Sexto Dolor y Gozo |
Por este dolor y gozo te pedimos nos obtengas que, libres de todo temor nocivo, gocemos de la paz de conciencia y, viviendo tranquilos en unión de Jesús y de María, muramos en su compañía. (Padrenuestro, Avemaría y Gloria) |
|
La vida consiste, en cierto sentido, en ir de camino. De camino hacia la casa del Padre, nuestra morada definitiva. Cada día es un paso que nos puede acercar al cielo. Pero no caminamos solos, vamos en compañía de otros, sobre todo de nuestra familia. Sería muy cómodo -muy egoísta- vivir sin preocuparse de los demás. Como a José, también a nosotros nos pide Dios que carguemos con la salud espiritual y física de los que nos rodean.
|
José goza porque Dios ha querido que sea artesano, padre y esposo. Porque, precisamente en medio de esas tareas, él está con Jesús y con la Virgen María. Trabajar satisface humanamente, es medio de subsistencia, sirve para sacar adelante la familia. Pero sobre todo es el instrumento que tenemos para servir a Dios y a los demás. Nazaret ha quedado para la historia como el modelo de hogar, y el lugar donde Dios enseña a trabajar por amor y con alegría sobrenatural. El santo patriarca será el patrono de quienes trabajen con ese sentido cristiano. ¡Qué gozada vivir en una familia así, trabajando como Él!
|
|
Reflexión: -¿Estoy contento en mi trabajo porque me gusta, porque saco provecho, o tendría que tener una motivación más sobrenatural? -¿Procuro trabajar con la seriedad de un padre que tiene que sacar adelante su familia? -¿Advierto que Dios ve todo lo que realizo, cómo está hecho y las intenciones que tengo? ¿Se lo puedo ofrecer a Él? ¿Se lo ofrezco de hecho? -¿Dedico suficiente tiempo a mi familia? ¿Me doy cuenta de que los demás necesitan de mi tiempo, de mí? -¿Sé escuchar? ¿Recuerdo alguna cosa que me hayan hecho notar mis familiares y no acabo de tener en cuenta para rectificar? -¿Rezo por mi familia? ¿Rezamos en familia?
Propósito: Considerar en el trabajo -al menos al empezar- que puedo ofrecerlo a Dios a través de san José.
Oración: Oh glorioso José, alcánzame la gracia de trabajar a imitación tuya: con orden, constancia, intensidad y presencia de Dios; de trabajar teniendo siempre ante mis ojos las almas todas y la cuenta que habré de dar del tiempo perdido y de la vana complacencia en mis trabajos, tan contraria a la gloria de Dios. Así sea.
|