COMUNIÓN DE LOS SANTOS
VocTEO
 

El artículo de fe sobre la communio sanctorum, que apareció en el Símbolo apostólico en torno al siglo IV, ha dado origen a una intensa polémica sobre el contenido doctrinal de esta expresión y sobre los motivos de su inclusión en el Credo. Si se atiende al contenido doctrinal, se observa que el significado esencial de la fórmula depende de la interpretación que se dé del genitivo sanctorum. Hay algunos que entienden este término como el genitivo de sancta, y en ese caso la fórmula serviría para indicar la comunión en las cosas santas (sobre todo en los dones eucarísticos): otros, por el contrario, entienden el término como genitivo de sancti (los santos, según la acepción paulina), dándole a la fórmula el sentido de la comunión de vida que une a los bautizados. Teológicamente, estas dos expresiones no se excluyen y de hecho se conservarán en la Tradición, a pesar de los momentos polémicos.

Una aportación teológica significativa es la que nos ofrece Tomás de Aquino (recogida luego en el Catecismo Romano de 1566), con la idea de communio bonorum. Según santo Tomás, en la Iglesia hay «bienes» que se poseen en común: Cristo como bonum primario y los bienes propios de cada bautizado. La participación en estos bienes supone también la participación de los méritos de cada uno (Communio meritorum), es decir, de aquellos fieles que son todavía peregrinos en la tierra y de los que ya han conquistado el premio de la fe (los santos).

Todo esto resulta visible especialmente en la celebración de la eucaristía. La Lumen gentium nos brinda un afortunado resumen del significado de la communio sanctorum: «Todos, en forma y grado diverso, vivimos unidos en una misma caridad para con Dios y para con el prójimo y cantamos idéntico himno de gloria a nuestro Dios. Pues todos los que son de Cristo por poseer su Espíritu, constituyen una misma Iglesia y mutuamente se unen en Él (cf Ef 4,16). La unión de los que están en camino con los hermanos que se durmieron en la paz de Cristo, de ninguna manera se interrumpe, antes bien, según la constante fe de la Iglesia, se robustece con la comunicación de bienes espirituales » (LG 49).

G. Ancona

 

Bibl.: w Breuning, La comunión de los santos, en SM, 1, 833-838; D. Bonhoeffer Sociología de la Iglesia: sanctonLm communio, sígueme, Salamanca 1980; J. N, D Kelly Primitivos credos cristianos, Secretariado Trínitario, Salamanca 1980.