JUAN DE SAHAGÚN, SAN


N. probablemente en 1430 en la villa de su apellido, provincia de León, siendo sus padres Juan González del Castillo y Sancha Martínez. Estudió letras y humanidades en el Real Monasterio de S. Benito de la misma villa con los benedictinos, inclinándose ya entonces al estado eclesiástico. El obispo de Burgos, Alonso de Cartagena, le ordenó de sacerdote, le tomó por familiar, y le nombró canónigo de la catedral; pero no le atraían los honores, y renunciando a ellos durante algunos años se dedicó a la cura de almas en la iglesia de S. Gadea, ocupándose también en la predicación y estudio de la S. E.
      Muerto Alonso de Cartagena, en 1456, abandonó Burgos para trasladarse a Salamanca y estudiar en su Universidad. Matriculóse en Derecho Canónico, sin dejar, al mismo tiempo, la actividad pastoral que le permitían sus estudios. Un panegírico predicado en honor de S. Sebastián, patrono del Colegio de S. Bartolomé, le dio la entrada en él, según consta en los libros del mismo: «Juan de Sahagún, canonista, fue electo en esta santa Casa año de 1458 en 25 de enero. Fue Capellán de dentro» (Cámara, Vida de San Juan de Sahagún, 79). Se graduó también de bachiller en Teología, y según algunos autores, fue catedrático de S. E. Una enfermedad y una operación dolorosa de extracción de cálculo le arrancó el propósito de hacerse religioso: «Lo que pasó aquella noche entre Dios y mi alma, sólo Él lo sabe, y luego a la mañana fuíme a S. Agustín y a lo que creo alumbrado por el Espíritu Santo, y recibí este hábito» (P. Antolínez, Vida de San Juan de Sahagún, Salamanca 1605).
      En el Convento de S. Agustín vistió el hábito en 1463 y al año siguiente, el 28 de agosto, hizo los votos.
      Fue un religioso muy virtuoso y edificante. Tuvo algunos cargos en la Orden, como el de superior del Convento de S. Agustín en 1471 y 1477, y el de consejero provincial en 1473. Su espíritu pacificador le hizo célebre en Salamanca, por haber logrado la concordia de dos bandos que dividían la ciudad. Todo lo empleó para aquella causa en el confesonario, en los púlpitos, en las calles, en las casas, dejándose hacer blanco de muchos insultos y palabras soeces. Pero al fin vino la concordia, que fue firmada por ambas partes el 30 sept. 1474, y que le mereció el título de Patrón de Salamanca.
      Como predicador fue atractivo y valiente. «Vamos a oír al fraile gracioso», solían decir las gentes (Juan de Sevilla, Acta Sanct. 118). De la villa de Ledesma salió expulsado por la valentía en decir la verdad a los ricos que trataban mal a los colonos. Por una causa semejante recibió un exabrupto violento del duque de Alba (íD. ib.). Su predicación despertó el odio de mujeres que vivían mal, y aun hay sospechas graves de que su muerte se debió al envenenamiento de una de ellas, por volver a buena vida a su amante. Su confesonario era muy frecuentado, porque era discreto y misericordioso: «Eran sin número los que se confesaban con él, y muchos de ellos viven todavía» (J. de Sevilla, ib. 118).
      España le cuenta entre sus varones eucarísticos, y por eso se le representa con el Santísimo en la mano, contemplando la hostia, transformada en la imagen de Cristo. Con larga preparación se disponía a la celebración del Santo Sacrificio de la Misa, que decía lentamente y con lágrimas. De sus maravillas, obradas en vida, hablan en Salamanca monumentos como el del Pozo Amarillo, de donde extrajo a un niño, y la calle de Tentenecio, donde amansó y detuvo a un toro desmandado, con las palabras: Tente, necio. M. en el Convento de S. Agustín el 11 jun. 1479 a los 49 años de edad. Lo beatificó Clemente VIII en 1601 e Inocencio XII lo canonizó en 1690. El b. Alonso de Orozco, que escribió su vida, dice que excede de 200 el número de gracias y milagros que fueron vistos ante su sepulcro. Sus restos se veneran en la urna de plata que se ve al lado del Evangelio del altar mayor de la catedral salmantina. Su fiesta se celebra el 12 de junio.
     
     

BIBL.: Acta Sanct. Junio 11,112-157; Versión de. la Vida, de J. DE SEVILLA, 115-125; Acta alia, 125-158; A. ANTOLiNEZ, Vida de San Juan de Sahagún, Salamanca 1605 (consultó los procesos de beatificación); T. CÁMARA r CASTRO, Vida de San Juan de Sahagún, Salamanca 1891; S. VELA, Ensayo de una Biblioteca Ibero-americana de la Orden de San Agustín, VII, El Escorial 1925, 7-24; 1. M. FERNÁNDEZ CATóN, Giovanni di S. Facondo, en Bibl. Sanct. 6,899-901.

 

VICTORINO CAPÁNAGA.

Cortesía de Editorial Rialp. Gran Enciclopedia Rialp, 1991