Redemptoris Mater
DPE
 

La encíclica del Papa sobre la Virgen María ve la luz el 25 de marzo de 1987. Con ella quiere enfocar el sentido del Año mariano que se iniciaba el 7 de junio. Año mariano que "quería subrayar cómo con el misterio de la Encarnación la historia de la humanidad ha entrado en la plenitud de los tiempos y que la Iglesia es el signo de esta plenitud" (N° 49).

Consta de tres partes. En la primera, sitúa a María dentro del Misterio de Cristo y hace una lectura de los títulos de la Virgen como llena de gracia, feliz porque ha creído y madre de la Iglesia y de la humanidad.

En una segunda parte, "la madre de Dios en el centro de la Iglesia peregrina", se hace una relectura del Magnificat y se aboga por el camino de la unidad de los cristianos.

Y, ya en una tercera parte, titulada "mediación materna", se centra el Papa en lo que son propiamente las claves de una mariología con los siguientes apartados: Esclava del Señor, Madre de la Iglesia y de cada cristiano.

BIBL. — JUAN PABLO II, Encíclicas, Edibesa, Madrid 1995.

Raúl Berzosa Martínez