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V A N G E L I O
Domingo
11 del tiempo Ordinario 16 de Junio de 2002
En este texto, vemos cómo Jesús pensó desde el principio crear una iglesia organizada. Pero no olvidemos que la institución de la jerarquía estaba impulsada por el deseo de dar pastores a un rebaño abandonado y extenuado. Este es el mejor nombre de los responsables de la Iglesia: pastores.
Lectura
del santo Evangelio según San Mateo 9,31-10,8. En
aquel tiempo, al ver Jesús a las gentes se compadecía de ellas, porque
estaban extenuadas y abandonadas, «como ovejas
que no tienen pastor». Entonces dijo a sus discípulos: -La
mies es abundante, pero los trabajadores son pocos; rogad, pues, al Señor
de la mies que mande trabajadores a su mies. Llamó
a sus doce discípulos y les dio autoridad para expulsar espíritus
inmundos y curar toda enfermedad y dolencia. Estos
son los nombres de los doce apóstoles: el primero, Simón, el llamado
Pedro, y su hermano Andrés; Santiago el Zebedeo,
y su hermano Juan; Felipe y Bartolomé, Tomás y Mateo el publicano;
Santiago el Alfeo, y Tadeo; Simón el fanático,
y Judas Iscariote, el que lo entregó. A
estos doce los envió Jesús con estas instrucciones: -No
vayáis a tierra de paganos ni entréis en las ciudades de Samaría,
sino id a las ovejas descarriadas de Israel. Id
y proclamad que el Reino de los Cielos está cerca. Curad enfermos,
resucitad muertos, limpiad leprosos, arrojad demonios. Gratis habéis
recibido, dad gratis.
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COMENTARIO
Querido
amigo: Acabas de leer el Evangelio de este domingo en el que Jesús nos
dice que LA MIES
ES MUCHA, PERO POCOS LOS TRABAJADORES. Hoy, a pesar
de llevar ya 2000 años de cristianismo, y haber trabajado tanto por
extender el reino de Dios en todo el mundo, el trabajo es cada vez más
abundante. A las almas que no conocen a Dios se juntan las de aquellos que
sí que lo conocen pero se han alejado, o no quieren saber mucho de El, o
están fríos, o en crisis, etc. ¡Cuantos jóvenes que han recibido
clases de religión en los colegios, y catequesis en las parroquias, y han
recibido la primera Comunión y la Confirmación, no quieren saber ya nada
del Señor! Al trabajo de convertir a los que todavía no son cristianos,
se une el trabajo de atraer de nuevo a los alejados. Y faltan muchas manos
para hacer frente a esta tarea. Es decir, hacen falta muchos sacerdotes y
almas consagradas, y muchos seglares comprometidos. ¿No podrías tú ser
uno de ellos? ¡Anímate, y dile al
Señor
que puede contar contigo!
Saludos de tu amigo Juan
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