerca del Señor, o
se ha hecho por El.
San Juan Crisóstomo
O de otro modo, para que tengas certeza y
estés seguro de todas las cosas que has oído, viéndolas escritas.
Teofilacto
Muchas veces cuando alguien dice alguna
cosa sin escribirla, la consideramos como falsa. Mas si escribe lo que
dice, entonces creemos, como si no escribiese mas que lo que estima
verdadero.
Greek,
Ex
Todo el preámbulo del evangelista contiene
dos cosas. Referir la condición de aquellos que habían escrito el
Evangelio antes que él (como son San Mateo y San Marcos) y por qué él
se propuso escribir. Cuando dijo: "Intentaron", esta palabra podía
aplicarse a aquellos que presuntuosamente emprendieron la obra y a los
que la trataron con reverencia. Y precisa ese dudoso sentido con dos
adiciones. Primeramente diciendo: "Las cosas que se cumplieron en
nosotros", y después cuando dice: "Como nos han dicho los que lo
vieron desde el principio". Además, cuando dice: "nos han trasmitido",
da a entender que deben propagarse estas doctrinas, porque así como
otros se las enseñaron a él, será conveniente que los que las aprenden
de él las enseñen a los demás. A los que fueron encomendadas las
Escrituras que habían de ser transmitidas, se les presentaban muchos
inconvenientes que habían de surgir al transcurrir el tiempo; de donde
con razón los que habían recibido estas enseñanzas de los primeros -de
los que las habían presenciado y de los que las habían predicado- se
atrevieron a trasmitirlas a todo el mundo por medio de sus escritos
disipando las calumnias, destruyendo el olvido y constituyendo la
integridad por medio de la tradición misma.
Notas
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05-07 |
Hubo en los días de
Herodes, rey de Judea, un sacerdote llamado Zacarías, de la suerte de
Abías; y su mujer de las hijas de Aarón; y el nombre de ella Isabel.
Eran ambos justos delante de Dios, caminando irreprensiblemente en
todos los mandamientos y estatutos del Señor. Y no tenían hijos,
porque Isabel era estéril, y ambos eran avanzados en sus días. (vv.
5-7)
San Juan Crisóstomo
Lucas inicia la narración evangélica con
el relato de Zacarías y de la natividad de Juan, contando maravilla
antes de maravilla, menor antes que mayor. Pues como había de dar a
luz una virgen, la gracia nos prepara a ese misterio, mostrándonos una
anciana estéril que concibe. Declara también el tiempo cuando dice:
"Hubo en los días de Herodes". Y añadió la dignidad cuando dijo: "Rey
de Judea". Hubo otro Herodes, que mató a San Juan; pero aquél fue
tetrarca y éste fue rey.
Eutimio
Rey -digo- el que mató a los niños, padre
de aquel Herodes, que mató a Juan Bautista.
Beda
El tiempo de Herodes, esto es, de un rey
extranjero, atestigua la venida del Señor. Se había predicho: "No
faltará un príncipe de Judá, ni un jefe de su familia hasta que venga
el que ha de ser enviado" ( Gén 49,12). Desde
que los judíos salieron de Egipto fueron regidos por jueces, sacados
de su misma gente, hasta el profeta Samuel y después por reyes hasta
la cautividad de Babilonia. Después de la vuelta de Babilonia, la
suprema autoridad era ejercida por los sacerdotes, hasta Hircano, que
fue rey y sacerdote a la vez. Muerto éste por Herodes, el reino de
Judea fue entregado para su gobierno, por mandato de César Augusto, al
mismo Herodes, extranjero; en cuyo año trigésimo primero vino el que
había de ser enviado, según la dicha profecía.
San Ambrosio
Nos enseña la Divina Escritura que
conviene alabar las costumbres, no solamente de aquellos que
conmemoramos, sino también las de sus padres, a fin de que brillen en
aquellos que queremos alabar como una herencia inmaculada de pureza.
Por eso la nobleza de San Juan se extiende, no sólo a sus padres, sino
también a sus antepasados. No es ilustre por el ejercicio de un poder
secular, sino venerable por la sucesión de piedad. Es completa la
alabanza cuando comprende la descendencia, las costumbres, el oficio,
los hechos y la rectitud.
El oficio fue de sacerdote. De donde dice:
"Un sacerdote llamado Zacarías".
Beda
San Juan nació de linaje sacerdotal, para
que con tanto más poder anunciase la permanencia del sacerdocio,
cuanto apareciese que él pertenecía a la raza sacerdotal.
San Ambrosio
Su ascendencia se comprende por la mención
de sus antepasados. Por ello sigue: "De la familia de Abías", es
decir, noble entre las mejores familias.
Beda
Habían príncipes del santuario (esto es,
sumos sacerdotes) tanto entre los hijos de Eleazar como entre los de
Tamar, cuyos turnos para entrar en la casa del Señor -según sus
ministerios- los dividió David en veinticuatro, tocándole a la familia
de Abías (de la cual nació Zacarías) el octavo. (
1Cro 24,10). No sin motivo el primer anunciador del Nuevo
Testamento nace con los derechos del octavo grupo. Pues así como el
Antiguo Testamento se expresa muchas veces con el número siete, a
causa del sábado, así también el Nuevo Testamento se expresa algunas
veces con el número ocho, a causa del misterio del domingo, o de la
resurrección del Señor, o de la nuestra.
Teofilacto
Queriendo demostrar que era legalmente de
raza sacerdotal, añade: "Y su mujer era de las hijas de Aarón, y el
nombre de ella Isabel"; pues no se permitía tomar mujer de otra tribu
sino de la propia. Isabel quiere decir descanso
y Zacarías recuerdo del Señor.
Beda
San Juan fue engendrado de padres justos,
a fin de que pudiese dar a los pueblos preceptos de justicia con tanta
más confianza cuanto que él no los había aprendido como nuevos, sino
que los guardaba como recibidos de sus antepasados por derecho
hereditario, de donde sigue: "Pues eran ambos justos delante de Dios".
San Ambrosio
Y así comprende las costumbres en la
justicia. Dice, pues, bien: "Delante de Dios", porque puede suceder
que alguno aparezca justo por una bondad afectada y popular, y no lo
sea delante de Dios, si la justicia no nace de la simplicidad de la
mente, sino que se simula con la adulación. La perfecta alabanza,
pues, consiste en ser justo delante de Dios. Sólo puede llamarse
perfecto aquel que es probado por quien no puede ser engañado. En los
mandamientos comprende los actos, en la justificación el juicio. De
donde prosigue: "Caminando irreprensiblemente en todos los
mandamientos y estatutos del Señor". Cuando obedecemos a los mandatos
celestes, marchamos en los mandamientos del Señor. Cuando juzgamos
convenientemente, parece que tenemos las justificaciones de Dios. Con
todo, conviene hacer el bien, no sólo delante de Dios, sino también
delante de los hombres. Por esto continúa: "Sin queja". Ninguna queja
hay donde la bondad de la inteligencia está conforme con la bondad de
la acción. Mas la justicia de los hombres -algunas veces más dura-
suscita quejas.
Orígenes
Una cosa justa puede hacerse injustamente,
como si uno hace dádivas por ostentación, lo cual no deja de ser
censurable.
Prosigue: "Y no tenían hijo porque Isabel
era estéril", etc.
San Juan Crisóstomo,
in cap. graec. Patr. ex homil. in Genes
No sólo Isabel era estéril, sino que
también lo habían sido las mujeres de patriarcas: Sara, Rebeca y
Raquel, lo cual era deshonroso entre los antiguos. No podemos decir
que la esterilidad sea efecto de pecado, puesto que los que vivían
unidos eran justos y virtuosos. La causa de la esterilidad fue más
bien tu propio beneficio, para que cuando vieses a la Virgen dar a luz
al Señor, no fueses incrédulo, negándote a creer en tu interior la
fecundidad de las estériles.
Teolifacto
Y para que tú también aprendas que la ley
de Dios no estimula la multiplicación corporal de los hijos, sino más
bien la espiritual, "habían adelantado los dos" no sólo según el
cuerpo, sino también según el espíritu poniendo ascensiones en el
corazón
1 y
teniendo su vida como un día y no como una noche, andando honestamente
como en el día.
Notas
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08-10 |
Y aconteció, que
ejerciendo Zacarías su ministerio de sacerdote delante de Dios en el
orden de su vez, según la costumbre del sacerdocio, salió por su
suerte a poner incienso, entrando en el templo del Señor. Y toda la
muchedumbre del pueblo estaba fuera orando a la hora del incienso. (vv.
8-10)
Beda
Dios constituyó por medio de Moisés un
sumo sacerdote, a quien mandó que sucediese otro, por orden, cuando
aquél hubiese muerto. Esto se vino observando hasta el tiempo de
David, a quien se le mandó por Dios que instituyese muchos. Por eso
ahora se afirma que Zacarías ejercía el sacerdocio en el turno de su
grupo, cuando se dice: "Y aconteció que ejerciendo Zacarías su
ministerio de sacerdote delante de Dios, en el orden de su vez, según
la costumbre del sacerdocio, salió por su suerte", etc.
San Ambrosio
Parece que aquí se designa a Zacarías como
sumo sacerdote. Porque una vez al año entraba solo el sumo sacerdote
en el segundo santuario, no sin el sacrificio que ofrecía por él y por
los pecados del pueblo.
Beda
No fue ahora elegido por una nueva suerte
cuando había de entrar a ofrecer el incienso, sino por la suerte
primera cuando sucedió a Abías en el orden de su pontificado.
Prosigue: "Y toda la multitud del pueblo", etc. El incienso era
llevado por el pontífice al Sancta Sanctorum,
esperando todo el pueblo fuera del templo el día décimo séptimo de
cada mes, según estaba mandado. A este día se le llamó de expiación o
de propiciación. Exponiendo el Apóstol a los hebreos el misterio de
este día, les manifiesta que Jesús es verdadero Pontífice, que subió a
los cielos por su propia sangre, para reconciliarnos con el Padre, e
interceder por los pecados de aquellos que todavía esperan orando a la
puerta.
San Ambrosio
Este es, pues, aquel sumo sacerdote que
aún se busca por suerte, quien es todavía desconocido como verdadero,
porque el que es elegido por suerte no se comprende con humano juicio.
El uno, pues, se buscaba, y el otro era verdadero Sacerdote eterno,
que debía reconciliar a Dios Padre con el género humano, no con la
sangre de las víctimas sino con su propia sangre. En ese entonces
habían constantes cambios en el sacerdocio, ahora es eterno.
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11-14 |
Y se le apareció el Angel
del Señor, puesto en pie a la derecha del altar del incienso. Y
Zacarías, al verle, se turbó: y vino temor sobre él. Mas el Angel le
dijo: "No temas, Zacarías, porque tu oración ha sido oída, y tu mujer
Isabel te parirá un hijo, y le darás el nombre de Juan: Y tendrás gozo
y alegría, y se gozarán muchos con su nacimiento". (vv. 11-14)
San Juan Crisóstomo,
homiliae. 2, de incomprehens. Dei natura
Habiendo entrado Zacarías en el templo
para ofrecer a Dios preces por todos, como mediador entre Dios y los
hombres, vio que el Angel estaba dentro, por lo que se dice: "Y se le
apareció el Angel", etc.
San Ambrosio
Bien se dice que un Angel se apareció a
Zacarías, quien lo vio de repente. Esto sucede con frecuencia en la
Sagrada Escritura tratándose de los Angeles o de Dios, que lo que no
puede verse de antemano, se diga que aparece. Pues no se ven las cosas
sensibles del mismo modo que Aquel que se deja ver porque quiere,
siendo invisible por naturaleza.
Orígenes
Y esto no lo decimos tan sólo del presente
siglo sino también del futuro. Cuando salgamos del mundo no a todos
aparecerán Dios ni los Angeles, sino que los verá tan solamente aquel
que tuvo un corazón limpio. El lugar no podrá perjudicar ni favorecer
a nadie.
San Juan Crisóstomo,
homiliae in Matthaeum, hom. 11
Se apareció de una manera evidente y no en
sueños, porque anunciaba una cosa extraordinaria y para ello era
necesaria una visión más clara y admirable.
San Juan Damasceno,
de fide orth., lib. 2, cap. 3
Sin embargo, los ángeles no se aparecen a
los hombres tal y como son, sino transfigurados en las formas que Dios
les manda, para que puedan ser vistos por aquellos a quienes los
envía.
Teofilacto
Dice, pues "del altar del incienso",
porque había otro altar destinado a los holocaustos.
San Ambrosio
No sin razón se aparece el ángel en el
templo porque ya se anunciaba la venida del verdadero Sacerdote y se
preparaba el sacrificio celestial, al cual habían de servir los
ángeles. No se dude, pues, que el Angel asiste cuando Cristo es
inmolado. Apareció a la derecha del altar del incienso porque llevaba
la insignia de la divina misericordia. "El Señor está en mi derecha,
para que no sea conmovido" ( Sal 15,8).
San Juan Crisóstomo,
homiliae 2, De incomprehens. Dei natura
No puede el hombre, por justo que sea,
mirar a un ángel sin temor. Por eso Zacarías se turba, no pudiendo
resistir la presencia del ángel ni soportar aquel resplandor que lo
acompañaba. Por eso se añade: "Y Zacarías se turbó,...". A la manera
que aturdido un cochero, dejando caer las riendas, corren desbocados
los caballos y todo el vehículo se destroza, así suele suceder al alma
cuantas veces es oprimida por algún temor o por algún cuidado. Por eso
se añade: "Y el temor se precipitó sobre él".
Orígenes
Cuando se presenta una cara nueva de
hombre a las personas asustadizas les turba la imaginación, y les
consterna el alma. Por esto el ángel -conociendo que tal es la
naturaleza humana- cuida primero de esta perturbación, porque sigue:
"Le dice, pues, el Angel: No temas,...".
San Atanasio,
de vita Antonii
De donde no es difícil comprender la
diferencia entre los espíritus malos y los buenos. Si después del
temor viene la alegría, sepamos que ha venido el auxilio de Dios,
porque la seguridad del alma es señal de la majestad presente, así
como si el temor continúa es señal de que vemos al demonio.
Orígenes
No solamente recrea al asustado, sino que
también lo alegra con una noticia nueva añadiendo: "Porque ha sido
oída tu oración, y tu mujer Isabel dará a luz".
San Agustín,
Quaestiones Evangeliorum, 2, 1
Aquí conviene observar -desde luego- que
no es verosímil que ofreciendo el sacrificio por los pecados, o la
salvación, o la redención del pueblo, pudiese un hombre anciano, con
una mujer de edad avanzada, dejar los votos públicos para pedir hijos;
sobre todo porque ninguno pide recibir lo que desespera alcanzar.
Hasta tal punto desesperaba de tener hijos, que no creyó en la promesa
del ángel. Luego lo que se le dice: "Se ha oído tu oración", debe
entenderse por el pueblo, porque como la salvación del pueblo, su
redención y el perdón de sus pecados habían de venir por Jesucristo,
se le anuncia a Zacarías que habrá de nacerle un hijo, destinado a ser
el precursor de Cristo.
San Juan Crisóstomo,
homiliae 2, De incomprehens. Dei natura
O "porque ha sido oída tu oración" prueba
que se le había de engendrar un hijo que clamase: "He ahí al Cordero
de Dios" ( Jn 1,29).
Teofilacto
Como si dijese: "¿De dónde sabré yo esto?"
El ángel le contesta: "Porque Isabel dará a luz, creerás que los
pecados han sido perdonados al pueblo".
San Ambrosio
O de otro modo, los beneficios divinos son
siempre completos y abundantes, no circunscritos a un bien pequeño,
sino rebosando abundancia. Y cuando aquí se ofrece primeramente el
fruto de la oración, se ofrece también el parto de una mujer estéril,
pronunciando el nombre del que ha de nacer: "Y llamarás su nombre
Juan".
Beda
Es un indicio de un mérito singular el que
Dios imponga o anuncie el nombre a un hombre.
San Juan Crisóstomo,
homiliae in Joannem, 18
Conviene también expresar que aquellos en
quienes debía resplandecer la virtud desde la más tierna infancia,
recibían el nombre de Dios desde el principio. Mas a aquellos, que
debían desarrollarse después, se les imponía el nombre más tarde.
Beda
Juan significa en quien
hay gracia o gracia del Señor; con
cuyo nombre se manifiesta la gracia concedida, primero a sus padres, a
quienes siendo ya viejos, se les dice que les nacerá un hijo. Después,
al mismo San Juan, que había de ser grande delante de Dios y,
finalmente, a los hijos de Israel, a quienes había de convertir al
Señor. De donde prosigue: "Y tendrás gozo y alegría".
Orígenes
Cuando el justo nace al mundo, los autores
de su nacimiento se alegran; pero cuando nace como para continuar las
penas y vivir en la esclavitud, los autores de sus días se afligen y
apuran.
San Ambrosio
El santo no sólo es la alegría de sus
padres, sino también la salvación de muchos. De donde prosigue: "Y
muchos se alegrarán en su natividad". En este texto se nos invita a
alegrarnos en el nacimiento de los santos y se advierte a los padres
la obligación de dar gracias a Dios. No es un beneficio pequeño de
Dios dar hijos que propaguen la raza y sean herederos de la familia.
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15-17 |
"Porque será grande
delante del Señor. Y no beberá vino ni sidra, y será lleno del
Espíritu Santo, aun desde el vientre de su madre. Y a muchos de los
hijos de Israel convertirá al Señor, que es el Dios de ellos. Y
marchará delante de él con el espíritu y la virtud de Elías, para
convertir los corazones de los padres a los hijos, y los incrédulos a
la prudencia de los justos, para preparar al Señor un pueblo
perfecto". (vv. 15-17)
San Ambrosio
Después de la alegría de muchos, se
promete la grandeza de la virtud, cuando se dice: "Será grande delante
del Señor". No declara en esto la magnitud de su cuerpo, sino de su
espíritu. Delante de Dios, la grandeza de espíritu es la grandeza de
la virtud.
Teofilacto
Muchos se llaman grandes, pero, como los
hipócritas, sólo delante de los hombres y no delante de Dios. Así los
padres del Bautista se llaman justos, pero delante de Dios.
San Ambrosio
Por último, no dilató los límites de algún
imperio, ni obtuvo triunfos de combates guerreros, sino que, lo que es
más, predicando en el desierto, combatió las delicias de los hombres y
las lascivias del cuerpo con gran fortaleza de ánimo. De donde
prosigue: "Y no beberá vino ni sidra".
Beda
La sidra quiere
decir ebriedad, con cuya palabra los hebreos
significan todo lo que puede embriagar -ya se forme de frutas, ya de
uvas, ya de cualquier otra materia-. Estaba mandado en la ley de los
Nazireos el privarse de vino y de sidra durante el tiempo de la
consagración
1, de
donde San Juan y los demás, que como él pudiesen ser siempre nazireos
-esto es, santos- debían cuidar de abstenerse de estas bebidas. Pues
no conviene que se embriague de vino, en el cual está la lujuria (
Ef 5), aquel que quiere ser lleno del mosto
del Espíritu. Así el que huye de la embriaguez del vino será repleto
de la gracia del Espíritu Santo. He aquí por qué se añade: "Y será
lleno del Espíritu Santo".
San Ambrosio
A quien se infunde el Espíritu Santo se
comunica la plenitud de todas las grandes virtudes. Por lo que San
Juan manifestó la gracia del Espíritu Santo que había recibido y
predicó la venida del Señor, saltando en el vientre de su madre. Uno
es el espíritu de esta vida y otro el de la gracia. El primero
comienza cuando se es engendrado y concluye cuando se muere. El
segundo no está circunscrito a edades, no concluye con la muerte,
tiene cabida en el vientre de la madre.
Griego
Cuál sea la misión de San Juan, y qué es
lo que hará por la virtud del Espíritu Santo, lo manifiesta añadiendo:
"Y a muchos hijos de Israel convertirá al Señor, el Dios de ellos".
Orígenes
San Juan, en realidad, convirtió a muchos,
mas la obra de Dios es convertir a todos a Dios Padre.
Beda
Cuando se dice que San Juan -el cual dando
testimonio de Jesucristo bautizaba a los pueblos en su fe- convirtió a
los hijos de Israel al Señor su Dios, resulta evidente que Jesucristo
es el Dios de Israel. Cesen, pues, los arrianos de negar que Cristo
sea el Señor Dios. Ruborícense los fotinianos, dando a Cristo
principio en la Virgen. Dejen de creer los maniqueos que uno es el
Dios de Israel y otro el Dios de los cristianos.
San Ambrosio
No necesitamos, pues, testimonio para
saber que San Juan convirtió el corazón de muchos, puesto que en ello
están conformes las Escrituras proféticas y las del Evangelio. La voz
del que clama en el desierto ( Is 40,3):
"Preparad los caminos al Señor, haced rectos sus senderos" y el
bautismo frecuentado por el pueblo, nos indican los grandes progresos
de su predicación en la conversión del pueblo. El precursor de Cristo
no predicaba de sí, sino de su Señor. Por esto añade: "Y él mismo irá
delante de El". Marchará bien delante de El quien nació como su
precursor, y murió precursor de El. Con razón se añade también: "En el
espíritu y la virtud de Elías".
Orígenes
No dice en el alma de Elías, sino en el
espíritu y en la virtud de Elías. El espíritu, que había estado en
Elías, vino a posar sobre San Juan, y del mismo modo su virtud.
San Ambrosio
Nunca el espíritu es sin la virtud, ni la
virtud sin el espíritu; por eso se dice: "En el espíritu y en la
virtud". Porque el santo Elías tuvo una gran virtud y gracia. Virtud
para separar de la infidelidad el espíritu de los pueblos y traerlos a
la fe; la virtud de la abstinencia, la paciencia y el espíritu de
profecía. Elías en el desierto, en el desierto Juan. Aquél no buscó el
favor del rey Ajab, éste despreció el de Herodes. Aquél dividió las
aguas del Jordán; éste las convirtió en baño saludable. Este el
precursor del primero, aquél del futuro advenimiento del Señor.
Beda
Lo que fue predicho por Malaquías (
Mal 4,5-6) de Elías, esto mismo se dijo por
medio de un ángel acerca de San Juan cuando se añade: "Para que
convierta los corazones de los padres hacia los hijos", infundiendo la
ciencia espiritual de los santos antiguos, cuando predicaba a los
pueblos. Y a los "incrédulos a la prudencia de los justos" que es no
pretender ser justos a partir de las obras de la ley, sino buscar la
salvación con la fe. ( Rom 10.)
Griego
O de otro modo, los mayores de Juan y de
los apóstoles fueron judíos. Sin embargo, por su soberbia e
infidelidad se levantaron contra el Evangelio. Y así como hijos buenos
-primero San Juan, y los apóstoles después- enseñaban la verdad a los
pueblos, atrayéndolos a la propia justicia y prudencia, así también
Elías convertirá a los últimos hebreos a la verdad de los apóstoles.
Beda
Como dijera que Zacarías, orando por el
pueblo, había sido oído, añade: "Para preparar al Señor un pueblo
perfecto". En lo cual enseña cómo debe un mismo pueblo salvarse y
perfeccionarse; a saber, haciendo penitencia según la predicación de
San Juan, y creyendo en Jesucristo.
Teofilacto
O de otro modo, Juan preparó un pueblo, no
incrédulo sino perfecto, es decir, preparado para recibir a Cristo.
Orígenes
La misión de San Juan hasta ahora se
cumple en el mundo. Todo el que ha de creer en Jesucristo, antes
recibe en su alma el espíritu y la virtud de Juan, y prepara al Señor
un pueblo perfecto.
Notas
1.
Nazireo: segregado, consagrado. Tenían unas leyes particulares.
|
18-22 |
Y dijo Zacarías al Angel:
"¿En qué conoceré esto? porque yo soy viejo y mi mujer está avanzada
en días". Y respondiendo el Angel, le dijo: "Yo soy Gabriel, que estoy
delante de Dios, y soy enviado a hablarte y traerte esta feliz nueva:
Y he aquí que serás mudo, y no podrás hablar hasta el día en que se
hagan estas cosas, porque no creíste a mis palabras, las cuales se
cumplirán a su tiempo". Y el pueblo estaba esperando a Zacarías, y se
admiraba de que tardase en el templo. Y cuando salió no les podía
hablar, y entendieron que había visto visión en el templo. Y él se lo
significaba por señas, y permaneció mudo. (vv. 18-22)
San Juan Crisóstomo,
homiliae 2, De incomprehens. Dei natura
Teniendo en consideración Zacarías su
propia edad, y también conocida la esterilidad de su mujer, desconfió.
Por lo que añade: "Y dijo Zacarías al ángel: ¿En qué conoceré esto?"
Como si dijese: "¿Cómo se hará esto? Y añade la causa de su duda: "Yo,
pues, soy viejo". La edad extemporánea, la naturaleza inepta: soy
débil para engendrar, la tierra es estéril. Algunos consideran por
esto indigno de perdón a un sacerdote que hace tantas preguntas,
porque cuando Dios indica alguna cosa, conviene creerla; discutir
acerca de ella es propio de un alma rebelde. De donde prosigue: "y
respondiendo el ángel le dijo: "Yo soy Gabriel que estoy delante de
Dios".
Beda
Como si dijese: a un hombre que prometiese
tales prodigios, sería permitido pedirle un signo; pero cuando es un
Angel quien promete, ya no conviene dudar. Sigue: "Y soy enviado a
hablarte", etc.
San Juan Crisóstomo,
homiliae 2, De incomprehens. Dei natura
Para que cuando oigas que soy enviado por
Dios, no creas que hay algo de humano en estas cosas que se te dicen.
Y no hablo por mí, sino que te anuncio lo dicho por Aquel que me ha
enviado. La virtud y la bondad de un enviado, consisten en que no diga
nada de sí propio.
Beda
Debe notarse aquí que el ángel afirma al
mismo tiempo que él está delante de Dios y es enviado a evangelizar a
Zacarías.
San Gregorio Magno,
homiliae in Evangelia, 34
Porque cuando los ángeles vienen a
nosotros, cumplen exteriormente su ministerio de tal modo que
-interiormente- jamás pierden la contemplación de Dios; porque aun
cuando el ángel es limitado, el Espíritu soberano -que es Dios- no es
limitado. Así los ángeles, aun cuando son enviados, están ante El,
porque a cualquier parte que vengan enviados, siempre corren dentro de
El.
Beda
Le concede la señal que pide para que el
que ha hablado no creyendo, aprenda a creer callando. Y por ello
prosigue: "Y he aquí que tú quedarás mudo".
San Juan Crisóstomo,
homiliae 2, De incomprehens. Dei natura
Para que los vínculos de su impotencia
generativa se trasladasen a las cuerdas vocales. No se le perdona por
la consideración de ser sacerdote, sino que por el contrario, se le
castigaba más, porque debía aventajar en la fe a los otros.
Teofilacto
Mas como la palabra griega
kwjoz
1
puede también significar sordo, dice bien: "Tú que no crees,
quedarás sordo, y no podrás hablar". Convenientemente sufrió estos dos
castigos: como desobediente, la sordera, y como reacio, la mudez.
San Juan Crisóstomo,
homiliae 2, De incomprehens. Dei natura
Dice "y he aquí", como si dijese: "En este
instante". Pero considera la misericordia del Señor en lo que se
sigue: "Hasta el día en que sucedan estas cosas". Como si dijera:
cuando te demuestre lo que te digo con la realización de los hechos y
conozcas que has sido castigado con justicia, entonces te sacaré de
esta pena. Y manifiesta la causa de la pena cuando añade. Por lo mismo
que no has creído en mis palabras, que se cumplirán a su tiempo, no
atendiendo al poder de Aquel que me envió y a quien yo asisto. Si es
castigado aquel que es incrédulo acerca de un nacimiento mortal, ¿cómo
evitará el castigo el que rechaza el nacimiento celestial e inefable?
Griego
Mientras pasaban estas cosas dentro del
templo, la tardanza en salir obligaba a admirarse a la multitud que
esperaba fuera. Por ello prosigue: "Y el pueblo estaba esperando a
Zacarías y se maravillaban de que tardase en salir". Como había lugar
a muchas suposiciones, cada uno hablaba a su modo hasta que, saliendo
Zacarías, enseñó con su silencio lo que le había sucedido en el
secreto del templo. Entonces prosigue: "Y cuando salió no podía
hablar".
Teofilacto
Zacarías hacía señas al pueblo, que acaso
le preguntaba la causa de su silencio. No pudiendo expresarla con
palabras, la declaraba con señas. Por eso se añade: "Y él se lo
significaba por señas, y permaneció mudo".
San Ambrosio
Se entiende por seña un acto o movimiento
corporal sin palabras, que tiende a indicar la voluntad sin
expresarla.
Notas
|
23-25 |
Y aconteció que, cumplidos los días de su
ministerio, se fue a su casa: y después de estos días concibió Isabel,
su mujer, y estuvo escondida cinco meses, diciendo: "Porque el Señor
me hizo esto en los días en que atendió a quitar mi oprobio de entre
los hombres". (vv. 23-25)
Beda
Cuando los pontífices ejercían sus
funciones en el templo, no sólo se abstenían del trato con sus
mujeres, sino que se privaban también de entrar en su casa. Por eso
dice: "Y aconteció que, cumplidos los días". Por lo mismo que se
buscaba entonces la sucesión sacerdotal de la estirpe de Aarón, se
procuraba conservar su descendencia en todo tiempo. Y como aquí no se
busca la sucesión carnal, sino la perfección espiritual, se manda a
los sacerdotes -para que siempre puedan asistir al altar- que guarden
castidad. Prosigue: "Después de estos días". Esto es, después de
terminados los días del servicio de Zacarías. Todas estas cosas
sucedieron en el mes de setiembre, en el día 23 del mismo, cuando
convenía que los judíos celebrasen el ayuno de la fiesta de los
tabernáculos, cuando estaba próximo el equinoccio, en el cual empieza
la noche a ser mayor que el día. Porque convenía que Cristo creciese y
Juan disminuyese. Y no en vano eran entonces los días de los ayunos,
porque San Juan había de predicar a los hombres la aflicción de la
penitencia.
Prosigue: "Y se ocultaba".
San Ambrosio
¿Cuál era la causa de la ocultación, sino
la vergüenza? Hay ciertos tiempos prescritos al matrimonio, cuando es
decoroso procrear hijos, como en el vigor de la edad y cuando hay
esperanza de tenerlos. Mas cuando la ancianidad madura sucede a la
vida larga y la edad es más propia para dirigir los hijos que para
criarlos, es vergonzoso dar señales de embarazo y -aun cuando sea
legítimo- cargarse con el peso de otra edad y dilatar el seno con un
fruto que no es de su tiempo. Se avergonzaba, pues, por la edad, de
donde puede inferirse la causa, porque ya no convivían entre sí
conyugalmente. Porque aquella que no se avergonzase de tener
relaciones maritales en la ancianidad tampoco se avergonzaría en el
parto. Sin embargo, se ruboriza del peso de madre todo el tiempo que
desconoce el misterio de la religión. Pero la que se ocultaba porque
había concebido un hijo, empieza a manifestarse porque llevaba un
profeta.
Orígenes
Y por ello dice: "Cinco meses", esto es,
hasta que María concibiese y su fruto, saltando de alegría,
profetizase.
San Ambrosio
Y aun cuando se avergonzase de su parto
por la edad, se alegraba a la vez por verse privada del oprobio,
diciendo: "Porque el Señor me hizo esto".
San Juan Crisóstomo
Es decir, hizo cesar mi esterilidad, me
concedió un don sobrenatural y la piedra infructuosa produjo espigas
verdes. Me quitó el oprobio, haciéndome madre; de donde sigue: "En los
días en que atendió a quitar mi oprobio de entre los hombres".
San Juan Crisóstomo
Se alegra doblemente, porque Dios le quita
la fama de estéril y porque se le ofrece un parto honroso. No
interviene solo la unión conyugal como en los demás que engendran,
sino que la gracia del cielo fue el principio de este nacimiento.
Beda
Zacarías puede representar místicamente el
sacerdocio de los judíos e Isabel la ley. Esta, explicada por los
sacerdotes, debía engendrar hijos espirituales para Dios. Pero no
podía por sí sola, porque la ley no condujo a nadie a la perfección (
Heb 7). Ambos eran justos, porque la ley es
buena ( Tim 1) y el sacerdocio era santo en
aquel tiempo. Los dos eran ancianos, porque viniendo Jesucristo ya se
encorvaban por la vejez. Zacarías entra en el templo, porque es propio
de los sacerdotes entrar en el santuario de los misterios divinos. La
multitud estaba fuera, porque no podía penetrar las cosas misteriosas.
Mientras pone el incensario sobre el altar, sabe que Juan ha de nacer;
porque mientras los doctores arden por la flama de la enseñanzas
divinas, encuentran la gracia de Dios que había de nacer por medio de
Jesús; y esto por el ángel, porque la ley fue dada por medio de los
ángeles ( Gál 3,19).
San Ambrosio
En uno enmudeció la voz del pueblo, porque
en uno todo el pueblo hablaba a Dios. Pasó, pues, a nosotros la
palabra de Dios y en nosotros no calla. Es mudo el que no entiende la
ley. ¿Por qué te parece más bien mudo el que desconoce la voz, que
aquel que desconoce el misterio? El pueblo de los judíos es semejante
al que hace señas cuando no puede dar razón de sus actos.
Beda
Sin embargo, Isabel concibe a Juan, porque
el interior de la ley abunda en misterios de Cristo. Oculta su
concepción durante cinco meses, porque Moisés designa en cinco libros
los misterios de Cristo. O también porque la dispensación de Cristo se
figura en las cinco edades del mundo por los dichos y hechos de los
santos.
|
26-27 |
Y al sexto mes, el Angel Gabriel fue
enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una
virgen desposada con un varón que se llamaba José, de la casa de
David, y el nombre de la Virgen era María. (vv. 26-27)
Beda
Como la encarnación de Cristo debía tener
lugar en la sexta edad del mundo y había de aprovechar para el
cumplimiento de la ley, el ángel enviado a María anuncia
oportunamente, en el sexto mes de la concepción de Juan, al Salvador
que había de nacer. Por eso se dice: "En el sexto mes". El sexto mes
es el de marzo, en cuyo día 25 nuestro Señor fue concebido y se dice
que padeció. Así como nació el día 25 de diciembre por lo que si,
según algunos creen, en este día tiene lugar el equinoccio de la
primavera, o si en aquél creemos que se verifica el solsticio del
invierno, conviene que sea concebido y nazca con el incremento de la
luz Aquel que ilumina a todo hombre que viene a este mundo (
Jn 1,9). Mas si alguno objetare que los días
crecen o son mayores que la noche antes del tiempo del nacimiento y de
la concepción de nuestro Señor, le contestamos que San Juan anunciaba
el reino de los cielos antes de su advenimiento.
San Basilio
Los espíritus celestiales no vienen a
nosotros por sí mismos, sino cuando conviene para nuestra utilidad,
porque atienden al decoro de la divina sabiduría; de donde sigue: "Fue
enviado el ángel Gabriel".
San Gregorio Magno,
homiliae in Evangelia, 34
A María Virgen no se envía un ángel
cualquiera, sino el arcángel San Gabriel. Procedía que viniese un
ángel de los primeros a anunciar los misterios. Se le designa por su
propio nombre, el cual muestra lo que vale en sus obras, pues el
nombre de Gabriel significa fortaleza de Dios
1. Por
la fortaleza de Dios había de ser anunciado el que, siendo Dios de las
virtudes y poderoso en la guerra para vencer en todas las batallas,
venía a destruir las potestades del infierno.
Glosa
Se indica, pues, el lugar a donde se envía
cuando se añade: "A la ciudad de Nazaret". Porque nazareno, esto es,
Santo de los Santos, era el que se anunciaba
que había de venir.
Beda,
in homilia de Fest. Annunt
Digno principio de la restauración humana
ha sido que se enviare por Dios un Angel a la Virgen, que había de ser
consagrada con un parto divino. Porque la primera causa de la
perdición humana fue que la serpiente fuese enviada a la mujer por el
espíritu de la soberbia. De aquí se sigue, que el Angel fue enviado a
una virgen.
San Agustín,
de sancta virginitate, 5
Sólo la virginidad pudo decentemente dar a
luz a Aquel que en su nacimiento no pudo tener igual. Convenía, pues,
que nuestro Redentor naciese, según la carne, de una Virgen por medio
de un milagro insigne para dar a entender que sus miembros debían
nacer de la Iglesia virgen, según el espíritu.
San Jerónimo
Con razón se envía un ángel a la Virgen,
porque la virginidad es afín de los ángeles. Y ciertamente, vivir en
carne fuera de la carne, no es una vida terrestre, sino celestial.
San Juan Crisóstomo,
homiliae in Matthaeum, 4
No anuncia el Angel a la Virgen después
del parto, para que entonces no se turbe en demasía, sino que le habla
antes de la concepción. No en sueños, sino presentándose de una manera
visible. Porque como había de recibir una gran revelación, necesitaba
de una visión solemne antes del cumplimiento.
San Ambrosio
Dijo bien ambas cosas la Sagrada
Escritura: que sería desposada y Virgen. Prosigue, pues, diciendo
"desposada". Virgen, para que constase que desconocía la unión
marital. Desposada, para que quedase ilesa de la infamia de una
virginidad manchada, cuando su fecundidad pareciese signo de
corrupción. Quiso más bien el Señor que algunos dudasen de su
nacimiento que de la pureza de su Madre. Sabía que el honor de una
Virgen es delicado y la reputación del pudor, frágil. Y no estimó
conveniente que la fe de su nacimiento se demostrase con las injurias
de su Madre. Se sigue también que, así como la Santísima Virgen fue
íntegra por su pudor, así su virginidad debió ser inviolable en la
opinión. No convenía dejar a las vírgenes que viven en mala reputación
esa apariencia de excusa, es decir, que la Madre misma del Señor
pareciese difamada. ¿Qué se hubiera podido reprochar a los judíos y a
Herodes si hubiese parecido que perseguían el fruto de un adulterio?
¿Cómo hubiera podido decir El mismo: "No vine a destruir la ley, sino
a cumplirla" ( Mt 5,17), si hubiese parecido
comenzar por una violación de la ley, que condena el parto de la que
no está casada? ¿Qué, por otra parte, da más fe a las palabras de la
Virgen y remueve todo pretexto de mentira? Madre, sin estar casada,
hubiera querido ocultar su falta con una mentira. Pero casada, no
tenía motivo para mentir, puesto que la fecundidad es el premio y la
gracia de las bodas. Tampoco es pequeña causa que la virginidad de
María engañase al príncipe del mundo, el cual, viéndola desposada con
un hombre, nada pudo sospechar respecto de su parto.
Orígenes
Si no hubiese tenido esposo, aquel
misterio hubiese dado que pensar al diablo, respecto de cómo pudo
quedar embarazada la que no había tenido trato con varón. Esta
concepción -diría- debe ser divina, debe ser algo superior a la
naturaleza humana.
San Ambrosio
Sin embargo, engañó más a los diablos.
Porque la malicia de los demonios descubre hasta las cosas ocultas.
Mas los que se ocupan en las vanidades del mundo no pueden conocer las
cosas divinas. Por eso Dios se sirve del marido -el testigo más seguro
del pudor- que hubiese podido quejarse de la injuria y vengar el
oprobio, si no conociese el misterio. Se dice de él: "Se llamaba José,
de la casa de David".
Beda,
homil. de Annunt. Sup
Lo cual no sólo se refiere a San José,
sino también a la Virgen María. Estaba mandado por la ley que cada uno
tomase mujer de su propia tribu o familia. Prosigue el mismo
evangelista: "Y el nombre de la Virgen era María".
Beda
La palabra María en hebreo quiere decir
estrella del mar, y en siríaco
Señora. Y con razón, porque mereció llevar en
sus entrañas al Señor del mundo y a la luz constante de los siglos.
Notas
1.
Gabriel: hombre de Dios o Dios se ha mostrado fuerte.
|
28-29 |
Y habiendo entrado el Angel donde estaba
María, le dijo: "Dios te salve, llena de gracia, el Señor es contigo;
bendita tú entre las mujeres": Y cuando ella esto oyó, se turbó con
las palabras de él, y pensaba qué salutación sería ésta. (vv. 28-29)
San Ambrosio
Conoce aquí a la Virgen por sus
costumbres. Sola en sus habitaciones, a quien ningún hombre veía, sólo
un ángel podía encontrarla. Por ello se dice: "Y habiendo entrado el
ángel a donde estaba María". Y para que no fuese manchada con un
coloquio indigno de ella, es saludada por el ángel.
San Gregorio Niseno,
orat. in Christi Nativit
En contraposición de la voz dirigida a la
primera mujer, ahora se dirige la palabra a la Virgen. En aquélla se
castiga con los dolores del parto la causa del pecado, en ésta se
destierra la tristeza por medio del gozo. Así el ángel anuncia con
razón la alegría a la Virgen, diciendo: "Dios te salve". Según otros
comentaristas, el ángel atestigua que es digna de ser desposada cuando
dice: "Llena de gracia". Esta abundancia de gracias se muestra al
esposo como una dote o arras, de las cuales se dice: Estas son de la
esposa, aquéllas del esposo.
San Jerónimo
Y en verdad que es llena de gracia, porque
a los demás se distribuye con medida, pero en María se derramó al
mismo tiempo toda la plenitud de la gracia. Verdaderamente es llena de
gracia aquella por la cual toda criatura fue inundada con la lluvia
abundante del Espíritu Santo. Ya estaba con la Virgen quien le enviaba
su ángel y el Señor se anticipó a su enviado. No pudo ser contenido en
un lugar, Aquel que está en todas partes; de donde sigue: "El Señor es
contigo".
San Agustín,
en el serm. de Nativit. Dom. 4
Más que contigo, El está en tu corazón, se
forma en tu seno, llena tu espíritu, llena tu vientre.
Griego
Este es el complemento de toda la
embajada: el Verbo de Dios como Esposo que se une de una manera
superior a la razón, como engendrando El mismo y siendo engendrado,
adaptó a sí mismo toda la naturaleza humana. Al final se pone como
complemento perfectísimo: "Bendita eres entre las mujeres", a saber,
una sola entre todas las mujeres. Para que también sean bendecidas en
ti las mujeres como los hombres serán bendecidos en tu Hijo, o más
bien en los dos unos y otros. Porque así como por medio de una mujer y
un hombre entraron en el mundo el pecado y la tristeza, así ahora por
una mujer y por un hombre vuelven la bendición y la alegría, y se
derraman sobre todos.
San Ambrosio
Conoced a la Virgen por la vergüenza,
porque se turbó, pues sigue: "Y cuando ella esto oyó, se turbó".
Temblar es propio de las vírgenes, y el sobresaltarse cuando se acerca
un hombre y temer todo trato de los hombres. Aprended, vírgenes, a
evitar toda licencia de palabras. María se conturbaba hasta de la
salutación del ángel.
Griego
Como ella estaba acostumbrada a aquella
clase de apariciones, el Evangelista no atribuye la turbación a lo que
ve, sino a lo que oye, diciendo: "Se turbó con las palabras de él".
Considerad el pudor y la prudencia de la Virgen y su alma, al mismo
tiempo que su voz. Oída la alegre noticia, examinó lo que se le había
dicho y no resiste abiertamente por incredulidad, ni se somete al
punto por ligereza, evitando a la vez la ligereza de Eva y la
resistencia de Zacarías. Por esto continúa: "Y pensaba qué salutación
sería ésta", no la concepción. Porque todavía ignoraba la profundidad
del misterio. ¿Mas la salutación es por ventura libidinosa, como
dirigida por un hombre a una Virgen? ¿Es divina, puesto que se hace
mención de Dios, diciendo: "El Señor es contigo"?
San Ambrosio
Admiraba también la nueva fórmula de
salutación, que nunca se había oído hasta entonces, pues estaba
reservada solamente para María.
Orígenes
Si María hubiese conocido que se había
hecho una salutación semejante a algún otro -como que conocía
perfectamente el concepto de la ley- nunca se hubiese asustado ante
ésta como si fuese extranjera.
|
30-33 |
Y el Angel le dijo: "No temas, María,
porque has hallado gracia delante de Dios: he aquí que concebirás en
tu seno y parirás un hijo y llamarás su nombre Jesús. Este será grande
y se llamará Hijo del Altísimo, y le dará al Señor Dios el trono de
David, su Padre: y reinará en la casa de Jacob por siempre, y no
tendrá fin su reino". (vv. 30-33)
Beda
Como había visto que la Virgen se había
turbado con aquella salutación no acostumbrada, la llama por su
nombre, como si la conociese más familiarmente, y le dice que no debe
temer. Por ello se añade: "Y el Angel le dijo: No temas, María".
Griego
Como si dijese: No he venido a engañarte,
sino más bien a dar la absolución del engaño. No he venido a robarte
tu virginidad inviolable, sino a preparar tu seno para el autor y el
defensor de la pureza. No soy ministro de la serpiente, sino enviado
del que aplasta la serpiente. Vengo a contratar esponsales, no a
maquinar asechanzas. Así, pues, no la dejó atormentarse con alarmantes
consideraciones, a fin de no ser juzgado como ministro infiel de su
negociación.
Crisóstomo
Quien merece gracia delante de Dios, nada
tiene que temer; así, prosigue: "Hallaste gracia delante de Dios".
¿Cómo puede encontrar esta gracia cualquiera que sea, sino por medio
de la humildad? Pues Dios da la gracia a los humildes (
Stgo 4; 1Pe 5).
Griego
La Virgen encontró gracia delante de Dios
porque, adornando su propia alma con el brillo de la pureza, preparó
al Señor una habitación agradable. Y no sólo conservó inviolable la
virginidad, sino que también custodió su conciencia inmaculada.
Orígenes
Muchos habían encontrado gracia antes que
ella; y por lo mismo añade lo que es propio de este caso, diciendo:
"He aquí que concebirás en tu seno".
Griego
La palabra "he aquí" denota la prontitud y
la presencia, insinuando con dicha palabra que la concepción se había
celebrado al punto.
Severo de Antioquía
Dice: "concebirás en tu seno" para
demostrar que el Señor toma carne del mismo seno virginal y de nuestra
sustancia. Vino, pues, el Verbo Divino a limpiar la naturaleza humana,
el parto y el origen de nuestra generación. Por eso, sin pecado y sin
concurso de hombre, es concebido en carne y llevado en el vientre
nueve meses como nosotros.
San Gregorio Niseno
Y como acontece especialmente que es
concebido el Divino Espíritu y ella da a luz al Espíritu de salvación,
según anunciara el profeta, el ángel añade: "Y dará a luz un Hijo".
San Ambrosio
No todos son como María, que cuando
conciben al Verbo del Espíritu Santo, lo dan a luz. Hay de aquellos
que abortan al Verbo antes de dar a luz ( Lc
22), y hay de aquellos que tienen a Cristo en su seno pero que todavía
no lo han formado.
San Gregorio Niseno,
Orat. in diem Nat. Domini
Como la expectación del parto infunde
temor a las mujeres, el anuncio de un parto dulce apaga esa
aprehensión de temor cuando se dice: "Y llamarás su nombre Jesús". La
venida del Salvador es el alejamiento de todo temor.
Beda
La palabra Jesús quiere decir
Salvador o saludable.
Griego
Dice, pues: "Tú lo llamarás". No el padre,
porque carece de padre en cuanto a la generación humana, así como
carece de madre respecto de la generación divina.
San Cirilo,
de fidei ad Theod
Este nombre fue impuesto de nuevo al Verbo
Divino, y convenía a la natividad de su carne, según aquello del
Profeta: "Serás llamado con un nombre nuevo, que la boca del Señor te
dará" ( Is 62).
Griego
Mas como este nombre le es común con el
sucesor de Moisés ( Jos 1), insinuando el
ángel que no será semejante a aquél, añade: "Este será grande".
San Ambrosio
Se ha dicho también respecto de San Juan
que sería grande. Pero aquél fue grande como hombre y Este es grande
como Dios. Porque la virtud de Dios se difunde ampliamente, así como
la grandeza de la sustancia no varía con el tiempo.
Orígenes
Considerad, pues, la grandeza del
Salvador, cómo se extiende por todo el orbe. Subid a los cielos, y
veréis cómo llena los espacios celestes. Bajad con el pensamiento a
los abismos y veréis que allí ha descendido también. Y cuando hayáis
visto todo esto, comprenderéis también el cumplimiento de estas
palabras: "Este será grande".
Griego
Ni la asunción de la carne humilla la
grandeza de la divinidad, sino que más bien se sublima la humildad de
la carne. Por ello sigue: "Y se llamará Hijo del Altísimo". No eres tú
quien le impones el nombre, sino que será llamado. ¿Por quién sino por
su Padre consustancial? Nadie conoce al Hijo sino el Padre (
Mt 11,27). Quien tiene conocimiento infalible
del Engendrado es el único verdadero intérprete, respecto de la
imposición del nombre del Hijo; por quien se dice: "Este es mi hijo
muy amado". ( Mt 17,5) Existe desde la
eternidad, aunque ahora para nuestra inteligencia se manifiesta su
nombre. Y por esto dice "será llamado", no "será hecho" ni "será
engendrado", porque ya antes de los siglos era consustancial al Padre.
Concebirás, pues, a Este, serás su Madre. Tu vientre virginal
contendrá a Aquel que el espacio del cielo no puede contener.
San Juan Crisóstomo
Acaso parecerá a algunos enorme -o
indecente- que Dios habite un cuerpo. ¿Mas por ventura el sol, cuyo
cuerpo es sensible, mancha su propia pureza a cualquier parte que
envíe sus rayos? Pues con mucha más razón el Sol de justicia, tomando
un cuerpo purísimo de las entrañas de la Virgen, no sólo no se manchó
sino que antes, por el contrario, santificó más a la Madre.
Griego
Y para recordar a la Virgen los profetas,
añade: "Y le dará el Señor Dios el trono de David,...". Para que se
sepa con claridad que el que había de nacer de Virgen era el mismo
Cristo que los profetas prometieron que nacería de la descendencia de
David.
San Cirilo,
contra Juliano, 8
Sin embargo, el cuerpo purísimo de
Jesucristo no procede de José, aunque descendía de la misma línea de
parentesco que la Virgen, de la cual el Unigénito del Padre tomó la
forma humana.
San Basilio,
epistola 2,36
El Señor no se sienta en el trono material
de David, puesto que el reino judío había pasado a Herodes. Pero llama
trono de David a aquel en que se sienta el Señor para gobernar un
reino indisoluble. Por ello sigue: "Y reinará en la casa de Jacob".
Crisóstomo,
homiliae in Matthaeum, 7
Llama aquí casa de Jacob a todos aquéllos
del número de los judíos que creyeron en El. Porque como dice San
Pablo ( Rom 9,6), no todos los que pertenecen
a Israel son israelitas; sino solamente se consideran como
pertenecientes a Israel los que son hijos de promisión.
Beda
O llama casa de Jacob a toda la Iglesia.
Esta, o bien ha nacido de buena raíz, o bien, siendo un olivo
silvestre, fue injerto por medio de la fe en una oliva buena (
Rom 11).
Griego
Sólo Dios puede reinar eternamente. Por
esto sucede que aunque se diga que toma el trono de David por la
encarnación, en cuanto Dios es reconocido como Rey eterno. Prosigue:
"Y su reino no tendrá fin". No sólo en cuanto Dios, sino también en
cuanto hombre. Y al presente reina sobre muchos y finalmente reinará
sobre todos porque todas las cosas le están sometidas (
1Cor 15).
Beda
Que deje ya Nestorio de decir que el
hombre sólo ha nacido de la Virgen y que éste no ha sido recibido por
el Verbo de Dios en unidad de persona. Cuando dice que el mismo que
tiene por padre a David será llamado "Hijo del Altísimo", demuestra la
unidad de persona de Cristo en dos naturalezas. No emplea el ángel
palabras que se refieran al tiempo futuro, como dicen algunos herejes,
que creen que Jesucristo no existió antes que María, sino que en una
sola persona el Hombre-Dios recibe el nombre de Hijo.
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34-35 |
Y dijo María al Angel: "¿Cómo se hará
esto, porque no conozco varón?" Y respondiendo el Angel, le dijo: "El
Espíritu Santo vendrá sobre ti, y te hará sombra la virtud del
Altísimo. Y por eso el fruto santo que nacerá de ti será llamado Hijo
de Dios". (vv. 34-35)
San Ambrosio
Ni María debió rehusar de creer al ángel,
ni usurpar temerariamente las cosas divinas. Por eso se dice: "Dijo
María al ángel: ¿Cómo se hará esto?" Esta respuesta fue más oportuna
que la del sacerdote. Esta dice: "¿Cómo se hará esto?" y aquél dijo:
"¿Cómo podré saber esto?". Aquél se niega a creer y parece como que
busca otro motivo que confirme su fe, éste no duda que debe hacerse,
puesto que pregunta cómo se hará. María había leído (
Is 7,14): "He aquí que una virgen concebirá y
dará a luz un hijo" y, por tanto, creyó que iba a suceder. Pero no
había oído antes el cómo había de suceder. No se había revelado -ni
aun al Profeta- cómo aquéllo se había de llevar a cabo. Tan gran
misterio debía ser proclamado, no por la boca de un hombre, sino por
la de un ángel.
San Gregorio Niseno,
Orat. in diem Nat. Christi
Considerad también las palabras de la
purísima Virgen. El ángel le anuncia el parto; pero ella insiste en su
virginidad creyendo que ésta podría mancharse con sólo el aspecto de
un ángel. Por eso dice: "Porque no conozco varón".
San Basilio,
epistola 2, 35
El conocimiento se entiende de muchas
maneras. Se llama conocimiento la sabiduría de nuestro Señor; también
la noticia de su grandeza; el cumplimiento de sus mandatos; los
caminos que conducen a El y la unión nupcial, como aquí se entiende.
San Gregorio Niseno,
Orat. in diem Nat. Christi
Estas palabras de la Virgen son indicio de
aquellas que encerraba en el secreto de su inteligencia. Porque si
hubiese querido desposarse con José a fin de tener cópula, ¿por qué
razón había de admirarse cuando se le hablase de concepción, puesto
que esperaría ser madre un día según la ley de la naturaleza? Mas como
su cuerpo, ofrecido a Dios como una hostia sagrada, debía conservarse
inviolable, dice: "Puesto que no conozco varón". Como diciendo: Aun
cuando tú seas un ángel, sin embargo, como no conozco varón, esto
parece imposible. ¿Cómo, pues, seré madre si no tengo marido? A José
sólo lo conozco como esposo.
Griego
Mas considerad cómo el ángel deshace la
duda a la Virgen y le explica su misión inmaculada y el parto
inefable. Pues sigue: "El Angel le respondió: El Espíritu Santo vendrá
sobre ti,...".
San Juan Crisóstomo,
homiliae, in Gen., 49
Como si dijese: No te fijes en el orden
natural cuando se trata de cosas que traspasan y superan el orden de
la naturaleza. Tú dices: "¿Cómo se hará esto, puesto que no conozco
varón?" Pues por lo mismo que no conoces varón sucederá esto, porque
si hubieras conocido varón, no serías considerada digna de este
misterio. No porque el matrimonio sea malo, sino porque la virginidad
es más perfecta. Convenía, pues, que el Señor de todos participase con
nosotros en el nacimiento y se distinguiese en él. Tuvo de común entre
nosotros el nacer del vientre de una mujer y nos superó naciendo sin
que aquélla se uniese a un hombre.
San Gregorio Niseno,
Orat. in diem Nat. Christi
¡Cuán bienaventurado aquel cuerpo que por
la exuberante pureza de la Virgen María se vinculó a sí mismo el don
del alma! En cada uno de los demás, apenas el alma sincera conseguirá
la presencia del Espíritu Santo; mas ahora la carne resulta ser la
mansión del Divino Espíritu.
San Gregorio Niseno,
Orat. in diem Nat. Christi
El verdadero Legislador fabricó nuevamente
de nuestra tierra las tablas de la naturaleza que la culpa había roto,
creando -sin unión carnal- el cuerpo que toma su divinidad y que
esculpe el dedo divino, a saber, el Espíritu Santo que viene sobre la
Virgen.
San Gregorio Niseno,
lib. De Vita Moysis
Además: "La virtud del Altísimo te hará
sombra". La virtud del Rey altísimo es Cristo, formado en la Virgen
por la venida del Espíritu Santo.
San Gregorio Magno,
Moralia 10,18
Por las palabras: "Te hará sombra", se
significan las dos naturalezas de Dios encarnado. Pues la sombra se
hace con la luz y con el cuerpo. El Señor es la luz por su divinidad.
Y como la luz incorpórea había de tomar cuerpo en las entrañas de la
Virgen, oportunamente se dice que la virtud del Altísimo le haría
sombra, esto es, en ti el cuerpo de la humanidad recibirá la luz
incorpórea de la divinidad. Se dice también esto a María por el dulce
consuelo dado por el cielo.
Beda
No concebirás, pues, en virtud de la obra
de un hombre sino que concebirás por virtud del Espíritu Santo, de
quien serás llena. No se darán en ti los ardores de la concupiscencia,
puesto que el Espíritu Santo te hará sombra.
San Gregorio Niseno,
Orat. in diem Nat. Christi
O dice: "Te hará sombra" porque, así como
la sombra de un cuerpo toma su forma de lo que está delante de ella,
así los signos de la divinidad del Hijo de Dios brillarán con el
milagro de su generación. Así como en nosotros se observa cierta
virtud vivificante en la materia corpórea con la que se forma el
hombre, así en la Virgen, la virtud del Altísimo, por medio del
Espíritu Santo vivificante, tomó de un cuerpo virginal materia de
carne inherente al cuerpo para formar un hombre nuevo. Por lo cual
sigue: "Por eso, lo que nacerá de ti,...".
San Atanasio,
Epistola at Epictetum
Profesamos que el cuerpo tomado de la
materia de la naturaleza humana existe verdaderamente; y que es el
mismo -según la naturaleza- que nuestro cuerpo. María es, pues,
nuestra hermana, puesto que todos descendemos de Adán.
San Basilio,
lib.de Spiritu Sancto, 5
De donde San Pablo dice: Envió Dios a su
Hijo nacido, no por medio de una mujer, sino de mujer (
Gál 4,4). Porque si dijese que por medio de
una mujer, podía entenderse que se refería a un concepto transitorio
de natividad. Pero como dice que nació de mujer, manifiesta la
comunidad de la naturaleza del Engendrado respecto de la Madre.
San Gregorio Magno,
Moralia 18, 34
A diferencia de nuestra santidad, se
asegura singularmente que Jesucristo nacerá Santo. Pues nosotros,
aunque nos hagamos santos, no nacemos tales, sino constreñidos por la
condición de una naturaleza culpable, pudiendo decir con el profeta:
"He aquí que he sido concebido en pecado,..." ( Sal
50). Aquél verdaderamente ha nacido el sólo Santo, que no ha sido
concebido de unión carnal alguna; que no -como neciamente creen los
herejes- es uno en la humanidad y otro en la divinidad de modo que
siendo un simple hombre concebido, luego Dios hubiera asumido su
cuerpo. Sino que, anunciando el ángel y viniendo el Espíritu Santo,
Verbo al punto en el seno, es decir, al instante es Verbo carne dentro
del vientre; de donde sigue: "Será llamado,...".
Teofilacto
Considerad cómo el ángel menciona a la
Virgen toda la Santa Trinidad. Nombra al Espíritu Santo, el Poder,
esto es al Hijo y al Altísimo, ciertamente el Padre.
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36-38 |
"Y he aquí que Isabel, tu pariente,
también ella ha concebido un hijo en su vejez. Este es el sexto mes a
ella, que es llamada la estéril, porque no hay cosa imposible para
Dios". Y dijo María: "He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según
tu palabra". Y se retiró el Angel de ella. (vv. 36-38)
San Juan Crisóstomo,
homiliae in Gen., 49
Como lo que se ha dicho superaba a lo que
la Virgen podía comprender, el ángel habló de cosas humildes, para
persuadirla por medio de cosas sensibles, y por ello le dice: "Y he
aquí que Isabel, tu parienta". Observa la prudencia de Gabriel. No le
recuerda a Sara, ni a Rebeca, ni a Raquel, porque estos ejemplos eran
ya antiguos, sino que cita un hecho reciente para robustecer su
inteligencia. Y por esto hace mención de la edad, cuando dice:
"También ella ha concebido un hijo en su vejez", dando a entender su
incapacidad natural. Prosigue: "Y está en el sexto mes". No anunció
desde el principio el embarazo de Isabel, sino después de
transcurridos seis meses, a fin de que la hinchazón del vientre
sirviese de prueba.
San Gregorio Nacianceno,
carm. de gen. Christi, 18
Pero alguno preguntará: ¿En qué sentido se
refiere Jesucristo a David? María, en efecto, desciende de la sangre
de Aarón, porque el ángel dice que es prima de Isabel. Mas esto
sucedió por disposición divina, para que la estirpe regia se enlazase
con la descendencia sacerdotal, a fin de que Cristo, que es Rey y
Sacerdote a la vez, naciese de las dos, según la carne. Se lee también
en el Exodo ( Ex 6,13), que Aarón, primer
sacerdote según la ley, se casó con Isabel, de la tribu de Judá, hija
de Aminadab. Y admiremos la economía santísima del Espíritu Santo
cuando ordena que la esposa de Zacarías se llame Isabel, recordándonos
aquella otra Isabel que se casó con Aarón.
Beda
Así pues, recibe el ejemplo de la anciana
estéril no porque haya desconfiado de que una virgen pueda dar a luz,
sino para que comprenda que para Dios todo es posible, aun cuando
parezca contrario al orden de la naturaleza. Por esto sigue: "Porque
no hay cosa alguna imposible para Dios".
San Juan Crisóstomo
Pues como El es el Señor de la naturaleza,
puede todo lo que quiere, puesto que hace y dispone todas las cosas
gobernando las riendas de la vida y de la muerte.
San Agustín,
contra Faustum, 26,5
Si alguno dice: si Dios es omnipotente,
que haga que no suceda lo que ya ha sucedido, no se da cuenta que lo
que está diciendo es: que haga que aquellas cosas que son verdaderas,
sean verdaderas y falsas a la vez. El puede hacer que no exista algo
que antes existía, como cuando alguno que empieza a existir cuando
nace, deja de existir muriendo. Pero ¿quién dirá: que haga que no sea
aquello que ya no existe? Pues, todo lo que ha pasado, ya no existe.
Si puede hacerse algo de ello, aún hay materia de la cual puede
hacerse. Y si hay materia, ¿cómo puede decirse que ya ha pasado? Así,
aquello que dijimos que ha sido, en realidad no es. Pero es verdad
aquello que ha sido, porque lo verdadero no está en la cosa que ya no
es, sino en nuestra sentencia sobre ella. Dios no puede hacer que esta
sentencia sea falsa. No llamamos a Dios omnipotente en este sentido,
según el cual creamos que El también puede morir. Aquél se llama con
toda propiedad el sólo Omnipotente que verdaderamente existe y de
quien únicamente procede todo lo que es.
San Ambrosio
Ved la humildad de la Virgen, ved su
devoción. Prosigue, pues: "Y dijo María: He aquí la sierva del Señor".
Se llama sierva la que es elegida como Madre, y no se enorgullece con
una promesa tan inesperada. Porque la que había de dar a luz
al manso y al humilde,
debió ella misma manifestarse humilde. Llamándose también a sí misma
sierva, no se apropió la prerrogativa de una gracia tan especial,
porque hacía lo que se le mandaba. Por ello sigue: "Hágase en mí según
tu palabra". Tienes el obsequio, ves el voto. "He aquí la sierva del
Señor", es su disposición a cumplir con su oficio. "Hágase en mí según
tu palabra", es el deseo que concibe.
Eusebio
Cada uno celebrará a su manera las
palabras de la Virgen. El uno admirará su constancia, el otro la
prontitud de su obediencia; éste que no se dejó seducir por las
promesas de un arcángel, espléndidas y sublimes; el otro que no ha
excedido la medida en su resistencia, sino que ha evitado igualmente
la ligereza de Eva y la obstinación de Zacarías. Yo no admiro menos lo
profundo de su humildad.
San Gregorio,
Moralia 18, 34
Por un misterio profundo, a causa de su
concepción santa y su parto inefable, la misma Virgen fue Sierva del
Señor y Madre, según la verdad de las dos naturalezas.
Beda
Recibido el consentimiento de la Virgen,
el ángel regresó inmediatamente al cielo, de donde prosigue: "Y el
ángel se separó de ella".
Eusebio
No sólo pidiendo lo que deseaba, sino
admirándose estupefacto de la forma virginal y de la plenitud de la
virtud.
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39-45 |
Y en aquellos días, levantándose María,
fue con prisa a la montaña, a una ciudad de Judá, y entró en casa de
Zacarías, y saludó a Isabel. Y aconteció que cuando Isabel oyó la
salutación de María, la criatura dio saltos en el vientre. Y fue llena
Isabel del Espíritu Santo. Y exclamó en alta voz y dijo: "Bendita tú
entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre. ¿Y de dónde esto a
mí, que la Madre de mi Señor venga a mí? Porque he aquí luego que
llegó la voz de la salutación a mis oídos, la criatura dio saltos de
gozo en mi vientre. Y bienaventurada la que creíste, porque cumplido
será lo que fue dicho de parte del Señor". (vv. 39-45)
San Ambrosio
Habiendo el ángel anunciado cosas ocultas
para confirmar la fe con su ejemplo, anunció a la Virgen la concepción
de una mujer estéril. Cuando María oyó esto, no como incrédula del
oráculo, ni como incierta del mensajero, ni como dudando del ejemplo,
sino como alegre del voto, religiosa por su oficio y transportada de
gozo, se dirigió hacia las montañas. De donde sigue: "Levantándose
María en aquellos días, se fue a las montañas". Llena ya de Dios
¿dónde había de ir con presteza sino hacia las alturas?
Orígenes
Jesús, que estaba en su seno, se
apresuraba para santificar a Juan, encerrado aún en el vientre de su
madre. Por lo que sigue: "Con premura", etc.
San Ambrosio
La gracia del Espíritu Santo no conoce
dilaciones. Aprended, oh vírgenes, a no deteneros en las plazas, a no
mezclaros en público en conversaciones.
Teofilacto
Por esto se fue a las montañas, porque
Zacarías habitaba en las montañas. De donde sigue: "En una ciudad de
Judá, y entró en casa de Zacarías".
San Ambrosio
Aprended, santas mujeres, los cuidados que
debéis prestar a vuestras parientas embarazadas. María, pues, que
antes estaba sola en el mayor recogimiento, no fue detenida lejos del
público por su pudor. La aspereza de las montañas no arredró su celo,
ni lo largo del camino retardó sus servicios. Aprended también,
vírgenes, de la humildad de María. Viene la cercana a la próxima, la
más joven a la más anciana. Y no sólo viene, sino que también saludó
la primera, por lo que sigue: "Y saludó a Isabel". Conviene, pues, que
cuanto más casta sea una virgen, más humilde sea y deferente para los
superiores en edad. Debe ser maestra en humildad la que profesa la
castidad. Hay también una causa de piedad, porque el superior viene al
inferior para asistirlo. María viene a Isabel, Cristo a Juan.
San Juan Crisóstomo,
homiliae in Mathaeum, 4
O de otro modo, la Virgen ocultaba en el
fondo de su corazón lo que se le había dicho y no lo descubrió a
nadie, porque no creía que prestasen asentimiento a relatos
admirables. Antes al contrario, creía que si hablaba recibiría
ultrajes como si ocultase un crimen propio.
Griego
Por esto va a refugiarse -o mejor dicho
recurre- sólo a Isabel. Así estaba acostumbrada, tanto por el
parentesco y por conformidad de sus costumbres.
San Ambrosio
Pronto se declaran los beneficios de la
venida de María y la presencia del Señor, pues sigue: "Y cuando Isabel
oyó la salutación de María, la criatura dio saltos". Advierte en esto
la diferencia y la conformidad de una y otras palabras. Isabel oyó la
voz primero y San Juan recibió primero la gracia. Ella oyó según el
orden de la naturaleza y éste saltó de gozo por razón del misterio.
Aquélla sintió la venida de María, éste la venida del Señor.
Griego
El profeta ve y oye mejor que su madre y
saluda al Príncipe de los profetas. Mas no pudiendo con palabras, lo
saluda en el vientre -lo cual constituye la cúspide de la alegría-.
¿Quién ha tenido noticias alguna vez de que alguien haya saltado de
gozo antes de nacer? La gracia insinuó cosas que eran desconocidas a
la naturaleza. El soldado, encerrado en el vientre, conoció al Señor y
al Rey que había de nacer, sin que el velo del vientre obstaculizase
la mística visión. Por tanto, vio, no con los ojos de la carne sino
con los del espíritu.
Orígenes
No había sido lleno del Espíritu Santo
hasta que la que llevaba a Jesucristo en su vientre se presentó
delante de él. Entonces fue cuando -lleno del Espíritu Santo- saltaba
de gozo dentro de su madre. Y prosigue: "Y fue llena Isabel del
Espíritu Santo". No hay que dudar, pues, que la que entonces fue llena
del Espíritu Santo, lo fue por su hijo.
San Ambrosio
Aquella que se había ocultado, porque
había concebido un hijo, empezó a manifestarse porque llevaba en su
vientre un profeta. Y la que antes se avergonzaba, ahora bendice. Por
tanto, prosigue: "Y exclamó en alta voz, y dijo: Bendita tú entre las
mujeres". Exclamó en alta voz cuando advirtió la venida del Salvador,
porque creyó que su parto debía ser misterioso.
Orígenes
Dice, pues: "Bendita tú entre las
mujeres". Ninguna fue jamás tan colmada de gracia, ni podía serlo,
porque sólo ella es Madre de un fruto divino.
Beda
Fue bendecida por Isabel del mismo modo
que lo había sido por el arcángel, para que se mostrase digna de la
veneración a los ángeles y a los hombres.
Teofilacto
Pero como había habido otras mujeres
santas que habían engendrado hijos manchados por el pecado, añade: "Y
bendito el fruto de tu vientre". O de otro modo, había dicho: "Bendita
tú entre las mujeres". Y como si alguien le preguntase el porqué,
añadió la causa: "Y bendito el fruto de tu vientre,...". Así como se
dice en el Salmo 117 ( Sal 117,26-27):
"Bendito el Señor Dios, que viene en nombre del Señor, y nos iluminó".
Acostumbraba la Sagrada Escritura tomar la palabra y
en el sentido y lugar de la palabra porque.
Orígenes
Llamó al Señor fruto del vientre de la
Madre de Dios porque no procedió de varón, sino sólo de María, pues
los que tomaron la sustancia de sus padres, fruto son de ellos.
Griego
Sólo este fruto es bendito, porque se
produce sin varón y sin pecado.
Beda
Este es el fruto que se prometió a David:
"Pondré sobre tu trono un fruto de tu vientre" ( Sal
131,11).
Severo de Antioquía
De este pasaje -en el cual se afirma que
Cristo es fruto del vientre- surge una refutación de Eutiques. En
efecto, todo fruto es de la misma naturaleza que la planta de donde
procede. De donde se deduce que la Virgen es de la misma naturaleza
que el segundo Adán, que quita los pecados del mundo. Y aun aquellos
que dicen que es fantástica apariencia la carne de Cristo, quedan
confundidos con el verdadero parto de la Madre de Dios; porque el
mismo fruto nace de la misma sustancia del árbol. ¿Dónde están también
aquellos que dicen que Jesucristo ha pasado por la Virgen como por un
acueducto? Noten en las palabras de Isabel, a quien llenó el Espíritu
Santo, que Jesucristo fue fruto del vientre.
Prosigue: "¿Y de dónde esto a mí, que la
Madre de mi Señor venga a mí?"
San Ambrosio
No dice esto como ignorando pues sabe que
por gracia y operación del Espíritu Santo, la Madre del Señor saluda a
la madre del profeta para provecho de su hijo. Y para que conste que
esto no sucede en virtud de mérito humano, sino del don de la gracia
divina, dice así: "¿De dónde esto a mí?", esto es: ¿Con qué jactancia,
en virtud de qué acciones, por cuáles méritos?
Orígenes
Diciendo esto está conforme con su hijo;
porque también San Juan se considera indigno de la venida de
Jesucristo a él. Llama Madre del Señor a la que todavía es Virgen,
vaticinando así la realización de lo que se le había anunciado. La
provisión de Dios -o sea su providencia- había llevado a María a casa
de Isabel para que el testimonio de San Juan llegase desde el vientre
al Señor. Y desde aquel momento el Señor constituyó a San Juan en
profeta suyo. Por lo cual sigue: "Porque he aquí, luego que llegó la
voz de tu salutación a mis oídos".
San Agustín,
epistola, 57
Para decir esto, como antes declara el
evangelista, fue llena del Espíritu Santo, el cual sin duda se lo
reveló, y por ello conoció lo que significaba aquel salto del niño;
esto es, que había venido la Madre de Aquel de quien él era precursor
y el futuro manifestador. La significación de un asunto de tanta
importancia pudo ser conocido por personas mayores, no por un niño.
Pues no dijo: "Saltó de fe el niño en mi vientre", sino "Saltó de
gozo". Pues vemos que el salto no sólo es propio de los niños, sino
también de los corderos, cuyos saltos no proceden de alguna fe, ni de
la religión, ni de ningún otro conocimiento racional. Pero este saltar
es nuevo e inusitado, porque tiene lugar en el vientre, y a la venida
de Aquella que había de dar a luz al Salvador de todos. Por tanto,
este saltar y -por decirlo así- este saludo dado a la Madre del Señor
-como suelen hacerse los milagros-, se hizo divinamente en el niño y
no naturalmente por el niño. Aun cuando el uso de la razón y de la
voluntad hubiera sido tan precoz en el niño, que desde el seno de su
madre hubiese podido conocer, creer y sentir, también esto debe
considerarse como obra del divino poder y uno de sus milagros, pero
nunca como obra de la naturaleza humana.
Orígenes
Había venido la Madre del Señor a visitar
a Santa Isabel para ver la concepción milagrosa que el ángel le había
anunciado, para que de ello se siguiese la credulidad respecto del
fruto más excelente que habría de nacer de la Virgen. Y refiriéndose a
esta fe, habla Santa Isabel, diciendo: "Y bienaventurada la que
creíste, porque cumplido será lo que te fue dicho de parte del Señor".
San Ambrosio
Ved que María no dudó sino que creyó, por
lo cual consiguió el fruto de la fe.
Beda
Y no debe llamar la atención que el Señor
-que había de redimir al mundo- empezase su obra por su propia Madre,
a fin de que aquella, por la que se preparaba la salvación a todos,
recibiese en prenda -la primera- el fruto de salvación.
San Ambrosio
Pero también vosotros sois
bienaventurados, porque habéis oído y creído. Cualquier alma que cree,
concibe y engendra al Verbo de Dios y conoce sus obras.
Beda
Todo el que concibe al Verbo de Dios en su
inteligencia, sube al punto por la senda del amor a la más alta cumbre
de las virtudes, puesto que puede penetrar en la ciudad de Judá -esto
es, en el alcázar de la confesión y de la alabanza- y hasta permanecer
en la perfección de la fe, de la esperanza y de la caridad "como tres
meses" en ella.
San Gregorio Magno,
super. Ezech., 1,8
Fue ilustrada por el espíritu de profecía
acerca de lo pasado, lo presente y lo futuro, que conoció que aquélla
había creído en las promesas del ángel. Y llamándola Madre, comprendió
que llevaba en su vientre al Redentor del género humano. Y prediciendo
las cosas que habían de suceder, vio también lo que se seguiría en lo
futuro.
|
46 |
Y dijo María: "Mi alma engrandece al
Señor". (v. 46)
San Ambrosio
Así como el pecado empezó por las mujeres,
así también las cosas buenas deben empezarse por las mujeres; así, no
parece ocioso que Isabel vaticine antes que Juan, y María antes del
nacimiento del Señor. Además, siendo María más excelsa, su profecía es
más plena.
San Basilio,
in Psalmo, 33
La Santísima Virgen, considerando la
inmensidad del misterio, con intención sublime, y con un fin muy alto
y como avanzando en sus profundidades, engrandece al Señor. Por esto
prosigue: "Y dijo María: Mi alma engrandece al Señor".
Griego
Como si dijese: Las maravillas que Dios
pronunció, las cumplirá en mi cuerpo; pero mi alma no será infructuosa
delante de Dios. Yo debo aportar el fruto de mi voluntad, porque
cuanto mayor es el milagro con que soy honrada, tanto mayor es la
obligación que tengo de honrar a Aquel que en mí obra cosas tan
admirables.
Orígenes
Si Dios no puede recibir ni aumento ni
detrimento ¿cómo es que dice María: "Mi alma engrandece al Señor"? Mas
si considero que el Señor Salvador es imagen del Dios invisible, y que
el alma fue hecha a su imagen, para que sea imagen de la imagen,
entonces será como a imitación de aquellos que suelen pintar imágenes;
cuando engrandeciere mi alma con el pensamiento, palabras y obras, la
imagen de Dios se hace grande y el mismo Señor -cuya imagen está en mi
alma- se engrandece.
|
47 |
"Y mi espíritu se regocijó en Dios mi
Salvador". (v. 47)
San Basilio,
in Psalmo. 33
Los primeros frutos del Espíritu Santo son
la paz y la alegría. Y como la Santísima Virgen había reunido en sí
toda la gracia del Espíritu Santo, con razón añade: "Y mi espíritu se
regocijó". En el mismo sentido dice alma y espíritu. La palabra
exaltación -de tanto uso en las Sagradas Escrituras- insinúa cierto
hábito o estado del alma -alegre y feliz- en aquellos que son dignos
de él. Por eso la Virgen se regocija en el Señor con inefable latir
del corazón y transporte de gozo en la agitación de un afecto honesto.
Sigue: "En Dios mi Salvador".
Beda
Porque el espíritu de la Virgen se alegra
de la divinidad eterna del mismo Jesús -esto es, del Salvador-, cuya
carne es engendrada por una concepción temporal.
San Ambrosio
El alma de María en verdad que engrandece
al Señor, y su espíritu se regocija en Dios; porque consagrada en
alma, espíritu y cuerpo al Padre y al Hijo, venera con piadoso afecto
a un solo Dios, de quien son todas las cosas. Que el alma de María
esté en todas las cosas para engrandecer al Señor; que el espíritu de
María esté en todas las cosas para regocijarse en el Señor. Si según
la carne una sola es la Madre de Cristo, según la fe el fruto de todos
es Cristo. Porque toda alma concibe el Verbo de Dios, si, inmaculada y
exenta de vicios, guarda su castidad con pudor inviolable.
Teofilacto
Engrandece al Señor aquel que sigue
dignamente a Jesucristo, y mientras se llama cristiano, no ofende la
dignidad de Cristo, sino que practica obras grandes y celestiales;
entonces, se regocijará el espíritu -esto es, el crisma espiritual-, o
lo que es lo mismo, adelantará y no será mortificado.
San Basilio,
in Psalmo, 33
Si cuando la luz penetrare en tu corazón
percibieres -por aquella oscura y breve imagen- la constancia de los
justos en amar a Dios y en despreciar las cosas corporales, sin
dificultad alguna conseguirías gozo en el Señor.
Orígenes
Primero el alma engrandece al Señor, para
después alegrarse en Dios. Pues si antes no creemos, no podemos
alegrarnos.
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48 |
"Porque miró la bajeza de su esclava: he
aquí que por esto me dirán bienaventurada todas las generaciones". (v.
48)
Griego
Manifiesta la causa por la que conviene
engrandecer al Señor y alegrarse en El diciendo: "Porque miró la
bajeza de su sierva". Como si dijese: El Señor lo hizo así, yo no lo
esperaba; estaba contenta con los humildes, ahora soy elegida para un
consejo inefable y exaltada de la tierra al cielo.
Pseudo-Agustín,
serm. de Assumpt., 208
¡Oh verdadera humildad, que parió a los
hombres un Dios, dio a los mortales la vida, renovó los cielos,
purificó el mundo, abrió el paraíso y libró a las almas de los
hombres! La humildad de María se convirtió en escala para subir al
cielo, por la cual Dios baja hasta la tierra. ¿Qué quiere decir
"miró", sino "aprobó"? Muchos parecen humildes a los ojos de los
hombres; pero la humildad de ellos no la mira el Señor, porque si
fuesen verdaderamente humildes, querrían que Dios fuese alabado por
los hombres, y no que los hombres los alabasen. Y su espíritu se
alegraría, no en este mundo, sino en Dios.
Orígenes
¿Mas qué tenía de humilde y de
despreciable la que llevaba en su vientre al mismo Hijo de Dios? Pero
considera que la humildad en las Sagradas Escrituras es una de las
virtudes que los filósofos llaman atufia,
atyfia, o metriotiV, metriotis, y
nosotros, por perífrasis, podemos llamarla: no ser vanidoso, sino
rebajarse a sí mismo.
Beda
Aquélla cuya humildad se ve, se llama por
todos con propiedad bienaventurada; por ello prosigue: "He aquí que
desde ahora me dirán bienaventurada", etc.
San Atanasio
Si según el Profeta Isaías son
bienaventurados todos los que proceden de Sión y viven cerca de
Jerusalén como domésticos, ¿cuánta debe ser la alabanza de la excelsa
y sacrosanta Virgen María, que fue elegida para ser Madre del Verbo,
según la carne?
Griego
No se llama a sí misma bienaventurada por
la vanagloria. Porque ¿dónde podría estar el orgullo en aquella que se
llama sierva del Señor? Pero vaticina lo que ha de suceder, inspirada
por el Espíritu Santo.
Beda
Convenía, pues, que, así como había
entrado la muerte en el mundo por la soberbia del primer padre, se
manifestase la entrada de la vida por la humildad de María.
Teofilacto
Y por ello dice: "Todas las generaciones".
No sólo Israel, sino también todas las naciones de los creyentes.
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49 |
"Porque me ha hecho grandes cosas, el que
es poderoso y santo el nombre de El". (v. 49)
Teofilacto
Manifiesta la Virgen que no será
proclamada bienaventurada por su virtud, sino que explica la causa
diciendo: "Porque hizo conmigo cosas grandes el que es poderoso".
Pseudo-Agustín,
serm. de Assumpt., 208
¿Qué cosas grandes hizo en ti? Creo: que
siendo criatura dieras a luz al Creador y que siendo sierva
engendraras al Señor, para que Dios redimiese al mundo por ti, y por
ti también le volviese la vida.
Tito Bostrense
¿Y cómo soy grande sino porque conciba,
permaneciendo virgen, superando por disposición de Dios a la
naturaleza? Soy considerada digna de ser Madre sin obra de varón y no
una madre cualquiera, sino del Unigénito Salvador.
Beda
Esto se refiere al principio del cántico,
en donde dice: "Mi alma engrandece al Señor". Sólo aquella alma, en
quien Dios se ha dignado hacer cosas grandes, es la que puede
engrandecerle con dignas alabanzas.
Tito Bostrense
Dice, pues: "El que es poderoso", para que
si alguno duda de la verdad de la encarnación, permaneciendo virgen
después de haber concebido, refiera este milagro al gran poder de
Aquel que lo ha hecho. Ni se ha manchado porque el Unigénito haya
nacido de ella, porque es santo el nombre de El.
San Basilio,
in Psalmo, 33
El nombre de Dios se llama
santo, no porque en esas sílabas se encierre
cierta virtud significativa, sino porque toda mención de Dios es santa
y pura.
Beda
Lo extraordinario de su poder aventaja a
toda criatura en el grado más alto, y lo distingue mucho de todas las
cosas que ha hecho; lo cual se entiende mejor en el texto griego, en
el que se pone la palabra agion, que
significa como fuera de la tierra.
|
50 |
"Y su misericordia de generación en
generación para los que le temen". (v. 50)
Beda
Volviéndose desde los dones especiales que
ha recibido del Señor hacia las gracias generales, explica la
situación de todo el género humano añadiendo: "Y su misericordia de
generación en generación a los que le temen". Como diciendo: No sólo
me ha dispensado gracias especiales el que es poderoso, sino a todos
los que temen a Dios y son aceptos en su presencia.
Orígenes
La misericordia de Dios no se limita a una
sola generación, sino que eternamente se extiende de generación en
generación.
Griego
Yo concibo por la misericordia que El
tiene para todas las generaciones, y El se une a un cuerpo animado,
obrando nuestra salvación, movido por sola su piedad. Se compadece no
indistintamente, sino de aquellos a quienes somete su temor en cada
nación. Y por esto dice: "A los que le temen", esto es, a los que,
llevados por la penitencia, se convierten a la fe y se dedican a la
mortificación. Porque los que siguen obstinados cierran la puerta de
su compasión por la malicia de su incredulidad.
Teofilacto
O indicó con esto que los que temen
conseguirán misericordia en esta generación -esto es, en la presente-
y en la otra -esto es, en la vida eterna- recibiendo en esta vida el
ciento por uno ( Mt 19), pero en la otra,
beneficios mucho mayores.
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51 |
"Hizo valentía con su brazo, dispersó a
los soberbios en la mente de su corazón". (v. 51)
Beda
Describiendo el estado del género humano,
demuestra qué es lo que merecen los soberbios y qué los humildes,
diciendo "Hizo valentía con su brazo". Esto es, en el mismo Hijo de
Dios. Así como tu brazo es con lo que obras, así el brazo de Dios se
llama su Verbo, por el que ha fabricado el mundo.
Orígenes
Hizo valentía con su brazo para los que le
temen; porque aunque te acerques débil a Dios, si le temes,
conseguirás el valor ofrecido.
Teofilacto
También en su brazo -esto es, en su Hijo
encarnado- hizo valentía, porque la naturaleza humana fue vencida por
el parto de la Virgen y el Dios humanado.
Griego
O también: hizo,
en vez de hará valentía, no como en otro
tiempo, por medio de Moisés contra los egipcios, ni por el ángel -a
saber, cuando venció a una multitud de asirios rebeldes-, ni por algun
otro intermediario, sino que triunfó por su propia fuerza, venciendo a
los enemigos inteligibles. Por lo que sigue: "Dispersó", a saber, a
todo espíritu orgulloso que no obedece a su venida, sino que descubre
y muestra sus soberbios pensamientos.
San Cirilo de Jerusalén
Estas cosas deben entenderse más
propiamente de la cohorte enemiga de los demonios. A estos, pues, que
oprimían la tierra, los disipó el Señor cuando vino y restituyó a su
obediencia a los que tenían cautivos.
Teofilacto
También puede esto entenderse de los
judíos, a quienes dispersó por todas las naciones, como ahora están
dispersos.
|
52 |
"Destronó a los poderosos, y ensalzó a los
humildes". (v. 52)
Beda
Lo que dijo: "Hizo valentía con su brazo"
y lo que había dicho antes: "Y su misericordia de generación en
generación", debe unirse a estos versículos; porque, en efecto, en
toda la sucesión de las generaciones, los soberbios no cesan de
perecer y los humildes de ser ensalzados, por justa y piadosa
disposición del poder divino. Por eso se dice: "Destronó a los
poderosos, y ensalzó a los humildes".
San Cirilo de Jerusalén
Cosas grandes sabían los demonios y el
diablo las sabía de los gentiles, los fariseos y escribas; sin
embargo, Dios los depuso y elevó a los que se humillaban bajo la mano
poderosa de Dios ( 1Pe 5), dándoles la virtud
de hollar con los pies las serpientes, los escorpiones y todo el poder
del enemigo ( Lc 10). Los judíos eran también
soberbios por su poder, pero su incredulidad los postró; y de entre
los gentiles subieron muchos, oscuros y humildes, por medio de la fe,
a la cumbre de la perfección.
Griego
Se conoce que nuestra inteligencia es
trono de la Divinidad. Pero las potestades infernales, después de la
trasgresión, se asentaron en la conciencia de nuestro primer padre,
como en su propia sede. Por esto vino el Señor, arrojó a los espíritus
malignos de los tronos de las voluntades y ensalzó a los que vivían
humillados por los demonios, limpiando sus conciencias y convirtiendo
sus almas en su propio trono.
|
53 |
"Llenó de bienes a los hambrientos, y a
los ricos dejó vacíos". (v. 53)
Glosa
Como parece que la prosperidad humana
consiste principalmente en los honores de los poderosos y en la
abundancia de las riquezas, después de la caída de los poderosos y la
exaltación de los humildes, hace mención del anonadamiento de los
ricos y la abundancia de los pobres.
San Basilio,
in Psalmo, 33
Ciertamente que el presente pasaje nos
aparta aun de las cosas sensibles, enseñándonos la incertidumbre de
los bienes mundanos, pues son caducos, como ola que aquí y allá se
difunde por el ímpetu de los vientos. Tomado intelectualmente, el
género humano tenía hambre, a excepción de los judíos, a quienes había
enriquecido la tradición de la ley y las enseñanzas de los profetas;
mas como no se adhirieron humildemente al Verbo humanado, fueron
dejados vacíos, no llevando nada, ni fe, ni ciencia. Fueron privados
de la esperanza de los bienes y de la terrena Jerusalén y excluidos de
la vida futura. Pero aquéllos de entre los gentiles que tenían hambre
y sed, habiéndose adherido al Señor, fueron colmados de bienes
espirituales.
Glosa
Los que desean las cosas eternas con todo
interés y como hambrientos, serán saciados cuando Jesucristo aparezca
en su gloria. Pero los que se gozan en las cosas de la tierra al final
serán abandonados, vacíos de toda felicidad.
|
54-55 |
"Recibió a Israel, su siervo, acordándose
de su misericordia. Así como habló a nuestros padres, a Abraham y a su
descendencia por los siglos". (v. 54-55)
Glosa
Después que hace mención de la piedad y de
la justicia divina, vuelve a ocuparse de la gracia especial que
dispensa por medio de la nueva encarnación, diciendo: "Recibió a
Israel su siervo", como médico que visita al enfermo. Así, Dios se
hizo visible entre los hombres, para hacer que Israel -esto es, el que
ve a Dios- fuese su siervo.
Beda
Esto es, al obediente y al humilde; porque
el que no quiere humillarse, no puede salvarse.
San Basilio
Dice, pues, Israel, no la material a quien
ennoblecía su nombre, sino la espiritual que retenía el nombre de la
fe, teniendo sus ojos dirigidos hacia Dios para verlo por medio de la
fe. También puede adaptarse a la Israel material, puesto que de ella
creyeron muchos. Hizo esto "acordándose de su misericordia", porque
cumplió lo que había ofrecido a Abraham, diciendo: "Porque serán
bendecidas en tu descendencia todas las naciones de la tierra" (
Gén 22,18). La Madre de Dios, recordando esta
promesa decía: "Así como habló a nuestros padre Abraham". Porque se
dijo a Abraham: "Estableceré mi pacto entre nosotros, y entre tu
descendencia que habrá de venir después que tú, por medio de un pacto
sempiterno que alcanzará a todas sus generaciones, a fin de que yo sea
tu Dios y el de tu descendencia después de ti" ( Gén
17,7).
Beda
Llama descendencia, no tanto a los
engendrados por la carne, como a los que han de seguir las huellas de
su fe, y a quienes se ha prometido la venida del Salvador en los
siglos.
Glosa
Como esta promesa de herencia no se cierra
por límite, no faltarán creyentes hasta el fin del mundo y la gloria
de la bienaventuranza será perenne.
|
56 |
Y María se detuvo con ella como tres
meses, y se volvió a su casa. (v. 56)
San Ambrosio
Permaneció María en casa de Isabel hasta
que se cumplió el tiempo en que ésta debía dar a luz. Por lo cual se
dice: "Y María se detuvo".
Teofilacto
En el sexto mes de la concepción del
precursor se presentó el Angel a María, quien permaneció tres meses
con Isabel. Y así se cumplieron los nueve meses.
San Ambrosio
La causa por la que permaneció tanto
tiempo no fue la sola familiaridad, sino también para el bien de tan
gran profeta. Porque si a su primera entrada fue tan grande el don
comunicado, que el niño saltó dentro del vientre a la salutación de
María y la madre se llenó del Espíritu Santo, ¿cuánto más podemos
creer que añadiría en el espacio de tanto tiempo la presencia de la
Santísima Virgen María? Bien se deduce de aquí que prestó sus
servicios y guardó un número místico
1.
Beda
Es necesario que el alma casta, que
concibe el deseo del Verbo espiritual, soporte la intensa carga del
ejercicio celestial; y permaneciendo allí como tres meses, no deje de
perseverar mientras la ilumine la luz de la fe, la esperanza y la
caridad.
Teofilacto
Pero cuando Santa Isabel iba a alumbrar,
la Virgen se retiró. Por lo cual se añade: "Y se volvió a su casa"; a
saber, por la muchedumbre que debía reunirse para el parto, pues no
era conveniente que la Virgen estuviese presente en tales
circunstancias.
Griego
Es, pues, costumbre de las vírgenes el
retirarse cuando una mujer alumbra. Desde que llegó a su casa no salió
para otra parte; sino que allí permaneció en adelante, hasta que
conoció que llegaba la hora del parto; y allí el ángel del Señor
disipó la duda de José.
Notas
1. Es
decir, el número tres.
|
57-58 |
Mas a Isabel se le cumplió el tiempo de
parir, y parió un hijo. Y oyeron sus vecinos y parientes que el Señor
engrandeció su misericordia con ella, y se congratulaban. (vv. 57-58)
San Ambrosio
Si observas con diligencia, notarás que la
palabra plenitud nunca se emplea sino en la
generación de los justos. Por eso se dice aquí: "El tiempo de Isabel
se ha cumplido". La vida del justo tiene, pues, la plenitud. Mas los
días de los impíos son vanos.
San Juan Crisóstomo
El Señor quiso retardar el parto de Isabel
para que aumentase la alegría y aquella mujer se hiciese más célebre.
Por lo cual sigue: "Y oyeron sus vecinos". Los que habían conocido su
esterilidad fueron testigos de la gracia divina. Ninguno se marchaba
en silencio después de haber visto al infante, sino que alababan a
Dios porque lo había concedido de un modo inesperado.
San Ambrosio
El nacimiento de los santos produce la
alegría de muchos, porque es un bien general. La justicia es una
virtud común; por esto, en el nacimiento de un justo procede algún
signo de lo que será su vida y se designa la gracia de la virtud que
ha de seguir (figurada en la alegría de los vecinos).
|
59-64 |
Y aconteció que al octavo día vinieron a
circuncidar al niño, y le llamaban con el nombre de su padre,
Zacarías. Y respondiendo su madre dijo: "De ningún modo, sino Juan
será llamado". Y le dijeron: "Nadie hay en tu linaje que se llame con
este nombre". Y preguntaban por señas al padre del niño cómo quería
que se le llamase. Y pidiendo una tableta, escribió diciendo: "Juan es
su nombre". Y se maravillaron todos. Y luego fue abierta su boca y su
lengua, y hablaba bendiciendo a Dios. (vv. 59-64)
San Juan Crisóstomo,
homiliae in Gen., 39
La ley de la circuncisión se dictó
primeramente a Abraham, en señal de distinción, para que la
descendencia del patriarca se conservase limpia y así pudiese obtener
los beneficios prometidos. Pero cuando se consuma lo convenido en un
pacto, se quita la señal que se había puesto. Así pues, por
Jesucristo, cesando la circuncisión, sucedió el bautismo; mas antes
convenía circuncidar a Juan. Por esto se dice: "Y aconteció que al
octavo día vinieron". Había dicho el Señor ( Gén
17,12): El niño de ocho días será circuncidado entre vosotros. Me
parece que esta medida de tiempo fue establecida por la divina
clemencia por dos razones. Primeramente para que en edad tan tierna se
sufra mejor el dolor del corte de la carne; en segundo lugar para que
aprendamos de estas operaciones que esto se hacía para señal, pues un
tierno niño no puede discernir lo que se hace con él. Después de la
circuncisión se imponía un nombre. De donde prosigue: "Y
llamaban,...". Esto se hacía así porque primero se debe tomar el signo
de Dios y después el nombre humano. O porque ninguno, si primeramente
no renuncia a las cosas de la carne -que es lo que significa la
circuncisión-, es digno de que se inscriba su nombre en el libro de la
vida.
San Ambrosio
El Santo Evangelista hizo bien al prenotar
que muchos creyeron que el niño debía llamarse Zacarías, como su
padre; a fin de que se observe que no desagradó a la madre el nombre
de alguno de la familia, sino que el Espíritu Santo le inspiró aquél
que el Angel había anunciado ya a Zacarías. Y ciertamente que él no
pudo declarar a su mujer el nombre del hijo, sino que Isabel aprendió
por inspiración lo que no había aprendido del marido. De donde sigue:
"Y respondiendo", etc. No os admiréis de que esta mujer cite un nombre
que no ha oído, puesto que el Espíritu Santo, que había mandado al
Angel, se lo reveló a ella. Ni podía ignorar al precursor el que había
vaticinado a Cristo. Y por esto sigue: "Y le dijeron", etc., para que
se entienda que éste no es un nombre de familia, sino de profeta.
También se pregunta a Zacarías por señas. Y prosigue: "Y preguntaban
por señas al padre del niño", etc. Pero como la incredulidad le había
quitado el oído y el habla, lo que no podía decir con la voz lo dijo
con las manos y con las letras. Prosigue: "Y pidiendo una tableta,
escribió, diciendo: Juan es su nombre", etc. Esto es, no somos
nosotros quienes le ponemos el nombre, sino que ya lo ha recibido de
Dios.
Orígenes
Zacarías significa el
que se acuerda de Dios
1, Juan
significa el que manifiesta a Dios
2.
Además, la memoria se refiere a lo que está ausente y la demostración
se refiere a lo que está presente. Por tanto Juan debía expresar, no
la memoria de Dios como ausente, sino que debía señalarlo con el dedo
como presente, diciendo ( Jn 1,29): "He aquí
el Cordero de Dios".
San Juan Crisóstomo
Este nombre de Juan significa también
gracia de Dios. Y como Isabel había concebido ese hijo por la acción
de la gracia de Dios, no por la de la naturaleza, inscribieron en el
nombre del niño el recuerdo de ese beneficio.
Teofilacto
Y porque el padre, mudo, concordó con su
mujer acerca de este nombre del niño, sigue: "Y se maravillaron
todos", etc. Ninguno había entre todos sus parientes que llevase este
nombre, para que alguno pudiese decir que antes lo habrían pensado los
dos.
San Gregorio Nacianceno,
oratio 12
Una vez que hubo nacido San Juan, rompió
el silencio de Zacarías. Y por ello sigue: "Al punto se abrió su
boca". Era, pues, absurdo que cuando la voz del Verbo se dejase oír,
el padre continuase mudo.
San Ambrosio
Con razón se desató en seguida su lengua,
porque aquella a quien había atado la incredulidad, debía ser soltada
por la fe. Creamos también nosotros, para que nuestra lengua -que está
ligada con los vínculos de la incredulidad- se desate por la voz de la
razón. Escribamos en el espíritu los misterios, si queremos hablar;
escribamos al Precursor de Cristo, pero no en tablas de piedra, sino
en las tablas de carne del corazón. Pues el que nombra a Juan,
vaticina a Jesucristo. Sigue, pues: "Y hablaba bendiciendo a Dios".
Beda
En sentido alegórico, la celebrada
natividad de Juan es la gracia incoada del Nuevo Testamento, a la cual
los vecinos y parientes querían más bien imponer el nombre de su padre
que el de Juan. Porque los judíos, que estaban como unidos a él por
afinidad con la observancia de la ley, querían más seguir la justicia
que procedía de la ley que recibir la gracia de la fe. Pero la madre
con palabras y el padre con letras procuran pronunciar el vocablo Juan
-esto es, gracia de Dios-. Porque la misma ley, los salmos y los
profetas, predican la gracia de Jesucristo con clarísimos oráculos.
Aquel sacerdocio antiguo, con las sombras figurativas de ceremonias y
sacrificios, le da también testimonio. Con razón Zacarías habla en el
octavo día después de nacido su hijo; porque por medio de la
resurrección del Señor, que se verificó dentro del octavo día -esto
es, después del día séptimo, o sea el sábado-, se dieron a conocer los
secretos del sacerdocio legal.
Notas
1.
También puede decirse: Yavé se acordó de nuevo.
2.
Juan: Yavé se ha compadecido.
|
65-66 |
Y vino temor sobre todos los vecinos de
ellos, y se extendieron todas estas cosas por todas las montañas de la
Judea. Y todos los que las oían las conservaban en su corazón
diciendo: "¿Quién pensáis que será este niño?" Porque la mano del
Señor era con él. (vv. 65-66)
Teofilacto
Así como todo el pueblo estaba admirado
del mutismo de Zacarías, así también se admiró cuando lo oyeron
hablar. Por esto se dice: "Y vino temor sobre todos los vecinos,...",
a fin de que esos dos prodigios hiciesen pensar algo grande acerca del
recién nacido. Todo esto se disponía así, a fin de que, el que debía
ser testigo de Cristo, fuese también digno de fe. De donde sigue: "Y
todos los que las oían las conservaban en su corazón, diciendo: ¿Quién
pensáis que será?".
Beda
Signos previos abren al precursor el
camino de la verdad y el futuro profeta es recomendado por oráculos
que lo preceden. De donde sigue: "Porque la mano del Señor estaba con
él".
Glosa
Dios era quien hacía estos prodigios en
él, los cuales no hacía San Juan, sino la mano divina -o lo que es lo
mismo, su diestra-.
Griego
En sentido místico, es el temor saludable
que produjo la predicación de la gracia de Jesucristo en el tiempo de
la resurrección del Señor, no solamente a los judíos -que eran
vecinos, ya por el país, ya por el conocimiento de la ley- sino
también a los gentiles, moviendo sus corazones. Y la fama de
Jesucristo no sólo franqueó las montañas de Judea, sino también todas
las cumbres del reino del mundo y de la sabiduría mundana.
|
67-68 |
Y Zacarías, su padre, fue lleno del
Espíritu Santo, y profetizó diciendo: "Bendito el Señor Dios de
Israel, porque visitó e hizo la redención de su pueblo". (vv. 67-68)
San Ambrosio
Dios, bueno y fácil en perdonar los
pecados, no sólo restituye lo quitado, sino que concede además bienes
inesperados. Ninguno, pues, desconfíe. Ninguno, recordando sus
antiguos delitos, desespere de los premios de Dios. Dios sabe mudar su
sentencia si tú sabes enmendar tu pecado. Por ello se dice: "Y
Zacarías fue lleno del Espíritu Santo".
San Juan Crisóstomo
Esto es, por obra del Espíritu Santo. No
obtuvo la gracia del Espíritu Santo de un modo cualquiera, sino de
lleno. Resplandecía en él el espíritu de profecía. Por ello prosigue:
"Y profetizó".
Orígenes
Zacarías, lleno del Espíritu Santo,
anuncia dos profecías: una de Cristo, otra de Juan. Lo cual se
demuestra claramente por medio de sus palabras, en las que habla ya
del Salvador como si estuviese presente y como si ya viviese en el
mundo, diciendo: "Bendito el Señor Dios de Israel, porque visitó".
San Juan Crisóstomo
Bendiciendo Zacarías a Dios, anuncia que
ya ha visitado a su pueblo; ya se quiera entender a los israelitas
materiales -porque había venido a las ovejas que habían perecido de la
casa de Israel- ( Mt 15,24), ya a los
espirituales -esto es, a los fieles-, que fueron dignos de esta
visita, haciendo eficaz para sí mismos la provisión divina -esto es,
su providencia-.
Beda
Visitó, pues, el Señor a su pueblo, como
desfallecido por una larga enfermedad; y lo redimió, como del pecado,
comprándolo con la sangre de su Unigénito Hijo. Y como Zacarías
conocía que pronto se iba a sacrificar, según costumbre de los
profetas, lo cuenta ya como hecho. Dice, pues: "A su pueblo", no
porque le halló suyo cuando vino, sino porque visitándolo lo hizo
suyo.
|
69 |
"Y nos suscitó un cuerno de salvación en
la casa de David, su siervo". (v. 69)
Teofilacto
Parecía que Dios se dormía, mirando muchos
pecados; pero encarnando al fin, se despertó y aplastó a los demonios
que nos aborrecían. Y por esto dice: "Y nos suscitó un cuerno de
salvación en la casa de David, su siervo".
Orígenes
Porque Jesucristo nació de la descendencia
de David, según la carne. De donde se dice: "Un cuerno de salvación
para nosotros en la casa de David". Así como se dice en otro lugar:
"Le ha hecho una viña en el cuerno, esto es, en Jesucristo" (
Is 5,1).
San Juan Crisóstomo,
Serm. de Anna, 4
Con el nombre de cuerno designa el poder,
la gloria y la fama, tomándolo metafóricamente de los animales brutos,
a quienes Dios ha dado cuernos para su defensa y para su gloria.
Beda
El reino de Cristo Salvador se llama
también cuerno de salvación; porque todos los huesos están cubiertos
de carne, mas el cuerno supera a la carne. Por eso el reino de
Jesucristo se llama cuerno de salvación, con el cual se superan el
mundo y los goces de la carne. Para figurar ese reino, David y Salomón
fueron consagrados con el cuerno del óleo para gloria de su reino.
|
70 |
"Como habló por boca de sus santos
Profetas, que ha habido en todo tiempo". (v. 70)
Teofilacto
Que Cristo nacería de la casa de David, lo
anuncia Miqueas diciendo: "Y tú Belén, tierra de Judá, no eres la
menor; porque de ti nacerá el jefe que rija mi pueblo de Israel" (
Miq 5,1-3). Mas todos los Profetas hablaron
de la encarnación; por eso se dice: "Como habló por boca de los santos
profetas,...".
Griego
Con lo cual declara que Dios habló por
ellos, y que no es humano lo que dijeron.
Beda
Dice, pues: "Que ha habido en todo
tiempo", porque toda la Escritura del Antiguo Testamento es un anuncio
profético de Jesucristo; pues el mismo padre Adán y los demás
patriarcas dan testimonio con sus hechos a su ministerio.
|
71 |
"Para salvarnos de nuestros enemigos y de
todos los que nos aborrecen". (v. 71)
Beda
Habiendo dicho antes: "Nos ha suscitado un
cuerno de salvación", explica a continuación lo que había dicho,
añadiendo: "Para salvarnos de nuestros enemigos", como diciendo: "Nos
ha suscitado un libertador de nuestros enemigos y de todos los que nos
aborrecen".
Orígenes
No creamos que ahora se diga de los
enemigos corporales, sino de los espirituales. Vino el Señor Jesús,
fuerte en la batalla, a destruir a todos nuestros enemigos para
librarnos de sus asechanzas y tentaciones.
|
72-73 |
"Para hacer misericordia con nuestros
padres y acordarse de su santo Testamento: juramento que juró a
nuestro padre Abraham, que nos daría". (vv. 72-73)
Beda
Había dicho que el Señor nacería de la
familia de David, según los vaticinios de los profetas. Dice que nos
libertará para cumplir la alianza que hizo con Abraham, porque la
reunión de los gentiles y la encarnación de Jesucristo se habían
prometido principalmente a estos patriarcas. Pone a David en primer
lugar porque a Abraham fue prometida la santa asamblea de la Iglesia,
y a David le fue anunciado que Jesucristo nacería de él. Y por tanto,
después de lo que se ha dicho de David, añade lo que se refiere a
Abraham, diciendo: "Para hacer misericordia con nuestros padres".
Orígenes
Yo pienso que a la venida del Señor
Salvador, Abraham, Isaac y Jacob gozaron de su misericordia, pues no
es creíble que los que vieron antes su día y se alegraron, después a
su venida, no recibiesen utilidad alguna de parte de él, puesto que
está escrito: "Dando la paz con la sangre de su cruz, ora sobre la
tierra, ora en los cielos" ( Col 1,20).
Teofilacto
La gracia de Cristo se extiende también
hasta aquellos que habían muerto, porque por El resucitaremos no sólo
nosotros, sino los que murieron antes de su venida. Y usó de su
misericordia con nuestros padres, puesto que colmó su esperanza y su
deseo. Por esto sigue: "Y acordarse de su santo testamento", esto es,
del que se dijo: "Yo te colmaré de beneficios, y te multiplicaré" (
Gén 22,17). Y así se ha multiplicado Abraham
en todas las naciones que, imitando su fe, se han hecho hijas
adoptivas suyas. Y los patriarcas, viendo que sus hijos recibían tales
beneficios, se congratulan y reciben también en sí mismos igual
misericordia. Por lo cual prosigue: "Conforme juró a nuestro padre
Abraham que nos concedería este don".
San Basilio,
in Psalmo, 29
Nadie se crea autorizado, sin embargo,
para jurar al oír que el Señor hizo este juramento a Abraham, porque
así como cuando se habla de la ira
de Dios no se trata de la explosión pasional,
sino de una acción de justicia, así tampoco jura Dios como lo hace el
hombre -siendo para nosotros juramento su palabra- porque expresa la
verdad, cumpliendo de un modo inmutable lo que ha prometido.
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74 |
"Para que, libertados de las manos de
nuestros enemigos, le sirvamos sin temor". (v. 74)
San Juan Crisóstomo
Habiéndonos dicho que de la casa de David
nacería en abundancia la salud para nosotros, manifiesta que por la
misma participamos de la gloria y evitamos los maleficios del enemigo.
Por esto dice: "Para que, librados de las manos de nuestros enemigos,
le sirvamos sin temor". Para alguno será difícil de comprender la
relación que existe entre estas dos cosas, porque muchos evitan el
peligro, pero pierden la vida gloriosa, como el criminal a quien pone
en libertad la indulgencia del monarca. Mientras que, por el
contrario, otros gozan de la gloria, por la cual han tenido que
exponerse al peligro, como el guerrero que abrazando la carrera
gloriosa de las armas se encuentra con frecuencia rodeado de peligros.
Pero esta abundancia de salud salva y glorifica a la vez. Y salva
librando de las manos de los enemigos, no a medias, sino
admirablemente, de modo que no haya que temer ya. Por lo cual dice:
"Para que, librados de las manos de nuestros enemigos, le sirvamos sin
temor".
Orígenes
O de otro modo, con frecuencia se libran
algunos de las manos del enemigo, aunque no sin temor. Porque,
precediendo éste al peligro, puede ciertamente el hombre quedar libre
de las manos de los enemigos, pero no del temor. Por esto ha dicho que
la venida de Cristo nos ha sacado sin temor de las manos de los
enemigos, porque no hemos sentido los efectos de sus asechanzas,
habiéndonos separado de ellos de repente y conduciéndonos a la mansión
de nuestra propia herencia.
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75 |
"Con verdadera santidad y justicia ante su
acatamiento todos los días de nuestra vida". (v. 75)
San Juan Crisóstomo
Zacarías glorifica al Señor porque ha
hecho que le sirvamos con plena confianza, no carnalmente, como Judea
con la sangre de las víctimas, sino espiritualmente con las buenas
obras. Y esto es lo que da a entender cuando dice: "Con verdadera
santidad y justicia", porque la santidad perfecta consiste en ser
justo delante de Dios, y la justicia en serlo delante de los hombres.
Tal es el que cumple de una manera reverente todo lo que se refiere a
los hombres. Dice, pues, no en presencia de los hombres, como los
hipócritas -que son los que quieren agradarlos- sino de Dios (
Rom 2,29), y esto no sólo una vez ni por
tiempo determinado, sino en todos los días y por todo el tiempo que
viven. Por lo cual dice: "Todos los días de nuestra vida".
Beda
Porque aquel que antes de la muerte se
separa de su servicio, o mancha con alguna acción impura la justicia
de la fe, o la perfección de su conducta, o que pretende manifestarse
santo y justo solamente delante de los hombres y no de Dios, no le
sirve enteramente libre de las manos de sus enemigos espirituales,
sino que, a imitación de los antiguos samaritanos, se afana por servir
a la vez al Señor y a los dioses de la gentilidad.
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76 |
"Y tú, niño, tú serás llamado el Profeta
del Altísimo, porque irás delante del Señor a preparar sus caminos".
(v. 76)
San Ambrosio
Después de haber profetizado
magníficamente sobre Dios, dirige sus palabras al profeta para
expresar que este beneficio procedía también del Señor, a fin de no
aparecer desagradecido callando lo que le es propio, mientras refería
lo de los demás. Por esto dice: "Y tú, oh niño, serás llamado el
Profeta del Altísimo", etc.
Orígenes
Se apresuró sin duda Zacarías a hablar al
niño, porque sabía que después de poco tiempo habría de ir a vivir al
desierto y que por ello no podría disfrutar de su presencia.
San Ambrosio
Pero algunos juzgarán como un desvarío de
la mente eso de hablar a un niño que sólo cuenta ocho días de vida.
Pero si tenemos presente lo que precede, comprenderemos que aquel que
oyó la salutación de la Virgen María antes de nacer, bien pudo
entender después de nacido la voz de su padre. El profeta sabía que
los oídos de un profeta que oyó la salutación de la Virgen María antes
de nacer son muy diferentes de los nuestros, y no necesitan el
desarrollo del cuerpo por la edad, porque cuentan con el auxilio del
Espíritu divino. Tenía sentido para entender aquel que había tenido
afecto para saltar.
Beda
A menos de admitir que Zacarías, tan
pronto como pudo hablar, quisiera publicar los dones futuros de su
hijo que él había conocido perfectamente por medio de un ángel.
Comprendan, pues, los arrianos cómo Jesucristo, a quien San Juan
precedía profetizándolo es llamado Altísimo, como en el Salmo: "El
hombre nació en ella, y el mismo Altísimo la fundó" (
Sal 86,5).
San Juan Crisóstomo
Así como los que se asocian con los reyes
son los que están más cerca de ellos, así San Juan, siendo amigo del
esposo, fue quien precedió de cerca su venida. Esto es lo que se
añade: "Porque irás delante del Señor a preparar sus caminos". Otros
profetas anunciaron con mucha anticipación el misterio de Cristo, pero
éste lo anunció tan inmediato, que él mismo lo vería y daría a conocer
a los demás.
San Gregorio Magno,
Moralia, 13
Todo aquél que, predicando, limpia los
corazones de sus oyentes de las inmundicias de sus pecados, prepara el
camino a la sabiduría que ha de venir al corazón.
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77 |
"Enseñando la ciencia de la salvación a su
pueblo, para que obtenga el perdón de sus pecados". (v. 77)
Teofilacto
Cómo el precursor preparó el camino del
Señor lo manifiesta añadiendo: "Para dar conocimiento de la salvación
a su pueblo". Jesús es la salvación. El conocimiento de ésta, es decir
de Cristo, fue dado al pueblo por San Juan, que fue el que dio
testimonio de Jesucristo.
Beda
Como deseando repetir el nombre de Jesús,
esto es, del Salvador, hace mención con frecuencia de la salud. Y para
que no se creyera que era la salud temporal la que se prometía, añade:
"Para que obtenga el perdón de sus pecados".
Teofilacto
No hubiese sido conocido el Señor de otro
modo, si no hubiera perdonado los pecados del pueblo. Porque sólo es
propio de Dios el perdonar los pecados.
Beda
Pero los judíos no han recibido a Cristo,
prefiriendo esperar al Anticristo, porque no han querido librarse
interiormente del dominio del pecado, sino exteriormente del yugo de
la servidumbre humana.
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78 |
"Por las entrañas misericordiosas de
nuestro Dios, que ha hecho que ese Sol naciente haya venido a
visitarnos de lo alto del cielo". (v. 78)
Teofilacto
Porque nos perdonó Dios nuestros pecados,
no en virtud de nuestras obras, sino por su gran misericordia, añade
de una manera muy oportuna: "Por las entrañas misericordiosas de
nuestro Dios".
San Juan Crisóstomo,
homiliae in Matthaeum, 14
Cuya misericordia no encontramos por
nuestros esfuerzos cuando la buscamos, sino que es Dios quien nos la
concede de lo alto del cielo. Así dice: "Que ha hecho que ese Sol
naciente (Jesucristo) haya venido a visitarnos (tomando nuestra carne)
de lo alto del cielo".
Griego
Mientras permanece en lo alto está
presente también en la tierra, sin experimentar división ni
circunscripción, lo que no puede comprender nuestro entendimiento, ni
expresarse con palabras.
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79 |
"Para alumbrar a los que yacen en las
tinieblas y en la sombra de la muerte: para enderezar nuestros pasos
por el camino de la paz". (v. 79)
Beda
Jesucristo se llama Oriente y con mucha
propiedad, porque nos dio a conocer el nacimiento de la verdadera luz.
Por esto dice: "Para alumbrar a los que yacen en las tinieblas y en la
sombra de la muerte", etc.
San Juan Crisóstomo,
homiliae in Matthaeum, 14
Aquí no llama tinieblas a las materiales,
sino al error y a la separación de la fe, o sea, a la impiedad.
San Basilio
Los gentiles vivían entre tinieblas -las
que aumentaban con la adoración de los ídolos- hasta que apareció la
luz que disipó aquella oscuridad, haciendo brillar el esplendor de la
verdad.
San Gregorio Magno,
Moralia, 4, 17
Se entiende por sombra de la muerte el
olvido del espíritu. Porque así como la muerte hace que no tenga ya
vida lo que mata, así el olvido hace que aquello que invade no exista
más en la memoria. Por esto se dice que el pueblo judío, que se había
olvidado de Dios, yacía en la sombra de la muerte. Entiéndese por esta
sombra la muerte de la carne, porque así como la verdadera muerte es
la que separa al espíritu de Dios, así la sombra de la muerte es la
que separa al espíritu del cuerpo. De aquí que por voz de los mártires
se diga en el Salmo: "Donde nos cubrió una sombra de muerte" (
Sal 43,20). También se entiende por sombra de
muerte la imitación del diablo, al cual se llama muerte en el libro
del Apocalipsis ( Ap 6). Porque así como la
sombra se extiende en proporción de lo que es el cuerpo, así las
acciones de los impíos se expresan por cierta especie de imitación del
diablo.
San Juan Crisóstomo,
homiliae in Matthaeum, 14
Dice con toda propiedad que yacen porque
no andábamos en tinieblas, sino que permanecíamos inmóviles, como no
teniendo esperanza de quedar libres de ellas.
Teofilacto
El Señor, cuando nace, no sólo alumbra a
los que yacen en las tinieblas. Como se ve por lo que sigue, dice algo
más: "Para enderezar nuestros pasos por el camino de la paz". El
camino de la paz es el de la justicia, al que ha dirigido nuestros
pasos, esto es, los afectos de nuestras almas.
San Gregorio Magno,
homiliae in Evangelia, 33
Dirigimos nuestros pasos por el camino de
la paz cuando recorremos el de las buenas obras, sin separarnos de la
gracia de nuestro Señor.
San Ambrosio
Advertimos también que Isabel profetiza
para pocos y Zacarías para muchos, aun cuando uno y otro están
inspirados por el Espíritu Santo. Pero en esto se observa el debido
orden, que quiere que la mujer procure conocer las cosas divinas más
bien que enseñarlas
1.
Notas
1.
Afirmación condicionada por la cultura del autor.
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80 |
Mientras tanto el niño iba creciendo, y se
fortalecía en el espíritu, y habitó en los desiertos hasta el tiempo
en que debía darse a conocer a Israel. (v. 80)
Beda
El que había de predicar la penitencia
pasó la primera época de su vida en los desiertos, para separar más
fácilmente de los placeres del mundo a los que habían de aprender
oyéndolo. Y así dice: "Mientras tanto el niño iba creciendo".
Teofilacto
Según la edad del cuerpo "y se fortalecía
en el espíritu". También crecía la gracia espiritual con el cuerpo, y
los afectos de su alma se daban a conocer cada día con más claridad.
Orígenes
También podemos decir que crecía en
espíritu, porque en realidad no permanecía en el mismo estado en que
había empezado, pero el espíritu siempre crecía en El. Su voluntad
siempre se extendía a progresar en lo más perfecto y su inteligencia
contemplaba algo de más divino. Ejercitaba su memoria para conservar
en su tesoro lo que es puro. Añade pues: "Y se fortificaba en el
espíritu". La naturaleza humana es débil; por esto leemos en San
Mateo: "Mas la carne es flaca" ( Mt 26,41),
razón por la que necesita ser confortada por el espíritu, "porque el
espíritu está pronto". Muchos se robustecen según la carne, pero el
atleta de Dios debe fortificarse por el Espíritu, para destruir el
poder de la carne. Por lo cual se retiró huyendo del tumulto de las
ciudades y del trato de las gentes. Y continúa: "Y habitó en los
desiertos", en donde es más puro el aire, más claro el cielo y Dios
más familiar. Porque, como aun no había llegado el tiempo del bautismo
y de la predicación, debía dedicarse a la oración, a conversar con los
ángeles, llamar a Dios y oírlo decir: "Heme aquí".
Teofilacto
Y estaba en el desierto para vivir lejos
de la malicia de la muchedumbre y no temer acusaciones de nadie. Si
hubiera estado en el mundo, acaso se hubiese corrompido con la amistad
y el trato de los hombres. También se mantuvo en el desierto para
hacerse digno de fe, como quien había de predicar a Jesucristo, y se
ocultó en él hasta que Dios creyó oportuno darlo a conocer al pueblo
de Israel. Por lo cual dice: "Hasta el tiempo en que debía darse a
conocer a Israel".
San Ambrosio
Se explica claramente el tiempo de la vida
del profeta en el vientre de su madre, para que no pasara en silencio
la presencia de María. Pero se ignora el tiempo de su infancia porque,
fortificado en el seno materno con la presencia de la Madre del Señor,
no conoció las debilidades de la infancia.
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