1.10.-
La personalidad descontrolada o explosiva.
Hay
personas que a veces se comportan de un modo sorprendente. Se enfadan
exageradamente por una nimiedad y reaccionan con una agresividad totalmente
desproporcionada. Se trata de un trastorno, más frecuente entre los hombres que
entre las mujeres, que en terminología psiquiátrica norteamericana se denomina
"trastorno explosivo intermitente".
No
se sabe bien cuál es la causa de este trastorno, aunque se ha visto que se da más
dentro de ciertas familias y que puede estar relacionado con alteraciones neurológicas,
a veces de tipo epiléptico. También puede estar favorecido por traumatismos
craneales y procesos inflamatorios cerebrales, así como por traumatismos
cerebrales durante el parto. Se ha demostrado cómo el consumo de alcohol, por
su efecto desinhibidor, favorece la aparición de las crisis.
Realmente
no se puede decir que se trate de un trastorno de la personalidad. Parece
tratarse de una anomalía específica del control de los impulsos, que no guarda
una relación intrínseca con la estructura de la personalidad. No obstante,
existen personas con tendencia a comportarse de un modo explosivo en
determinadas situaciones en las que no se han podido hallar alteraciones ni
antecedentes de patología neurológica. La psiquiatría clásica europea ha
venido considerando estas alteraciones como trastornos de la personalidad, bajo
la denominación de "psicopatía explosiva".
Principalmente
la anomalía se manifiesta en forma de episodios aislados, crisis psicológicas,
durante las cuales se producen una pérdida del control de los impulsos
agresivos, que se pueden dirigir hacia cualquier persona conocida o desconocida
o hacia objetos, propios o ajenos.
Esta
especie de "ataques" pueden estar desencadenados por un motivo
insignificante, especialmente por
ruidos intensos e inesperados, o más excepcionalmente por otro tipo de
estimulos sensoriales como destellos luminosos o luces brillantes.
En
cualquier caso, la crisis se desencadena por un motivo totalmente
desproporcionado con el comportamiento que manifiestan. Por otro lado, es
curioso que no se trate de personas habitualmente violentas o agresivas, si no
que suelen ser correctos en su trato diario, lo que hace que esta conducta
resulte aún más incomprensible para los que les conocen.
Tras
la crisis, son ellos mismos los primeros que se sorprenden de su comportamiento,
y pasados unos minutos, realmente se avergüenzan de ellos, lo cual les ocasiona
sentimientos de culpa, reproches, y a veces problemas policiales o judiciales de
cierta envergadura.
Todos
estos conflictos hacen que terminen resignándose a una situación de franco
aislamiento social, por el miedo a padecer alguna nueva crisis de pérdida de
control de los impulsos agresivos y sus consecuencias.
Como
resultado de estos episodios, se suele ocasionar un deterioro importante de sus
relaciones afectivas, familiares y sociales. En pocas ocasiones se comprende que
se trata de un trastorno psicopatológico, por lo que no se suele acudir a un
tratamiento psiquiátrico salvo que se llegue a complicaciones jurídicas de
cierta importancia que exija la intervención de un perito cualificado.
Principales
características de la personalidad explosiva:
-
Periodos
recortados de explosión de cólera.
-
La
explosión se produce sin reflexión previa de lo sucedido.
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La
agresividad es desproporcionada en relación con el estímulo que la provoca.
-
Tras
la explosión aparece arrepentimiento y culpabilidad.
-
No
existe agresividad fuera de estos periodos.