ESPIRITISMO
VocTEO
 

 Es en primer lugar la doctrina que  cree posible una especie de comunicación directa entre los vivos y los espíritus de los difuntos, mediante varias  técnicas (psicofonía, escritura automática, trance de un médium, etc.); en segundo lugar, la corriente de pensamiento que interpreta algunos fenómenos que parecen salirse del campo de la normalidad como manifestaciones de los mismos espíritus; finalmente (es el sentido más común de la palabra), es la práctica misma de evocar a los espíritus de los difuntos, con fines cognoscitivos o adivinatorios o por pura curiosidad. Entra, por tanto, en el amplio terreno de los fenómenos llamados genéricamente "paranormales" (sabiendo sin embargo hasta qué punto son imperceptibles, mudables y arbitrarios los límites entre la normalidad y la paranormalidad), para el creyente, convencido de la  inmortalidad de la dimensión espiritual del ser humano, es natural creer en la realidad de los espíritus de los difuntos y en el hecho de que éstos son capaces de sentimientos y de relaciones con los demás; pero parece más problemático admitir que puedan tener contactos directos con la dimensión histórico-temporal de la existencia, aunque no pueda excluirse esta eventualidad en línea de principio (por lo demás, en la tradición cristiana se ha admitido siempre el carácter verídico de ciertos hechos análogos, aunque más bien en el orden de lo milagroso).

En Occidente se despertó un gran  interés por el espiritismo a partir de la mitad del siglo XIX, que duró hasta comienzos del siglo xx; fue condenado por una respuesta del Santo Oficio del 24 de abril de 1917 (DS 3642).

Hoy la posición de los teólogos sensibles al conjunto de las ciencias humanas se muestra más matizada y atenta a la diferencia entre los diversos casos. La "valoración" moral del espiritismo depende sobre todo de la intención subyacente (si la intención es profundizar en la dimensión mistérica de la realidad, y con tal que se excluya aquella actitud- espiritual que la Escritura llama "tentar a Dios", no se puede hablar ciertamente de culpa) y de muchos factores concomitantes, entre los que resulta fundamental la madurez psicológica y espiritual del sujeto que se dedica a estos estudios y experimentos.

 L. Sebastiani

 

  Bibl.: Espiritismo, en ERC, 111, 687-690: Metapsiquica, en DF 195- 196: C. M. Herder Los grandes espiritistas y los fenómenos metapsiquicos Madrid 1946: J M, Pilón (dir.), Diez palabras clave de parapsicologia, Verbo Divino, Estella 1994,