EPICÚREOS


El epicureísmo como tendencia. Incluimos en el artículo e. a los pensadores que, en distintos momentos históricos y con actitudes distintas, representan de uno u otro modo una continuación o resonancia de la filosofía de Epicuro. Entendiendo, pues, el fenómeno como una tendencia, y no como una escuela, hemos de referirnos a los e. griegos, a los e. romanos y a los e. modernos.
     
      Epicúreos griegos. Son los pensadores que a lo largo de varios siglos continúan directamente, con matices más o menos distintos, las teorías de Epicuro. Se pueden agrupar en tres etapas: a) Epicúreos del s. III a. C. Son los más inmediatos discípulos de Epicuro; entre ellos se cuentan: Metrodoro de Lámpsaco, su hermano Timócrates, Colotes y Poliano, ambos también de Lámpsaco, Polístrato y Hermarco de Mitilene. Continúan sin apenas innovación las doctrinas de Epicuro, acentuando aún más que él la importancia y supremacía de la Ética sobre el resto del pensar filosófico. Ya en ellos se inicia la polémica con las demás escuelas filosóficas; así Polístrato es el autor de un estudio, Peri alogou catafroneseos (Sobre el desprecio irracional), en el que combate a los cínicos (v. SOCRÁTICOS) y los estoicos. b) Epicúreos de los s. II-I a. C. Entre ellos están Filónides de Laodicea, Demetrio de Laconia, Apolodoro, Filodemo, Zenón y Fedro. Dieron una orientación más teórica al epicureísmo, interesándose en mayor grado que los anteriores e. por los problemas lógicos y cosmológicos. Polemizaron intensamente con los aristotélicos y los estoicos. Sin embargo, son en la gnoseología mucho más racionalistas que el maestro. Apolodoro se ignora donde nació, vivió en la 2ª mitad del s. II. Se le llamó kepotirannos (tirano del jardín), quizá por la defensa que hiciera de las doctrinas e. frente a las otras escuelas.
     
      Filodemo, n. en Gadara (Siria) el a. 110; m. ca. el 35. En Italia conoció a Cicerón, Virgilio y Horacio. Escribió sobre lógica, retórica y música. En su tratado titulado Sintaxis ton filosofon (Serie de filósofos), de la cual se han encontrado fragmentos en los papiros de Herculano, estudiaba la filosofía académica y estoica.
     
      Zenón, n. en Sidón. Vivió en los s. II-I. Discículo de Apolodoro y maestro de Cicerón, se preocupó preferenmente de problemas epistemológicos, en especial de la inducción incompleta, por lo que puede ser considerado como un precedente de Bacon. Fedro, vivió en el s. II-I. Maestro de Cicerón a quien éste estimó en mucho (Cicerón, De finibus bonorum et malorum, 1,5,16). También en él se observa la preocupación epistemológica. Escribió un tratado Peri teon (Sobre los dioses) profundizando en la teología epicúrea.
     
      Lo característico de estos autores es que, contra la lógica estoica, más bien formalista, desarrollan una epistemología sensualista. Así insisten en una posición profundamente empírica, que es lo más esencial del pensamiento de Epicuro, y que ellos aplican no sólo a las ciencias naturales sino a la ética y la teología.
     
      c) Epicureísmo del s. II d. C. El epicureísmo experimenta un renacimiento en este siglo gracias a Diógenes de Enoanda (Licia). Hizo grabar en un pórtico una extensa inscripción en la que se contiene una síntesis de la doctrina de Epicuro. Polemizó contra el determinismo fatalista de los estoicos, manteniendo que la parénclisis (desviación) de los átomos introduce un principio de libertad en la conducta humana. De esta época es también Diogeniano, que defendió el epicureísmo frente al neoplatonismo. En esta etapa los epicúreos participan, desarrollando una cierta armonización de teorías, de la característica actitud del eclecticismo (v.).
     
      Epicúreos romanos. En el mundo romano las doctrinas de Epicuro tuvieron poca aceptación en el campo filosófico. Entre los e. romanos podemos citar a C. Amafinio (vivió en el s. I a. C.; tiene el interés de que expuso en latín la física e., siendo el primer escritor que usó la lengua latina en este tipo de escritos), T. Casio, Plinio el joven, T. Pomponio Atico. En cierto sentido puede considerarse como e. al gran poeta Horacio. Pero cabe a Roma la gloria de haber dado al mundo el epicúreo de más renombre: Lucrecio.
     
      Tito Lucrecio Caro (v.). Nada sabemos con seguridad sobre su lugar de nacimiento y restantes datos biográficos. Se ha supuesto que nació en Roma. Vivió entre ca. 99-55 a. C. Según San Jerónimo, su mente se habría trastornado y se suicidó, pero la noticia no es segura. Lo que si es cierto es que su poema De rerum natura (Sobre la naturaleza de las cosas) es una obra maestra de la poesía latina. Escrito en seis libros, es una exposición, sumamente bella desde el punto de vista métrico, de las doctrinas e. El objetivo que se propone es dar a conocer, mediante el encanto de la poesía, el epicureísmo, ya que, como nos dice el propio poeta (1,938), había que suavizar la aridez de la filosofía con la miel de las musas. La estructura del poema es la siguiente: Libro I: finalidad de la doctrina epicúrea, análisis del principio de la nada, nada se origina, teoría del átomo y del vacío. Libro II: origen del Universo mediante las combinaciones atómicas producidas por la caída de los átomos. Teoría del clinamen (término latino usado por Lucrecio para designar la parénclisis). Libro III: doctrina sobre el alma. Distingue entre animus, principio intelectivo humano, y anima, principio exclusivamente vital. Libro IV: teoría de la sensación; análisis de los simulacra (los eidola de Epicuro). Crítica del escepticismo; los sentidos como fuente de verdad. Libro V: de contenido cosmológico. Origen del Universo; estudio de los astros; análisis de la vida vegetal y animal; exposición de la evolución de la civilización humana. Libro VI: continuación del anterior. Estudio de los fenómenos atmosféricos; causas de las enfermedades. Termina con la descripción de la peste de Atenas, uno de los pasajes más perfectos de la literatura universal. El poema de Lucrecio representa un intento de dar una explicación total del mundo y de la vida basada en postulados epicúreos. Es una síntesis grandiosa de la doctrina epicúrea. Lo más destacable es el estudio detenido que hace el poeta de la desviación de los átomos, clinamen, teoría que, si bien es posible que no fuera creación suya, por lo menos la sistematizó y dotó de coherencia, viendo en ella un principio fundamentante del nacimiento de los seres de la Naturaleza y de la libertad humana.
     
      Epicúreos modernos. En el Renacimiento y comienzos de la Edad Moderna se va a producir una renovación del atomismo epicúreo por obra de Daniel Sennert, Manuel Maignan y Pedro Gassendi (v. ATOMISMO; ATOMISTAS). La ética de Epicuro renacerá con Valla y Gassendi.
     
      Valla, Lorenzo (v.), n. en Roma en el a. 1405; m. en Roma el 1 ag. 1457. En su diálogo De voluptate (Sobre el placer, 1431) mantiene que el placer es el sumo bien del hombre, ya que es lo único que se busca por su propio valor. Su hedonismo es más radical que el de Epicuro. Intenta conciliarlo con el cristianismo, al decir que el placer sumo sólo puede otorgarlo Dios al hombre al final de la vida terrena.
     
      Gassendi, Pedro, n. en Champtercier (Provenza) el 22 en. 1592; m. en París el 24 oct. 1655. De un hedonismo menos crudo que el de Valla, intentó de modo análogo conciliarlo con el cristianismo. Por último, ya en el s. XIX hay que mencionar la valoración que Marx hace del epicureísmo, al estimar a su fundador como el creador de una actitud empírica auténticamente científica y filosófica.
     
      V. t.: EPICURO; HEDONISMO; SENSUALISMO; ANTIGUA, EDAD IV y V.
     
     

BIBL.: A. ARÓSTEGUI, La filosofía epicúrea, «Revista de Filosofía», 13, Madrid 1954; C. MARX, Diferencia de la filosofía de la naturaleza en Demócrito y en Epicúreo, Buenos Aires 1965; A. KEIM, L'épicuréisme, París 1929; R. AMERIO, L'epicureismo, Turín 1953; LUCRÈCE, De la nature (ed. crítica con trad. francesa por A. ERNOUT), 4 ed. París 1937; 1. BAYET, Études lucrétiennes, I: L'originalité dans 1'épicuréisme, Grenoble-París 1948; F. GAETA, Lorenzo Valla, Nápoles 1955; B. ROCHOT, Les travaux de Gassendi sur Épieure et sur 1'atomisme, París 1944.

 

J. BARRIO GUTIÉRREZ.

Cortesía de Editorial Rialp. Gran Enciclopedia Rialp, 1991