VERSIONES DE LA BIBLIA
BIBLIAS POLIGLOTAS. Introducción. Las Biblias Poliglotas son ediciones
de la S. E. en muchas lenguas, es decir, del texto original hebreo del
A. T. (más los breves pasajes en arameo) y del griego del N. T.,
acompañados de todas o algunas de las versiones antiguas. En ocasiones
contienen también traducciones modernas de dichos textos, especialmente
de las versiones antiguas. Las B. Políglotas nacen como típico producto
de la actitud intelectual del Humanismo cristiano que, entre otras
cosas, se caracteriza por su ansia de acceso directo a las fuentes de la
Revelación. Las B. Políglotas clásicas se publican en los s. XVI y XVII;
tienen verdadera importancia científica para los estudios de crítica
textual bíblica porque se basan en manuscritos antiguos hoy en gran
parte perdidos. De las cuatro grandes B. Políglotas de estos siglos,
España dio nacimiento a las dos primeras. Hoy trabajan filólogos
españoles en otra B. Políglota de la que van aparecidos, algunos
volúmenes y que una vez completa sería la tercera B. Políglota española
(v. infra, E).
Hay que mencionar algunos trabajos precedentes, a modo de
tentativas de lo que más tarde sería llamado B. Políglota, pero que no
encajan plenamente dentro del concepto de éstas, por no abarcar la
totalidad de la B. o por no recoger todas las versiones antiguas más
fundamentales de la misma, o excluir los textos originales. El más
célebre de estos trabajos son las Hexapla de Orígenes (primera mitad del
s. III; v.) consistentes en seis columnas paralelas: texto hebreo
consonántico del A. T., texto hebreo en caracteres griegos con su
pronunciación vocálica, A. T. griego de Aquila, Synmachus, Septuaginta y
Theodotíon (v. VI, 2). Conocemos también manuscritos completos o
fragmentarios del s. XI, de los Salmos en copto, griego y árabe, o en
griego, latín y árabe (v. «Rev. Biblique» X, 1913, 512 ss.); del XIIIXIV,
egipcios: fragmentos bíblicos en etiópico, sirlaco, copto, árabe y
armenio; y del XIV existen restos de la B. en hebreo, griego y latín del
monje Simón Autumano (cfr. G. Mercati, en «Rev. Biblique» XIII, 1916,
516 ss.). Por último, hay que citar el Psalterium quintuplex, gallicum,
romanum, hebraicum, vetus conciliatum, París 1509, de J. Le Févre
d'Etaples, y el Psalterium hebraeum graecum, arabicum et chaldaicum cum
tribus latinis interpretationibus et glossis, Génova 1516, de Agustín
Justiniani; otras partes de la B. preparadas por Justiniani para su
publicación en hebreo, arameo, griego, latín y árabe no llegaron a
aparecer y sus originales se han perdido.
A. Biblia Políglota Complutense. Es la primera B. Políglota
propiamente dicha impresa en el. mundo. Por ello, y por haber servido de
modelo a las posteriores es preciso dedicar a su estudio más espacio que
a las restantes. Compuesta tipográficamente en los talleres de Arnao
Guillén de Brocar, Alcalá de Henares (Complutum) de 1514 a 1517, no fue
puesta en circulación hasta 1520, fecha en que fue autorizada por Motu
Proprio de León X, o hasta 1522, según opinión de M. Bataillon.
Pertenece al card. Francisco Jiménez de Cisneros (v.) la gloria de haber
sido el promotor de tan importante obra y de haber hecho posible, con su
tenaz impulso y los cuantiosos medios de que para ella dispuso, la
realización de la gran idea por él inicialmente concebida, al parecer,
en el verano de 1502 y madurada a lo largo de los años siguientes. La
concepción de la B. Políglota y su realización son inseparables de la
Univ. de Alcalá, fundada también por él. Tanto una como otra constituyen
el más importante esfuerzo español en el renacimiento de los estudios
bíblicos de signo humanista.
«La Biblia Políglota, gloria de Alcalá en los anales del
humanismo, es una de las obras más imponentes que llevó a cabo en esta
época la ciencia de los filólogos auxiliada por el arte del impresor.
Es, fuera de toda duda, el coronamiento de un esfuerzo colectivo de gran
aliento que Cisneros estimuló y dirigió desde sus comienzos» (M.
Bataillon). Efectivamente, con toda clarividencia y espíritu moderno
hubo Cisneros de comprender que para editar con toda la posible
corrección los textos originales de la B. y sus versiones, era
imprescindible conocer a fondo las lenguas respectivas, y de aquí su
fundación en la Univ. Complutense de las cátedras de hebreo, griego y
latín, y su bien demostrado interés por el desarrollo y eficacia de las
mismas. La carta dirigida por el cardenal al papa León X, incluida al
comienzo de la Políglota, traducida compendiadamente (por M. Revilla)
del latín, dice así. «Muchas son las razones que nos han impulsado a
imprimir el texto original de la Sagrada Escritura. En primer lugar,
porque ninguna versión puede trasladar fielmente toda la fuerza y
propiedad del original, principalmente cuando se trata de la lengua en
que Dios mismo ha hablado, cuyas palabras están, por decirlo así,
preñadas de sentidos y llenas de misterios que sólo pueden vislumbrarse
o conocerse a través del original en que las Sagradas Escrituras fueron
escritas. Añádase a esto que los manuscritos latinos de la Biblia con
mucha frecuencia disienten entre sí, o hay motivos suficientes para
creer que se hallan corrompidos por la ignorancia y negligencia de los
copistas; por lo cual debe recurrirse, como lo advierte S. jerónimo, S.
Agustín y otros autores eclesiásticos, a las fuentes de la Sagrada
Escritura, para corregir (original latino: ut examinetur) los libros del
Antiguo Testamento según el texto hebreo y los del Nuevo Testamento
según el texto griego. Así, pues, para que los amantes de las Sagradas
Letras, no contentos con las aguas de los arroyuelos, puedan apagar su
sed en los mismos manantiales de donde brotan las aguas vivas que saltan
hasta la vida eterna, hemos mandado imprimir el texto original de ambos
Testamentos juntamente con sus principales y autorizadas versiones»
(griega de Septuaginta, Vulgata latina y Targum arameo de Onqelos al
Pentateuco). De este párrafo, tan significativo, se 'deducen con
claridad el motivo y propósito de la Políglota Complutense.
En la polémica teológicofilológica entre los partidarios de la
Septuaginta, por un lado, y del texto hebreo, la hebraica veritas, por
otro, entre los defensores a ultranza del texto de la Vulgata y los
propugnadores de nuevas traducciones latinas directas y literales del
texto griego del N. T., la Políglota Complutense supone una objetiva
aportación de material textual que, si bien contribuye poderosamente a
satisfacer el ansia del humanismo cristiano por las fuentes originales,
no cae en los exagerados extremos de ciertos filólogos de la época y de
tiempos posteriores de rehacer el sagrado texto por medio de una crítica
siempre más o menos subjetiva. Cisneros, no simple mecenas sino director
científico de la obra, fijó al equipo de filólogos que propiamente
realizaron la obra, el criterio que debía regir sus trabajos: no
enmendar los textos cuando estuvieran apoyados por el testimonio de
manuscritos antiguos. Este criterio establecido por Cisneros se hace
palpable, p. ej., comparando el texto del N. T. de la Complutense con el
del Novum Instrumentum de Erasmo (1516), y explica que Nebrija se
separase de los trabajos de la Políglota por sentirse en desacuerdo con
aquellas normas y propugnar una mayor libertad crítica ante la Vulgata.
(Sobre la debatida cuestión del comma johanneum, v. M. Bataillon, o. c.
en bibl., 41, 42, 94, 117118, 249252, 427, 506).
Colaboradores: Los filólogos a los que el card. Cisneros encargó
la preparación de la Políglota fueron: Pablo Coronel, Alfonso de Zamora
(v.) y Alfonso de Alcalá para el texto hebreo del A. T., Targum arameo
de Ongelos del Pentateuco y traducción latina de éste, además de la
Gramática Hebrea y los Diccionarios publicados en el vol. VI (v. infra).
Diego López de Zúñiga, Hernán Núñez de Guzmán (el Pinciano, el
Comendador griego) y Demetrio Ducas fueron encargados de la Septuaginta,
del texto griego del N. T., del Diccionario grecolatino de éste (vol. V)
y de una nueva traducción latina del A. T. griego, con la colaboración
en ella de Juan de Vergara (algunos afirman que también de Pedro
Ciruelo, C. D. Hortola y Cipriano de la Huerga). A Antonio de Nebrija
(v.) se le confió la edición de la Vulgata, trabajo que inició, pero no
continuó como hemos dicho. También intervinieron en el N. T., pero en
muy pequeña medida, el M. Gonzalo Gil, catedrático complutense de
Teología, y Bartolomé de Castro, profesor de Artes en Alcalá. El célebre
Erasmo (v.) fue invitado por el card. Cisneros a colaborar en la
empresa, pero lo rehusó, sin duda, entre otras razones, por no ser
hebraísta. Estos eminentes filólogos colaboraron tan estrechamente que
no siempre es fácil determinar lo que se debe concretamente a cada uno
de ellos.
Procedencia de los manuscritos utilizados: Cisneros procuró con
extraordinario celo formar la amplia biblioteca de manuscritos necesaria
para la elaboración científica de la Políglota. Muchos fueron
adquiridos, invirtiendo en ello elevadas sumas, y formaron el importante
fondo bibliográfico de la Univ. Complutense, utilizados después por
Arias Montano para lá Políglota de Amberes o Biblia Regia (v. infra, B);
en parte se perdieron posteriótmente o no han podido ser identificados.
Otros fueron prestados por bibliotecas españolas y extranjeras. Se sabe
que los manuscritos hebreos y arameos (del Targum} procedieron de
Toledo, Maqueda y Tarazona; pero hay rióticias, difíciles de confirmar,
según las cuales siete magníficos códices fueron comprados en Venecia, y
según otros en diversas regiones; lo! códices griegos fueron prestados
unos por León X de la Biblioteca Vaticana, otros llegaron de Venecia,
Florencia y Rodas; los códices latinos existían en cantidad y calidad en
España y eran producto de la escuela sevillana del s. VIII,
posteriormente trasladada a Toledo, de la que derivan los códices
góticos o longobardos, como el Toletano y el Cavense.
Contenido: El contenido de los seis volúmenes en folio de que
consta la Políglota Complutense se distribuye así: Vols. 14 contienen el
A. T. según el texto hebreo masorético, el texto griego de los Setenta o
LXX con trad. interlineal latina, la Vulgata latina y el Targum arameo
de Onqelos también con trad. latina. Los libros deuterocanónicos del A.
T. aparecen en el texto griego de los LXX, con versión latina
interlineal, y en el texto de la Vulgata. Vol. V contiene el texto
griego y Vulgata del N. T., seguidos de: 1) Interpretaciones de los
nombres hebreos, arameos y griegos del N. T.; 2) Nociones de gramática
griega; 3) Diccionario grecolatino del N. T. y de los libros del
Eclesiástico y Sabiduría. Vol. VI con tiene: 1) Diccionario hebreo y
arameo del A. T.; 2) Vocabulario latinohebreo; 3) Interpretaciones de
los nombres hebreos, arameos y griegos del A. T. y N. T.; 4) Relación de
«...nomina ... que in utroque testamento vitio scriptorum sunt aliter
scripta (in biblüs nostris modernis) quam in hebreo et greco et in
aliquibus biblüs nostris antiquis»; 5) Gramática hebrea.
A lo largo de los seis volúmenes hállase además profusión de
prólogos a los distintos libros bíblicos y epístolas de S. jerónimo,
carta de Cisneros al Papa, prefacios para el lector, motu proprio de
León X, disertaciones exegéticas, etc. Todo ello puede verse
minuciosamente descrito y estudiado en M. Revilla (o. c. en bibl.).
Bastará aquí con recoger algunas observaciones y datos más importantes
sobre cada una de las partes de la Políglota.
El A. T. hebreo, preparado por Pablo Coronel, Alfonso de Zamora y
Alfonso de Alcalá, presenta un texto que no coincide plenamente con el
textus receptus masorético (V. ANTIGUO TESTAMENTO II, 2, y mANuscRITos
BfBI,ICOS HEBREOS). No sólo contiene variantes con respecto al texto de
Ben Aller (s. xxi; v. ibídem), sino que todo su sistema de vocalización
y acentuación es muy peculiar. Basándose principalmente en este hecho,
Paul E. Kahle mantuvo la tesis de que el A. T. hebreo de la Complutense
se basó en manuscritos babilónicos (The Hebrew Text of the Complutensian
Polyglot, o. c. en bibl.); aunque ello a priori parece lógico ya que,
según se sabe, la tradición de los judíos españoles es más babilónica
que palestinense, no parecen existir suficientes pruebas de tal
afirmación. Antes bien, los manuscritos de los que sabemos fueron
manejados por Alfonso de Zamora (v.), y, por tanto, casi seguro que se
utilizaran en la fijación del texto complutense, son manuscritos hebreos
españoles de fecha bastante tardía ya dentro de la tradición textual
tiberiense aunque con ciertas variantes.
El texto hebreo de la Complutense fue utilizado en mayor o menor
escala, según los casos, para establecer el texto hebreo del A. T. en la
Políglota de Amberes, en la de Vatablo (Heidelberg 1586) y, a través de
la de Amberes, en la de París, Londres, Hutter y otras ediciones. Tiene
también la importancia de haber servido de base para la trad. inglesa de
Tyndale. La edición de Buxtorff, Basilea 1611, y la Biblia Rabínica de
Basilea 161819 siguen el texto hebreo complutense entrecruzado _con el
de J. Ben kiayyim, Venecia 1524-25 (v. VII).
El Targum de Ongelos o versión parafrástica antigua del Pentateuco
(v. VI, 4), con trad. interlineal latina también es obra de los tres
susodichos conversos, sin que ,pueda precisarse con seguridad la labor
que a cada uno le correspondió; pero podemos pensar que el peso
principal lo llevó Alfonso de Zamora. Parece que utilizaron
especialmente como base el Ms. 117Z15 de la Univ. de Madrid,
probablemente del s. XIII. El texto de Onqelos complutense fue muy
utilizado por las Políglotas de Amberes, Nuremberg y París, y su trad.
latina por las ediciones de Amberes, París, Londres y Venecia.
El texto griego del A. T. conocido por Septuaginta o versión de
los LXX (v. VI, 2), apareció en la Complutense como edición príncipe
completa. Fueron utilizados muchos y muy importantes manuscritos: Bibl.
Vaticana, n° 330 y 346 (108 y 248 de la Col. HolmesParsons); Ms. de la
Bibl. de S. Marcos de Venecia (n° 68 de HolmesParsons), copia del cual
es el Ms. 116Z36 de la Univ. de Madrid, y otros no identificados.,
aunque se piensa de algunos utilizados también en la edición Aldina de
1518. El texto septuagintal de la complutense es la fuente más
importante de que se dispone para conocer LXX en su recensión de Luciano
(v. VI, 2). Según la clasificación de las recensiones griegas
establecida por M. L. Margolis (en su The Book of Joshua in Greek, MV,
19318), el texto septuagintal de la Complutense refleja la recensión que
61 llama palestinense, es decir, el texto de Orígenes hecho, según S.
Jerónimo, por Eusebio. Por otra parte, hay que destacar que de los
cuatro tipos textuales de LXX que tradicionalmente han circulado
impresos, el complutense tiene gran importancia; los otros tres son el
aldino (Venecia 1518-19), el sixtino (Roma 1587) y el grabino (de J. E.
Grabe, Oxford 17071720).
El texto septuagintal complutense influyó poderosamente en las
ediciones de LXX de los s. XVI y XVII, pues dejó huellas más o menos
pronunciadas en las Políglotas de Amberes, Heidelberg, Hamburgo,
Nuremberg, París y en las ediciones del libro de Rut de Amsterdam 1632,
del Salterio de Plantino, Amberes 1584, y otras. Sus variantes pasaron a
figurar en la Polígl. de Londres y en la edición de HolmesParsons
(1798-1827).
La traducción latina de la Septuaginta, llevada a cabo por los
complutenses es de tan gran valor que fue reimpresa o reproducida con
ciertas modificaciones en Basilea 1526, Polígl. de Amberes, de París,
ediciones de Basilea de 1550 y 1582, Amsterdam 1696, y Biblia de Claudio
Baduell de 155657.
El N. T. griego de la Complutense, preparado por Hernán Núñez,
Demetrio Ducas y D. López de Zúñiga, es la editio princeps del N. T.
completo, que terminó de imprimirse el 10 en. 1514. Pero debido al
retraso con que el papa León X dio su aprobación (1520), la primera
edición del N. T. de Erasmo (v.), preparada por éste de abril 1515 a
febrero 1516, fue puesta en circulación antes que la complutense, aunque
plagada de errores debido a la precipitación que el propio Erasmo hubo
de reconocer. El texto neotestamentario griego complutense, impreso
cuatro años antes que el de Erasmo, es muy superior a éste en calidad
textual y en el cuidado de su edición. De los manuscritos usados como
base, pocas cosas seguras pueden afirmarse; sólo hay referencias a
préstamos de manuscritos de la Vaticana y otras bibliotecas. En general
puede concluirse que el N. T. griego complutense procede de manuscritos
no muy antiguos, pertenecientes a la familia siriaca aunque con buenas
lecciones presiriacas.
A propósito del valor de la edición complutense griega del N. T.
se desarrolló en el s. XVIII una polémica sobre si dicho texto griego
había sido o no deformado para acomodarlo a la Vulgata latina. Frente al
apasionamiento de quienes defendían la arbitraria corrección a base de
la Vulgata hay el hecho de los centenares de variantes del texto griego
complutense frente al latino de Vulgata, que no existirían de haberse
llevado a cabo la pretendida acomodación. Solamente es preciso reconocer
la presencia en el texto griego del famoso comma johanneum (1 Io 5,7)
que no aparece en los antiguos manuscritos griegos, ni en las versiones
antiguas, ni en los mejores manuscritos de la Vulgata, pero sí en muchos
manuscritos de ésta, y que parece glosa marginal pasada al texto muy
tardíamente. Coincide en esto la Complutense con la mayor parte de las
ediciones del N. T. aparecidas hasta el s. XVIII. A pesar de ello, la
edición neotestamentaria griega complutense es considerada como una de
las mejores de los s. XVI y XVII, e influyó en las posteriores.
En cuanto al texto complutense de la Vulgata (v. VI, 3),
subrayemos que representa la primera edición crítica impresa, pues las
muy numerosas ediciones antes de 1517 son de índole absolutamente
nocrítica. De los códices utilizados para la Vulgata complutense sólo se
han conservado tres en la Bibl. de la Univ. de Madrid: Ms. 115Z7, del s.
VIII-IX; Ms. 115Z6, del s. IX x; y Ms. 115Z4 y 5 (dos vols.), s. XIIXIII.
El primero pertenece al grupo castellano de manuscritos de la Vulgata,
el segundo y tercero al grupo leonés. Hubieron de ser manejados más
manuscritos, pero aquéllos constituyeron la base de la edición;
generalmente fueron aceptadas las variantes más de acuerdo con el texto
hebreo. Es la línea crítica seguida a lo largo de toda la Políglota:
aproximar las versiones todo lo más posible a los textos originales,
pero apoyándose para ello en variantes atestiguadas por manuscritos, no
corrigiéndolas según criterios críticos subjetivos como quería Nebrija,
contra la opinión de Cisneros. La Vulgata complutense se reimprimió en
las Polígl. de Amberes, París, Heidelberg, Hutter; influyó en otras
ediciones y aportó sus variantes a la importante edición de la Vulgata
de Amberes 1573, detiida al trabajo de los doctores de Lovaina.
B. Biblia Políglota de Ambéres. También conocida por Biblia Regia,
pues fue patrocinada por Felipe II. Su director científico fue el
célebre teólogo y orientalista español Benito Arias Montano (v.)
(15271598). Impresa en Amberes por el famoso tipógrafo Cristóbal
Plantino (v.) en 15681572. Al quedar muy pronto escasísimos ejemplares
de la B. Complutense, principalmente debido al naufragio de.un navío que
transportaba un cargamento de ellos, concibió Arias Montano la idea de
reeditarla. Pero lo que en un principio se proyectó como simple
reedición se convirtió luego en una obra que, aún tomando mucho de la
Complutense, según se dice más arriba, tuvo numerosos elementos y
valores nuevos y propios.
El contenido de sus ocho volúmenes es el siguiente: Vols. IIV, A.
T. proto y deuterocanónico: 1) Texto hebreo basado principalmente en el
complutense pero con divergencias que lo aproximan al textus receptus,
principalmente representado por la Biblia Rabínica Bombergiana de Jacob
Ben Hayyim, Venecia 152425 (v. VII) (se utilizó también la de Félix
Prátensis, editada igualmente por Bomberg en Venecia 151617); 2)
Vulgata; 3) Septuaginta con trad. latina; 4) Targum arameo de casi todos
los libros del A. T., con trad. latina. Dicha traducción está tomada de
la publicada en la Complutense, por lo que se refiere al Pentateuco,
aunque corregida por Arias Montano; para el resto se utilizó en gran
parte, también corregida por Arias Montano, la obra de los conversos de
Alcalá, principalmente Alfonso de Zamora. Éstos, por mandato de
Cisneros, habían establecido el texto arameo del Targunt completo del A.
T. con trad. literal latina, obra conservada en manuscritos de la Univ.
de Madrid, de Salamanca, Escorial, etc. (v. ALFONSO DE zAmoRA), que
Arias Montano llevó consigo a Amberes, además de otros venecianos. La
trad. latina del Targum arameo de algunos libros aparece como obra de
Arias Montano. Vol. V, N. T.: 1) Texto griego; 2) Vulgata; 3) Versión
siriaca Pés?tta' en caracteres siriacos y en caracteres hebreos
vocalizados, con trad. latina de Guy Le Févre de la Boderie. Los tres
últimos volúmenes son los denominados por Arias Montano Apparatus. Su
contenido es el siguiente: Vol. VI: N. T. griego con trad. interlineal
latina de la Vulgata; cuando ésta no coincide literalmente con el texto
griego, va colocada al margen y sustituida en la línea por otra
traducción literal de Arias Montano, impresa en tipos diferentes; sigue
un estudio sobre los idiotismos de la lengua hebrea, de Arias Montano; y
comenzando por el final del volumen, viene el texto de la Biblia Hebrea
con trad. latina interlineal de Santes Pagnino. Vol. VII: Diccionario y
gramática griegos (según Menéndez y Pelayo obra de Arias Montano);
Vocabulario siriaco, de Andreas Masius; Gramática siriaca, del mismo
autor; Diccionario siroarameo,, de Guy Le Févre de la Boderie; Thesaurus
Hebra¡cae Linguae, de Santes Pagnino, abreviado, con apéndice gramatical
y prólogo de Raphelengius. Vol VIII: contiene dieciocho tratados
filológicos y arqueológicos, de muchos de los cuales es autor Arias
Montano.
Además puede el estudioso encontrar, repartidos por los diversos
volúmenes de la B. Regia, prefacios de Arias Montano, prólogos de S.
jerónimo, cartas, índices, grabados simbólicos y bíblicos, etc. La
Políglota de Amberes es la primera edición de la B. en la que se
introdujo la numeración de los versícúlos del texto hebreo. Puede verse,
por tanto, cuán considerablemente se extendió el plan primitivo, a lo
que contribuyó el gran protector de Plantino, card. Granvela, el cual
hizo colacionar a su costa los manuscritos vaticanos griegos.
Las principales novedades, en comparación con la Complutense,
fueron la B. latina de Santes Pagnino, corregida por Arias Montano, los
tratados técnicos de contenido filológicobíblico, la versión siriaca del
N. T. (v. VI, 5) y el Targum arameo de Profetas y Hagiógrafos (v. vi,
4). Con Arias Montano colaboraron humanistas como Francisco Raphelengius
(van Ravelingen), Nicolás y Guy Le Févre de la Boderie, Andreas Massius
y los doctores de Lovaina Joannes Harlemius, Augustinus Hunnaeus,
Cornelius Reyneri de Gouda. Prestaron también ayuda a Arias Montano,
Cornelio Kiel, Teodoro Kemps, Antonio Spitaels (correctores), el card.
Espinosa, el card. Granvela, el card. Sirleto (que aportó variantes
textuales de algunos códices), Juan Regla, Pedro Serrano, Luis Estrada,
Ambrosio Moro, Gabriel Zayas y Daniel Bomberg, famoso impresor de
Venecia, que cedió un manuscrito siriaco del N. T.
Como la B. Complutense, la B. Regia fue atacada por los enemigos
de la tendencia humanista hacia los textos originales, temerosos del
menoscabo de la Vulgata, que tacharon a Arias Montano de judaizante. El
más acérrimo adversario fue León de Castro, catedrático de la Univ. de
Salamanca. A pesar de los ataques, Arias Montano, que contaba con la
aprobación del papa Gregorio XIII, pudo hacer triunfar la causa de la B.
Regia para bien del s. xvi y aún de épocas posteriores, ya que sus
textos fueron ampliamente utilizados por las ediciones bíblicas,
políglotas o no, que siguieron a ella.
C. Biblia Políglota de París. Por iniciativa del card. du Perron y
del bibliotecario real Jacques de Thou surgió el proyecto de reeditar en
París la Políglota de Amberes, con la colaboración de dos maronitas:
Gabriel Sionita y Juan Hesronita. Mas la muerte impidió a aquéllos
llevarlo a cabo; fue GuyMichel Le Jay el que lo realizó. Los nueve
volúmenes en folio mayor se imprimieron entre 1628 y 1655 (siete estaban
ya impresos en 1635, otros dos no aparecieron hasta 20 años después, ya
que Sionita se negó a entregar los manuscritos necesarios; encarcelado
por orden del Rey y puesto luego en libertad, demoró extraordinariamente
su trabajo). El papel y la tipografía fueron magníficos, aunque su
formato resultó excesivamente grande e incómoda la disposición de los
textos.
Los cinco primeros volúmenes no son sino una reproducción de los
cinco primeros tomos de la Políglota de e Amberes, aunque el texto
hebreo resultó plagado de erratas, con la única diferencia de que en el
vol. V el texto siriaco en caracteres hebreos de la de Amberos fue
sustituido por una versión árabe del N. T. con trad. latina y por el
texto siriaco ;de las cuatro Epístolas Católicas y del Apocalipsis, que
faltaban. Los cuatro volúmenes restantes contienen las novedades con
respecto a las Políglotas anteriores. VoL VI. Pentateuco siriaco y árabe
con sus respectivas trad. latinas, y además el Pentateuco hebreo
samaritano y el Targum samaritano del Pentateuco. La edición de estos
dos textos, aconsejada por el card. de Bérulle, fue confiada al
oratoriano Jean Morin. Vols. VIIIX: Versiones siriaca y árabe del resto
del A. T. con trad. latina de cada una.
Cabe a esta Políglota el honor de haber editado en editio princeps
el Pentateuco hebreo de los samaritanos, pieza importante para la
crítica textual bíblica (v. ANTIGUO TESTAMENTO II, 2A), desconocido por
los occidentales hasta que Pietro della Valle lo descubrió en 1616 en
manuscritos que compró en Damasco. Cedidos a la Biblioteca del Oratorio,
fueron utilizados por J. Morin para editarlos en la Poliglota de París.
También la versión siriaca o Pésctta' del A. T. (v.VI, 5) es editio
princeps en esta Políglota; corrió a cargo de Gabriel Sionita; las
posteriores ediciones no hacen sino reproducirla. Su texto es de
malísima calidad debido especialmente a la utilización de un manuscrito
del s. xvii, el Codex syriaque b de la Bibl. Nacional de París, que es
uno de los peores existentes. Por otra parte, la vocalización empleada
en la Pé¡Ytta' de París fue en gran parte inventada por el propio
Sionita y, a pesar de ello y de su mala calidad, fue reproducida en
posteriores ediciones. Y en lo referente al vocabulario, el del texto
parisino no coincide frecuentemente con el de los manuscritos antiguos,
debido a que formas clásicas fueron sustituidas por otras modernas.
La versión árabe es la de Saadya Gaón (v. VI, 6), impresa también
como editio princeps y luego constantemente repetida, a base del
Manuscrito Árabe I de la Bibl. Nacional de París; es, pues, una edición
basada en un solo manuscrito y no críticamente. Dicho manuscrito fue
copiado por Sionita, pero introduciendo en él correcciones y
vocalización; se trata de un texto heterogéneo e impuro. La versión
publicada en la Políglota de París contiene además otras traducciones
árabes basadas en la Septuaginta griega. A pesar del enriquecimiento de
materiales que supuso,. la Políglota de París no ejerció influencia
alguna, pues muy pronto fue desplazada por la de Londres.
D. Biblia Poliglota de Londres. También llamada Políglota de
Walton por ser obra de Brian Walton, posteriormente obispo anglicano de
Chester, con la colaboración de: Edmund Castell (Castellus), Samuel
Clarke, Thomas Hyde, Alexander Huish. Salió de las prensas de Thomas
Roycroft, Londres, entre 1654 y 1657, en seis volúmenes en folio, a los
que en 1669 se añadieron otros dos: el Lexicon heptaglotton compuesto
por Castell. Fue publicada por suscripción y patrocinada por Cromwell,
al cual fue dirigida una dedicatoria, posteriormente sustituida por otra
a Carlos II.
Comienza con unas extensas introducciones críticas de Walton,
reeditadas en Zurich 1673 y en Leipzig 1777; de sus puntos de vista
merece destacarse por Walton, siguiendo a Richard Simon (Histoire
Critique du Vieux Testament, 1678) no considera inspirada o «procedente
del Sinaí» la parte vocálica del A. T. Tras ellas, la Políglota de
Londres ofrece los siguientes elementos: Texto hebreo del A. T. con la
traducción interlineal de Santes Pagnino que ya corrigió Arias Montano
para la Poligl. de Amberes. Vulgata tomada de la edición clementina.
Septuaginta griega basada en el Codex Vaticanus según la ed. sixtina de
Roma 1587, y colacionado con el Alexandrinus y con diversos manuscritos
unciales de LXX como el Codex Cottonianus Geneseos (D), conservando así
para la posteridad lecciones textuales que se habrían perdido debido a
la destrucción parcial del códice en 1731. Versión Vetus latina Itala,
según la ed. de Flaminius Nobilius. Pés¡'itta' siriaca, con trad.
latina. Targum arameo de Onqelos (Pentateuco), con trad. latina.
Pentateuco samaritano, con trad. latina. Versión árabe con trad. latina.
Targum arameo Pseudo Jonatán en los libros históricos de .Josué a Ester,
con trad. latina. Versión etiópica de Salmos y Cantar de los Cantares.
De los libros que no figuran en el canon hebreo aparecen el 3 Esd en
latín, griego y siriaco, los dos últimos con trad. latina; el 4 Esd sólo
en latín; Tob en hebreo, con trad. latina, además de los textos de
Vulgata, griego y siriaco; Idt, pasajes deuterocanónicos de Ier y Dan, y
1 y 2 Mach en latín, griego y siriaco; Sap, Eccli y Bar llevan versión
árabe; partes deuterocanónicas de Est van en griego y latín; 3 Mach en
griego y siriaco; versión árabe de 2 Mach. Targum arameo PseudoJonatán
del Pentateuco y Targum Fragmentario con trad. latinas; versión persa
del Pentateuco con trad. latina. El N. T. aparece en su texto griego,
según la ed. de R. Estienne, con trad. interlineal latina de Arias
Montano; versiones siriaca y etiópica, con trad. latinas; Vulgata;
versión árabe; versión persa de los Evangelios, ambas con trad. latinas.
En el último volumen se encuentran las notas, variantes e índice
general.
Aunque la Políglotá de Walton es la más rica de las cuatro
Políglotas clásicas, tiene también no pocas imperfecciones. Entre ellas
destaca que el texto de la Pésitta' siriaca (v. vi, 5) fue reproducido
de la publicada por la Polígl. de París, incluyendo sus numerosos
errores y defectos y añadiendo a ellos gran número de nuevas erratas, a
pesar de que Walton en su prólogo criticaba el texto siriaco de Sionita
y su traducción latina; la colación de algunos manuscritos siriacos más,
incorporada al vol. VI y debida a Herbert Thorndyke, es también muy
imperfecta. Aun con todo esto, hay que reconocer que el aparato crítico
de la Pésitta' de todo el A. T., publicado en esta Poliglota, sigue
siendo el único existente. También el texto de la versión árabe es muy
imperfecto, pues al reproducir el de París conservó todos sus errores, y
al completar las lagunas de aquél a base de fuentes muy diversas resultó
un texto muy heterogéneo.
E. Otras ediciones bíblicas políglotas. Además de las cuatro B.
Políglotas clásicas, existen otras que pueden recibir el nombre de
Políglotas menores, por no ser completas, o por su menor importancia
científica. He aquí su simple relación, no exhaustiva, por orden
cronológico:
Ediciones políglotas judías del Pentateuco, Constantinopla 1546 y
1547. La primera presenta el texto hebreo, el Targum arameo de Onqelos,
la versión persa, la árabe de Saadya, y el Comentario de R. Isaac Yarhí.
La segunda lleva además una traducción al griego moderno y otra al
judeoespañol.
Políglota de Heidelberg, también llamada de Bertram o de Vatablo.
Publicada por Corneille Bonaventure Bertram en Heidelberg 1587. A. T.
hebreo, griego, Vulgata y trad. latina de Santes Pagnino. Tomada de la
Políglota de Amberes con notas de Vatablo, 2 ed. 1599, 3 ed. 1616, que
contiene también el N. T. con la trad. latina de Arias Montano.
Poliglota de Hamburgo, 1596. Texto hebreo de Elías Hutter, A. T. y
N. T. griego, Vulgata, trad. latina de Pagnino (A. T.) y de Teodoro de
Beza (N. T.), trad. alemana de Lutero; todo ello en edición de David
Wolder. N. T. tomado de la de Samuel Selfisch, Wittemberg 1583.
Políglotas de Hutter. Se trata de cuatro ediciones parciales. La
de Nuremberg 1599 sólo llegó a publicar un volumen: hebreo, Targum,
griego (todo ello según la de Amberes), trad. de Lutero, Vulgata, y,
según los ejemplares, versiones eslavónica, francesa o italiana. El
Salterio de Nuremberg 1602, en hebreo, griego, latín y alemán. El N. T.
de Nuremberg 1599, en doce lenguas, de carácter totalmente
anticientífico y con múltiples versiones modernas entre las que figura
la española de Casiodoro de Reina. El N. T. en hebreo, griego, latín y
alemán, Nuremberg 1602, tomado del anterior; reeditado en 1615 con
título diferente y haciéndolo figurar como impreso en Amsterdam. En
general la obra de Hutter se caracteriza por la arbitrariedad y la falta
de escrúpulos.
Políglota de Leipzig de Christian Reineccius. N. T. Leipzig 1713:
griego, siriaco, griego moderno, trad. latina de S. Schmid, alemana de
Lutero; textos muy heterogéneos. A. T. Leipzig 175051: hebreo, griego de
LXX, trad. latina de Schmid y alemana de Lutero.
Políglota de Bagster, Londres 1831. Prolegómenos de S. Lee, texto
hebreo del A. T. de Van der Hooght, Pentateuco Samaritano de Kennicott,
Septuaginta, Vulgata, Pésitta', N. T. griego según ed. Mill, trad.
alemana de Lutero, italiana de Diodati, francesa de Osterwald, española
de Scio e «inglesa autorizada». Reeditada en Londres 1874.
Políglota de Stier y Theile, Bielefeld 18461855, para uso práctico
manual, en hebreo, griego, latín y alemán. Reeditada varias veces.
Políglotas de E. de Levante. Hexaglott Bible, comprising the Holy
Scriptures of the Old and New Testament, Londres 1876 (hebreo,
Septuaginta, siriaco en N. T., Vulgata, versión «inglesa autorizada»,
trad. alemana y francesa). Biblia Triglotta continens Scripturas Sacras
Veteris et Novi Testamenti, Londres 1890 (A. T. hebreo, Septuaginta y
Vulgata, N. T. griego, Pésitta' y Vulgata).
La Sainte Bible Polyglotte contenant le texte hébreu original, le
texte grec des Septante, le texte latin de la Vulgate, et la traducción
frangaise de M. l'abbé Glaire, avec les diiérences de 1'hébreu, des
Septante et de la Vulgate, des introductions, des notes, des cartes et
des illustrations, de F. Vigouroux, 8 vols., París 18981909. Texto
hebreo de la ed. de Stier y Theile, tomado a su vez de la de Van der
Hooght. Septuaginta de la de Roma 1587 y algo de la Complutense.
Variantes de diversos códices. Vulgata Clementina.
Actualmente se trabaja en España en la edición de la Biblia
Polyglotta Matritensia editada por el Consejo Superior de
Investigaciones Científicas. Su plan es el siguiente: I Vetus
Testamentum Hebraicum. II Novum Testamentum Graecum. III Vetus
Testamentum Graecum. IV Vetu9 Testamentum Arameum: A) Targum
Palaestinense. V Vetus Testameñtum Arameum: B) Targum Onqelos et
Ionathan. VI Vetus ac Novum Testamentum Syriacum. VII Vetus Latina. VIII
Vetus Hispana. IX Novum Testamentum Copticum. X Versio Hispana.De ella
van aparecidos los siguientes volúmenes: O. Proemium, Matriti
1957~Series IV: Targum Palaestinense in Pentateuchum. Adduntur Targum
Pseudojonatan, Targum Onqelos et Targum Palaestinensis hispanica versio.
L. 5: Deuteronomium, caput I. Editio critica curante ALEDRO DIEZ MACHO,
Matriti 1965 (Specimen).Series VI: Vetus ac Novum Testamentum Syriacum.
Vetus Evangelium Syrorum et exinde excerptum Diatessaron Tatiani.
Editionem curavit IGNATIUS
ORTIZ DE URBINA, Matriti 1967. Series VII: Vetus Latina. L. 21
Psalterium VisigothicumMozarabicum de Hebraica veritate interpretatum.
Editio critica curante THEOPHILO AYUSO MARAZUELA, Matriti 1957.Series
VIII: Vulgata Hispana. L. 21. Psalterium S. Hieronymi de Hebraica
veritate interpretatum. Editio critica curante THEOPHILO AYUSO
MARAZUELA, Matriti 1960.
Anejos a la Biblia Poliglota Matritense se publican los «Textos y
Estudios del Seminario Filológico Cardenal Cisneros» del C.S.I.C., de
los cuales se han publicado los siguientes: T. AYUSO MARAZUELA, La Vetus
Latina Hispana: I. Prolegómenos (Introducción general, estudio y
análisis de las fuentes), Madrid 1953; 11. El Octateuco (Introducción
general y edición crítica), Madrid 1967; V. El Salterio (Introducción
general y edición crítica), Madrid 1962.F. PÉREZ CASTRO, Séfer Abisa`.
Edición del fragmento antiguo del Pentateuco hebreo samaritano de Nablus
(Edición, transcripción, aparato crítico y facsímiles), Madrid 1959.r.
CANTERA, El comentario de Habacuc de Qumrñn, Madrid 1960.A. DfEZ MACHO,
Targum Palestinense. Editio Princeps del Ms. Neofiti 1 de la Biblioteca
Vaticana (Edición crítica y traducciones), Madrid 1968.
F. PÉREZ CASTRO.
BIBL.: M. BATAILLON, Erasmo y España, Estudiossobre la historia espiritual del siglo XVI, 2 ed. MéxicoBuenos Aires 1966 (sobre Polígl. Complutense: p. 1923, 3343 y passim; sobre Polígl. de Amberes: p. 740742 y passim); 1. CATALINA GARCÍA, Tipografía Complutense, Madrid 1889; H. F. DARLOW y T. H. MOULE, Historical Catalogue of Printed Editions of Holy Scripture, Londres 1903 ss. (II/I: Polyglots); F. DELITScu, Studien zur Entstehungsgeschichte der Polyglottenbibel des Cardinals Ximenes, Erlange 1871; ÍD, Complutensische Varianten zu dem Alttestamentlichen Texte, Leipzig 1878; ÍD, Fortgesetzte Studien zur Entstehungsgeschichte der Complutensischen Polyglotte, Leipzig 1886; M. VAN DITRME, Granvelle et Plantin, en Estudios dedicados a Menéndez Pidal, t. VII, vol. I, Madrid 1957, 225272; ÁLvAR GÓMEZ, De rebus gestis a Francisco Ximenio Cisnerio, archiepiscopo toletano, Alcalá de Henares 1569; T. GONZÁLEZ CARVAIAL, Elogio histórico del Doctor Benito Arias Montano, «Memorias de la Real Academia de la Historian VII, Madrid 1832, 1199; P. KAHLE, The Hebrew Text of the Complutensian Polyglot, en Homenaje a MillásVallicrosa, vol. I, Barcelona 1954, 741751; ID, Zwei durch Humanisten besorgte, dem Papst gewidmete Ausgaben der hebrdischen Bibel, en P. KAHLE, Opera Minors, Leiden 1956, 128150; Ío, The Cairo Geniza, 2 ed. Blackwell, Oxford 1959, 124129; E. MANGENOT, Polyg1ottes, en DB V,513529; D. RAMOS FRECHILLA, La Políglota de Arias Montano, «Revista española de Estudios Bíblicos» 3 (1928) 2754; M. REVILLA Rico, La Políglota de Alcalá, Madrid 1917; A. SCHELER, Geschichte der Entstehung der berühmten Plantinischen Polyglottenbibel, «Serapeum» 6 (1845) 241251, 265272; 1. DE VALLEjo, Memorial de la vida de Fray Francisco Jiménez de Cisneros, ed. de A. DE LA TORRE y DEL CERRO, Madiüd 1913.
Cortesía de Editorial Rialp. Gran Enciclopedia Rialp, 1991