GLORIA
VocTEO
 

1. Vocabulario.- Al traducir kabod, doxa, con el inexpresivo término "gloria», difícilmente consigue la Vulgata descubrir el rico contenido de las correspondientes voces hebrea y griega.

a) Kaboli. El verbo de la raíz kbli tiene como derivaciones nominales importantes el adjetivo kabed (pesado) y el substantivo kaboli (peso, honor gloria, esplendor). El paso del significado de pesadez, riqueza, al de importancia, estima, honor, es fácil de explicar: lo vemos en el funcionamiento del verbo kbli: la persona «de peso" por causa de su riqueza y de su importancia social recibe el reconocimiento, es decir, el honor por ello. Por tanto, el honor no es algo que proviene del que da honor, sino del que es honrado, es el reflejo de la importancia de la persona. En las grandes teofanías Dios manifiesta su «peso" por medio de los prodigios que lo acompañan (Éx 24,16-17). El reconocimiento de este "peso-poder» por parte de la criatura es el honor que se rinde a Dios. En la obra del Cronista y en los Proverbios aparece a menudo la pareja "riqueza y honor».

b) Dóxa. La versión de los Setenta cambia el sentido de "opinión» que tenía esta palabra en el griego clásico, usándola para traducir el hebreo kaboli. Sin embargo, este cambio se había preparado ya antes de los Setenta, sobre todo por obra de algunos filósofos griegos, como Parménides. En la versión de los Setenta, doxa adquiere un valor profundamente religioso, bien sea cuando se le atribuye a Dios o bien cuando se le atribuye al hombre.

Generalmente doxa traduce kabod de una manera mecánica (sobre todo en el Pentateuco); sin embargo, no hay que olvidar ciertos matices que más tarde ejercerán una notable influencia en el Nuevo Testamento: su equivalencia con dotería y con dynamis.

2. Antiguo Testamento

A) Gloria de Dios. El concepto expresado por kabod/dóxa representa una de las categorías más densas semánticamente de la Biblia. Si la santidad, qaosh/agiosyme, expresa la trascendencia, kaboli define su inmanencia, su manifestación. Hay un kaboli que se refiere particularmente a la acción de Dios en la historia y otro kaboli que representa más bien el reconocimiento cultual del primero. Así en el salmo 115,1: «¡No a nosotros, Señor, no a nosotros, sólo a tu nombre da gloria!»; se intenta invocar la intervención liberadora de Dios por amor a su kabod En la celebración cultual son significativos algunos pasajes de los salmos, como Sal 138,5: «Porque el kaboli del Señor es grande».

B) Gloria del hombre. La «gloria"', en sentido religioso, se atribuye también al hombre. En Job se establece una contraposición entre Dios omnipotente, Señor de la «gloria», y el hombre privado de la misma (Job 19,9, contraposición más acentuada en los Setenta). El hombre es semejante a Dios en cuanto que está coronado de «gloria'" (Sal 8,5.6). El judaísmo tardío habla de la gloria de Adán en el paraíso terrenal, una gloria perdida con el pecado. Uno de los objetivos de la comunidad de Qumrán es que al final se reproduzca para los elegidos la gloria de Adán (1 Qh 17, 15; CD 3, 20).

3. Nuevo Testamento.- El término dóxa aparece 165 veces. entre ellas 77 en los escritos paulinos. También en Juan es un término privilegiado. El uso neotestamentario de dóxa/doxázo está completamente en línea con los Setenta y también, aunque en menor grado, con el Antiguo Testamento hebreo.

Del Antiguo Testamento procede el significado de esplendor, gloria, magnificencia. La gloria divina, que en otros tiempos se manifestaba en el Sinaí, en el templo, etc., se manifiesta ahora en Jesús y a través de Jesús.

Juan atribuye la gloria a Cristo durante su vida terrena, ya que es la manifestación de Dios, mientras que Pablo, Mateo, Marcos y Lucas (prescindiendo de Lucas en el episodio de la transfiguración: Lc 9,35) sólo se la atribuyen después de la resurrección. En el Verbo encarnado está presente la gloria de Dios, lo mismo que en el Antiguo Testamento estaba presente en el tabernáculo y en el templo (Jn 1,14). Cristo resucitado es el Señor de la gloria ( 1 Cor 2,8). «Dar gloria a Dios» significa reconocer el poder salvador de Dios que se ha manifestado en Jesucristo (Lc 2,14. 19,38). Cristo comunica a los que creen en él aquella gloria que él mismo ha recibido del Padre (Rom 3,33). La justificación es fundamentalmente una participación de la «gloria» escatológica (Rom 8,30).

F. Raurell

Bibl.: H, Kittel - G, von Rad. Dóxa, en TWNT, 11, 235-274; S. Aalen, Gloria, en DTNT 11,227-231.