CUSTODIA. Liturgia.


Se conoce con el nombre de c. el vaso sagrado que se utiliza para exponer públicamente y llevar procesionalmente el Santísimo Sacramento. La c. nació del deseo de los fieles de ver la hostia consagrada (corno especial objeto de devoción y adoración) que tuvo origen en la Edad Media como reacción ante los errores en materia eucarística de Berengario de Tours (v.); éste negaba, entre otras cosas, la presencia real de Cristo en la Eucaristía con lo que dio lugar, primeramente al desarrollo de la Teología eucarística y de las declaraciones del Magisterio acerca del dogma de la presencia real (v. EUCARISTÍA ii) y, junto a esto y como consecuencia de ello, a un notable incremento de la devoción popular a la Eucaristía. Los fieles necesitaban ver la hostia para adorarla. De entonces data la costumbre de elevar la hostia y el cáliz tras la consagración. Desde el s. xiv se va buscando la manera de contemplar la hostia colocándola de forma bien visible y digna. Las primeras c. se formaron aprovechando algún otro utensilio litúrgico, como el copón, el cáliz y los relicarios a los que se adosaba de modo artístico un pequeño viril transparente. Más adelante, en los s. xvi y xvii, se incrementa la devoción eucarística apareciendo la costumbre de las Cuarenta Horas de exposición y adoración al Santísimo, y la práctica de la adoración perpetua y la exposición de todos los jueves. Estos hechos hicieron aumentar la importancia de la c. que alcanzó, sobre todo en España, una riqueza y monumentalidad incomparables.
     
      A continuación damos una clasificación de los principales tipos de c. más usuales y típicos. Turriforme: corresponde al periodo de emancipación de la c. como tal. Generalmente son góticas o platerescas y de grandes proporciones (Ibiza, Barcelona, Toledo, Córdoba y Sevilla). C. retablo: en forma de terminación de retablo, generalmente gótico, el cual hace como de marco y dosel del viril colocado en el centro (Villarroya, Zaragoza y muchas otras catalanas del periodo gótico). C. relicario: compuesta de dos elementos: custodia y viril unidos a un relicario que le hace de pie. C. copón: pequeño viril que se coloca sobre la tapa de un copón. C. cáliz: pequeño viril que se acopla a un auténtico cáliz, que le sirve de pie. C. sol: usada desde el s. xvii; de forma circular con rayos concéntricos, que dan realce al viril que generalmente es una pieza aparte, y con pie o sin él. C. expositor: especie de tabernáculo que guarda la sagrada forma, quedando ésta visible por un dispositivo especial (Daroca). C. transparente: abertura en el centro de ciertos retablos de altar en la que se coloca la sagrada hostia para ser vista y venerada (las hay en Zaragoza, en el Pilar y en el retablo mayor de La Seo). C. imagen o CristoCustodia: formada por una imagen de Jesucristo, a cuya frente o costado está adosado un pequeño viril. C. en forma de cruz: c. en la que se resalta la cruz como trono de la divina presencia.
     
      V. t.: EUCARISTÍA III; EXPOSICIÓN DEL SANTÍSIMO SACRAMENTO; SAGRARIO; VASOS SAGRADOS.
     
     

BIBL.: M. RIGHETTI, Historia de la Literatura, I, Madrid 1954 (cfr. índice alfabético); M. TRENS, La Eucaristía en el arte español, Barcelona 1952; A. G. MARTIMORT, La Iglesia en oración, 2 ed. Barcelona 1967, 501 ss. y 510-519; J. BRAUN, Das christliche Altargertit, Munich 1932.

 

JOSÉ MARCA GASSó.

Cortesía de Editorial Rialp. Gran Enciclopedia Rialp, 1991