5 de Setiembre
Beata Teresa de Calcuta
"Pertenezco enteramente al Corazón de Jesús"
El domingo 19 de octubre de 2003, en qué se celebró la Jornada Misionera
Mundial, Juan Pablo II celebró la Eucaristía en la Plaza de San Pedro a las
10,00 y beatificó a la Madre Teresa de Calcuta, la cual falleció el 5 de
septiembre de 1997.
La Oficina de las Celebraciones Litúrgicas del Sumo Pontífice preparó la
biografía de la beata que reproducimos a continuación:
"De sangre soy albanesa. De ciudadanía, India. En lo referente a la fe, soy una
monja Católica. Por mi vocación, pertenezco al mundo. En lo que se refiere a mi
corazón, pertenezco totalmente al Corazón de Jesús". De pequeña estatura, firme
como una roca en su fe, a Madre Teresa de Calcuta le fue confiada la misión de
proclamar la sed de amor de Dios por la humanidad, especialmente por los más
pobres entre los pobres. "Dios ama todavía al mundo y nos envía a ti y a mí para
que seamos su amor y su compasión por los pobres". Fue un alma llena de la luz
de Cristo, inflamada de amor por El y ardiendo con un único deseo: "saciar su
sed de amor y de almas".
Esta mensajera luminosa del amor de Dios nació el 26 de agosto de 1910 en
Skopje, una ciudad situada en el cruce de la historia de los Balcanes. Era la
menor de los hijos de Nikola y Drane Bojaxhiu. Recibió en el bautismo el nombre
de Gonxha Agnes, hizo su Primera Comunión a la edad de cinco años y medio y
recibió la Confirmación en noviembre de 1916. Desde el día de su Primera
Comunión, llevaba en su interior el amor por las almas. La repentina muerte de
su padre, cuando Gonxha tenía unos ocho años de edad, dejó a la familia en una
gran estrechez financiera. Drane crió a sus hijos con firmeza y amor, influyendo
grandemente en el carácter y la vocación de su hija. En su formación religiosa,
Gonxha fue asistida además por la vibrante Parroquia Jesuita del Sagrado
Corazón, en la que ella estaba muy integrada.
Cuando tenía dieciocho años, animada por el deseo de hacerse misionera, Gonxha
dejó su casa en septiembre de 1928 para ingresar en el Instituto de la
Bienaventurada Virgen María, conocido como Hermanas de Loreto, en Irlanda. Allí
recibió el nombre de Hermana María Teresa (por Santa Teresa de Lisieux). En el
mes de diciembre inició su viaje hacia India, llegando a Calcuta el 6 de enero
de 1929. Después de profesar sus primeros votos en mayo de 1931, la Hermana
Teresa fue destinada a la comunidad de Loreto Entally en Calcuta, donde enseñó
en la Escuela para chicas St. Mary. El 24 de mayo de 1937, la Hermana Teresa
hizo su profesión perpetua convirtiéndose entonces, como ella misma dijo, en
"esposa de Jesús para toda la eternidad". Desde ese momento se la llamó Madre
Teresa. Continuó a enseñar en St. Mary convirtiéndose en directora del centro en
1944. Al ser una persona de profunda oración y de arraigado amor por sus
hermanas religiosas y por sus estudiantes, los veinte años que Madre Teresa
transcurrió en Loreto estuvieron impregnados de profunda alegría.
Caracterizada por su caridad, altruismo y coraje, por su capacidad para el
trabajo duro y por un talento natural de organizadora, vivió su consagración a
Jesús entre sus compañeras con fidelidad y alegría.
El 10 de septiembre de 1946, durante un viaje de Calcuta a Darjeeling para
realizar su retiro anual, Madre Teresa recibió su "inspiración", su "llamada
dentro de la llamada". Ese día, de una manera que nunca explicaría, la sed de
amor y de almas se apoderó de su corazón y el deseo de saciar la sed de Jesús se
convirtió en la fuerza motriz de toda su vida. Durante las sucesivas semanas y
meses, mediante locuciones interiores y visiones, Jesús le reveló el deseo de su
corazón de encontrar "víctimas de amor" que "irradiasen a las almas su amor".
"Ven y sé mi luz", Jesús le suplicó. "No puedo ir solo". Le reveló su dolor por
el olvido de los pobres, su pena por la ignorancia que tenían de El y el deseo
de ser amado por ellos. Le pidió a la Madre Teresa que fundase una congregación
religiosa, Misioneras de la Caridad, dedicadas al servicio de los más pobres
entre los pobres. Pasaron casi dos años de pruebas y discernimiento antes de que
Madre Teresa recibiese el permiso para comenzar. El 17 de agosto de 1948 se
vistió por primera vez con el sari blanco orlado de azul y atravesó las puertas
de su amado convento de Loreto para entrar en el mundo de los pobres.
Después de un breve curso con las Hermanas Médicas Misioneras en Patna, Madre
Teresa volvió a Calcuta, donde encontró alojamiento temporal con las Hermanitas
de los Pobres. El 21 de diciembre va por vez primera a los barrios pobres.
Visitó a las familias, lavó las heridas de algunos niños, se ocupó de un anciano
enfermo que estaba extendido en la calle y cuidó a una mujer que se estaba
muriendo de hambre y de tuberculosis. Comenzaba cada día entrando en comunión
con Jesús en la Eucaristía y salía de casa, con el rosario en la mano, para
encontrar y servir a Jesús en "los no deseados, los no amados, aquellos de los
que nadie se ocupaba". Después de algunos meses comenzaron a unirse a ella, una
a una, sus antiguas alumnas.
El 7 de octubre de 1950 fue establecida oficialmente en la Archidiócesis de
Calcuta la nueva congregación de las Misioneras de la Caridad. Al inicio de los
años sesenta, Madre Teresa comenzó a enviar a sus Hermanas a otras partes de
India. El Decreto de Alabanza, concedido por el Papa Pablo VI a la Congregación
en febrero de 1965, animó a Madre Teresa a abrir una casa en Venezuela. Esta fue
seguida rápidamente por las fundaciones de Roma, Tanzania y, sucesivamente, en
todos los continentes. Comenzando en 1980 y continuando durante la década de los
años noventa, Madre Teresa abrió casas en casi todos los países comunistas,
incluyendo la antigua Unión Soviética, Albania y Cuba.
Para responder mejor a las necesidades físicas y espirituales de los pobres,
Madre Teresa fundó los Hermanos Misioneros de la Caridad en 1963, en 1976 la
rama contemplativa de las Hermanas, en 1979 los Hermanos Contemplativos y en
1984 los Padres Misioneros de la Caridad. Sin embargo, su inspiración no se
limitó solamente a aquellos que sentían la vocación a la vida religiosa. Creó
los Colaboradores de Madre Teresa y los Colaboradores Enfermos y Sufrientes,
personas de distintas creencias y nacionalidades con los cuales compartió su
espíritu de oración, sencillez, sacrificio y su apostolado basado en humildes
obras de amor. Este espíritu inspiró posteriormente a los Misioneros de la
Caridad Laicos. En respuesta a las peticiones de muchos sacerdotes, Madre Teresa
inició también en 1981 el Movimiento Sacerdotal Corpus Christi como un "pequeño
camino de santidad" para aquellos sacerdotes que deseasen compartir su carisma y
espíritu.
Durante estos años de rápido desarrollo, el mundo comenzó a fijarse en Madre
Teresa y en la obra que ella había iniciado. Numerosos premios, comenzando por
el Premio Indio Padmashri en 1962 y de modo mucho más notorio el Premio Nobel de
la Paz en 1979, hicieron honra a su obra. Al mismo tiempo, los medios de
comunicación comenzaron a seguir sus actividades con un interés cada vez mayor.
Ella recibió, tanto los premios como la creciente atención "para gloria de Dios
y en nombre de los pobres". Toda la vida y el trabajo de Madre Teresa fue un
testimonio de la alegría de amar, de la grandeza y de la dignidad de cada
persona humana, del valor de las cosas pequeñas hechas con fidelidad y amor, y
del valor incomparable de la amistad con Dios. Pero, existía otro lado heroico
de esta mujer quesalió a la luz solo después de su muerte. Oculta a todas las
miradas, ocultaincluso a los más cercanos a ella, su vida interior estuvo
marcada por la experiencia de un profundo, doloroso y constante sentimiento de
separaciónde Dios, incluso de sentirse rechazada por El, unido a un deseo cada
vezmayor de su amor. Ella misma llamó "oscuridad" a su experiencia interior.
La"dolorosa noche" de su alma, que comenzó más o menos cuando dio inicio a su
trabajo con los pobres y continuó hasta el final de su vida, condujo a Madre
Teresa a unión con Dios cada vez más profunda. Mediante la oscuridad, ella
participó de la sed de Jesús (el doloroso y ardiente deseo de amor de Jesús) y
compartió la desolación interior de los pobres.
Durante los últimos años de su vida, a pesar de los problemas de salud cada vez
más graves, Madre Teresa continuó dirigiendo su Instituto y respondiendo a las
necesidades de los pobres y de la Iglesia. En 1997 las Hermanas de Madre Teresa
contaban casi con 4.000 miembros y se habían establecido en 610 fundaciones en
123 países del mundo. En marzo de 1997, Madre Teresa bendijo a su recién elegida
sucesora como Superiora General delas Misioneras de la Caridad, llevando a cabo
sucesivamente un nuevo viaje al extranjero. Después de encontrarse por última
vez con el Papa Juan Pablo II, volvió a Calcuta donde transcurrió las últimas
semanas de su vida recibiendo a las personas que acudían a visitarla e
instruyendo a sus Hermanas. El 5 de septiembre, la vida terrena de Madre Teresa
llegó a su fin. El Gobierno de India le concedió el honor de celebrar un funeral
de estado y su cuerpo fue enterrado en la Casa Madre de las Misioneras de la
Caridad. Su tumba se convirtió rápidamente en un lugar de peregrinación y
oración para gente de fe y de extracción social diversa (ricos y pobres
indistintamente). Madre Teresa nos dejó el ejemplo de una fe sólida, de una
esperanza invencible y de una caridad extraordinaria. Su respuesta a la llamada
de Jesús, "Ven y sé mi luz" hizo de ella una Misionera de la Caridad, una "madre
para los pobres", un símbolo de compasión para el mundo y un testigo viviente de
la sed de amor de Dios.
Menos de dos años después de su muerte, a causa de la extendida fama de santidad
de Madre Teresa y de los favores que se le atribuían, el Papa Juan Pablo II
permitió la apertura de su Causa de Canonización. El 20 de diciembre de 2002 el
mismo Papa aprobó los decretos sobre la heroicidad de las virtudes y sobre el
milagro obtenido por intercesión de Madre Teresa.
Tomado de ACI Digital