Se conoce con este nombre el primer representante del homo sapiens
evolucionado que aparece y se extiende a lo largo del Paleolítico superior
(v.). Sustituye por completo al h. de Neanderthal (v.) y es el precedente
de las actuales razas humanas. Ante la tendencia generalizada de
considerar al hombre de Neanderthal como a homo sapiens primigenius o
sapiens neanderthalensis, se califica al C. como homo sapiens sapiens,
intentando mostrar con este doble adjetivo su grado de evolución alejado
del Neanderthal y afín a los tipos humanos más modernos. Los primeros
esqueletos de un hombre distinto a los conocidos aparecieron en la Dordoña
francesa en el lugar de C., nombre que se da a la nueva raza. Alejándonos
de las clasificaciones antropológicas y de las variantes dentro del tipo
de C., consideramos a esta nueva raza como la última rama del tronco
filogenético humano y al h. de C. como el representante capaz de dar un
impulso decisivo en el progreso humano con sus avanzadas y renovadas
técnicas industriales (consolidación de las industrias leptolíticas,
especialización de tipos, desarrollo del utillaje en hueso, asta y marfil)
que mejorarán su economía y la vida paleolítica. El hombre deja de moverse
por instintos y se guía por raciocinios, con una vida espiritual,
mágicoreligiosa, que le conducirá a la expresión artística.
a. Yacimiento epónimo. El abrigo rocoso de C. está situado en la
villa de Les Eyzies de Tayac. Fue descubierto en 1868 al efectuar los
trabajos del ferrocarril. Las excavaciones fueron dirigidas por Lartet.
Aparecieron cinco esqueletos, seguramente enterrados intencionadamente.
Estos restos antropológicos, un viejo, dos adultos, una mujer y un feto,
fueron estudiados por Broca y más tarde por Quatrefages y Hamy. El más
completo de los fósiles era el del viejo, de unos 50 años y en torno a él
y a los otros restos se estableció el punto de partida para la definición
de esta raza hasta entonces desconocida. Nuevos hallazgos en el Viejo
Mundo vinieron a corroborar que este tipo humano aparecía siempre, desde
los niveles más antiguos del Paleolítico superior, desde el auriñaciense
al magdaleniense, e incluso que los rasgos cromagnoides traspasaban estas
fronteras. Su determinación cronológica e industrial quedaba definida con
una antigüedad que se remonta a 40.000 años.
b. Criterios que definen al CroMagnon. Quatrefages y Hamy, partiendo
de un solo hallazgo, definieron el nuevo tipo antropológico. Sin embargo,
otros descubrimientos han aportado una serie de variantes que se alejan
del prototipo y forman, no sólo subgrupos (C. oriental, mediterráneo,
etc.), sino conjuntos antropológicos independientes, es decir, razas como
la de CombeCapelle (v.), Chancelade y Grimaldi, distintas pero afines a la
de C. Hallazgos asociados siempre al Paleolítico superior que se engloban
bajo el nombre de neantropinos, en contraposición con fósiles humanos más
antiguos como los paleantropinos y arcantropinos. Para valorar estas
diferencias y los grados evolutivos, hay que pensar que no existe una
unidad genética entre los individuos, sea cual sea la época o la raza,
sino que se da una notable variabilidad, acusando todas las mutaciones
biológicas que concluirán en una diferenciación en el grupo inicial,
dividiéndose en variedades, razas o tipos. Teniendo presente estas
conclusiones y pensando que las características de las razas antiguas se
han elaborado solamente a traves de los restos óseos, no muy numerosos y
pertenecientes a distintas regiones geográficas, el problema del C. está
lejos de ser un todo homogéneo. Las características definidoras se han
establecido partiendo del esqueleto completo de C., atendiendo a la
morfología del cráneo y a un número considerable de caracteres. Las trazos
comunes y específicos de los cromagnoides son: gran robustez de cuerpo,
cráneo y cara, fuerte desarrollo de los segundos segmentos de los miembros
de las extremidades, desarrollo longitudinal del cráneo y lateral de la
cara superior o media, forma rectangular de las órbitas, aplanamiento de
la base del cráneo y prognatismo alveolar. Así, pues, frente al
Neanderthal y a las razas actuales, el h. de. C. se presenta con una
elevada estatura (entre 1,79 y 1,94 m.), con un esqueleto robusto, de
cabeza grande, frente ancha y arcos superciliares poco acusados. Cráneo de
contorno pentagonal, mandíbula ligera, dientes pequeños, barbilla
prominente, nariz estrecha, larga y fina, dolicocéfalo, con capacidad
craneana de unos 1.595 cc. e índice craneal de 73,7.
c. Génesis del CroMagnon. El h. de C. está dentro de la línea
evolutiva de la humanidad y dentro de la variabilidad de los hombres
anteriores ya se encuentran los caracteres que aparecerán en el C. El
oriente palestiniano es considerado como su cuna. Desde los hallazgos
neanderthales se da en' las cuevas de Monte Carmelo un polimorfismo con
rasgos que hallaremos plenamente definidos en el homo sapiens sapiens. Es
lógico suponer que existió un largo cruzamiento y que la antigua raza se
sustituye lentamente, no de una manera brusca. En Europa, desde el
Paleolítico inferior se encuentran tipos intermedios entre neanderthales y
cromagnones: los presapiens, como p. ej., los fragmentos craneales de
Swanscombe (Kent, Inglaterra) asociados al achelense medio o el cráneo
francés de Fontechevade con industria tayaciense.
d. Difusión geográfica. La raza de C. se extiende por todo el
Antiguo Mundo y son numerosos sus hallazgos, a partir del comienzo del
Paleolítico superior. Domina Europa, el occidente de Asia y el
Mediterráneo. En Francia existen hallazgos en LaugerieBasse, La Madeleine,
Cap Blanc, CombeCapelle, Placard, Bruniquel, Aurignac, Solutré, etc. En
Inglaterra, Paviland; Engis, en Bélgica; en Moravia, Brno, Predmost y
Lautsch; Obercassel en Alemania; en España los cráneos de Urtiaga
(Vizcaya), del Castillo (Santander), bóveda craneana de Camargo
(Santander), Barranc Blanc (Valencia) Parpalló (Valencia) y el sensacional
hallazgo de un esqueleto completo en la cueva de Morín (Santander) en las
excavaciones dirigidas por González Echegaray. Todos estos restos europeos
están asociados a yacimientos paleolíticos y, salvo fluctuaciones, todos
pertenecen a la misma raza. En Asia, ya hemosseñalado los hallazgos en
Monte Carmelo; en lava está como representante el hombre de Wadjak, del
pleistoceno final; en África del Norte, el hombre de Afalu bu Rhumel y de
Mésta l`Arábi, variedad racial cromagnoide más moderna, que llegó a
Canarias en el Neolítico; en África Oriental el cráneo de la cueva de
Gamble (Kenia); en el Sur el cráneo de Bos kop en Tombuctú, quizá
pospaleolítico, un cráneo semejante al tipo de Grimaldi. El C. debió de
extenderse rápidamente, llegando incluso a Australia y América, con una
secuencia industrial paralela a nuestro Paleolítico superior.
Esta dispersión creó los prototipos precedentes de las razas
actuales en sus diferentes subespecies. La perduración se testifica
todavía en regiones como Dordoña, Canarias e incluso entre algunos tipos
vascos.
e. Raza de Chancelade. Basada en el cráneo del abrigo de Raymonden,
en Chancelade, en niveles magdálenienses. Testut señaló rasgos
diferenciales del C. y lo comparó con los esquimales actuales; sin
embargo, para H. Vallois únicamente está emparentado con los europeos. Se
caracteriza por su pequeña talla (1,55), bóveda craneana con cresta
sagital, cara alta y ancha, pómulos salientes, fuerte mandíbula y acusado
mentón. Es dolicocéfalo, con capacidad craneana de 1.700 cc. Otros
esqueletos pertenecen al solutrense. En general se considera a esta raza
como una forma evolucionado del C. en los últimos tiempos del Paleolítico.
f. Raza de Grimaldi. Se fundamenta en dos esqueletos descubiertos en
la Grotte des Enfants, en Grimaldi. Se trata de una inhumación
intencionada en niveles auriñacienses. Para R. Vernau tiene afinidades
negroides (hotentotes y bosquimanos): talla media, proporciones de los
miembros como en la raza negra, cráneo dolicocéfalo, cara ancha y poco
elevada, nariz ancha, prognatismo de maxilares y mentón poco acusado. Los
estudios anatómicos realizados en 1962 por Legolix disminuyen los
caracteres negroides.
BIBL.: M. BOULEH. VALLOIS, Les
hommes jossiles, 4 ed. París 1952; J. PIVETEAU, Les Primates, I'Homme, en
Traité de PaléonCROMATOGRAFIAtologie, VII, París 1957; 1. COMAS, Manual de
antropología física, México 1957; H. VA?LOIS, Les races humaines, París
1961; Actas del Simposio Internacional del Centenario del hombre de
CroMagnon, I, Canarias 1969.
M. R. LUCAS PELLICER.
Cortesía de Editorial Rialp. Gran Enciclopedia Rialp,
1991
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