Jesús te llama:
Quiere hablar contigo

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Evangelio del domingo 3º de Pascua

14 de Abril de 2002

 

EVANGELIO

Los relatos evangélicos sobre las apariciones de Jesús resucitado están muy lejos del «milagrismo». El triunfo de Jesús sobre la muerte no suprimía mágicamente la marcha fatigosa de la humanidad en busca de su libertad  y de su salvación final. Según el proyecto primitivo de Dios, «era necesario que el Mesías padeciera antes de entrar en su gloria».

La Eucaristía es un signo de acogida hacia todos los peregrinos que coinciden en el mismo camino que nosotros realizamos. «Quédate con nosotros, porque atardece». La salvación nos aparece cuando nos sentamos fraternalmente en la misma mesa y partimos el pan, y lo damos a los compañeros del camino. Entonces «se les abrieron los ojos y lo reconocieron».

Lee despacio el Evangelio de este Domingo. Es muy interesante  y nos enseña cosas muy importantes para ti y para mí.

Lectura del santo Evangelio según San Lucas 24,13-35.

Dos discípulos de Jesús iban andando aquel mismo día, el primero de la semana, a una aldea llamada Emaús, distante unas dos leguas de Jerusalén; iban comentando todo lo que había sucedido. Mientras conversaban y discutían, Jesús en persona se acercó y se puso a caminar con ellos. Pero sus ojos no eran capaces de reconocerlo.

El les dijo:

-¿Qué conversación es esa que traéis mientras vais de camino?

Ellos se detuvieron preocupados. Y uno de ellos, que se llamaba Cleofás, le replicó: .

-¿Eres tú el único forastero en Jerusalén, que no sabes lo que ha pasado allí estos días?

El les preguntó:

-¿Qué?

Ellos le contestaron:

-Lo de Jesús el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y palabras ante Dios y todo el pueblo; cómo lo entregaron los sumos sacerdotes y nuestros jefes para que lo condenaran a muerte, y lo crucificaron. Nosotros esperábamos que él fuera el futuro liberador de Israel. Y ya ves, hace dos días que sucedió esto. Es verdad que algunas mujeres de nuestro grupo nos han sobresaltado, pues fueron muy de mañana al sepulcro, no encontraron su cuerpo, e incluso vinieron diciendo que habían visto una aparición de ángeles, que les habían dicho que estaba vivo. Algunos de los nuestros fueron también al sepulcro y lo encontraron como habían dicho las mujeres; pero a él no lo vieron.

Entonces Jesús les dijo: .

-¡Qué necios y torpes sois para creer lo que anunciaron los profetas! ¿No era necesario que el Mesías padeciera esto para entrar en su gloria?

Y comenzando por Moisés y siguiendo por los profetas, les explicó lo que se refería a él en toda la Escritura.

Ya cerca de la aldea donde iban, él hizo ademán de seguir adelante, pero ellos le apremiaron diciendo:

-Quédate con nosotros porque atardece y el día va de caída.

Y entró para quedarse con ellos. Sentado á la mesa con ellos tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio. A ellos se les abrieron los ojos y lo reconocieron. Pero él desapareció.

Ellos comentaron:

-¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras?

Y, levantándose al momento, se volvieron a Jerusalén, donde encontraron reunidos a los once con sus compañeros, que estaban diciendo:

-Era verdad, ha resucitado el Señor y se ha aparecido a Simón.

Y ellos contaron lo que les había pasado por el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.

 

 
 

Mira, a ti y a mí nos pasa a veces lo que a esos discípulos de Emaús. Nos cansamos de esperar y nos marchamos a lo nuestro. No le damos al Señor ni un minuto de cortesía. Perdemos el tiempo en tonterías, pero no le pasamos a Dios ni un segundo. Y El, que no se deja ganar en amistad y audacia, se hace el encontradizo en nuestro camino. Y nos dice: -Pero…¿qué os pasa? ¿Por qué vais tan tristes discutiendo por el camino?.-  Y los tontos de nosotros no le recocemos hasta que no se nos abren los ojos al escuchar con atención su Palabra y ver como parte el Pan. Amigo mío: no te olvides que eso es la Misa: Escuchar Su Palabra y verle a El partir el Pan. La Palabra y la Eucaristía. Pero ¿Vas a Misa? ¿Por qué? Deja al señor que se cruce en tu camino y te acompañe. Verás como encuentras la felicidad que buscan desde hace mucho tiempo.

Si tienes algo que decirme sobre todo esto, no lo dudes: escríbeme y charlaremos.

                                    Juan

juangainza@hotmail.com)