Jesús te llama:
Quiere hablar contigo

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E V A N G E L I O

 

Domingo 29 del tiempo Ordinario

20 de Octubre de 2002

 

 

Cuando el César pide lo de Dios, a saber la absoluta sumisión a su poder por encima de los derechos inalienables del hombre, entonces será la Iglesia, iluminada por el Espíritu, la que definirá lo que es de Dios y se lo negará resueltamente al César, cualquiera que sea.

El cristiano no separa su vida humana de su vida de fe. Ha de dar lo que le corresponde: en el dominio del César y en el de Dios; debe ser integralmente un justo. Sólo así podrá celebrar con los hermanos la muerte y la resurrección del Justo.

 

Lectura del santo Evangelio según San Mateo 22,15-21.

En aquel tiempo, los fariseos se retiraron y llegaron a un acuerdo para comprometer a Jesús con una pregunta. Le enviaron unos discípulos, con unos partidarios de Herodes, y le dijeron:

-Maestro, sabemos que eres sincero y que enseñas el camino de Dios conforme a la verdad; sin que te importe nadie, porque no te fijas en las apariencias. Dinos, pues, qué opinas: ¿es lícito pagar impuesto al César o no?

Comprendiendo su mala voluntad, les dijo Jesús:

-¡Hipócritas!, ¿por qué me tentáis? Enseñadme la moneda del impuesto.

Le presentaron un denario. El les preguntó:

-¿De quién son esta cara y esta inscripción?

Le respondieron:

-Del César.

Entonces les replicó:

-Pues pagadle al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios.

 

 

 

 

COMENTARIO

Dad al Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios. ¿Y qué es de Dios? De Dios es todo. La vida y todo lo que llena nuestra vida. Y nuestro deber de justicia es no regatearle a Dios lo que es suyo: el tiempo, el trabajo, la familia, todo lo que somos, los medios que nos proporciona para nuestro bien, el dinero…

    En este domingo se celebra el DIA DE LAS MISIONES. Hay muchos que han dado toda su vida a Dios, dejando personas y cosas muy amables para ir a ofrecer a otros, más necesitados, su amistad, su ayuda, su fe… Para nosotros es un estímulo a no quedarnos raquíticos a la hora de ofrecer a Dios y a los demás lo que es suyo. No estamos dando limosna, estamos compartiendo lo que es de todos. Piensa un poco en ese llamado tercer mundo que no tiene casi nada. Y en el primer mundo que dice tener de todo, pero le falta lo principal: Dios. También en los lugares tradicionalmente cristianos tenemos que ser misioneros.

                                   Saludos de tu amigo Juan

 

juangainza@hotmail.com)