Jesús te llama:
Quiere hablar contigo

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E V A N G E L I O

 

Domingo 19 del tiempo Ordinario

11 de Agosto de 2002

 

 

Jesús, aun al realizar prodigios extraordinarios, rehuye el tratamiento de «fantasma». No hay que confundir lo sobrenatural con lo «fantástico». El relato evangélico elude todo aspecto mítico y narra con extrema sencillez lo que no deja de ser extraordinario.

Dios no es un viento huracanado, un terremoto o un fuego: es un susurro. Y Cristo es reconocido Hijo de Dios cuando la tempestad se calma. En la reunión eucarística podemos afirmar la presencia del Dios de Jesucristo, iluminados por el Espíritu, cuando reconocemos los signos de Cristo.

 

Lectura del santo Evangelio según San Mateo 14,22-33.

Después que se sació la gente, Jesús apremió a sus discípulos a que subieran a la barca y se le adelantaran a la otra orilla mientras él despedía a la gente.

Y después de despedir a la gente subió al monte a solas para orar. Llegada la noche estaba allí solo.

Mientras tanto la barca iba ya muy lejos de tierra, sacudida por las olas, porque el viento era contrario. De madrugada se les acercó Jesús andando sobre el agua. Los discípulos, viéndole andar sobre el agua, se asustaron y gritaron de miedo, pensando que era un fantasma.

Jesús les dijo en seguida:

-¡Animo, soy yo, no tengáis miedo!

Pedro le contestó:

-Señor, si eres tú, mándame ir hacia ti andando sobre el agua.

El le dijo:

-Ven.

Pedro bajó de la barca y echó a andar sobre el agua acercándose a Jesús; pero, al sentir la fuerza del viento, le entró miedo, empezó a hundirse y gritó:

-Señor, sálvame.

En seguida Jesús extendió la mano, lo agarró y le dijo: -¡Qué poca fe! ¿Por qué has dudado?

En cuanto subieron a la barca amainó el viento.

Los de la barca se postraron ante él diciendo:

-Realmente eres Hijo de Dios.

 

 

 

 

COMENTARIO

          El Señor le echa en cara a Pedro su falta de fe cuando se ve en peligro. Ha tenido la audacia de echarse al mar para caminar junto a Jesús. Lo quería tanto que seguro deseaba darle un abrazo. Por otro lado parece que quería poner un poco a prueba la afirmación de Jesús de que no era una fantasma. El caso es que todo iba bien hasta que una fuerte hola pone en peligro la estabilidad milagrosa de Pedro y pide auxilio con miedo. Y el señor le dice a él, y también a nosotros, que no podemos dudar de su poder y de su gracia. Aunque vengan momentos difíciles, y parece que nos vamos a hundir, hay que confiar en Dios, pedirle fortaleza, pero nunca dejarnos llevar por el miedo o la cobardía. No pasa nunca nada si estamos junto a Jesús. LA FE ES LO QUE REALMENTE NOS MANTIENE A FLOTE EN LA VIDA.

                                   Saludos de tu amigo Juan

 

juangainza@hotmail.com)