COMUNIÓN
VocTEO
 

 En el documento final del sínodo de  los obispos de 1985, veinte años después de la clausura del concilio Vaticano I, la palabra « comunión» suele usarse para hablar de la relación de los creyentes con Dios y de su mutua relación en Cristo, por la acción del Espíritu Santo, mediante los sacramentos, en particular el bautismo y la eucaristía (Relatio finalis, 11, C, 1); indica entonces el corazón mismo del misterio  de la Iglesia. Intentemos ver sintéticamente sus raíces y su contenido. 

1. Significado de la palabra

  - Mundo griego y helenista : la expresión griega koinonía tenía el significado de "comunión» "participación» y «relación». Indicaba la relación del hombre con los dioses o de los hombres entre sí.

- Antiguo Testamento: la palabra hebrea que los Setenta traducen por koinonía es khabar (unir, combinar): se refiere siempre a grupos comunitarios, grandes o pequeños, y no posee ningún matiz de relación con lo divino. El significado teológico en cuestión se expresa, por el contrario, con otras palabras como "salvación», «elección», «conocimiento», etc.

- Nuevo Testamento : el concepto de  comunión encuentra ante todo su expresión en el término koinonía ( 19 veces). En Pablo ( 14 veces) este término tiene varios significados: indica la contribución concreta de una comunidad en las necesidades en que se encuentra otra, para manifestar así el profundo vínculo de caridad que las une (cf 2 Cor 9,13); otras veces indica la participación por la fe en la vida de Cristo ( 1 Cor 1,9), en el sufrimiento (Flp 3,10) y en la consolación (2 Cor 1,57). Este término señala también la participaci6n en el cuerpo y en la sangre de Cristo, que se lleva a cabo en la bendición del cáliz y en la fracción del pan (1 Cor 10,16).También se habla de la comunión del Espíritu (2 Cor 13,13). En los Hechos (2,42) la expresión toma un significado eclesiológico: la comunión implica una pertenencia mutua de los fieles en que son considerados como miembros los unos de los otros. En Juan aparece nuestro tema no sólo en el término «comunión» (cf. 1 Jn), sino también en varias imágenes y discursos donde son corrientes las expresiones ser-en, permanecer-en y quedar-en (por ejemplo, «la vid y los sarmientos». Jn 15,1 -9); aquí 1~ comunión remite a la relación entre el Hijo y ~ el Padre, que en el Espíritu común se hace accesible a los discípulos (cf. Jn 1721); la comunión es don de Dios en Cristo y se extiende a través del anuncio cristiano (cf. 1 Jn 1,1-4). En síntesis, se puede afirmar que koinonía significa en el Nuevo Testamento una manera de vivir (de ser y de obrar), una relación con Dios y con los hombres característica de la colectividad cristiana.

 

  2. Su significado en la historia

 Lo época patrística : en Oriente  nuestro término indica principalmente la comunión en el banquete eucarístico (J Crisóstomo, In Joan. Hom. 47, 34), mientras que en Occidente adquiere, sobre todo con Agustín, el significado mismo de Iglesia (De unitate Ecclesiae contra donatistas, 20, 56). A continuación, estos dos aspectos tienden a considerarse como dos dimensiones de una sola realidad: comulgar en el sacrificio eucarístico es comunión con la Iglesia entera. Es significativo que la «excomunión» indique ruptura de la comunión con la Iglesia y prohibición de participar en el banquete eucarístico: de esta manera se precisa también el aspecto sacramental de la comunión. También está aquí implícito el valor soteriológico. la comunión representa la modalidad concreta con la que nos vemos afectados por la salvación de Dios: «Tenemos necesidad de la comunión con él» (Ireneo de Lyón, Adv. haer. Y, 2, 1). Hay que reconocer además en este motivo teológico un aspecto social: la comunión no indica solamente un aspecto místico invisible, sino una práctica de relaciones interpersonales bien definidas: por ejemplo, las «litterae communicatoriae», que las comunidades daban a los fieles que viajaban a otras comunidades eclesiales, se reconocían como « pasaporte » y mostraban cómo la realidad de la comunión implicaba unas relaciones socialmente visibles e identificables entre los individuos y las diversas comunidades. Además, la comunión supone también un aspecto jerárquico, ya que con este término se designaban la relación de los fieles con sus obispos, de los obispos entre sí, y de éstos con la Iglesia de Roma (cf Cipriano, Epist., 59, 14; Ambrosio, Epist., 11, 4).

- En la Edad Media, con Guillermo  de Auvergne (+ 1249) se distingue entre «comunión exterior» (medios de gracia) y «comunión interior» (vida de gracia). Con Buenaventura y Tomás de Aquino se habla también de « comunión espiritual» (que no se le niega a nadie), y «comunión sacramental» y exterior (que se les puede negar a los excomulgados.

- El concilio Vaticano II subraya la concepción trinitaria de la comunión eclesial (LG 2-4). Se emplea este término para describir la inserción en el cuerpo místico de Cristo y la participación en el misterio de la Iglesia mediante el bautismo y la eucaristía; se refiere a la relación ~e los individuos y de la Iglesia con Cristo y con los hombres (LG 7 50): el actor de esta incorporación es el Espíritu Santo (LG 4, 13); se trata de algo fundamental para la acción ecuménica (UR 2). La comunión es igualmente la palabra más adecuada para expresar la catolicidad, se emplea en la configuración de las relaciones entre la Iglesia local y universal (LG 13. 23), de la vinculación de los obispos entre sí (CD 5) y de éstos con el papa, cuya cátedra « preside la comunión universal de caridad» (LG 13d.; cf. 22). En conclusión, la comunión es la realidad «por la que los cristianos no se pertenecen ya a sí mismos, sino que son propiedad de Cristo, como los sarmientos insertos en la vid» (Juan Pablo 11, Christifideles laici,18); se trata de una realidad que sólo puede explicarse, en definitiva, a la luz del misterio trinitario, que se ha dado a conocer en la revelación del Verbo encarnado y del que estamos llamados a formar parte a través de su cuerpo que es la Iglesia.

P. Martinelli

 

Bibl.: J. Hamer, La Iglesia es una comunión, Estela. Barcelona 1967. G. Grasso. Comunión, en DTI, 11, 77-92; 'J M. Rovira Belloso, Vivir e" comunión, Secretariado Trinitario, Salamanca 1991; cf, también los números de la revista Communio 1 (19721 y 97 ( 19881, dedicados monográficamente a la Comn'unio y a la Communio sanctorum; H. U , von Balthasar, Aspecto del misterio católico, Encuentro, Barcelona 1988,