BARNABITAS (Clérigos regulares de San Pablo)
Historia
Los b. sacerdotes y hermanos
coadjutores de votos solemnes, constituyen una orden religiosa exenta,
fundada en Milán el a. 1530 por S. Antonio M. Zaccaria (v.) en unión con
los ven. Jaime A. Morigia y Bartolomé Ferrari, nobles milaneses, para la
reforma del clero y del pueblo a fin de poner diques a la invasora
herejía luterana, y aprobada por Breve de 18 feb. 1533 por Clemente VII
con el nombre de Clérigos Regulares de S. Pablo (Clerici Regulares S.
Pauli Decollati); el de b. les viene de la iglesia de S. Bemabé en
Milán. El programa quedó consignado en la Primera Carta a los
cofundadores: «Pongamos, pues, mano a la obra... y echemos a correr como
locos no sólo hacia Dios sino también hacia el prójimo». La vida
religiosa está en función del apostolado como un medio de santificación.
Crucifijo en la mano, los primeros b. salen a las calles y plazas para
predicar más con el ejemplo de rigurosas penitencias que con sus
palabras. Lombardía y Véneto son su primer campo de acción: en la
reforma de conventos y reformatorios femeninos cooperan las monjas
Angélicas, fundadas para este objeto por el mismo Antonio M. Zaccaria.
Su modelo es S. Pablo (v.) del cual renuevan vigor y empuje apostólico;
sus armas, el crucifijo y la Eucaristía en cuyo honor difunden el
jubileo de las cuarenta horas instituido por el fundador; su
característica, la disponibilidad al servicio de los obispos.
Acusados de innovadores ante la Inquisición (1551), son defendidos
por S. Ignacio de Loyola y el Card. Ghisleri (Pío V), por lo cual julio
III les da un protector en el Card. Álvarez de Toledo quien aprueba las
Constituciones. El código definitivo es promulgado en 1579 por S. Carlos
Borromeo (v.) que se vale de los b. para detener el calvinismo en
Valtelina y Suiza. En 1608 a petición de Enrique IV se establecen en el
Béarn para convertir a los hugonotes, y más tarde en toda Francia; lo
mismo hacen en Silesia, Praga y Viena invitados por Fernando II. La
noticia de que los b. regentaban el afamado colegio Arcimboldi de Milán,
induce a S. Francisco de Sales (v.) a ofrecerles la dirección de otros
con internados en Saboya, lo cual pasó a ser la actividad prevalente en
la Orden hasta hoy. Debiendo acompañar a mons. Mezzabarba en su viaje a
Pekín, por la querella de los Ritos Chinos (v. CHINOS, RITOS), de
regreso establecen las misiones de Ava y Pegú (Birmania) prodigándose
sucesivamente hasta la supresión napoleónica. De los b. misioneros,
cuatro fueron martirizados y siete nombrados obispos. A ellos se debe el
haber mandado imprimir el primer diccionario trilingüe
birmanolatínportugués con la versión del N. T. La Historia Regni Barman¡
por el P. Sangermano es texto oficial hasta hoy. Con la caída de
Napoleón los b. vuelven a constituirse en Italia, Austria y Francia. A
raíz del ingreso en la Orden del convertido ruso conde G. Suválov,
inician el movimiento por la conversión de Rusia, al cual P. C. Tondini
consagra 40 años de labor y viajes por toda Europa. Del mismo periodo
son las misiones de Suecia y Noruega por los PP. Moro, Stub, Fumagalli,
etc. La nueva expulsión de Francia (1901) abre el camino a las
fundaciones de parroquias y colegios en Bélgica y Brasil, y a mediados de siglo en Argentina, Chile, USA y Canadá. En 1928
fundan las Misiones de Guamá (Amazonas), y en 1950 las de Bukavu (CongoKinshasa).
Desde 1932 los b. son los únicos sacerdotes autorizados a residir en
Afganistán.
El estado actual (1969) de los b. y su régimen es el siguiente: 88
Comunidades con un total de 598 clérigos y 89 hermanos, reunidos en ocho
provincias, en 10 naciones, que gozan de mucha autonomía tocante a
programación y personal. Cada seis años el Capítulo General elige a un
superior y cuatro consejeros. Los provinciales son elegidos por el
Consejo Superior y por los miembros capitulares de cada provincia
interesada. Pese a que en la Profesión prestan juramento de no
ambicionar dignidades, los b. obispos fueron 64, y siete los cardenales.
Los más ilustres son: Cosme Dossena, capitán de la armada española en
Lepanto y designado general en los Países Bajos por Felipe II, por tres
veces superior de la orden, m. en 1628 siendo obispo de Tortosa; J.
Guérin, amigo y sucesor de S. Francisco de Sales; Card. S. Gerdil autor
del AntiEmilio, prefecto de Propaganda Fide, a quien el veto de Austria
(1800) arrebató la tiara; Card. L. Fontana autor de la Bula que
excomulgaba a Napoleón, compañero de prisión de Pío VII y restaurador de
la Orden a la caída de Napoleón; Card. L. Lambruschini, «el pasionario
de la Iglesia» arzobispo de Génova, nuncio apostólico por cinco años en
París, secretario de Estado de Gregorio XVI, incansable campeón por la
definición del dogma de la Inmaculada Concepción y la convocatoria del
conc. Vaticano I; Card. L. Bilio, moderador en el mismo concilio y autor
del esquema por la Infalibilidad Pontificia (v.); C. Giarda obispo de
Castro, a quien Ranucio Farnese mandó asesinar por odio al Papa en 1649;
M. Giardini, primer Delegado Apostólico en Japón, m. siendo arzobispo de
Ancona en 1954. Los b. más ilustres en el campo de la cultura fueron:
Pablo Frisi, físicomatemático de renombre europeo, autor de una
Disquisitio mathematica que le valió los elogios de F. Bacon (1751); F.
Denza, meteorólogo y astrónomo a quien León XIII encargó montar el
Observatorio Vaticano, mereciendo la inclusión entre los 18 compiladores
del Mapa del cielo; T. Bertelli precursor de la sismología moderna e
inventor del tromómetro (s. XIX); el arqueólogo L. Ungarelli, fundador
del Museo Egipcio Vaticano y autor de la obra Interpretatio Obeliscorum
Urbis, 1842; los filósofos R. Baranzano, E. Pini y el Card. Gerdil; G.
A. Mazenta, arquitecto de la catedral de Bolonia y otras iglesias; L.
Binago proyectista y constructor de la monumental iglesia de S.
Alejandro en Milán y otras, de cuyos planos se valió Felipe III para
modificar El Escorial; el biblista C. Vercellone, autor de la obra
monumental Variae lectiones Vulgatae Latinae Bibliorum editionis (1860)
y de la edición griega del Codex Vaticanus, 1857.
En la época moderna, es copia del fundador la gigantesca figura
del P. Juan Semeria, m. 1931, formidable síntesis de ciencia, mente y
corazón. Orador sagrado, conferenciante y apologista genial, escribió
312 ensayos sobre problemas modernistas. Por su caridad exquisita hacia
los errantes, fue víctima de la reacción antimodernista. Desde su
destierro en Bruselas fue llamado a ser capellán del Comando Supremo en
Guerra, al término de la cual inició con J. Minozzi la Obra Nacional por
los Huérfanos de los Caídos. «Vagabundo de la Caridad», recorre Europa y
América a fin de recolectar fondos. Paulo VI le rindió justicia al
«reconocer en 61 a una de las figuras más significativas de la
generación recién pasada por su modestia y humildad religiosa, vasta
cultura y oratoria arrastradora, mas sobre todo, por su apego ejemplar a
la fe católica... ».
RICARDO MARÍA FRIGERIO.
BIBL.: O. PREMOLI, Storia dei Barnabiti, Roma 191325; G. BOFFITO, Scrittori Barnabiti, Florencia 193237; L. LEvATi, Menologio dei Barnabiti, 12 vol., Génova 193238; G. A. GABuzio, Historia Congr. Cler. Reg. S. Pauli, Roma 1852; A. GENTILI, I Barnabiti, Roma 1967.
BARNABITAS (Clérigos regulares de San Pablo)II.
HAGIOGRAFÍA.
San Antonio María Zaccaria (v.)
150239. Fundador de los b. y de las Angélicas, cronológicamente es el
segundo santo de la Contrarreforma.
San Alejandro Sauli (153492). N. en Milán de noble familia
genovesa; a los 17 años pide entrar a la congregación. Se le impone
cargar con una cruz y predicar vestido de paje por las calles de Milán.
Profesor en la Univ. de Pavía, es nombrado por dos periodos superior
general de la orden. Brazo derecho de S. Carlos Borromeo en la reforma,
es elegido obispo de Aleria; por 20 años despliega una actividad
agotadora mereciendo ser llamado Apóstol de Córcega. Trasladado a Pavía,
m., según predijo, al año siguiente (11 oct. 1592). Canonizado por S.
Pío X en 1904. Su cuerpo es venerado en la catedral de Pavía.
San Francisco Javier María Bianchi (17431815). N. en Arpino en
1743, entró en los b. a los 19 años. Ordenado sacerdote, enseñó Teología
en la Univ. de Nápoles. Es llamado Apóstol de dicha ciudad y forjador de
santos (Sta. María Francisca, Los Ven. P. Baucher y M. Arciero, etc.).
Característica de su espiritualidad es el ardor místico unido a una
serena alegría, pese a la enfermedad que por 10 años le inmovilizó,
menos durante la celebración de la Misa. Fue canonizado por Pío XII en
1951. Su cuerpo es venerado en Nápoles.
Ven. Carlos Bascapé. 1550-1615. Secretario de S. Carlos Borromeo y
su delegado ante la corte de Felipe II, fue superior general en dos
periodos, m. obispo de Novara; por su celo pastoral, Paulo VI, al
obsequiar con una copia de su monumental Vita S. Caroli a los Padres
Conciliares, llamó al autor otro S. Carlos.
Ven. Bartolomé Canale (160591). Escritor ascético y forjador de
una pléyade de santos religiosos durante su largo mandato de maestro de
novicios. Su cuerpo descansa en Sta. M. de Monza.
Ven. Carlos H. Schilling (18351907). Pintor noruego convertido,
héroe del confesonario y de la caridad. Es llamado el santo de Mouscrons
(Bélgica), en cuya iglesia descansa su cuerpo.
Los siervos de Dios: Raymundo Recrosio m. en 1732 obispo de Niza,
teólogo y apóstol del Sagrado Corazón; Fortunato Redolfi apóstol de la
juventud; César Barzaghi m. en 1941 en Lodi, el santo de la cátedra y de
los pobres; Víctor de Marino m—en 1929, el médico santo; los
seminaristas Fr. Castelli, Luis Rainieri y Serafín Ghidini y otros más,
cuya causa de beatificación está introducida en Roma.
RICARDO MARÍA FRIGERIO.
BIBL.: A. SACCO, De Cler. Reg. S. Pauli Parentibus si nopsiS, Milán 1682; A. TEPPA, Vita di S. Antonio Maria Zaccaria, Milán 1897; A. GENTILI, I Barnabiti, Roma 1967.
Cortesía de Editorial Rialp. Gran Enciclopedia Rialp, 1991