MANDEÍSMO


Del armeno mandá (conocimiento). Secta gnóstica localizada en Iraq, en centros urbanos del bajo Tigris y del bajo Éufrates y en grandes ciudades del próximo oriente. Actualmente la profesan unos 7.000-10.000 fieles. Ignoramos el periodo exacto en que apareció el m., pero ciertamente que existía ya, en su estructura esencial, antes del cristianismo. Con todo, como secta autónoma, se desarrolla durante las primeras invasiones árabes. En ese momento es ya una secta con mezcla de elementos paganos (antiguas religiones babilónicas, arameas, persas, etc.), cristianos y mahometanos. Los textos fundamentales, que adquirieron su forma definitiva entre los s. vil-x, nos los proporcionan las colecciones: Ginzá (tesoro) o Sidrá Rabbj (gran libro; serie de enseñanzas de diferentes autores), Kolasta (libro de las almas; cantos y enseñanzas sobre el bautismo y la ascensión de los adeptos), Sidra dé Jahja (libro de Juan; sobre las antítesis del dualismo), Diwan (poemas), Asjar Malwáshé (signos del zodiaco; influjo de los astros en el destino de los hombres). Debido a su falta de homogeneidad y a su eclecticismo, resulta difícil dar una síntesis del contenido de esas obras. El núcleo principal está compuesto de la doctrina sobre el Rey de la Luz (Pira), el Señor de la vida de los tres mundos existentes: el superior, el intermedio y el inferior. De él proceden innumerables eones (utras). La primera emanación se llama Mana Rabba o el gran Espíritu del Señorío; quien comunica la vida a Mandá Hayé. Éste ejerce la función de mediador, redentor y profeta. La última emanación, con signos reveladores de la divinidad, es Juan Bautista y sus hermanos Hibil, Sitil y Anos. Mana Rabba obtiene un compañero, el utra creador, que es el padre de la segunda vida, es decir, del mundo. La segunda vida entra en conflicto con la primera, pero gracias a Mandá Hayé el mundo puede continuar existiendo. El más excelso hijo de la segunda vida, Abatur, ayudado del demiurgo Petajil, crea la tercera vida: los planetas y el hombre, reflejos de la luz divina. Desde que aparece el primer hombre, Adán, y su compañera, Eva, los malos espíritus, procedentes del mundo inferior, intentan destruir el universo. Sin embargo, el hombre recibe la protección de los hermanos de Juan y del Padre de los utras, a pesar de que el universo quede dividido en doce partes, la humanidad se autodestruya con divisiones religiosas, y los animales salvajes sean un peligro para la convivencia entre todos. El culpable de esa situación es Petajil,, quien ha permitido la acción de los espíritus malignos. Por ello recibe la pena de prisión que se mantendrá hasta el fin del mundo, cuando vendrá el Mesías y todos los muertos resucitarán. Para evitar la condenación, los hombres han de bautizarse periódicamente. El bautismo debe ser administrado por los ministros del culto, elegidos entre los puros del pueblo, por la comunidad y por los maestros del tesoro (obispos); para ejercer esa misión no hay distinción de sexo. En particular los domingos, días santos en los que los fieles han de descansar y participar de los servicios religiosos, y las grandes fiestas (primero de año, aniversario de la ascensión del revelador de la luz, Hibil Ziva, purificación, etc.), son las fechas propicias para purificarse con el bautismo. Los lugares de reunión han de construirse al lado de un río para facilitar el rito bautismal. Asimismo han de estar orientados hacia la estrella polar, centro del universo. El momento de la asamblea es la aurora o el crepúsculo. Algunos, los más fieles, tienen acceso a una especie de eucaristía, símbolo de la más alta pureza. La verdadera doctrina del m. ha sido trasmitida por la predicación de 360 profetas, sucesores de Juan Bautista y Anos Utra. Además de enseñar el modo de acceder a la «luz», han puesto en guardia a los fieles contra los falsos profetas, en especial contra dos: Jesucristo y Mahoma. Fue precisamente con los musulmanes con quienes los mandeos entraron más en conflicto. Aquéllos los persiguieron y destruyeron la mayoría de sus templos. Con todo, los mandeos esperan que al cabo de unos 4.000-5.000 años triunfarán.
     
     

BIBL.: H. PETERMANN, Thesaurus sive liber magnus... opus Mandaeorum summi ponderis, Berlín 1867; J. EUTING, Qolasta, Stuttgart 1867; fn, Mandüische Diwan, Estrasburgo 1904; E. S. PRONER, The Mandaeans, Oxford 1937.

 

A. ARGEMI ROCA.

Cortesía de Editorial Rialp. Gran Enciclopedia Rialp, 1991