MALTHUS, THOMAS ROBERT


Datos biográficos. Economista inglés, famoso especialmente por su teoría de la población. N. el 1766 en Rookery, Surrey. Su padre era un caballero rural. Estudió en Cambridge, siempre preocupado por aumentar sus conocimientos y aplicarlos. Recelaba de teorías abstractas -aunque su método de trabajo fue apriorísticoy tendía a reunir el mayor número posible de hechos concretos. Como pastor anglicano ejerció su ministerio en Albury. En 1805 fue nombrado profesor de Historia y Economía política (la primera cátedra que hubo en Inglaterra en esta materia) en el Haileybury College, cargo que desempeñó hasta su m., acaecida el 23 dic. 1834.
      Teoría sobre la población. Como resultado de discusiones con su padre respecto a la perfección del hombre, en 1798 apareció, anónimo, su Ensayo sobre los principios de la población (México 1951; pról. de K. Davis). Lo revisó continuamente hasta su muerte, teniendo en cuenta las críticas y los datos nuevos. La segunda edición, cuatro veces más extensa que la primera, puede considerarse definitiva, ya que en ninguna de las otras introdujo alteraciones de importancia. Según M., la población tiende a aumentar en progresión geométrica, pero la provisión de alimentos sólo lo hace en progresión aritmética. La población está limitada por las subsistencias, aumentando cuando aumentan éstas y disminuyendo en el caso contrario, lo cual implica la concepción de la «lucha por la vida» y la selección de los más aptos, teoría que inspiró posteriormente a Darwin (v.). ¿Cómo impedir un crecimiento excesivo? Cabían dos clases de frenos según M., uno positivo (aumento del coeficiente de mortalidad por el hambre, las guerras, plagas, enfermedades, alcoholismo, infanticidios, canibalismo, etc.) y otro preventivo (disminución del coeficiente de nacimientos a causa sobre todo de los vicios que reducen la capacidad de procreación). Los métodos de contención que M. personalmente recomendó eran de orden moral: celibato virtuoso y aplazamiento del matrimonio.
      Con M. el tema de la demografía es colocado en primer plano: su obra quería ser en efecto una crítica a la tesis mercantilista de que la prosperidad dependía en gran medida de la población. Las ideas de M. han sido superadas por la posterior ciencia económica, que ha puesto de relieve el carácter apriorístico de bastantes de sus afirmaciones; y el desarrollo de la economía ha hecho ver, por otra parte, que M. minusvaloró la eficacia de la técnica, que ha creado posibilidades de crecimientos de la producción capaces de igualar a los incrementos de la población.
      Sin embargo, las ideas de M. han tenido una gran influencia, en ocasiones separándolas del espíritu de su mismo autor, e incluso en contra de sus mismas intenciones. Ya en su vida fueron, p. ej., objeto de interpretaciones partidistas e interesadas, como la de aquellos patronos que se declararon defensores entusiastas de las doctrinas malthusianas, ya que parecían dar por supuesto que la pobreza era culpa del pobre o de sus padres. Los salarios bajos podían justificarse como consecuencia de la sexualidad exacerbada de los trabajadores, que provocaba sobreabundancia de población. De esta manera, las clases poseedoras podían pasar incluso como benefactoras de la humanidad. Hoy día, «el dogma de los economistas», como despectivamente lo denominara Marx, bajo la fórmula práctica del control de la natalidad y como neomalthusianismo en el plano teórico, continúa siendo explotado por algunos grupos dominantes para evitar reformas de estructuras y por los países desarrollados respecto a los del Tercer Mundo. La teoría neomalthusiana ha contribuido además a difundir una visión hedonista y egoísta de la vida, que ha dañado poderosamente a toda la civilización occidental.
     
      Influencia en la ciencia económica. Escribió otras muchas obras, sobre todo unos Principios de economía política (ed. española, México 1946, pról. de J. M. Keynes) que contribuyeron notablemente, a la par que su amistad y correspondencia con Ricardo (v.), a establecer la economía como ciencia. Con M. se entra en la era del industrialismo, ya que su pesimismo se refiere sobre todo a la tierra y su capacidad de producción, desacreditándose, en consecuencia, la agricultura. Al formular implícitamente la ley del rendimiento no proporcional, no tuvo en cuenta la posibilidad de mejoras técnicas. Influyó así en la teoría de la renta de Ricardo, de la cual dedujo después Marx su crítica del capitalismo; elaboró otras doctrinas acerca del subconsumo, etc. En su obra se hallan casi todos los materiales que utilizaron después los economistas clásicos. Su error capital consistió en confundir una posibilidad fisiológica y matemática de crecimiento con una tendencia efectiva.
     
      V. t.: POBLACIÓN I, 1; DEMOGRAFÍA; NATALIDAD.
     
     

BIBL.: R. GONNARD, Historia de las doctrinas económicas, Madrid 1938 ss.; E. WHITTAKER, Historia del pensamiento económico, México 1948; J. M. FERGUSON, Historia de la economía, México 1963; E. CANNAN, Historia de las teorías de la producción y distribución, México 1948; S. H. COONTZ, Teorías de la población y su interpretación económica, México 1960; J. OSER, ¿Hay que morir de hambre? Refutación de la doctrina malthusiana, Barcelona 1958; C. CLARK, Crecimiento demográfico y utilización del suelo, Madrid 1968; íD, Las condiciones del progreso económico, Madrid 1971; J. l. HUBNER, El mito de la explosión demográfica, Madrid 197l.

 

D. NEGRO PAVÓN.

Cortesía de Editorial Rialp. Gran Enciclopedia Rialp, 1991