Martirizados en Roma. La passio que narra su gesta les considera hermanos de sangre y de fe, martirizados y sepultados en su casa, sita en el monte Celio, bajo el emperador Juliano el Apóstata en la noche del 26 jun. 362. En este día son conmemorados en el Martirologio jeronimiano; los Sacramentarios antiguos incluyen muchas misas dedicadas a ellos y sus nombres aparecen en los Itinerarios del s. vll y en el Canon de la Santa Misa a partir del s. vi. La passio citada, compuesta entre finales del s. v y principios del vi, es bastante legendaria: de ella tenemos tres redacciones que, en sustancia son idénticas, pero que sacan conclusiones diversas. La redacción más antigua dice que J. y P. eran, respectivamente mayordomo y primicerio de Constantina, hija de Constantino, y en seguida combatieron en Oriente con eJ general Gallicano, llevándole a la victoria. A la muerte de Constantina recibieron en donación una parte de sus bienes y se retiraron a hacer vida privada en su casa del Celio. Llegado a emperador, juliano intentó convertirles a su religión y les invitó a volver a la corte, pero rehusaron a causa de las iniquidades del Apóstata, que les envió al jefe de la guardia Terencio, con el encargo de obligarles a adorar a Júpiter, bajo pena de muerte. Ellos rehusaron y fueron decapitados y sepultados en la misma casa, difundiendo la voz de que habían sido enviados al exilio.
      Otra versión considera que Joviano, sucesor de Juliano, hizo buscar los cuerpos de J. y P. y construir una basílica. Otra recomposición de la passio añade el episodio de los santos Crispo, Crispino y Benedicta, amigos de los mártires, que alcanzaron el martirio bajo Juliano y fueron sepultados en la misma casa, sobre la cual se construyó la basílica. Asta, construida por Pammaquio a principios del s. v, surge de la transformación de una vieja casa romana de los s. ii y iii, de la cual quedan los muros del perímetro y parte de los frescos. Antes de la construcción de la basílica existía allí un pequeño oratorio doméstico, decorado con pinturas y con una especie de «confessio», que fue completamente enterrado cuando se construyó la basílica. Recientes excavaciones han sacada a la luz los antiguos edificios.
      Las imágenes más antiguas que nos quedan de los dos santos, son las que aparecen en los mosaicos de la nave central de la basílica de S. Apolinar Nuevo de Rávena (s. vi). Se remonta al mismo periodo una iglesia dedicada a ellos, también en Rávena, como nos atestigua Fortunato en la vida de S. Martín (IV,689). En Roma, los dos santos están representados en un fresco de la segunda mitad del s. ix en la antigua diaconía de S. María in Via Lata, y en un fresco de finales del s. xi o comienzos del XII, en el subterráneo de la basílica del Celio dedicada a ellos.
      Hay que recordar el praefatio de una misa dedicada a los dos mártires, del Sacramentario Leoniano y que afirma la presencia de su tumba en el interior de la ciudad. En el Liber pontificalis, además, se afirma que el primer monasterio construido junto a la basílica Vaticana por León Magno (440-451) toma el título de los dos santos, a los cuales había sido dedicada precedentemente la iglesia del mismo monasterio, como nos es testimoniado por los catálogos de las iglesias bajo Martín V (1417-31).
      La fiesta de los mártires se celebra el 26 de julio.
     
     

BIBL.: Acta Sanct. Junio V, Venecia 1744, 159-163; GERMANO DI S. ESTANISLAO, La memoria dei santi Giovanni e Paolo rivendicata- alía storia, Roma 1907; P. ALLARD, La maison des martyrs I. et P. au Mont Celius, París 1907; R. KRAUTHEIMER, Corpus Basilicarum Christianarum Romae, 1, Ciudad del Vaticano 1937, 265-300; A. PRANDI, II complesso monumentale dei santi Giovanni e Paolo, ib.. 1955; B. DE GAIFFIER, Palatins et eunuques dans quelques documents hagiographiques, «Analecta Bollandianan 75 (1957) 43-46; G. DE SANCTIS, I santi Giovanni e Paolo martiri celimontani, Roma 1962; L. KENNEDY, The saints o/ the Canon ol the Mass, 2 ed. Ciudad del Vaticano 1963, 139-145; P. FRANCHI DE CAVALIERI, Del testo della Passio ss. lohannis et Pauli, «Studi e testin 27 (1915) 41-62; G. DE SANCTIS, Giovanni e Paolo, en Bibl. Sanct. V1,1046-1049.

DANTE BALBONI.