Teólogo moralista católico del s. xix. N. en Altergarten (Wurtemberg,
Alemania) el 20 en. 1788. Después de dos años de estudios en Friburgo de
Brisgovia (1807-09), es ordenado sacerdote (1910); es ayudante de Cátedra
en el seminario de Ellwangen (donde tiene a Móhler de alumno). En 1817
ocupa la cátedra de Moral y Pastoral en la facultad de Teología de Tubinga,
que acaba de ser transferida de Ellwangen; junto con Móhler (v.), Drey,
Huhn y Staudenmaier, pertenece a la llamada escuela de Tubinga (v.); en
1819 funda, con Drey, la revista teológica «Theologische Quartalschrift».
Su notoriedad le valió el ser llamado a la cátedra de Teología moral en
Friburgo de Br. (1837-63); es nombrado canónigo en 1839; más tarde, deán
del Cabildo (1850); rehúsa ser coadjutor de los obispos de Friburgo y de
Rottenburg, y m. el 4 sept. 1865 en Friburgo.
H., junto con sus colegas de la escuela de Tubinga, se propuso
volver a encontrar la corriente pura de la tradición católica, oscurecida
por el racionalismo naturalista de la Ilustración y los excesos de la
Escolástica; llevado por los gustos de la época (romanticismo alemán)
quería ofrecer una visión orgánica del cristianismo. Una doble perspectiva
configura su personalidad: oposición, a veces excesiva, a la Escolástica y
a la Ilustración, y deseo de una presentación orgánica y grandiosa del
cristianismo, Se dedicó al estudio de la liturgia, de la catequética, de
la predicación, de las cuestiones sociales de su tiempo, y de la moral. En
múltiples publicaciones intentó acercar el pueblo a la liturgia y a la
Sagrada Escritura; con la publicación de muchas obras homiléticas ayudó a
que los temas de la Biblia reemplazasen en las homilías a los temas
abstractos de un moralismo naturalista. En la catequesis, es una de las
principales figuras del s. xix. En 1842 publicó su Katechismus der
christkatholichen Religion (Friburgo de Br. 1842-60), en el que más que
esquemas abstractos expone el realismo bíblico del Símbolo de los
Apóstoles, en donde aparece la economía de la Historia de la Salvación.
Propugnó, de un modo un poco aventurado, cierto número de cambios
dentro del catolicismo, tales como la Misa en lengua vulgar, la comunión
bajo las dosespecies, el abandono del celibato obligatorio para los
sacerdotes, cambios en la práctica de la confesión, etc. Tales ideas,
aunque acompañadas de la doctrina válida sobre la Eucaristía y la
Penitencia, le valieron la inclusión en el índice (20 en. 1823) de su
libro Genuina notio Missae (Genuina noción de la Misa). Veinticinco años
más tarde, otro libro suyo, Die Kirlichen Zustande der aegenwart (Objetos
eclesiásticos del presente), era también condenado (25 oct. 1849).
Donde reside el mérito. de H. es en el campo moral. Con energía
denuncia todo corte entre fe y moral, corte que amenaza convertir la moral
en una serie de leyes, sobre todo negativas. Se opone al eticismo de la
Ilustración (v.) y al casuismo que habían cultivado algunos autores. Junto
con Sailer (v.), al que estimaba como moralista (cfr. la recensión de la
Moral de Sailer en «Theol. Quartalschr.», I, 1819, 242-269, 407-416), es
el iniciador de una renovación profunda de la Moral católica en Alemania.
Los dos destacan sobre el fondo de la teología enciclopedista, imperante
entonces en Alemania, que con su frío filosofismo y su ideal científico,
era extraña a la verdadera ciencia de la fe. Ambos superaron esa teología
e iniciaron un movimiento de renovación que culmina en la escuela de
Tubinga. H. centra su concepción de la moral en torno al tema bíblico del
«reino de Dios». El título de su obra corresponde a esa idea: Die
christliche Moral als Lehre von der Verwirklichung des Reiches Gottes (La
moral cristiana como realización del reino de Dios), 3 vol. Tubinga
1835-36. Falta, sin embargo, en él un conocimiento serio de los grandes
maestros de la Escolástica; además, su oposición al método de la
neoescolástica fue a veces exagerado.
BIBL.: Sobre su producción
literaria ver una lista de sus obras en: F. LAUCHERT, «Rev. intern. de
théol.n, II (1894) 627-56; 111 (1895) 260-80, 723-38; IV (1896) 151-74.
MARCIANO VIDAL.
Cortesía de Editorial Rialp. Gran Enciclopedia Rialp,
1991
|