La evaluación en la Formación Católica es más compleja
que la de otras asignaturas, ya que debemos evaluar no únicamente
conocimientos, sino también actitudes. Esto es importante ya que debemos lograr
que la razón, iluminada por la fe, guíe toda la vida del alumno y le lleve a
traducir su fe en obras y en un compromiso apostólico serio.
Esto se expresa concretamente en dos tipos de objetivos específicos:
Objetivos doctrinales:
Se refieren a los conocimientos que los alumnos deben aprender.
Objetivos morales:
Se refieren a los sentimientos, valores, emociones y actitudes que los alumnos
deben ir adquiriendo.
Ejemplos de objetivos doctrinales:
• El alumno enlistará los siete pecados capitales.
• El alumno describirá algunos rasgos de la persona y las actividades del
Papa reinante.
• El alumno explicará cuál es la importancia del Espíritu Santo
(santificador) en la Iglesia y en la vida de todo cristiano, así como el
significado del sacramento de la Confirmación.
Ejemplos de objetivos morales:
• El alumno se identificará afectivamente con la persona del Papa estando
dispuesto a defenderlo y a rezar por él.
• El alumno tomará conciencia del valor de la fe en su vida y de la necesidad
de defenderla de sus enemigos.
• El alumno adoptará una actitud militante en su vida cristiana, participando
en alguna actividad propiamente apostólica, y se sentirá identificado con
iniciativas de este tipo.