Unidades de atención pastoral
DPE
 

SUMARIO: 1. ¿Qué es una unidad de atención pastoral? — 2. Hacia una definición. — 3. Ventajas e implicaciones de las UAPs. — 4. Breve explicación de los elementos de la definición. — 5. Mirando al futuro con esperanza.


1. ¿Qué es una unidad de atención pastoral?

Justificación de una necesidad sentida desde la eclesiología y la sociología. Desde la realidad social se observan, en los últimos decenios, algunos fenómenos, que son verdaderos signos de los tiempos: concentración del 70% de la población en los grandes núcleos urbanos y semiurbanos; comunidades rurales sin párroco residente; población decreciente y envejecida; intercomunicación y gran movilidad geográfico-social en forma de éxodo laboral, de retorno puntual-estacional y de fin de semana, para recuperar las raíces o sencillamente como turismo, tiempo de ocio y de descanso. Al mismo tiempo, desde la eclesiología del Concilio Vaticano II y Post-Concilio se va descubriendo e intentando vivir, en nuestras diócesis, las siguientes realidades: una Iglesia como Pueblo de Dios y sacramento de comunión para la misión; un reconocimiento real de la corresponsabilidad laical y potenciación de los diferentes ministerios, carismas, funciones, estados de vida y vocaciones con los que el Espíritu enriquece a su Iglesia; la revalorización de una pastoral de misión y evangelizadora, de conjunto y articulada, orgánica e integral, sectorial y ambiental; y, finalmente, el redescubrimiento de la comunidad parroquial y del arcipretazgo como una comunidad de fieles, o porción de pueblo de Dios, más que un "territorio" (c. 515, 1).

Esta doble realidad, eclesial y social, se asienta en una sociedad rural y urbana fuertemente secularizada y con manifestaciones religiosas a veces contradictorias. Se impone reflexionar sobre este hecho y buscar posibles actuaciones pastorales. Entre otras, la vertebración de unidades de atención pastoral. Estas buscan una mayor eficacia pastoral y una mejor distribución y utilización de los medios y agentes de pastoral. Se impone renovar y adaptar personas, métodos y estructuras eclesiales (AG, 6). Esta pastoral es más un horizonte hacia el que nos encaminamos, que una realidad ya objetivada.

Dichas unidades de atención pastoral se sitúan y tienen sentido, en la Iglesia particular, dentro de los Arciprestazgos y se corresponden al mismo nivel que las comunidades parroquiales. De este modo, las unidades de atención pastoral, como las parroquias, son las células básicas diocesanas para la celebración y expresión de la fe y para la experiencia de evangelización y misión.

2. Hacia una definición

Es necesario compartir y asumir como punto de referencia las experiencias que ya se están dando en algunos arciprestazgos.

Aun cuando la unidad de atención pastoral no está definida en ningún documento oficial, podemos entender por tal: "Determinadas comunidades parroquiales con cierta homogeneidad que, en signo de comunión, permiten realizar una pastoral de misión con pluralidad y diversidad de ministerios, carismas, vocaciones y funciones, encomendadas por el obispo a un presbítero o a un equipo de presbíteros, capaces de fomentar fraternidades sacerdotales y equipos apostólicos".

De la definición precedente se desprende que no puede existir un único modelo o tipología de unidad de atención pastoral. Señalamos algunos posibles:

Las formas de atención ministerial a dichas unidades pastorales pueden, a su vez, ser variadas:

3. Ventajas e implicaciones de las UAPs

De la necesaria y correcta delimitación de dichas unidades y desde la doble realidad apuntada más arriba, social y eclesial, dependen, al menos, estas realidades diocesanas en lo jurídico y en lo pastoral: una presencia y un servicio pastoral más cualificado a las comunidades, más allá del "puntual u ocasional"; un estilo de pastoral corresponsable y evangelizador; el fijar los talleres y centros de formación de los agentes de pastoral; el delimitar el lugar de residencia de los presbíteros, individualmente y "en equipo" (con la repercusión que este dato comporta para los futuros nombramientos); el discernir cuáles son las prioridades a la hora de invertir en bienes inmuebles (léase templos y casas parroquiales); y el establecer ciertas obligaciones jurídicas y eclesiales (celebraciones dominicales, custodia y anotaciones de libros sacramentales, etc.).

Corresponde al Ordinario, a propuesta de los arciprestazgos y del Consejo Pastoral, oído el Consejo Presbiteral, constituir, suprimir o cambiar dichas unidades de atención pastoral (c. 515,2).

4. Breve explicación de los elementos de la definición

1) "Determinadas comunidades parroquiales con cierta homogeneidad".

En un arciprestazgo se integran varias UAPs. Estas sirven para potenciar las comunidades parroquiales, aun las más pequeñas, poniendo en común proyectos pastorales y recursos humanos y materiales. El estilo de las UAPs es el de comunidades que caminan en comunión para una misma y más cualificada misión evangelizadora.

Según lo expresado anteriormente, la unidad de atención pastoral puede ofrecer varias modalidades. En unos casos, no se anula el estatuto canónico y la titularidad jurídica a las parroquias que integra dicha unidad porque el énfasis o acento se coloca, en primer lugar, en "la atención pastoral". En otros, según determine el obispo, debidamente asesorado, y atendiendo a la realidad de población fija o mutante y otras circunstancias añadidas, puede suprimir la titularidad jurídica de algunas de ellas.

Las UAPs tampoco se identifican, sin más, con las delimitaciones civiles. Una unidad de atención pastoral es el desarrollo teológico-pastoral de lo que comporta la comunión para la misión en un contexto socio-cultural determinado.

2) "Que en signo de comunión permiten realizar una pastoral de misión con pluralidad y diversidad de ministerios, vocaciones, carismas y funciones".

Lo que se busca con la unidad de atención pastoral es, desde la comunión para la misión, formar comunidades vivas, fraternas, orgánicas, corresponsables y evangelizadoras.

Las actividades pastorales de las UAPs son las mismas que corresponden a las comunidades parroquiales.

En las UAPs, para desarrollar los diversos ministerios, vocaciones, carismas y funciones, se deben favorecer las fraternidades sacerdotales y los equipos apostólicos (laicos, religiosos, presbíteros) (cf. 1.2).

Para llevar a cabo la acción pastoral de las unidades de atención pastoral, se programarán y revisarán objetivos y acciones en cada curso y en conexión con los arciprestazgos y la diócesis.

3) "Encomendadas por el obispo a un presbítero o a un equipo de presbíteros, capaces de fomentar fraternidades sacerdotales y equipos de vida apostólicos".

Respetando lo peculiar del presbítero diocesano secular y su estilo de trabajo, se deben favorecer, los equipos de trabajo y hasta de vida presbiteral (fraternidades sacerdotales) y los equipos apostólicos.

En cuanto a los prebíteros, lo ideal es un equipo (de trabajo y/o vida), con residencia estable, o al menos presencia muy cualificada, en dicha unidad de pastoral. Esto favorece: una mayor eficacia y credibilidad a largo plazo; un mejor conocimiento de la realidad socio-cultural, geográfica y religiosa; una pastoral más eficaz y un mayor conocimiento de los fieles, con sus carismas, que pueden desarrollar ministerios y funciones y formar parte de los equipos apostólicos y de los consejos y juntas parroquiales.

Equipo presbiteral estable no equivale a "permanente" e "inmutable". La disponibilidad, según las necesidades diocesanas, conforma la vida de un presbítero.

5. Mirando al futuro con esperanza

Concluyendo, del buen funcionamiento de las unidades de atención pastoral depende, al menos, el que la pastoral de misión pueda arraigar, los signos de comunión diocesana se conviertan en una realidad (consejos, etc.), el arciprestazgo sea algo vivo y que un Sínodo Diocesano encuentre tierra abonada y madura para su posterior desarrollo.

¿Qué actitudes y dinámica de trabajo se deben mantener para delimitar dichas unidades de atención pastoral desde los nuevos arciprestazgos?

Al menos, éstas:

  1. Debe ser un proceso respetuoso con situaciones personales y comunitarias, pero al mismo tiempo incisivo y firme. La prudencia y el diálogo se deben conjugar con la eficacia, la responsabilidad y la visión de futuro.

  2. Corresponderá, en primera instancia, al Colegio de Arciprestes, presidido por el Vicario de Pastoral, delimitar el mapa concreto de dichas UAPs. Posteriormente, el Consejo de Gobierno, el Consejo Diocesano de Pastoral y el Consejo Presbiteral emitirán su oportuno y necesario juicio valorativo. El Ordinario, finalmente, discernirá y sancionará lo determinado.

  3. Tal vez no se pueda pedir que todos avancemos al mismo ritmo, pero sí se pide que caminemos en la misma dirección. El diálogo y mentalización con nuestras comunidades de origen debe ser transparente y continuado. En la plasmación de las unidades de pastoral hay que sensibilizar a los fieles (laicos y religiosos) para que venzan sus resistencias y poder abrir nuevos espacios a la corresponsabilidad de todos. A los presbíteros se les pide que no se desalienten ante las incompresiones y la nueva forma de presencia y trabajo corresponsable con laicos y religiosos (equipos apostólicos).

  4. Ya desde el Seminario se debe trabajar, en la formación de los seminaristas, en esta línea y mentalidad. El trabajo en equipo, la disponibilidad y nuestra identidad como "servidores de la caridad" son presupuestos básicos de las UAPs y de toda pastoral.

BIBL. - R. BERZOSA MARTÍNEZ, Para comprender y vivir la Iglesia Diocesana, Burgos 1998.

Raúl Berzosa Martínez