Moral y sociedad democrática
DPE
 

La CEE publica esta instrucción pastoral el 14-2-1996; los obispos españoles continúan la reflexión iniciada en "La verdad os hará libres", y procuran aplicar a la situación de la Iglesia española dos encíclicas de Juan Pablo II, "Veritatis Splendar" y "Evangelium Vitae". El documento que nos ocupa se centra en dos temas importantes: la relación entre libertad y verdad, y la relación entre ley civil y ley moral. El estilo del documento viene exigido por los temas que trata, es bastante conceptual y tiene pocas referencias concretas.

Partes de que consta MSD. La instrucción tiene una introducción, tres capítulos y la conclusión. 1° Libertad y verdad en el ser humano. 2° Orden moral y ley civil. 3° Democracia, pluralismo y moral. Conclusión: hay motivos de esperanza.

Contenidos principales de MSD

La reflexión sobre la libertad y la verdad del ser humano. El documento empieza valorando los logros del paso al sistema democrático, pero subraya un hecho grave: la reducción de la libertad a mera formalidad al desvincular a ésta de los derechos fundamentales del ser humano. Las consecuencias de la libertad como capacidad de elegir sin referencias lleva a: vida sin sentido, familias destrozadas por la infidelidad, jóvenes en el alcohol y la droga, el "todo vale", el terrorismo y la violencia, la falta de profesionalidad y la utilización de cargos públicos para el enriquecimiento fácil y rápido. La solución está en el respeto a la verdad del hombre: los "mínimos antropológicos" o "lo universalmente humano"; la libertad formal sin la verdad del hombre es insuficiente.

Se equivocan los que piensan que la verdad del hombre puede ser múltiple, divergente y subjetiva, pues entonces la libertad no estaría referenciada a la verdad ni a los que desde su situación de necesidad limitan nuestra libertad. La Iglesia no tiene el monopolio de la verdad, pues el hombre puede llegar a conocer los valores universales, ya que la inteligencia humana es obra del creador. Jesucristo, como revelación de Dios y del hombre, esclarece las búsquedas de la razón.

La verdad sobre el hombre revelada en Jesús y comunicada por la Iglesia consiste en que todos somos y estamos llamados a vivir como hijos de Dios y como hermanos en Jesucristo. La vida es un don, somos iguales ante Dios y la felicidad está en la entrega total e incondicional a los demás. Lo básico es el respeto a los derechos fundamentales: la vida, el matrimonio, la propiedad, la fama y la veracidad. No hay libertad sin reciprocidad, pero ésta es superada por la gratuidad que da sin esperar respuesta; el don del perdón es la expresión mayor de la actitud de gratuidad.

Si el hombre olvida que es imagen de Dios, nunca llegará a ser plenamente libre, pues los deseos y egoísmos de la voluntad propia suplantarán a los valores morales objetivos.

- La relación entre el orden moral y la ley civil. Aluden los obispos españoles a dos situaciones preocupantes: basar la libertad en opciones e intereses, y convertir la soberanía popular en positivismo jurídico. Tenemos hechos históricos en que se ha suprimido la libertad cuando la referencia última ha sido la voluntad de la mayoría. Sobre la relación entre el orden moral y la ley civil, los obispos hacen las siguientes reflexiones:

- La convivencia humana se fundamenta en los deberes y derechos de la naturaleza humana; ninguna autoridad puede saltarse este límite. La autoridad civil no establece los deberes y derechos; por el contrario, debe reconocerlos y asegurar su ejercicio.

- Lo bueno y lo malo, moralmente hablando, no depende del parecer de la mayoría, sino de la verdad del hombre. El que una ley sea aprobada por la mayoría no la legitima desde el punto de vista moral. En consecuencia, los legisladores tienen que respetar el orden moral.

- No se trata de buscar una coincidencia entre la ley civil y la ley moral; en determinadas circunstancias hay que tolerar aquello que si se prohibiera causaría mayores males. La ley civil, cuando no respeta el orden moral, no debe ser obedecida; por el contrario, si respeta el orden moral, la ley civil debe ser obedecida en conciencia. La Iglesia refuerza la autoridad civil al remitir la ley civil al orden moral y pide a los Estados que respeten los derechos de los ciudadanos.

- Relación entre democracia, pluralismo y moral. Este apartado parte de una afirmación nítida: la Iglesia apoya decididamente la democracia, pero no confunde la democracia con la justicia ni con la moralidad. La democracia es un medio para facilitar la convivencia y el respeto a los derechos fundamentales; la realidad es que no todo lo que se decide democráticamente es lo adecuado desde el punto de vista moral. Además, democracia y pluralismo no deben identificarse con relativismo moral; ésta es la mayor amenaza para el sistema democrático.

- La Iglesia apoya el pluralismo positivo, y está en contra de los fanatismos y fundamentalismos. Las propuestas que hace la Iglesia las ofrece con el único apoyo del valor de la verdad.

- La verdad comporta una serie de valores objetivos que dimanan de la dignidad de la persona, y que están en la base de la democracia. Los obispos aceptan y valoran una ética civil que se caracterice por su compromiso con la verdad del ser humano y que no sea antirreligiosa.

- Se puede distinguir la ética pública y la ética privada, pero no se pueden separar, pues el sujeto de una y otra es la misma persona. Los católicos tampoco pueden identificar el Reino de Dios con las concreciones sociales y políticas del sistema democrático, pues el Reino de Dios comporta más elementos y dimensiones.

Principales aportaciones de MSD

La Instrucción aborda tres grandes temas: la relación entre libertad y verdad, la vinculación entre orden civil y orden moral, y el valor y los límites de la democracia. Con este documento los obispos no pretenden interferir en problemas judiciales y /o políticos que entonces se investigaban. El texto es una reflexión profunda, sistemática y muy bien entrelazada entre sus partes; los obispos proponen dos criterios para llegar al conocimiento de la verdad del hombre: la ley de la reciprocidad y la ley de la gratuidad. Y dan orientaciones prácticas y actuales de cómo funcionan estos criterios en un sistema democrático.

El valor pastoral de la instrucción está en la aplicación a la realidad sociopolítica española de las aportaciones de Juan Pablo II en VS y EV: la relación entre libertad y verdad, y entre ley civil y ley moral. El tono del documento es positivo, y así se recoge en la conclusión; un futuro nuevo y mejor depende de la formación religiosa y ética y de la colaboración de todos, pues la desmoralización no puede tener la última palabra; sólo la verdad nos hace libres, y hay que buscarla con sincero corazón.

Jesús Sastre