BELLEZA
VocTEO

 

  La belleza es la forma de la revelación, porque expresa de la mejor manera posible el amor, que es el contenido central de la fe. La teología ha hecho desde siempre de la belleza una expresión particular de su reflexión.

Aunque en algunos momentos la teología «oficial" había dejado lo pulchruraz fuera de su reflexión, algunos autores no quedaron insensibles a esta categoría que hunde sus raíces en la misma Escritura. Petrarca, Nicolás de Cusa, Erasmo, Juan de la Cruz y Teresa de Ávila, Pascal, Hamann, Tolstoi, Dostoievski, Hopkins, péguy, son sólo algunos ejemplos de cómo es posible mantener intacta, en la fe cristiana y en la reflexión sobre ella, el víncule) con la belleza.

En el Antiguo Testamento, la belleza se expresa junto con la bondad. El término hebreo tOb se puede traducir tanto por «hermoso" como por «bueno": el texto de Gn 1,3, por ejemplo, puede perfectamente traducirse: «y vio Dios que era hermoso». Junto con la belleza, Dios revela también su amor y su fidelidad a su palabra; él es el Dios  que introduce en el «país hermoso donde mana leche y miel", en virtud de la promesa que ha hecho. La belleza no permanece cerrada en sí misma, sino que se deja contemplar; en esta perspectiva encierra un valor particular la referencia a kabod.

Kabod es la gloria que irradia Yahveh en el esplendor de su belleza. Una belleza que no se deja ver directamente, sino que permanece siempre velada y escondida, y - a que sólo así podemos vivir tensos en la dinámica contemplativa que sabe percibir e ir cada vez más allá en la identificación de la belleza, En este sentido, es posible ver aplicado a Jesús de Nazaret la expresión del salmista: «Eres el más hermoso de los hombres" (Sal 44,3) precisamente en el momento en que, por decirlo con el Deuteroisaías, tiene un aspecto tan desfigurado que ni siquiera tiene un rostro humano (1s 52,14), el del inocente clavado en la Cruz.

En la teología contemporánea el  único autor que ha vuelto a proponer con fuerza y audacia esta perspectiva ha sido H. U. von Balthasar. La primera parte de su trilogía, con el título Gloria, reproduce una lectura de la revelación a la luz de la estética. De este modo, es posible ver representado un dato teológico de enorme importancia: la gratuidad de la percepción de la revelación y la respuesta coherente del  Creyente que tiene lugar por contemplación. Con la belleza es posible ver alzado un nuevo puente entre la teología y la literatura como forma de una reflexión que sirve de instrumento a la fe dentro del lenguaje simbólico y de la cultura.

R. Fisichella

 

 Bibl.: H. u, von Balthasar. Gloria. U7~a esté tica teológica, 7 vols., Encuentro, Madrid 1985-1989.