CRISTIANISMO
VocTEO
 

 Religión que encuentra su fundamento en la manifestación de Dios en Jesucristo. En la concreción histórica de Jesús de Nazaret y particularmente  en el acontecimiento de su muerte y resurrección, el cristianismo adquiere su fisonomía de religión revelada, ya que se define a sí misma a partir de la autorrevelación gratuita de Dios, que en Jesús crea las condiciones para que el hombre pueda experimentar la novedad de la historia de la salvación.

El acontecimiento fundador de la  revelación en Jesucristo, el universale concretum, es signo de la peculiaridad unicidad del cristianismo, que ofrece a la historia el acontecimiento de la Verdad en la presencia de la Iglesia, sacramento de salvación en la historia de la humanidad.

Este término, que no se encuentra  en el Nuevo Testamento, aparece en la patrística griega usado en oposición al concepto de paganismo. De un significado originalmente sociológico, va tomando en el encuentro con el helenismo una acepción de acuerdo con el contenido, que destaca el aspecto gnoseológico de la fe cristiana y su formulación dogmática, dejando al término cristiandad el significado socio-político. Fue a partir de la crisis de instauración de la Reforma cuando el concepto de cristianismo se configuró como ideal del ser cristiano en su originalidad (en el doble sentido de esta palabra: singularidad y origen). En este sentido fue utilizado por algunas corrientes teológicas, como la teología humanista, la teología reformada y la teología de la Ilustración, proyectadas hacia una síntesis entre la forma y la ratio christianismi, capaz de hacer Surgir la idea de un cristianismo verdadero, universal, puro. Aparece en este período, probablemente con J 5. Semler (precursor de la teología histórico-crítica), la fórmula esencia del cristianismo, que constituye un auténtico punto neurálgico del debate filosófico-teológico.

La crisis ilustrada del principio de  tradición, la divergencia entre las instituciones y el individuo, la distancia entre los sistemas doctrinales y la vida y el fervoroso «despertar espiritual» desmenuzan el concepto de cristiandad y abren la cuestión sobre qué es lo proprium del cristianismo. La filosofia racionalista de la religión (siglos XVII y XVIII), con su idea de religión natural, subrava que la esencia de la religión coincide en su contenido con la posibilidad del conocimiento natural de Dios  en virtud de la razón y de la ley moral natural inscrita en el hombre. Las religiones positivas y reveladas son expresión de la religión natural y la misma idea de revelación se convierte en una mera contradicción. A este reduccionismo racionalista responde la apologética clásica con su triple demonstratio.. religiosa, christiana y catholica, que pretende hacer brillar el valor insuperable del cristianismo, la verdadera religión con carácter sobrenatural y capaz de responder a las instancias del hombre.

El debate sobre la esencia del cristianismo encuentra su culminación en la reflexión teológica entre finales del siglo XlX y comienzos de xx, sobre todo en el ámbito alemán (Troeltsch, von Harnack...) y en el francés (Sabatier Loisy...), aunque - como afirma K. Barth en La teología protestante del siglo XI, es Feuerbach el que pone en crisis la concepción de la esencia del cristianismo, llevando a cabo una inversión antropológica de la teología y anulando la proyección teológica en la autoconciencia progresiva del hombre.

A. Sabatier, con su Esquisse d'une phi losophie de la religion (1897), sostiene que el cristianismo es al mismo tiempo una religión ideal e histórica, ya que está ligada a la persona de Jesús. La esencia del cristianismo encama la experiencia religiosa absoluta y definitiva del hombre abierto a la interioridad con Dios. Este principio de vida nueva se concentra en la revelación de Dios que en Jesucristo se hace contemporánea a todo discípulo, distinguiendo en él lo auténtico de lo inauténtico. La obra de A. von Harnack La esencia del cristianismo ( 1900) no sólo intenta depurar a la figura de Jesús de las incrustaciones que pudieran adulterarla, sino que intenta conjugar una exigencia de absolutidad metahistórica, el Evangelio de Jesús, con la particularidad histórica del cristianismo, captado fenoménicamente dentro de la historia de las religiones. Aquí está la esencia del cristianismo como instrumento para captar lo permanente en lo mudable.

E. Troeltsch, en El carácter absoluto  del cristianismo y la historia de las religiones (1902), considera al cristianismo como una religión insuperable entre las religiones de la redención, ya que se muestra capaz de promover un  movimiento ético-sotérico, y concibe a Dios como un Dios personal que interpela al hombre implicándolo en el proyecto de salvación. Por esto la idea cristiana no es un dato obvio.

K. Barth eliminó la perspectiva histórica del cristianismo en sus presupuestos racionalistas para afirmar la prioridad de la revelación como ofrecimiento de sentido para el hombre, sin ningún punto de apoyo en la experiencia humana. P Tillich (1886-1965), a través del método de la correlación entre la razón y la revelación, concibe el cristianismo como una religión de la síntesis entre la autonomía humana y la perspectiva teónoma. Si la obra de R. Guardini La esencia del cristianismo  (1958) apunta decididamente a la concentración cristológica, que distingue al cristianismo de las demás religiones, y que se propone como Weltanschauung inédita, K. Rahner ofrece una introducción al concepto de cristianismo: es una religión que ofrece una autocomprensión del hombre y del mundo encamando sus propios valores en un sistema universal: es una religión revelada que, en un momento de la historia (Jesucristo), propone el acontecimiento de la salvación transmitiendo una verdad inmutable: se trata de una religión escatológica que, dentro de su definitividad, se caracteriza por el estar en camino hacia el Reino, condición ésta que relativiza todo tipo de absolutización de las realidades penúltimas.

Finalmente, la teoría teológica de la  hierarchia veritatum del Vaticano II (UR 11) representa la cuestión de la esencia del cristianismo como propuesta de aquellos contenidos de fe que son capaces de provocar al hombre en la opción decisiva de la fe.

 C. Dotolo

 

 Bibl.: K, Rahner, curso fundamental sobre  la fe, Herder, Barcelona ] 979; E. Troeltsch, El carácter absoluto del cristianismo, sígueme, Salamanca ]979; H. KUng, Ser cristiano, Madrid 1977; B. Maggioni, Cristianismo. Su trascendencia y sus pretensiones de absoluto, en DTI, 11. 181-191; J J Tamavo, Cristianismo: profecía y utopía, Verbo Divino, Estella 1993,