Mártir del s. II. Primer obispo de Pamplona. Patrono principal del antiguo
Reino y Archidiócesis de Navarra.
De este santo, obispo de Pamplona y mártir en Amiens (Francia),
quedan pocos datos fidedignos para componer su biografía: son
concretamente las Actas sinceras o Passio Saturnini, Honesti et Firmini,
conocidas como las Actas Riccardianas, ya que se conservan en el Códice M.
S. N° 223, de la Biblioteca riccardiana de Florencia; la Iglesia los ha
recogido en la lección del Breviario correspondiente a la fiesta del
santo.
La clave reside en la identificación del tiempo y de la persona de
S. Saturnino, obispo de Tolosa, en las Galias. Importa, además, este
esclarecimiento, para descubrir los orígenes del cristianismo en las
marcas francesas. Los Bolandistas (v.) fijan la existencia de Saturnino a
finales del s. in, pero entonces quedan desajustadas todas las piezas
históricas y los testimonios de los Santos Padres que aseguran la rápida
implantación de la fe, en las Galias, a poco de la muerte de Cristo. Las
Actas Riccardianas completadas por los Códices de Surio v de Reinart,
ofrecen una solución más coherente, situando a Saturnino, a fines del s.
I.
Entonces la historia discurriría así: Saturnino, enviado por S.
Pedro, Príncipe de los Apóstoles, a difundir la religión cristiana por
todo el orbe, se dirige a las Galias y fija en Tolosa el centro de sus
actividades evangélicas. Encarga a Honesto, su discípulo, que crucé -la,
frontera de los Pirineos, y así llega a Pompeyópolis (hoy Pamplona). Debió
de ocurrir esta venida en una de aquellas raras épocas en que los vascones
estaban dominados por los romanos, ya que se encuentra establecido en esa
zona el poder religioso, militar y jurídico, en todas sus categorías.
Comienza sus predicaciones Honesto, junto al templo de Diana, y muy pronto
reúne un núcleo muy selecto: Firmo, Presidente del Senado y Fortunato y
Faustino, senadores, con las gentes más destacadas de la colonia romana.
Todos desean conocer a su maestro Saturnino y Honesto le hace venir a
Pamplona, donde bautiza a Firmo y los principales de la ciudad con las
aguas de un pozo que aún se conserva. A su regreso a Tolosa pone en las
manos de Honesto la suerte de la nueva cristiandad.
Cuando Firmo y Eugenia tienen a su primogénito, lo bautizan con el
nombre de Fermín. F. creció y resultó que era dócil y fuerte, fervoroso y
de clara inteligencia; Honesto le instruía en las ciencias sagradas y los
pedagogos romanos le introducían en la Filosofía, en la Poética y en la
Retórica. Es muy lógico que F., en sus años jóvenes, acompañe a Honesto,
su Padre espiritual, en las correrías de evangelización por toda la zona.
Y cuando éste se siente envejecer, no vacila en enviarle a Tolosa, para
que S. Honorato, sucesor de Saturnino, le consagre como primer obispo de
Navarra. A su regreso, organiza y visita la nueva diócesis. Y al
encontrarla segura en la fe, decide ir a donde la evangelización es más
urgente: a Francia, porque ha oído que, en la Auvernia, los cristianos
padecen persecución. Le acompaña el presbítero Eustaquio y los dos
misionan la ciudad de Agen y después Bolovais, «donde el Presidente
Valerio se ensangrentaba contra los creyentes en el Cristo». Edifica una
iglesia al protomártir Esteban; después de 40 días de predicación consigue
bautizar a tres mil fieles con un luminoso reguero de milagros. Pasa a
Amiens y allí los gobernadores Sebastián y Longinos le arrestan por violar
las Leyes del Imperio y romper las estatuas de los dioses y las del César.
Ante el temor de un levantamiento popular, de noche le cortan la cabeza y
muere mártir: era el 25 de septiembre.
Se le honra en Pamplona, el 7 de julio, en sus famosas fiestas de
los sanfermines.
V. t.: NAVARRA IV.
BIBL.: BREVIARIUM ROMANUM, Pars
Aestiva, 7 de julio; Propios de la Archidiócesis de Pamplona; M. J. DE
MACERA, Actas sinceras, Madrid 1798; F. DE MOURRET, Historia general de la
Iglesia, 1, Barcelona-Madrid 1918 (ver nota española del traductor); Z.
GARCÍA VILLADA, Historia eclesiástica de España, t. 1, Madrid 1929; G. D.
GORDINI y A. M. RAGGI, Firmino, en Bibl. Sanct. 5,866-870.
F. YZURDIAGA LORCA.
Cortesía de Editorial Rialp. Gran Enciclopedia Rialp,
1991
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