TEOLOGÍA ESPIRITUAL
VocTEO
 

Como nueva rama de la teología hace su aparición entre los años 1920-1930, cuando se le reconocen algunas formulaciones en los manuales; pero sería una limitación reducir la teología espiritual a esta expresión histórica.

La expresión manualista recoge y sedimenta todo un amplio interés, que desde los últimos años del siglo XIX y durante toda la primera parte del siglo xx ha constituido la propuesta específica de una nueva metodología para conocer el objeto de la teología, entendida como inteligencia crítica de la fe. Junto a la influencia mística de finales del siglo pasado hay - que recordar también un paso institucional, la constitución Deus scierztiarum Domirzus, de Pío XI, con la que se instituía una cátedra especial en las facultades teológicas, en donde llegara a constituirse una confrontación más estrecha e inmediata con la teología moral.

El problema primero y fundamental que se planteaba y se plantea a la teología espiritual es el de la mística y más prácticamente el de la llamada del cristiano a la vida mística. En el término mismo de teología espiritual se renuevan las instancias que consideran la vida cristiana como vida espiritual, en íntima conexión entre la ascética y la mística, que en los manuales conocerán dos direcciones distintas, así como también dos cátedras separadas en las facultades de teología. Estas instancias se fueron sedimentando a partir de 1919 en la revista de los dominicos «Révue d' Ascétique et Mystique», que representan también dos orientaciones distintas y dos hermenéuticas diferenciadas. En efecto, la primera orientación atendió a los elementos especulativo-deductivos, mientras que la segunda destaca la realidad de la vida cristiana a través de sus expresiones fenomenológicas, produciendo una orientación metodológica de notable confluencia con las ciencias histórico-empíricas, especialmente la psicología.

HoV se reconoce que la teología espiritual desempeña una tarea ardua dentro de la teología, una especie de tensión hacia una visión sintética del objeto mismo de la teología. En esta dirección, el conocido manual de J. Heerinckx (Turín-Roma 1931), lo mismo que los que le siguieron, no agotan su reflexión en propuestas meramente metodológicas, sino que ensanchan la perspectiva de la teología mucho más allá de la descripción del camino de la perfección concretado en « grados » o "senderos», hasta el intento de plantear y resolver los problemas de la "espiritualidad». Este último problema introduce en la teología espiritual el discurso sobre los " estados de perfección», acompañado a menudos de itinerarios propios que se configuran históricamente como " experiencias espirituales », y de diversas reflexiones metodológicas y fenoménicas. De esta forma se ve dérrotada por la propia historia la pretensión de cualquiera de estas experiencias particulares de presentarse como «la experiencia cristiana en sentido absoluto ». tentación decantada por la historia de la espiritualidad, en cuyo interior cualquier experiencia expresa simplemente una función, un acento, una metodología. Recientemente se ha insistido mucho precisamente en estos aspectos historiográficos de la teología espiritual, que gradualmente ha ido rompiendo sus confines con la historia de la espiritualidad, hasta llegar a presentarse como comprensión genérica del fenómeno espiritual en su dimensión metapsíquica y mística. La teología espiritual y la historia de la espiritualidad son disciplinas todavía jóvenes e inciertas dentro de unas metodologías recortadas que requieren un lúcido intento capaz de proponerlas como « espacio científico» dentro del concierto teológico en su totalidad.

G. Bove

Bibl.: G. Dumeige, Historia de la espiritualidad, en NDE, 613-637; G. Moioli, Teología espiritual, en NDE, 1349-1358; Ch. Bernard, Teología espiritual, Atenas, Madrid 1994. T Goffi - B, Secondin, Problemas y perspectivas de espiritualidad, Sígueme, 'Salamanca 1986.