TEMA 33
EL SACRAMENTO DE LA
UNCIÓN
DE LOS ENFERMOS
33.1) La enfermedad y la muerte, momento de prueba
para el hombre.
33.2) Naturaleza, efectos, sujeto y ministro del
sacramento de la Unción.
33.1. La enfermedad y la muerte, momento de
prueba para el hombre.
La enfermedad y el sufrimiento se han contado
siempre entre los problemas más graves que aquejan a la vida humana. En la
enfermedad, el hombre experimenta su impotencia, sus límites y su finitud. Toda
enfermedad puede hacernos entrever la muerte. Ella puede conducir a la angustia,
al repliegue sobre sí mismo, a veces incluso a la desesperación y a la rebelión
contra Dios. Puede también hacer a la persona más madura, ayudarla a discernir
en su vida lo que no es esencial para volverse hacia lo que lo es. Con mucha
frecuencia, la enfermedad empuja a una búsqueda de Dios, un retorno a Él.
33.2. Naturaleza, efectos, sujeto y ministro del
sacramento de la Unción.
La Iglesia cree y confiesa que, entre los siete
sacramentos, existe uno especialmente destinado a reconfortar a los atribulados
por la enfermedad: es la Unción de los enfermos. "Fue instituida por
Cristo nuestro Señor como un sacramento del Nuevo Testamento, verdadero y
propiamente dicho, insinuado por Marcos (Mc 6,13), y recomendado a los fieles y
promulgado por Santiago, apóstol y hermano del Señor ( St 5,14-15). (Cc. de
Trento: DS 1695).
Se administra a los gravemente enfermos imponiéndoles
las manos y rezando por ellos, luego ungiéndolos en la frente y en las manos
con aceite de oliva debidamente bendecido pronunciando estas palabras: "Per
istam sanctam unctionem et suam piisimam misericordiam adiuvet te Dominus gratia
Spiritus Sancti ut a peccatis liberatum te salvet atque propitius allevet"
(Por esta santa unción, y por su bondadosa misericordia te ayude el Señor con
la gracia del Espíritu Santo, para que, libre de tus pecados, te conceda la
salvación y te conforte en tu enfermedad).
Los efectos de este sacramento son: La unión del
enfermo a la Pasión de Cristo, para su bien y el de toda la Iglesia; el
consuelo, la paz y el ánimo para soportar cristianamente los sufrimientos de la
enfermedad o la vejez; el perdón de los pecados si el enfermo no ha podido
confesarse antes; el restablecimiento de la salud corporal, si conviene a la
salud espiritual; y la preparación para el paso a la vida eterna.El sujeto del
sacramento es todo bautizado que se encuentra en peligro de muerte por
enfermedad o vejez. Si se recupera y vuelve a enfermar de gravedad puede volver
a recibir el sacramento. Solo los sacerdotes (obispos y presbíteros) son
ministros de la Unción de los enfermos.
Es
una gentileza de http://www.servicato.com
para la
BIBLIOTECA BÁSICA DEL CRISTIANO