SIMUL IUSTUS ET PECCATOR
VocTEO
 

Esta frase latina describe al creyente como una persona que existe delante de Dios como justo y pecador al mismo tiempo. Esta descripción fue formulada por Martín Lutero mientras daba lecciones sobre la carta de san Pablo a los Romanos entre el 1515 y el 1516. Por medio de esta formulación se expresa la situación de la persona que se ha revestido de Cristo a través del don de la fe. En efecto, este simul iustus et peccator es en realidad un corolario del principio de la Reforma, según el cual la justificación se lleva a cabo a través de la fe sola.

Por medio de la fe en Cristo, la misma justicia de Cristo se atribuye al creyente, haciéndolo así justo a los ojos de Dios (coram Deo). El juicio de Dios es un juicio de perdón misericordioso, ya que lo que reina en la vida del fiel es la santidad (justicia) de Cristo. A pesar de ello, la persona sigue siendo pecadora, ya que no tiene nada de su propia justicia que presentar ante el tribunal de Dios. Esta persona no puede va apelar a la gracia infusa como aportación a su justificación, ni puede ofrecer a Dios obras salvíficas hechas en la gracia como razón o causa de su justificación.

Por eso mismo, en sí y por sí mismo el creyente sigue siendo un pecador. Por medio de la fe en Cristo no se le imputa esta pecaminosidad. Lo que se le imputa es la santidad de Cristo; con esta santidad o justicia el cristiano está obligado a amar y a servir tanto a Dios como al prójimo, a ser fervoroso en la oración, a obedecer los mandamientos y a practicar todas las virtudes del seguidor de Cristo. En la teología luterana, por consiguiente, la condición de ser al mismo tiempo justo y pecador obliga al creyente al cumplimiento de buenas obras. Esta fórmula, como la de la justificación por medio de la fe, pone simplemente de relieve la dependencia total de estas obras de la justificación, concedida por Cristo gracias a su actividad redentora.

K. McMorrow

 

Bibl.: L. Ladaria, Antropología teológica, Roma-Madrid 1983, 356-362; H. Rondet, La gracia de Cristo, Estella, Barcelona 1966; H. KUng, La justificación según Karl Barth, Estella, Barcelona 1967.