ISIDRO LABRADOR, SAN


Patrono de Madrid, Mayoritum, que por aquel entonces no era más que una aldea perteneciente a la provincia de Toledo y amenazada por la invasión almorávide, durante el reinado en Castilla de Alfonso VI.
      Es bien poco lo que conocemos de Isidro en términos de objetividad histórica. A decir verdad sus biografías a duras penas pueden resistir a una seria crítica. Sus biógrafos atendieron más a darnos una imagen del santo un tanto idealizada, donde la simple anécdota piadosa cumple un papel primordial, que a la descripción, por otra parte, preciosa, del diario vivir de un hombre sencillo que en la fatiga de su trabajo encuentra el principal motor de su fidelidad a Dios. De aquí que a nivel biográfico sea muy poco lo que podamos aseverar. Citemos entre sus principales biógrafos a Juan Diácono, que escribe en 1216; Jacobo Bleda, Lucio Marineo Sículo (1517), Hurtado de Mendoza (1560), Domingo Fresno Torrete, Pedro Quintana (1594) y Alfonso Villegas. Lope de Vega versificó la vida del santo patrón siguiendo la biografía de Juan Diácono y según la nueva versión de Alfonso Villegas.
      Vida. N. entre 1080 y 1082, en Madrid; es muy posible que fuese bautizado en la iglesia de S. Andrés. Su familia es de humilde condición. Él mismo, desde sus primeros años, trabajó como labriego al servicio de varios señores de la villa, a uno de los cuales se le conoce como el caballero Vera. De esta primera época sólo nos cuentan sus biógrafos su total dedicación al trabajo y a la oración. Como dice Gregorio XV en la Bula de canonización: «Nunca salió al trabajo sin antes oír, muy de madrugada, la Santa Misa y encomendarse a Dios y a su Santísima Madre». Gustaba de recorrer diariamente diversas capillas para hacer oración.
      Con la invasión de los almorávides (v.), al frente de los cuales marcha Alí ben Yusuf, que vencerá a Alfonso I el Batallador (v.), y el posterior saqueo de Madrid, se ve obligado I. a huir a Torrelaguna. Allí conoce a María, joven natural de Uceda, con la que posteriormente contrajo matrimonio en la parroquia de Santa María. Fue también María, según los biógrafos, mujer de excelentes cualidades, y al igual que I., amante de su trabajo y asidua en la oración. Fruto de esta unión fue un varón, hijo único, del que se cuenta que siendo niño cayó a un pozo del que salió ileso por obra de la divina Providencia. Por esta época I. sufre la incomprensión y envidia de muchos de sus compañeros, que incluso llegaron a calumniarle ante los señores. Pero su irreprochable honradez salió siempre a flote.
      Pasada la crisis de la invasión almorávide y estando siempre presente la añoranza por su lugar de origen, decide volver a Madrid. Allí entró al servicio del caballero Juan de Vargas, el cual, pasado un tiempo, le puso al frente del laboreo y cuidados de sus tierras. De este tiempo parece ser que data la historia del famoso milagro de los bueyes conducidos por dos ángeles, que suplían el trabajo de I., mientras éste se dedicaba a la oración.
      Hubo un tiempo en que los dos esposos, deseosos de mayor dedicación al servicio del Señor, decidieron vivir separados. María se retiró a una ermita e 1. permaneció en Madrid. Volverían a unirse en los últimos días de su vida, aquejado I. por una enfermedad.
      M. de edad muy avanzada, si bien algunos de sus biógrafos citan su muerte en 1130. Próximo a expirar «hizo humildísima confesión de sus faltas, recibió el Viático y exhortó a los suyos al amor a Dios y al prójimo». Fue enterrado en el cementerio de S. Andrés, donde permaneció 40 años, al cabo de los cuales un amigo suyo lo trasladó del cementerio común a la iglesia donde fue bautizado. En 1163 fue descubierto su sepulcro y examinado por delegados de la Sede apostólica: lo encontraron incorrupto. El 14 jun. 1619 fue beatificado por Paulo V y el 12 mar. 1622 canonizado por Gregorio XV a instancias de Felipe 111. Se celebra su fiesta el 15 de mayo.
     
     

BIBL.: JUAN DIÁCONO, Veta S. Isldori, Madrid 1261; EGIDIO DE ZAMORA, Vita, en Acta Sanctorum, Maii, III, Amberes 1680, 512519; Biblioteca hagiográfica latina, Bruselas 1898 ss., 4494; Martirologiunz romanum, Bruselas 1940, 182 ss.; N. J. DE LA CRUZ, Vida de S. Isidro Labrador, Patrón de Madrid, Madrid 1885; Z. GARCÍA VILLADA, S. Isidro Labrador, «Razón y Fe» 52 (1922); APOSTOLADO DE LA PRENSA, S. Isidro Labrador y S. María de la Cabeza, Madrid 1947; 1. M. FERNÁNDEZ ALONSO y M. C. CELLETTI, Isidoro 1'Agricoltore, en Bibl. Sanct. 7,953-957; J. M. FERNÁNDEZ ALONSO, María de la Cabeza, en ib. 8,970-972.

 

M. PÉREZ GALLEGOS.

Cortesía de Editorial Rialp. Gran Enciclopedia Rialp, 1991

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