TEOLOGÍA
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El término theologia-theologein no es de origen cristiano: los primeros datos que podemos recuperar se refieren al mito. Homero y Hesíodo son llamados theologoi por su estilo particular de componer y de cantar los mitos. Aristóteles, al dividir la filosofía teorética en: matemática, física y teología, la identifica con la metafísica. Agustín nos recuerda que los primeros en utilizar este término en sentido religioso fueron los estoicos, que la definían como «la razón que explica los dioses".

Sólo a través de un proceso progresivo se impone tanto en Oriente como en Occidente el uso cristiano de «teología". Para Clemente de Alejandría, indica el «conocimiento de las cosas divinas". para Orígenes expresa la «verdadera doctrina sobre Dios y sobre Jesucristo como Salvador". Corresponde a Eusebio el privilegio de haber aplicado por primera vez el atributo theologos a Juan, ya que en su evangelio escribió una «eminente doctrina sobre Dios". A partir de él, la teología indicará la verdadera doctrina, la cristiana, en oposición a la falsa doctrina que enseñaban los paganos y los herejes. A continuación, Dionisio establecerá una distinción que permanecerá hasta nuestros días: teología mística -simbólica, escondida- Y otra teología más manifiesta y racional. Entre los Padres de Oriente es interesante advertir que la teología indica de ordinario la doctrina sobre la Trinidad, mientras que la doctrina sobre Cristo se define como economía.

En Occidente, es sobre todo Agustín el que mantiene con fuerza el sentido religioso de teología. Se comprende la teología como el esfuerzo por penetrar cada vez más en la inteligencia de la Escritura y de la Palabra de Dios; por esto, se encuentra fácilmente un intercambio con las palabras sacra pagina o sacra doctrina. Se advierte un primer cambio de sentido en Boecio, que da a conocer la distinción de las ciencias de Aristóteles: Alcuino comienza la reforma carolingia y la división de las artes del trivio y del cuatrivio: la dialéctica se inserta también en la teología. Se llega así a la formulación de las Sententiae, es decir, a una colección de escritos de los Padres.

Se produce un crescendo de calidad en la comprensión de la teología por parte de Anselmo de Aosta. Buscando el equilibrio entre los «monásticos" y los « dialécticos", crea el principio base de la teología: quaero intelligere ut credam, sed credo ut intelligam. De todas formas, será Abelardo el primero que dio el paso de una teología comprendida como sacra pagina a una teología vista como scientia; de poco servirán las resistencias de san Bernardo para que la teología siguiera estando ligada a la perspectiva monástica.

Con Tomás y Buenaventura se mantendrá casi intacta la distinción entre dialécticos y monásticos. Con Guillermo de Occam la teología se enfrentará con el nominalismo y con la crítica; Erasmo de Rotterdam acentuará hasta tal punto la crítica que sustituirá por ella la quaestio escolástica. Melchor Cano marcará para la teología el momento en que tendrá que confrontarse con las auctoritates; el siglo XVlll representará, por el contrario, el período de los grandes sistemas y de las enciclopedias. A finales del siglo XIX, la encíclica Aeterni Patris, de León XIII, dará un giro, volviendo a poner la teología en relación con la filosofía tomista, que habrá de someterse a ella. El cambio de perspectiva que llevó a cabo el Vaticano II permite ver a la teología más animada por la Escritura (DV 24) y más en contacto con la vida eclesial, Así pues, la teología sigue estando anclada en la revelación como fundamento suyo y a la fe como su inteligencia crítica, para que la vida de fe del creyente pueda ser motivada y significativa.

R. Fisichella

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