Jesús te llama:
Quiere hablar contigo

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E V A N G E L I O

 

Domingo 30 del tiempo Ordinario

27 de Octubre de 2002

 

 

El amor al prójimo no es "otra cosa" que el amor a Dios, sino la misma. Por eso, plantear el problema del "horizontalismo" (amor al prójimo a costa del amor a Dios) no tiene sentido. Si se ama realmente a Dios, automáticamente se está amando al prójimo, y viceversa, aunque a veces no se tenga plena conciencia de ello (Cf. Mt 25,31-46).

Sólo existe un mandamiento cristiano que resume a todos: el mandamiento del amor. En la medida que amamos al prójimo como Dios nos ama, lo cumplimos. Y en la Eucaristía lo celebramos.

 

Lectura del santo Evangelio según San Mateo 22,34-40.

En aquel tiempo, los fariseos, al oír que había hecho callar a los saduceos, se acercaron a Jesús y uno de ellos le preguntó para ponerlo a prueba:

-Maestro, ¿cuál es el mandamiento principal de la Ley?

El le dijo:

-«Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todo tu ser.»

Este mandamiento es el principal y primero. El segundo es semejante a él:

-«Amarás a tu prójimo como a ti mismo.»

Estos dos mandamientos sostienen la Ley entera y los Profetas.

 

 

 

 

COMENTARIO

El amor cristiano es como una moneda con dos caras: en una cara está Dios y en la otra el prójimo. Y tenemos que querer a ambos con el mismo corazón. Un amor sin el otro no vale. Mi amor al prójimo no es solo por ser prójimo, compañero, amigo, o ser humano, sino sobre todo por ser imagen de Dios e hijo de Dios, y templo del Espíritu Santo. Es la mayor categoría que tenemos. Dice San Juan que si afirmamos que amamos a Dios a quien no vemos y no amamos al prójimo a quien vemos somos unos mentirosos. Que procures siempre mirar la monedas por las dos caras, y que tu amor tenga esa doble dimensión, que lo convierte en amor cristiano.

                                   Saludos de tu amigo Juan

 

juangainza@hotmail.com)