UNIVERSIDADES Y FACULTADES ECLESIÁSTICAS
I. Introducción. El adjetivo eclesiástico tiene, como resultado de un complejo 
proceso histórico, una significación ambivalente: sirve para indicar tanto lo 
que es propio de la Iglesia en general, como lo específico del clero; de ahí que 
algunos autores recientes, siguiendo una terminología nacida en Francia, hayan 
propuesto emplear en el primer caso el término eclesial, reservando el 
calificativo eclesiástico para la segunda significación, pero ese uso no ha 
conseguido aún imponerse. Hablar, pues, de universidades y facultades 
eclesiásticas puede, pues, entenderse tanto en el sentido de centros en los que 
se imparten enseñanzas específicamente cristianas, y, por tanto, eclesiales 
(teología, derecho canónico, liturgia, pastoral, etc.), como de centros 
destinados a la formación superior de los sacerdotes. En este artículo lo 
entendemos en el primer sentido, que es más amplio y general, y nos referiremos 
por eso tanto a centros abiertos a todo cristiano, como a los específicamente 
sacerdotales.
      
      2. Historia. La preocupación por la formación superior de los cristianos 
forma parte de la misión de la Iglesia (v. IGLESIA III, 5): está incluida, como 
una parte, en su misión general de propagar la fe de Cristo y de mantenerla y 
promoverla una vez extendida. De ahí que, desde los primeros tiempos de la 
Iglesia, junto a la formación catequética, dirigida a los que se estaban 
preparando para recibir el Bautismo (v. CATECÚMENO), existe una amplia tarea 
encaminada a mantener y desarrollar la formación de los ya bautizados. A ello se 
encamina la predicación ordinaria, y de modo especial las homilías, de las que 
quedan tantos testimonios históricos, la redacción de comentarios sobre las 
Sagradas Escrituras y de tratados teológicos, sin olvidar que en las antiguas 
escuelas catequéticas de Alejandría (v.), Antioquía (v.), etc., tomaban parte no 
sólo catecúmenos, sino también cristianos, clérigos o seglares.
      
      SEMINARIOS Y UNIVERSIDADES ECLESIÁSTICAS
      
      En la confluencia de los s. XII y XIII, de las antiguas asociaciones 
denominadas «studium», en su mayoría formados al amparo de centros 
eclesiásticos, como catedrales, monasterios, etc., surgen las llamadas 
universidades. La Iglesia favorece esta nueva institución escolar tomándola bajo 
su protección y otorgando cartas de fundación y privilegios, con la intención de 
formar una élite intelectual capaz de mejor servir a Dios y a la Ciudad (v. 
UNIVERSIDAD). Hasta el s. XIV toda universidad, en su conjunto, solía estar 
amparado en la legislación de la Iglesia, participando así de la unidad y 
catolicidad que ésta enseñaba a los estudiantes del mundo entero; sus miembros 
-maestros y alumnos- en su mayoría eran clérigos. En el primer periodo de su 
existencia fueron bastante semejantes a los institutos eclesiásticos y 
pontificios donde los Papas -solos o de acuerdo con el Emperador, etc- 
ejercitaban su jurisdicción, promulgaban o modificaban sus estatutos, vigilaban 
la ortodoxia y retenían el derecho de fundar facultades, particularmente de 
Teología o de Derecho canónico. A partir del s. XV comienza un periodo de 
progresiva secularización (v.) paralela al nacimiento de las nacionalidades. Las 
universidades se van separando de la autoridad eclesiástica y van adquiriendo un 
carácter nacional, viniendo a ser tributarias del gobierno de cada país. La 
Revolución Francesa y después Napoleón impondrán una enseñanza totalmente 
dependiente del Estado, y esta corriente se extenderá por el resto de Europa y 
América mediante la supresión en muchos países de las facultades de Teología y 
de Derecho canónico, o relegando estos estudios a los seminarios y centros 
dedicados exclusivamente a la formación sacerdotal. En otros países, en cambio, 
permanecieron facultades de Teología y de Derecho canónico dentro de las 
universidades civiles.
      
      La Iglesia reacciona frente a ello, sintiendo la urgente necesidad de 
crear establecimientos de estudios superiores, o de fomentar y asegurar la 
independencia de aquellos que no han sido absorbidos por los Estados, cuidando 
que su enseñanza y ambiente estén penetrados de espíritu cristiano y que los 
grados académicos conferidos tengan validez a todos los efectos civiles. Ése es 
el origen de las llamadas Universidades Católicas, es decir, centros de 
enseñanza superior, fundados y erigidos por la autoridad eclesiástica, y 
capacitados para impartir enseñanzas en las más variadas ramas del saber: 
filosofía, derecho, medicina, etc. (V. UNIVERSIDAD).
      
      Al mismo tiempo la Iglesia dedica especial atención a los estudios de 
ciencias eclesiásticas (v. I, 1): León XIII, con la Enc. Aeterni Patris, 
promueve e impulsa los estudios teológicos y filosóficos, invitando a seguir el 
modo de obrar de la tradición patrística y escolástica y subrayando 
especialmente la figura de S. Tomás de Aquino (v.); Pío X, a raíz de la crisis 
modernista, dicta diversas y amplias disposiciones en ese sentido. Fruto de todo 
ello es la Const. Ap. Deus scientiarum Dominus, promulgada por Pío XI el 24 mayo 
1931. En esa Constitución se prevé la figura de facultades eclesiásticas, con la 
finalidad de enseñar y promover el estudio de las ciencias sagradas o las que 
con éstas se hallan íntimamente relacionadas; investigar más a fondo los 
distintos campos de las disciplinas sagradas; y contribuir, lo más posible, al 
estudio y desenvolvimiento de las mismas ciencias. Esa misma Constitución 
decretó que a partir de entonces la erección canónica y la dirección de estos 
centros está reservada a la Sagrada Congregación de Seminarios y Universidades; 
todos los establecimientos que existían con anterioridad debieron someter sus 
estatutos, reglas, programas, etc., a ésta para poder continuar dispensando los 
grados de bachillerato, licenciatura y doctorado. Esta misma obligación atañe a 
las facultades teológicas y canónicas erigidas dentro de las Universidaes 
civiles, sin que el carácter estatal les dispense de su cumplimiento.
      
      El Conc. Vaticano II se refiere a la enseñanza superior eclesiástica, 
tanto en el decreto sobre la formación sacerdotal (Decr. Optatam, totius, 18), 
como en la declaración sobre la educación cristiana de la juventud (Decl. 
Gravissimum educationis, 10). En 1967, con la reforma de la Curia, la S. 
Congregación de seminarios y universidades cambia de nombre para denominarse 
Congregación para la Educación Católica. Parece así subrayarse la decisión de 
que los estudios teológicos, canónicos, etc., no queden reservados a clérigos, 
sino que se extiendan a todo cristiano. Unas Normae quaedam de la Sagrada 
Congregación para la Educación Católica, de 20 mayo 1968, siguiendo la Decl. 
Gravissimum educationis, n° 11, del Conc. Vaticano II, modifican algunas normas 
de la Const. Deus scientiarum Dominum y actualizan los estudios y formación de 
las Universidades eclesiásticas (el texto puede verse en «Ecclesia» 20 jul. 
1968, n° 1.399).
      
      Aunque no siempre ha sido así, en la actualidad donde se encuentra una 
mayor concentración de Universidades y facultades eclesiásticas es en Roma. Nos 
referiremos por eso primero a las existentes en la capital del orbe católico, 
para reseñar luego las demás.
      
      3. Origen y evolución de las universidades eclesiásticas en Roma. Hacia 
finales del s. XVI, si omitimos la antigua Sapienza, cuyo origen se remonta al 
año 1303 con Benifacio VIII, existían en Roma cuatro establecimientos de altos 
estudios: Seminario Romano, Colegio Romano, Instituto del Doctor Angélico (Angelicum) 
y el Colegio de la Propaganda Fide. Al decaer los Estados Pontificios en 1870, 
estos centros perdieron en parte su carácter universitario, al menos durante 
cierto tiempo, excepto la Sapienza, que continuó ejerciendo la docencia como 
universidad estatal italiana, conservando las facultades teológicas y canónicas. 
Los otros establecimientos solicitaron, posteriormente, impartir enseñanza 
sagrada y conferir grados académicos.
      
      Seminario Romano. Actualmente «Pontificia Univ. Lateranense». Por voluntad 
de León XII, continuó funcionando en el Palacio de San Apolinar y abrió sus 
Facultades de Teología en 1824, de Filosofía en 1828, y bajo el Pontificado de 
Pío IX, en 1853, las de Derecho canónico y civil comparado, que a raíz de la 
Const. Deus scientiarum Dominum dio lugar al Pontificium Institutum Utriusque 
Iuris del Ateneo Lateranense. En 1957 se inician en el mismo Ateneo el 
Pontificio Inst. Pastoral y el Pontificio Inst. Iesus Magister; en 1960 él Inst. 
Patrístico Medieval, y, ya en 1962, la Cátedra de Santo Tomás de Aquino y el 
Inst. Leoniano de Alta Literatura, fundado en 1886 por León XIII en San Apolinar 
y que ahora vuelve a constituirse, dedicado especialmente al estudio del latín. 
Juan XXIII la elevó al grado de Universidad.
      
      Colegio Romano. Hoy «Pontificia Univ. Gregoriana». Fundado por S. Ignacio 
de Loyola, fue constituido universidad por Julio III en 1552, recibiendo nueva 
dotación y edificio en 1558 con Gregorio XIII. Junto a la Facultad de Teología 
se erigieron las Facultades de Derecho canónico en 1876, Historia eclesiástica y 
Misionología en 1932, y en 1955, año de su erección canónica, la Facultad de 
Filosofía. A ella se han anexionado otras ramas como son: el Pontificio Inst. 
Bíblico, abierto en 1916; el Pontificio Inst. de Estudios Orientales (1917); el 
Inst. de Cultura Religiosa para seglares, la Escuela de Teología Ascética; y la 
Escuela Superior de Letras Latinas, etc.
      
      Inst. del Doctor Angélico (Angelicum). Actualmente «Pontificia Univ. de 
Santo Tomás de Aquino». La Facultad Teológica fue erigida por Gregorio XIII en 
1580 bajo el nombre de Colegio de Santo Tomás, sólo para alumnos de la orden 
dominicana, hasta que en 1727 Benedicto XIII permitió conferir grados académicos 
a otros alumnos. En 1882 León XIII fundó la Facultad de Filosofía y en 1886 la 
de Derecho canónico. En 1909 se transformó en Pontificio Inst. Internacional 
Angelicum conservando las tres facultades, confirmadas de nuevo a raíz de la 
Const. Deus scientiarum Dominum. En la Facultad de Filosofía, en 1955 se erigió 
el Inst. de Ciencias Sociales. Su título actual se debe a Juan XXIII.
      
      Colegio de Propaganda Fide. En 1962, por Juan XXIII fue elevado a 
universidad con el título de «Pontificia Univ. Urbaniana». Debe su fundación a 
Urbano VIII, que en 1627 le dio el nombre de Pontificio Ateneo de Propaganda 
Fide, creando las Facultades de Teología y Filosofía. En 1933 se erigió el Inst. 
Pontificio Misionero Científico con potestad de conferir grados en disciplinas 
misionológicas y de Derecho.
      
      4. Otros Institutos y Facultades eclesiásticas de Roma. Pontificio Ateneo 
de San Anselmo, fundado por Inocencio XI en 1687 y reconstituido por León XIII 
en sus tres facultades: Teología, Filosofía y Derecho canónico. Pontificio 
Ateneo Antoniano, erigido en 1933; tiene las Facultades de Teología, Filosofía y 
Derecho canónico. Pontificio Ateneo Salesiano; fundado en 1940 con sus tres 
Facultades de Derecho canónico, Filosofía y Teología, ha incluido en 1956 en la 
Facultad de Filosofía el Inst. Superior de Pedagogía confiriendo grados 
académicos en Filosofía-Pedagogía. Pontificia Facultad Teológica San 
Buenaventura; su origen se vincula al Colegio de San Buenaventura fundado por 
Sixto V en Roma, en 1587; su erección canónica según la Const. Deus scientiarum 
Dominum data de 1935. Facultad Teológica Santa Teresa de Jesús y San Juan de la 
Cruz, erigida en 1935, recibió en 1963 el título de Pontificia; en su seno, en 
1964, se erigió canónicamente el Pontificio Inst. de Espiritualidad con sus 
propios estatutos y con facultad de conferir el doctorado en Sagrada Teología, 
especialidad de Espiritualidad. Pontificio Inst. de Arqueología Cristiana, 
creado en 1925 por Pío XI. Pontificio Inst. de Estudios Árabes; surgió en Túnez 
en 1926; trasladado a Roma en 1964 recibió el título actual; su finalidad es 
perfeccionar a los eclesiásticos y laicos en lengua y literatura árabes 
confiriendo los respectivos grados académicos. Pontificio Inst. de Música Sacra, 
fundado por Pío XI con el título de Escuela Superior de Música Sacra en 1911; la 
actual denominación la recibió en 1931 por la Const. Deus scientiarum Dominum. 
Pontificio Inst. Superior de Latinidad, preconizado por Juan XXIII y 
canónicamente erigido por Paulo VI en 1964. Facultad Teológica «Marianum», 
erigida con este título a perpetuidad en 1955; ha formado un Inst. de Mariología 
autorizado para formar alumnos, eclesiásticos y laicos, de cualquier otra 
licenciatura en Sagrada Teología para conseguir el doctorado en la 
especialización de Mariología. Unión Internacional «Pro Deo», erigida por Paulo 
VI en 1965; se ha unido a otras dos asociaciones dando lugar a la Univ. Libre 
Internacional de Estudios Sociales «Pro Deo», instituida por Decreto del 
Presidente de la República italiana el 5 mayo 1966.
      
      5. Universidades y facultades eclesiásticas en el resto del mundo. Al 
surgir de las universidades en la Edad Media,éstas van naciendo en diversos 
puntos de la Cristiandad de la época. Entre las primeras y más importantes hay 
que reseñar la de París, dedicada a Teología y Filosofía, y la de Bolonia, 
especializada en Derecho canónico y civil. Otras universidades de la época son: 
la de Nápoles, fundada por el emperador Federico II en 1224; la de Salamanca, 
fundada en 1254; la de Toulouse, que recibió en 1233 de Gregorio IX el ius 
ubique docendi; la de Oxford, que data también del s. XIII; la de Perugia, 
fundada en 1308; la de Praga, que data de 1348; la de Heidelberg, fundada en 
1385, etc. Como las universidades medievales constituyen el origen de toda 
universidad moderna, tanto eclesiástica como civil, remitimos para más datos al 
artículo UNIVERSIDAD.
      
      Otra época importante en la historia de las Universidades y facultades 
eclesiásticas lo constituye el auge de los estudios filosófico-teológicos que, 
después de la decadencia nominalista, tiene lugar a raíz del humanismo (v.) y de 
la reforma tridentina, que da lugar a un tipo de enseñanza que quiere unir los 
afanes especulativos de la escolástica con el nuevo conocimiento del latín y de 
la época clásica grecorromana y de la patrística fomentado por el humanismo. 
Especial relieve alcanzan las Universidades españolas de Salamanca (v. 
SALAMANCA, ESCUELA DE), de Alcalá (fundada por el Cardenal Cisneros, v., en 
1505) y de Valladolid (que data de 1346); así como la portuguesa de Coimbra 
(fundada en 1308), la de Lovaina (fundada en 1425; v. LOVAINA, ESCUELA DE), y, 
en Roma, la Sapienza y el Colegio Romano. En Alemania, después de la escisión 
provocada por Lutero, permanecieron católicas las universidades de Colonia, 
Maitnz, Trier, Friburgo de Brisgovia, Dillingen e Ingolstadt, aunque sufrieron 
una fuerte decadencia, superada por algunas de ellas con la restauración 
postridentina.
      
      La política laicista llevada a la práctica por diversos gobiernos 
posteriores al movimiento llamado Ilustración (v.) trae consigo la supresión de 
las facultades eclesiásticas que existían en diversas universidades civiles; 
movimiento del que se exceptúan Alemania, Inglaterra y los países escandinavos 
(en estos últimos casos, el hecho afecta a facultades protestantes). Como ya 
antes decíamos, frente a ello la Iglesia reacciona fundando institutos y 
universidades católicas, en muchos de los cuales existen facultades 
eclesiásticas, o -en otra línea- promoviendo centros de formación sacerdotal 
superior.
      
      La situación actual, según el Anuario Pontificio de 1973, es la siguiente: 
existen fuera de Roma 17 Facultades de estudios eclesiásticos no vinculadas a 
ninguna universidad general, es decir, constituyendo centros dedicados sólo a 
estudios eclesiásticos; 47 Universidades Católicas, en muchas de las cuales, 
además de los estudios civiles correspondientes, se imparte enseñanza 
eclesiástica; y 32 Facultades de Teología en universidades estatales.
      
      Entre las universidades estatales que albergan facultades teológicas se 
encuentran: Ausburgo, Friburgo de B., Bochum, Maguncia, Munich, Münster, 
Ratisbona, Tubinga, y Würzburg (Alemania); Friburgo (Suiza); Graz, Innsbruck, 
Salisburgo y Viena (Austria); Univ. de San Marcos de Lima (Perú), Montreal 
(Canadá), Estrasburgo (Francia), etc.
      
      Entre Centros de sólo estudios eclesiásticos el más antiguo es el St. 
Mary's Faculty of Theology de Baltimore (erigida en 1822); los restantes son del 
s. XX: Cagliari, Chicago, Dalat (Vietnam del Sur), Heythrop (Gran Bretaña), 
Alwaye (Kerala, India), Milán, Munich, Nápoles, Paderborn, Poona (India), 
Sydney, Turín, Toronto y Trier (Alemania).
      
      Entre las universidades católicas que cuentan con Facultades de Teología 
podemos mencionar: Univ. de L'Ouest (Angers), Univ. Saint-Joseph (Beirut, 
Líbano), Pont. Univ. Javeriana (Bogotá), Católica de Buenos Aires, Kinshasa, 
Lovaina, Lille (Francia), Lima (Perú), Lublin (Polonia), Lyon, Univ. de S. Tomás 
(Manila), College St. Patrick's de Maynooth (Irlanda), Nimega, Ottawa, Inst. 
Católico de París, Quebec, Río de Janeiro, Santiago de Chile, Sao Paulo, Tokio, 
Washington, etc.
      
      En España hay cuatro universidades erigidas por la Iglesia en las que 
junto a estudios civiles, más o menos desarrollados, se imparten estudios 
eclesiásticos: la de Deusto, con Facultad de Teología; la de Comillas, con 
Facultades de Teología y Derecho canónico; la Pontificia de Salamanca, con 
Derecho canónico, Teblogía y Filosofía, y la Univ. de Navarra -la más 
desarrollada en cuanto a estudios civiles-, con Derecho canónico y Teología. 
Además existen cuatro Facultades independientes de estudios eclesiásticos: 
Facultad Teológica de Barcelona (con dos sedes: S. Paciano y S. Cugat del Vallés), 
del Norte de España (con dos sedes: Burgos y Vitoria), Facultad de Granada 
(Cartuja) y la de Valencia, de recientísima creación.
      
      V. t.: ENSEÑANZA, CENTROS ECLESIÁSTICOS DE.
      
      
BIBL.: Annuario Pontificio, Vaticano 1973, 1345 ss.; A. BRIDE, Universités, en DTC 15,2230-68; S. D'IRSAY, Histoire des Universités francaises et étrangéres, 2 vol., París 1933-35; H. RASHDALL, F. M. POWICKE, The Universities of Europe in the Middle Ages, 3 vol. Oxford 1936; CH. H. HASKINS, The Rise of Universities, Nueva York 1957; S. STELLING-MICHAUD, L'histoire des universités au moyen dge et á la renaissance au cours des vingt-cinq derniéres années, Estocolmo 1960; R. HAAB, Die geistige Haltung der kath. Univ. Dtl. s im 18 Jh. Ein Beitr, Friburgo 1952.
M. C. OSORO SALVADOR.
Cortesía de Editorial Rialp. Gran Enciclopedia Rialp, 1991