TEMA 49

VIDA ETERNA Y VISIÓN BEATÍFICA

 

49.1) Enseñanzas Bíblicas sobre la Vida Eterna

49.2) La Visión de Dios en la S.E. y en el Magisterio de la Iglesia

49.3) Visión Intuitiva de la Esencia Divina y Lumen Gloria

 

49.1 Enseñanzas Bíblicas sobre la Vida Eterna

En el A.T. vida indica una cierta plenitud caracterizada por una serie de bienes que acompaña la existencia:

- Dios tiene la posesión de la vida en sentido pleno

- Es el Dios vivo

- Se jura por la vida de Dios (43 veces)

- Dios mismo jura por su vida

- Dios es dador de vida

Existe una conexión vida santa-vida larga como una introducción a la vida como categoría moral y escatológica en el A.T.

- En Amós evoluciona al sentido nacional: "Israel si es fiel a Yahvéh vivirá"

- El que busca a Dios vive: "El que me habla, habla de vida" (Proverbios)

- "Me enseñarás el sendero de la vida" (Ps. 16,10)

En el A.T. se revela la existencia del premio eterno de modo parcial y oscuro, con el uso de análoga’as como la de la Tierra Prometida o con alusiones más expresas:

- "Los rectos verán su benigna faz" (Ps. 11,7) 

Vida eterna significa pues en el A.T. existencia en plenitud de gozo en oposición a la existencia umbrátil.

-Dan 12,12: "Estos para la vida eterna, aquellos para oprobio".

En el N.T. La Vida Eterna para los sinópticos tiene una dimensión de futuro, para S. Juan una dimensión de presente. Es el premio prometido en las bienaventuranzas y a lo que aluden muchas parábolas del Señor (Diez Vírgenes, talentos, etc,).

Según S. Juan la "Vida" se encuentra en el Logos (Prólogo) y a ella se llega por un nuevo nacimiento (prólogo) no de la carne ni de la sangre sino de Dios, o sea, fe y bautismo. Y esa vida está ya presente :

-1 Jn: "Quien cree en el Hijo tiene Vide Eterna, todo homicida no tiene Vida Eterna

Resumiendo:

- La Vida Eterna procede de Dios

- Esté en el Hijo

- Aceptan o rechazan al Hijo implica tener o no vida en El

- La aceptación se hace por la fe

- Por tener Vida Eterna participaremos en su resurrección gloriosa (Jn 6,39)

- La Eucaristía es prenda de la Vida Eterna (Jn. 6,54)

- Esta Vida Eterna consistirá en que "te conozcan a ti, único Dios verdadero y a tu enviado Jesucristo" (Jn. 7,13) con una visión facial de Dios, tal como es (1 Cor 13,12)

49.2 La Visión de Dios en la S.E. y en el Magisterio de la Iglesia

En la S.E. se habla de la visión de Dios en los ángeles Bienaventurados (Mt 18,10), en los limpios de corazón (Mt. 5,8), de la S.E. podemos concluir los siguientes elementos de la visión de Dios:

1. La visión de Dios comporta intimidad con Dios:

- "Tomó consigo a Pedro, Santiago y a Juan" (Transfiguración)

- "Y así estaremos siempre con El" (Tesalonicenses)

2. Visión intuitiva de Dios:

- "Aún no se ha manifestado lo que seremos...seremos semejantes a El porque lo veremos tal cual es" (1 Jn 3,2).

3. Supone ver la realidad interna de Cristo, es decir, su divinidad:

- "Para que contemplen mi gloria" (Jn 17,24)

- "Ahora vemos por medio de un espejo" (1 Cor 13,12).

4. Amor de Dios (la caridad jamás decae) intimidad con Cristo simbolizado en el banquete nupcial.

5. Gozo, alegría, el gozo de la Vida Eterna:

- "Bien, siervo bueno y fiel, entra en el gozo de tu Señor" (parábola de los talentos).

- "Bienaventurados los limpios de corazón..."

6. Eternidad:

- El gozo del Señor es para siempre (pantote), el Señor habla de las moradas eternas (Lc 16,9).

-Herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible (pt 1,6)

MAGISTERIO

Que los justos ya difuntos que carecen de toda culpa y pena de los pecados entran para siempre en la vida eterna, es una verdad de fe divina y definida en todos los símbolos: Nicea, Apostólico, Atanasiano.

El documento eclesiástico más explícito es la Const. "Benedictus Deus" de Benedicto XII, donde, entre otras importantes verdades de fe se enseña que: "Las almas de todos los santos, después de la ascensión de NSJC al cielo estuvieran, están y estarán en el cielo" y allí son "verdaderamente bienaventurados y tienen vida y descanso eterno" y para ellos "la visión y la fruición de Dios es permanente, sin interrupción o término y se continuará hasta el juicio final y desde entonces hasta toda la eternidad".

En términos parecidos se expresa también el IV de Lyon (sesión IV) y la bula "Laetuntur Coeli" y el decreto pro graecis del CdFlorencia.

La const. Benedictus Deus afirma además que las "almas de todos los fieles que están en el cielo ven la esencia divina con visión intuitiva y facial, al mostrárseles ella misma desnuda clara y abiertamente". Con estas palabras se explica el modo en que se produce la posesión de Dios en el cielo. Se trata por tanto de una operación del intelecto que "ve" la esencia de Dios tal como es Uno y Trino "sin que medie criatura alguna que tenga razón de objeto visto". Esto es lo que significa visión intuitiva y facial cuya existencia es dogma de fe.

Han negado la realidad de esta visión: Teodoreto de Ciro (S. V) y Gregorio Palamas (S. XIV), según estos, la visión del cielo alcanza solamente a la gloria que dimana de la esencia divina, pero no a esta.

Algo así como la gloria de que fueron testigos los tres Apóstoles en el Tabor. En 1887 León XIII condenó la sentencia de Rosmini según la cual "Dios es objeto de la visión beatífica en cuanto que es el Autor de las obras ad extra".

49.3 Visión Intuitiva de la Esencia Divina y Lumen Gloriae

La visión de Dios en el cielo, que como es obvio no puede hacerse con los ojos de la carne, es un conocimiento que defiere notablemente de cualquier conocimiento que de El podemos tener in via. El Magisterio enseña que es un conocimiento inmediato, sin objeto creado alguno que haga las veces de "objeto visto" o sea sin especie impresa que actualice el entendimiento ya que es imposible que haya especie alguna de Dios que lo represente a la perfección, de manera que es su misma esencia la que de un modo misterioso actualizará en el cielo el entendimiento sin intermediario alguno.

"La esencia divina se une al entendimiento creado, actualizando por ella misma el entendimiento" (S Th. I q 12 a. 2); "La esencia divina es tanto lo que se ve como aquello mediante lo que se ve" (C.G. III, 51). Se trata de una verdad sublime, inimaginable pues afirmamos que Dios se hace como la forma del entendimiento.

Estas consideraciones del objeto de la visión beatífica que es la esencia divina, lleva a deducir que excede la capacidad operativa natural. Si en esta vida no conocer’amos los misterios de la vida divina sin la luz de la fe, en la otra necesitaremos una luz superior que se llama luz de gloria (lumen gloriae) que eleve nuestra naturaleza para alcanzar esa visión. Así lo enseña la Iglesia al condenar a beguinos y begardos en el concilio de Vienne (1312) quienes decían que "el alma no necesita de la luz de la gloria que la eleve a ver a Dios y gozan de El con la plena felicidad" (Const. Ad Nostrum Qui). La necesidad de esta luz la enseña también Pío XII en Mystici Corporis.

La S.E. alude expresamente a la luz con la que vemos a Dios: "y en tu luz vemos la luz" (Ps 36,10); "Verán su rostro y no tendrán necesidad de antorchas ni de luz del sol, porque el Señor Dios los alumbrará" (Apoc 22,4).

La necesidad de la infusión de esta luz por parte de Dios en el entendimiento del bienaventurado, se desprende de que este ha de estar proporcionado para recibir el don de Dios, cuya esencia de Trinidad de Personas se da como objeto inmediato de visión. Y como esta visión ha de ser un acto de la criatura, Dios ha de perfeccionarla con un hábito -que es una cualidad permanente que infiere en el alma- participación de la luz infinita que es Dios mismo y con la que se contempla a Sí mismo.

Por tanto, la visión inmediata de Dios es sobrenatural, el objeto de la visión beatífica "es el mismo Dios Trino y Uno tal cual es" (Florencia y L.G. 49).

P’o XII en Mystici Corporis dice: "por esta visión será posible de una manera absolutamente inefable, contemplar al Padre, al Hijo, y al E.S. con los ojos de la mente, elevados por una luz superior; asistir de cerca por toda la eternidad a las procesiones de las divinas personas y ser bienaventurado con un gozo muy semejante al que hace bienaventurada a la Santa e indivisa Trinidad".

Si los bienaventurados contemplan la esencia divina, ven todas las perfecciones esenciales y también a las Tres Divinas Personas que tienen todas y cada una la misma y única esencia: Ser’a imposible ver inmediatamente esa divina esencia y no las Personas que en ella subsisten.

Pero a la vez, la posesión de Dios por el conocimiento y el amor no puede ser totalmente comprehensiva, pues nunca la potencia activa de una criatura se puede adecuar perfectamente al objeto conocido si este es Dios, lo contrario supondría la "conversión" de Dios en algo creado, lo cual es absurdo. De ahí que se acostumbre a decir que se verá a Dios "todo, pero no totalmente" (totum sed non totaliter).


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BIBLIOTECA BÁSICA DEL CRISTIANO