LUIS DE LEÓN, FRAY II Obra teológica y jurídica.


El fray Luis de León poeta y escritor ha perjudicado incomprensiblemente al teólogo y pensador que permanece casi inédito. Y, sin embargo, destaca con personalidad entre las grandes figuras de la Escuela Salmantina del s. XVIxvl. Gracias a los últimos estudios, se le reconoce hoy a fray Luis como uno de los más eficientes y originales reformadores de los métodos teológicos de su época. Bastarían, por otra parte, De los Nombres de Cristo para asignarle un puesto de honor entre los representantes del cristocentrismo de todos los tiempos. Prescindiendo de otros comentarios todavía inéditos, existe una edición de sus obras latinas, en siete volúmenes, que recoge la mayoría de los estudios teológico-bíblicos del profesor salmantino. De índole estrictamente teológica son los tratados que se refieren a la predestinación, la Trinidad, los ángeles, la gracia y la justificación, la encarnación (dos comentarios distintos), la fe, la esperanza, la caridad, etc.
     
      La característica que define su teología es el hecho constante de situar a Cristo en la cima y centro de todos los órdenes como causa ejemplar, final y eficiente de la creación. Y es la constante referencia a la Escritura lo que determina la «novedad» metodológica de que nos habla el propio fray Luis. Cristo-centro de la creación y CristoPadre de la re-creación es, sin duda, el principio en torno al cual polariza lo más original y sugestivo de su pensamiento. Consiguientemente, la encarnación (v.) significa el término último de la comunicabilidad divina, hecho que coloca a Cristo en una posición de primacía absoluta respecto de los hombres y de las cosas. Interesante y en línea de actualidad, su tesis sobre el motivo primario de la encarnación, incondicionada e independiente de las motivaciones secundarias. La prioridad predestinativa de Cristo constituye, a su vez, la base del dinamismo consustancial que alcanza a todos los seres.
     
      A partir de aquí presenta una visión articulada y rítmica del universo en tensión perfectiva hacia ese centro común de referencia, que es Cristo, el «pío general» al que llaman y buscan desde el profundo de su ser todas las cosas. Su cristocentrismo es consecuente, bíblico y teológico.
     
      La clave del éxito de fray Luis teólogo reside precisamente en la determinación exacta de los factores que concretarían la validez de sus comentarios a la Escritura. Elementos que hacen entrever las explicaciones del Cantar de los Cantares, del Libro de lob, de La Perfecta casada, de De los Nombres de Cristo, de Abdías, de los Salmos 28, 57, 67 y 26, de las cartas de S. Pablo a los Gálatas y segunda a los Tesalonicenses y del incompleto comentario al Eclesiastés. Los principios fundamentales para una recta inteligencia de la Escritura, teoría sobre la hermenéutica, los expone en el Tractatus de sensibus sacrae Scripturae. Además de traductor único de la Biblia, fray Luis es crítico, exegeta y comentarista admirable. Modelo de exposición interpretativa puede considerarse su In Canticum Canticorum triplex explanatio, donde declara y razona su literalidad, como base y origen de las siguientes dos interpretaciones sobre el sentido místico y el espiritual.
     
      Digamos que el método empleado por fray Luis es más complejo de lo que pudiera parecer a primera vista.
     
      No es la letra del término primordial que urge esclarecer, sino descubrir, a través del nombre, el espíritu que invade y anima las sagradas páginas. El estudio exegético trasciende la mera lingüística, aunque la suponga como necesaria y punto inicial de arranque. La verdadera significación de la exégesis leoniana sólo es comprensible al final del proceso y a la luz de una teología bíblica fundamental.
     
      En esta línea ideológica, que sirve de sostén doctrinal a todos sus escritos, cabe todavía detallar otro aspecto. Sus ideas políticas y jurídicas, dispersas a lo largo de toda su producción literaria, se hicieron sistema y magisterio en su tratado De legibus. Siguiendo la trayectoria marcada por sus predecesores, fray Luis de León enriquece y completa la tesis jurídica, e influye decididamente, con originalidad y el «nuevo estilo» con que aborda los problemas, en las obras clásicas posteriores.
     
      V. t.: BÁÑEz, DOMINGO; ESCOLÁSTICA II.
     
     

BIBL.: Ediciones: Obras completas castellanas, BAC, pról. y notas del P. F. GARCÍA, 4 ed. Madrid 1967; Opera latina, ed. M. GUTIÉRREZ, 7 vol., Salamanca 1891-95; De legibus, intr. y ed. crítica bilingüe por L. PEREÑA, Madrid 1963.-Estudios: O. GARCÍA DE LA FUENTE, Un tratado inédito y desconocido de Fr. Luis de León sobre los sentidos de la Sagrada Escritura, «La Ciudad de Dios» 170 (1957), 258-334; S. MUÑOZ IGLESIAS, Fray Luis de León, teólogo, Madrid 1950; G. GARCÍA GARCÍA, Fray Luis de León, teólogo del misterio de Cristo, León 1967; S. FOLLADO FLóREZ, Cristocentrismo teológico en Fr. Luis de León, El Escorial 1968; M. REVILLA, Fray Luis de León y los estudios bíblicos en el siglo XVI, «Religión y Cultura» 2 (1928) 482-529; K. A. KOTTMAN, Law and Apocalypse: The Moral Thought of Luis de León (1527?-1591), La Haya 1972; A. Guy, El pensamiento filosófico de fray Luis de León, Madrid 1960.

 

S. FOLLADO FLÓREZ.

Cortesía de Editorial Rialp. Gran Enciclopedia Rialp, 1991