Uniatas
 

Con este nombre se designa a los cristianos de rito oriental que se han mantenido siempre unidos a la Sede romana o que, habiendo roto la comunión, la han restablecido posteriormente. El calificativo de u. no cuenta con universal aprobación y algunos proponen sustituirlo por el de unidos o, sencillamente, por el de católicos de rito oriental. De otra parte, conviene señalar que una de esas comunidades eclesiales, la de los maronitas, ha mantenido constantemente la comunión con Roma; en los otros casos, se trata de comunidades que han estado en algún tiempo separadas pero luego han restablecido la comunión (V. UNIÓN CON ROMA I). Habiendo ya sido hecho un estudio de conjunto en la VOZ ORIENTAL CATÓLICA, IGLESIA, vamos a dar aquí un cuadro general de las diversas comunidades católicas de rito oriental. Pueden clasificarse en cuatro grupos: 1) maronitas; 2) católicos procedentes del nestorianismo; 3) católicos procedentes del monofisismo; y 4) católicos procedentes de las comunidades bizantino-eslavas.

1. Maronitas. Traen su origen de S. Marón, monje sirio de finales del s. IV y comienzos del V. En tiempos del monofisismo (v.), los discípulos de S. Marón defendieron valerosamente la fe católica. En los siglos sucesivos, los maronitas se concentraron en los montes del Líbano. En tiempo de las cruzadas (v.) occidentales, entraron en contacto con los latinos de Occidente y aumentaron más y más los lazos eclesiásticos con Roma. En los siglos posteriores, los maronitas han sido en Oriente adelantados del catolicismo (V. MARONITAS).

2. Católicos procedentes del nestorianismo. Forman dos comunidades: caldeos y malabares.
Los primeros caldeos unidos globalmente a Roma datan del s. XVI, cuando Juan Sulaka abrazó la fe católica, en 1552, y fue confirmado como Patriarca de los caldeos por el papa Julio III.
Los sucesores de Sulaka fueron distanciándose nuevamente de la unidad romana, que quedó rota con Simeón XIII (1662-1700). Desde 1830, la unidad fue de nuevo restablecida y los Patriarcas de los caldeos llevan desde entonces el título de Patriarca de Babilonia (v. CALDEOS II).
Los cristianos malabares se llaman también cristianos de Santo Tomás, por haber recibido la fe de dicho Apóstol, según afirma una tradición muy atendible.
Al llegar los portugueses a la India nacieron relaciones cordiales con la Iglesia romana. Cuando el papa Julio III confirmó a Juan Sulaka como Patriarca de los caldeos, le reconoció también la jurisdicción sobre la India. Después, los malabares fueron regidos por obispos latinos, hasta que el papa León XIII nombró obispos malabares y comenzaron a tener jerarquía indígena (v. MALABAR, IGLESIA).

3. Católicos procedentes del monofisismo. Se agrupan en cuatro comunidades: armenios, sirios, copto-egipcios y copto-etíopes.
Los primeros armenios que restablecieron la unión con Roma fueron los del reino medieval de Cilicia, en 1198. Unión que fue interrumpida en 1375, bajo el dominio de los Mamelucos. El año 1635 estableció la unión el arzobispado de Leópoli (Polonia). Y el año 1740 renació el Catolicado armeno de Cilicia unido a Roma. En el s. XVIII se unieron otros grupos de Constantinopla (V. ARMENIA V).
Al tiempo de las cruzadas, los sirios establecieron buenas relaciones con Roma. Después fueron interrumpidas. Pero, desde 1783, existe una Iglesia siria unida a la Sede Apostólica ininterrumpidamente (v. SIRIA VI y VII).
Los coptos iniciaron sus relaciones con Roma ya en la Edad Media, aunque más bien eran personas particulares, no la comunidad. A mediados del s. XVIII, con Benedicto XIV, un obispo copto de Jerusalén se unió a Roma y fue nombrado Vicario General de los coptos católicos dispersos por Egipto. Finalmente, en 1824 fue erigido un Patriarcado copto católico (V. EGIPTO IX y X).
La Iglesia de Etiopía se relacionó directamente con Roma en el s. XVI. El año 1622 se firmó la unión, pero pocos años después fracasó. El año 1930 nació una comunidad etíope unida a Roma (v. ETIOPÍA VII).

4. Católicos procedentes de las comunidades bizantinoeslavas. Forman ocho comunidades: melquitas, griegos, georgianos, búlgaros, italoalbaneses, rumanos, yugoslavos y rutenos.
En el Patriarcado de Antioquía comienzan las tentativas de unidad en tiempos del Papa Gregorio XIII (1583). Durante cerca de un siglo hay un constante balanceo entre la unión y la separación. Por fin, con Cirilo VI (17241759) se inicia la serie ininterrumpida de patriarcas melquitas católicos (v. MELQUITAS).
Los católicos griegos tienen corta historia. Encontraron la unión con Roma a finales del s. XIX y comienzos del s. XX. Dos ciudades principales han creado comunidad de rito bizantino: Constantinopla y Atenas (v. GRECIA IX, 4).
La Iglesia de Georgia nació en el s. V. No se sabe a punto fijo cuándo estableció la separación de Roma. Más bien parece que nunca hubo ruptura formal, sino que poco a poco fueron faltando relaciones vivas y hacia el s. XII la separación era ya un hecho. Recientemente llegó a formarse una comunidad católica (v. GEORGIA III).
La Iglesia búlgara buscó relaciones de unidad con Roma a través de largos siglos. En el s. XIX surgió una comunidad católica, que llegó a ser un Vicariato apostólico en 1883 (V. BULGARIA V, 2).
Durante largos siglos hubo en Italia cristianos de rito bizantino, originarios de Grecia, que vivieron casi siempre unidos a Roma. Núcleos considerables aparecieron y se desarrollaron, principalmente en Sicilia, Italia Meridional, Nápoles y Venecia. En el s. XVI llegaron a Italia grandes contingentes de albaneses, presionados por la invasión turca. Unos y otros, unidos a Roma, recibieron una organización canónica especial, trazada por el papa Benedicto XIV el año 1742 (V. ITALO-ALBANESA, IGLESIA).
El cristianismo de Rumania tiene origen latino. Por eso existió siempre en Rumania cierta tendencia a la unidad eclesial con Roma. Relaciones de unidad con Roma fueron iniciadas en tiempos de los Conc. de Constancia y de
Florencia. Un Sínodo de 1698, celebrado en Alba Julia, aceptó oficialmente la unión con Roma, suscribiéndola 2.270 sacerdotes.
El año 1721, el papa Inocencio XIII erigió una diócesis para los rumanos unidos en Fagaras, que después fue trasladada a Blaj. El 1777 nació la eparquía de Oradea Mare. Y en 1930 fue erigida otra nueva eparquía: la de Maramures (V. RUMANIA V).
En Yugoslavia existe una sola eparquía católica de rito bizantino. Se extiende a toda la nación y reúne a católicos orientales de diversa procedencia étnica: croatas, rutenos, ucranianos, macedonios y rumanos (v. YUGOSLAVIA V y VI).
En cuanto a los rutenos, además de los mencionados en Yugoslavia, se extienden por Ucrania, Bielorrusia, Eslovaquia y Subcarpacia (V. UCRANIA III; RUTENOS).


J. SÁNCHEZ VAQUERO.
 

BIBL.: SAGRADA CONGREGACIÓN ORIENTAL, Oriente Cattolico, Roma 1962; G. DE VRIES, Oriente Cristiano, Roma 1949; J. SÁNCHEZ VAQUERO, El Oriente próximo y la unidad cristiana, Barcelona 1961.
 

Cortesía de Editorial Rialp. Gran Enciclopedia Rialp, 1991