Jesús te llama:
Quiere hablar contigo

14

 

 

 

E V A N G E L I O

 

Domingo 23 del tiempo Ordinario

8 de Septiembre de 2002

 

 

Jesús, al fundar la comunidad eclesial, no renuncia a darle un estatuto referente a la admisión o exclusión de sus miembros. Pero establece una jerarquía de valores: primero hay que dialogar con el individuo, después hay que buscar algunos consejeros, finalmente hay que tratar el caso a nivel de comunidad. Con esto se condena la arbitrariedad dictatorial y el terror blanco.

La comunidad cristiana, reunida en Asamblea, es cuerpo de Cristo que ata y desata. Al celebrar la Eucaristía, se cumple por antonomasia la palabra del Señor: Yo estoy en medio de dos o tres que se reúnan en mi nombre.

 

Lectura del santo Evangelio según San Mateo 18,15-20.

 

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

-Si tu hermano peca, repréndelo a solas entre los dos. Si te hace caso, has salvado a tu hermano. Si no te hace caso, llama a otro o a otros dos, para que todo el asunto quede confirmado por boca de dos o tres testigos. Si no les hace caso, díselo a la comunidad, y si no hace caso ni siquiera a la comunidad, considéralo como un pagano o un publicano.

Os aseguro que todo lo que atéis en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desatéis en la tierra quedará desatado en el cielo.

Os aseguro además que si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra para pedir algo, se lo dará mi Padre del cielo. Porque donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.

 

 

 

 

COMENTARIO

         

Nos dice el señor que es necesario corregir al que se equivoca. Y como todos nos equivocamos muchas veces quiere decir que debemos corregirnos mutuamente. Y la corrección fraterna es una obra de caridad, ya que es ayudar a mi hermano, o dejarme ayudar, cuando andamos equivocados. Si yo veo a un amigo que está en peligro debo advertírselo para que no le ocurra nada malo. Pero si me callo y le ocurre una desgracia, yo soy responsable de no habérselo advertido.  Hay que corregir con caridad, prudencia, oportunidad, amabilidad, pero sin dejar pasar la oportunidad de hacer un bien al que lo necesita. Es un deber moral.

También nos habla el Señor de la necesidad de orar juntos. La oración comunitaria, como lo es la celebración de la Eucaristía es importantísima, porque nos garantiza la presencia de Dios. Y El ha dicho que todo lo que pidamos unidos el Padre Dios nos lo concederá. Para que la oración comunitaria sea como deber ser, tenemos que ser almas de oración, y orar personalmente con asiduidad. Todos los días Dios te espera en la oración. Procura no fallarle.

                                   Saludos de tu amigo Juan

 

juangainza@hotmail.com)