SOLLICITUDO REI SOCIALIS
VocTEO
 

Carta encíclica de Juan Pablo II, escrita para celebrar el XX aniversario de la Populorum progressio, de Pablo VI, y publicada el 30 de diciembre de 1987.

Después de una introducción (nn. 1 4), que recuerda las líneas fundamentales del Magisterio de la Iglesia a propósito de la cuestión social (subrayando dos aspectos complementarios: su continuidad y su renovación) y recuerda la actualidad de la Populorum progressio, la parte II (nn. 5-10) examina precisamente los contenidos de la encíclica de Pablo VI, considerada como "documento de aplicación de los decretos del concilio" y en particular del espíritu de la Constitución Gaudium et spes.

La parte III (nn. 11-26) examina la situación del mundo a finales de los años 80, señalando cómo no puede decirse que sea idéntica a aquella en la que, veinte años antes, tomó forma la Populorum progressio.

La parte IV (nn. 27-34) afronta el tema del auténtico desarrollo humano, subrayando en particular la exigencia de la globalidad y también el fin último trascendente: "un desarrollo no solamente económico... se mide y se orienta según la realidad y la vocación del hombre visto en su globalidad, o sea, según su parámetro interior" (n. 29). Se recuerda el valor personal, histórico y teológico del trabajo humano, tema en particular de la encíclica Laborem exercens.

La parte V (nn. 35-40) traza las líneas fundamentales para una lectura teológica de los problemas sociales contemporáneos y culmina en la teología de la solidaridad.

Finalmente, la parte VI (nn. 41 -45) trata de algunas orientaciones particulares (especificando que la Iglesia no dispone de soluciones técnicas, que están fuera de su competencia, sino que se presenta como « experta en humanidad") y recuerda cómo la doctrina social de la Iglesia no debe considerarse como una tercera vía respecto al capitalismo liberal y el colectivismo marxista. Se subrayan algunas prioridades: la apertura internacional de la Iglesia y la opción preferencial por los pobres (que no debe permanecer en el plano de las simples proposiciones teóricas) y la creación de organismos de solidaridad internacional en este sentido.

La parte final menciona de pasada los aspectos válidos y positivos de la teología de la liberación, subrayando que aspirar a la liberación es de suyo algo noble y válido. perfectamente coherente con el auténtico espíritu cristiano. Se reafirma la confianza de la Iglesia en los hombres y el espíritu universalista del encuentro de los dirigentes de las diversas religiones en Asís, que se había celebrado el año anterior (27 de octubre de 1986). La encíclica termina, estando el año mariano en pleno desarrollo, con una apelación a la intercesión de la Virgen María, cuya «maternal solicitud se interesa por los aspectos personales y sociales de la vida de los hombres en la tierra".

L. Sebastiani

Bibl.: Texto en MPC, 11, 891-941.