Es el más ilustre psicólogo italiano contemporáneo. N. en Milán en 1878,
de una familia de burgueses librepensadores. Su brillante inteligencia y
su sensibilidad por los problemas humanos le convirtieron pronto en joven
promesa del Partido socialista, pero su sonora conversión a la Fe y el
ingreso en la Orden franciscana señalaron el comienzo de una fecunda
existencia como intelectual católico que culmina en la Pontificia Academia
de las Ciencias, de la que fue primer presidente, y en la fundación y
rectoría hasta su muerte (julio 1959) de la Univ. Católica del Sacro Cuore.
Antes de su profesión religiosa, como médico, colabora con Golgi en
sus trabajos sobre histología del sistema nervioso. De la morfología pasó
a la investigación de los fenómenos psicofisiológicos. Trabaja en Turín
con Kiesow, discípulo de Wundt (v.), en Psicología experimental (v.
PSICOLOGíA II). G., que considera débiles los supuestos de la
Psicofisiología, se ha de enfrentar también con las premisas del
positivismo, actitud que había de convertirse en el primum movens de su
labor como hombre de ciencia y pensador.
La Psicología de G. responde a un agudo y logrado empeño de
superación de las antinomias del dualismo metodológico inevitable en esta
ciencia. El rigor y la objetividad en el registro de los datos propios de
la investigación son indispensables como punto de partida, pero el método
científico-natural impone limitaciones que, de no ser superadas desde una
perspectiva filosófica, acabarían por consumar el riesgo de
deshumanización que amenaza a la propia Psicología. El postulado
fundamental de G. se concreta en la convicción de que la llamada energía
psíquica no es una función del tejido nervioso, sino que tiene una
autonomía de valor original cuyo carácter consiste en cualificar
significativamente el dato físico.
La actividad personal de G. rebasa el notable valor de sus propias
publicaciones. Funde la Rev. «Archivos de Psicología, Neurología y
Psiquiatría» y la «Asociación Católica Internacional de Estudios
Médico-Psicológicos» que, después de una serie de encuentros previos,
queda constituida en el Congreso de Madrid (septiembre 1957). En 1958,
octogenario y físicamente debilitado, aceptó todavía el encargo de S. S.
Pío XII de coronar la obra de la Univ. Católica con la que habría de ser
su Facultad póstuma: la de Medicina y el Instituto de Estudios biológicos
de Monte Mario (Roma).
BIBL.: L. ANCONA, Agustín Gemelli,
egregio psicólogo, Madrid 1959; G. B. MARINi-BETTOLO, Ricordo del Padre
Agostino Gemelli, «Commentarii ex Pont. Acad. Scientiarumn, Roma 1969.
J. M. POVEDA ARIÑO.
Cortesía de Editorial Rialp. Gran Enciclopedia Rialp,
1991
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