Espiritualidad
DPE
 

SUMARIO: 1. La Teología espiritual y la pastoral de la espiritualidad. — 2. La pastoral de la espiritualidad y sus sectores de acción salvífica. — 3. Conveniencia de una pastoral de la espiritualidad.

Una vez que la teología pastoral se ha hecho un lugar en la enciclopedia teológica, se puede hablar de una relación más estrecha entre las teologías y los distintos conjuntos de la acción pastoral de la Iglesia.

Intentando sólo una aproximación se podría ejemplificar como sigue: a la teología bíblica, correspondería la pastoral misionera; a la teología dogmática le incumbiría la pastoral catequética; a la teología litúrgica sacramental pertenecería la pastoral litúrgica; a la eclesiología, Iglesia como institución, convendría la pastoral jerárquica; como misterio correspondería, en su acción global, la pastoral general y orgánica; a la teología moral, en su ámbito personal y social, le sería propia la pastoral de los deberes y derechos humanos; a la teología política y de lo social le vendría la pastoral de la justicia y la caridad, la promoción humana en todos sus aspectos; con la teología espiritual se relacionaría la pastoral de la espiritualidad. A esta última es a la que nos referimos enseguida.

1. La teología espiritual y la pastoral de la espiritualidad

Damos por supuesto y tomamos en cuenta a la teología pastoral como nuevo tratado teológico, y aplicamos a nuestro contexto las posibles divergencias y convergencias que se dan entre la teología fundamental y dogmática y la teología pastoral.

La teología espiritual es una reflexión sobre la praxis de la vida cristiana; la pastoral de la espiritualidad es el conjunto de acciones salvíficas que promueven la vida cristiana, hasta su plenitud. La pastoral de la espiritualidad es como la instancia crítica de la teología espiritual y esta a su vez comunica solidez teológica a la pastoral de la espiritualidad. Las dos trabajan simultáneamente sobre el dato revelado y la experiencia de vida.

Ambas tienen como objeto a la Iglesia, comunidad de fe y a las personas, sean cristianas, de otras iglesias o religiones y aún a los increyentes; trabajan con ella desde su iniciación hasta su realización plena. Una y otra tienen cuenta de la acción de Dios por su Espíritu y de la mediación necesaria de Jesucristo. Las dos exigen la respuesta de los sujetos de salvación y santificación.

Lo mismo la teología espiritual que la pastoral de la espiritualidad se auxilian de las ciencias humanas: historia, sociología, psicología, pedagogía, demografía, etc. Ambas asumen a la teología moral como instancia crítica y signo de autenticidad y de eficacia cristiana. La teología espiritual procede de la vida y la experiencia de Dios en sus miembros, como sujetos de la unción santificadora del Espíritu; la pastoral de la espiritualidad se origina en la praxis evangelizadora de la comunidad cristiana y de sus miembros.

De la teología espiritual ha surgido, en fuerza de urgencias sentidas, la pastoral de la espiritualidad con sus respectivos sectores y sus acciones salvíficas.

2. La pastoral de la espiritualidad y
sus sectores de acción salvífica

Pastoral y vida espiritual son indisociables. Pero esto no se hará posible sin una práctica pastoral de la espiritualidad que se proponga la promoción de la vida espiritual cristiana.

Cabe recordar aquí la descripción de la acción pastoral general; que expresamos así:

"La pastoral es la acción concreta de los miembros del pueblo de Dios, enviados por el Padre a través de Cristo y al impulso del Espíritu, en la Iglesia, para que por la Palabra, los sacramentos y la oración, conviertan el corazón de los hombres, transmitan la vida nueva y transformen las estructuras sociales, construyendo el reino de Dios en la historia y para la trascendencia, en la comunión plena con la Trinidad, con sus semejantes y con el mundo". (RAFAEL CHECA, La Pastoral de la Espiritualidad Cristiana, CEVHAC, México, 1992, 2, 29).

"La transmisión de la Vida Nueva", es tarea de la pastoral, y particularmente de la pastoral de la espiritualidad.

J. A. Pagola afirma: "La evangelización es la actualización de la experiencia espiritual cristiana... El encuentro místico es el punto de partida de la evangelización". Las acciones mediadoras de la evangelización en cualquiera de sus expresiones y los mismos agentes pastorales, requieren con urgencia de la presencia de una profunda espiritualidad que debe estar en la base.

La teología espiritual está pidiendo una manifestación práctica y pastoral de la espiritualidad. La teología pastoral nació con la intención de apoyar de inmediato y de darle carta de ciudadanía a la pastoral práctica. A ésta la sostiene con su reflexión y la alimenta; a su vez se retroalimenta de ella. La pastoral de la espiritualidad responde a esta necesidad específica de la teología espiritual. El P. Jesús Castellano, afirmaba a los periodistas católicos italianos, que la pastoral de la espiritualidad es "una ciencia que está naciendo". Y que también está pasando por similares problemas, a punto de superar, como su correspondiente: la teología espiritual.

1. De la teología espiritual a la pastoral de la espiritualidad. La vida espiritual en cuanto requiere una fundamentación bíblica necesita una interpretación espiritual de la Biblia; porque posee un pasado histórico, urge de una historia de la espiritualidad; en cuanto adquiere una conciencia científica, pide una teología espiritual; y porque se realiza, hoy y aquí, en la Iglesia y en sus miembros, le es indispensable una pastoral de la espiritualidad. He aplicado aquí las mismas afirmaciones que atinadamente hacen Floristán y Useros con respecto a la pastoral práctica. (CASIANO FLORISTÁN y MANUEL USEROS, Teología de la acción pastoral, Madrid 1968, 110).

La teología espiritual como la teología pastoral, es una disciplina teológica-teórica, aunque ella también se orienta al progreso de los cristianos y de la Iglesia. La pastoral de la espiritualidad es su correspondiente acción eclesial concreta y específica. En tal modo que así como la acción pastoral aporta a la teología pastoral algunas sugerencias obtenidas en la praxis pastoral y en el contacto con los sujetos de la acción pastoral, así también la pastoral de la espiritualidad da sus propuestas y amplía los contenidos y horizontes de la teología espiritual.

El mismo fenómeno de ramificación que se ha producido en el campo de la reflexión teológica se ha dado en el dominio de la acción pastoral. Hemos destacado anteriormente algunos sectores de la pastoral general. A estos convendría añadir la pastoral de la espiritualidad que se ve apoyada e iluminada por la teología espiritual. Ambas tienen como objeto la misma vida cristiana. La teología espiritual reflexiona sobre ella, la observa en su génesis, en su desenvolvimiento, en sus dinamismos, en sus factores y objetivos, en su meta. La pastoral de la espiritualidad trata de hacerla consciente, en el sujeto y en la comunidad, de hacerla emerger, de procurar su desarrollo y crecimiento, de acompañar la acción del Espíritu Santo, mientras él la conduce a su máximo progreso.

Al igual que las acciones salvíficas existieron ya antes de que se formulara la acción pastoral general; del mismo modo ya existieron antes las acciones salvíficas que parecen identificarse con la pastoral de la espiritualidad. Estas por cierto no encuentran una catalogación explícita en la pastoral general y sus sectores. La promoción de la vida espiritual es también, una mediación salvífica que se enlaza con todas las otras acciones pastorales de la Iglesia y debe además hallarse presente en todas ellas, así como en los agentes de la pastoral. La espiritualidad es como la humedad, que bajo tierra va fecundando todas las especies de vida vegetal que aparecen en la superficie. Así afirma Barrau: "Pastoral y vida espiritual son indisociables. Ellas forman cuerpo, en la misma medida en que la unión con Dios, más que la condición de la acción misma, es el alma" (J. BARRAU, "Pastorale", en Dict. Sp. XII, 1653).

2. ¿Qué es la pastoral de la espiritualidad? Fue el P. Tomás Alvarez quien insinuó lo que posteriormente sería la pastoral de la espiritualidad. En una conferencia que presentó en el II Congreso de Apostolado en Roma, el año de 1983. Decía lo siguiente: "Pastoral de lo espiritual... dentro de la evangelización y en la línea expresa de la promoción de la vida espiritual, queda situada más allá de la pastoral de iniciación misionera o catequética, y como complemento de la genérica pastoral complexiva de reconversión, conservación de la fe, sacramentalización etc." (TOMAS ALVAREZ, Límites y contenidos de nuestro apostolado, Roma 1983). La anterior descripción, aunque parece sólo en un primer intento, logra situar con precisión teológica los términos de la misma.

Sus objetivos. Podríamos preguntarnos, ¿en qué consiste, en concreto la pastoral de la espiritualidad? Y antes de pretender describirla como acción específica de evangelización a profundidad, señalaríamos sus objetivos:

a) Ayudar a las personas y a las comunidades de la Iglesia a que tomen conciencia de la realidad de la vida divina. Esta nueva vida en Cristo por el Espíritu y hacia el Padre, que se hace experiencia en el proceso de la vida teologal, que se manifiesta en la interioridad y en la acción-compromiso. b) Hacer que esta vida se constituya en motor y forma del sentimiento, de la emoción de la inteligencia, memoria y voluntad, de la acción y relación humana para acercarla cada vez más a Jesucristo. c) Dar lugar a que la vida divina, como por ósmosis penetre la vida humana y haga crecer en nosotros el hombre nuevo según Cristo. d) Suscitar en la persona y en la comunidad cristiana la apertura a la acción del Espíritu Santo, hasta ser conducida a la comunión con la Trinidad, en la comunión consigo mismo, con la humanidad y con el universo. e) Para que, en y desde la comunidad eclesial, se abra a la humanidad y al mundo, en misión de servicio cristiano con un compromiso histórico y trascendente para la construcción del Reino.

"La pastoral de la espiritualidad es el conjunto de acciones evangelizadoras que hace consciente, promueve, ayuda a crecer y lleva por el impulso del Espíritu, a su plenitud la vida cristiana en el creyente y en la comunidad" (RAFAEL CHECA, La Pastoral de la Espiritualidad Cristiana, CEVHAC, México, 1972, 2, 72. Monte Carmelo, Burgos 2000).

La pastoral de la espiritualidad tiene su fundamento en Cristo Jesús igual que las otras acciones eclesiales. El Verbo de Dios anuncia el mensaje de salvación, que es centralmente un mensaje de vida: "Yo soy el camino, la verdad y la vida". (Jn 14, 16); "El que cree en el Hijo, tiene vida eterna" (Jn 3, 36); "Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia". (Jn 10, 10). Jesús nos ha reconquistado esta vida que no es estática: nace en nosotros con el bautismo, crece con los medios puestos a nuestro alcance, se debilita y en ocasiones muere en nosotros, si no se consolida permanentemente. Esta vida exige de nosotros una respuesta hacerla vivir conscientemente. Promover esta vida, en todas sus dimensiones, es tarea específica de la pastoral de la espiritualidad. Cuando los apóstoles son liberados de la cárcel por el ángel, este les dice: "Vayan al templo y anuncien con valentía al pueblo todo lo referente a la nueva vida" (He 5, 17-26). Consigna programática, para los agentes de esta pastoral específica. Esto mismo ha reiterado Paulo VI en (E N): "Evangelizar significa llevar a todos los ambientes la "Buena Nueva"... y transformar desde dentro... la finalidad... es este cambio interior, lo que importa no es evangelizar de una manera decorativa, como con un barniz superficial, sino de manera vital, en profundidad y hasta sus mismas raíces... y es que transformando al hombre y a la mujer desde dentro es posible transformar a la sociedad".

3. Jesús, modelo de esta acción pastoral. Debemos afirmar, como lo señalábamos anteriormente, que en Jesucristo descubrimos también las distintas concreciones de la pastoral de la espiritualidad. Jesús aparece en algunos pasajes del Evangelio como el agente paradigmático de la promoción de la vida espiritual:

Muestra a sus discípulos los valores de la vida nueva, que se encuentran sólo en El (Jn 3, 16; 10, 10). No sólo confiere la vida, sino que El es la vida (Jn 14, 6); entra en la vida (Mc 9, 43; 10, 17); esta vida de comunión se alcanza a través de la fe, (Jn 3, 15-16); y el amor (Jn 17, 20-26). Jesús forma a los doce en la vida del Reino, para que ellos sean también mistagogos (Mc 3, 13-14); por eso los llamó a quedarse con El. Jesús orienta y acompaña espiritualmente a sus seguidores, siendo El mismo "camino verdad y vida" (Jn 14, 6); a la Samaritana, en el diálogo sobre el agua viva (Jn 4, 7-42); y con Nicodemo (Jn 3, 1-2; 31-36); lo mismo acontece con los discípulos de Emaús; todos estos son verdaderos modelos de diálogo pastoral. Jesús no es sólo el practicante de la contemplación, sino que es también el verdadero pedagogo de la oración con sus discípulos (Lc 11, 1-13); Mt 6, 5-15). Son sólo algunos de los pasajes donde Cristo se muestra auténtico maestro y mistagogo del espíritu. RAFAEL CHECA, o.c., 78-81. Otros ejemplos más, que cubren todas las posibilidades de una amplia pastoral de la espiritualidad. Con razón el Vaticano II reitera:

"Cristo, el único mediador, instituyó y mantiene continuamente a su Iglesia santa, comunidad de fe, esperanza y caridad, como un todo visible, comunicando mediante ella, la verdad y la gracia a todos". (L G 8).

4. Los diversos sectores de la pastoral de la espiritualidad y sus destinatarios. De pronto puede parecernos tan restringido el campo de este apostolado que nos produce una especie de desaliento, esto sin embargo es una impresión inexacta. El descubrimiento de los deferentes sectores y las acciones que les corresponden nos harán sentir su importancia y la seriedad con que la promoción de la vida espiritual puede asumirse.

Los sectores y sus acciones. a) El primero es el estudio, la docencia y la investigación. La teología espiritual requiere reflexión y estudio; la docencia a todos los niveles es una de sus expresiones y servicios; y la investigación, necesaria en las diversas instancias, le dan un rango universitario y una posibilidad de contribución social invaluable. b) Al segundo sector, corresponde la mistagogía y el acercamiento al misterio. Nos referimos a la comunicación de experiencias para vivir los sacramentos y en particular la litúrgia de la Eucaristía, de manera contemplativa. De otra parte interesa mucho una acertada pedagogía de la oración en cualquiera de sus formas, especialmente la oración contemplativa y la presencia de Dios. c) La pedagogía y sus acciones que atañen al tercer sector, conciernen al ámbito de la formación espiritual en profundidad que se destina lo mismo a los laicos(as), que a los consagrados(as), y a los ministerios ordenados; la animación espiritual personal o grupal; el discernimiento vocacional o circunstancial, el de los movimientos modernos de espiritualidad; el acompañamiento o dirección espiritual personal o grupal y otros. d) Lo que se llama tiempos fuertes del Espíritu, incluyen las acciones del cuarto sector, como serían uno o tres días, una semana o un mes de retiro, en los que la gente puede dedicarse a Dios, en forma exclusiva. Estos pueden ser los ejercicios espirituales, retiros de diversos estilos, jornadas de contemplación, talleres de oración, encuentros de experiencia de Dios, desiertos etc. e) El quinto sector, la transmisión social busca difundir el mensaje de la vida espiritual y su promoción a través de los medios de comunicación: prensa, radio, cine teatro, televisión, internet; revistas, libros, folletos, casetes y videos. Al igual que a través de las artes: pintura, escultura, literatura y poesía, música, danza religiosa, vitrales e iconografía, etc. f) El último y sexto sector es el testimonio de vida, no menos importante por cierto, sino el más. Los recursos pastorales a que hemos aludido no tendrían el efecto deseado si no estuvieran apoyados por un testimonio de vida espiritual profunda y sencilla y contagiosa en la persona de los agentes a nivel personal y comunitario. Anotamos en este caso los centros de irradiación: monasterios femeninos y masculinos, casas de oración, de retiros, centros de espiritualidad, eremitorios. Añadiríamos también los seminarios, conventos casas religiosas etc. RAFAEL CHECA, O.C., 89-148. Con mayor amplitud se definen y se justifican, los sectores y sus acciones específicas, al igual que las instituciones.

Sus destinatarios. Estas distintas acciones pastorales a las que nos referimos anteriormente tienen un destino universal. Se dirigen a todo tipo de destinatarios; mujeres y hombres de toda edad, condición social o económica (a los más necesitados preferencialmente); de cualquier nivel cultural, situación moral, ideología política, creencia religiosa y estado de salud; no importa el estado de vida, la profesión o trabajo, responsabilidades o roles que desempeñen, individualmente o en grupo y en comunidad. La pastoral de espiritualidad no admite discriminación de ninguna especie, ni en los agentes, no en los destinatarios, ni en las instituciones. La promoción de la vida espiritual no es cuestión de élites.

3. Conveniencia de una pastoral de la espiritualidad

Lo que hemos dicho anteriormente y las razones que aduciremos en seguida, ponen de manifiesto la verdad de las siguientes afirmaciones: Si toda la práctica pastoral va orientada a profesar la fe que se recibe en la Palabra, entonces la pastoral de la espiritualidad que promueve la vida cristiana en todas sus dimensiones, justifica su lugar en la pastoral general con mediaciones operativas propias. La incidencia profunda que tiene toda acción pastoral en los creyentes y en la comunidad humana, se explica más por la positiva influencia del Espíritu, que por la presencia del agente. Es la acción de un apóstol santo, la que resulta más eficaz, porque maduro en su vida cristiana, es mejor vehículo de la gracia. "Los santos, afirma Esquerda y Bifet, son los mejores, si no los únicos gestos del evangelio. Por eso son los mejores evangelizadores" (JUAN ESQUERDA Y BIFET, Significado y dimensiones de la espiritualidad misionera, en "Lecciones de la espiritualidad", Buenos Aires 1984, 27).

El mensaje central e insistente de la pastoral de la espiritualidad es la comunión con Dios, en que consiste la más alta dignidad del hombre (Cf G S 19) "y su vocación universal a la santidad" (Cf L G 40). La experiencia vital del misterio cristiano, no puede excluirse de una propuesta correcta en la construcción de la comunidad, en la Iglesia y en su acción pastoral concreta. "La comunidad cristiana no puede no configurarse como el lugar de una verdadera y propia mistagogía, de una escuela de cristianismo, de vivencia cristiana, de experiencia espiritual... este discurso debe llevarse adelante en clave teológico-práctica, a nivel de acción" (GIovANNI Molou, Dimensione esperienziale della Spiritualitá fisionomia e compiti, Roma 1981).

Toda teología..., todo dogma, todo derecho canónico..., toda institución, todo ministerio... toda sagrada liturgia y toda misión no tiene sino este único fin: la fe, la esperanza y la caridad, el amor de Dios y de los hombres" (KARL RAHNER, El Concilio, nuevo comienzo, citado en FEDERICO Ruiz, Caminos del Espíritu, EDE, Madrid [1998] 5, 156).

¿No es esto acaso el fin inmediato y último de la pastoral de la espiritualidad? La pastoral de la espiritualidad, como sucede en otros sectores de la pastoral general, responde en ocasiones, a un carisma personal y/o comunitario, al que hay que dar una respuesta apropiada y específica. Los esfuerzos que se siguen haciendo por diferenciar y justificar una teología espiritual, entre las disciplinas teológicas; corresponde a un empeño similar por destacar y diferenciar una pastoral de la espiritualidad entre los sectores de la pastoral general de la Iglesia. Sobre todo cuando se trata de dar un paso a la pastoral orgánica y de conjunto. Es bien conocida la aseveración de Rahner: "El cristiano del futuro será un místico o no será un cristiano"; y aquella otra que hace referencia clara a la pastoral de la espiritualidad: "Finalmente la introducción al cristianismo es iniciación a la mística". Los cristianos tienen dotes diferentes. Por ello deben colaborar en el evangelio, cada uno según su posibilidad, facultad, carisma y ministerio" (AG 28). Debe haber pues, un lugar para la promoción de la vida espiritual.

Una historia que comienza. La brevedad de este artículo me impide extenderme para señalar que se ha hecho ya un camino a propósito de la pastoral de la espiritualidad. Existen ya algunos "Institutos de pastoral de espiritualidad"; en ellos ya se imparten cátedras universitarias de lo mismo. Han comenzado a darse en Institutos de espiritualidad. Existen ya dos manuales de la misma disciplina. El primero publicado en 1991: RAFAEL CHECA, o.c., alcanza ya una segunda edición, y se hicieron correspondientes ediciones sucesivamente, tras de la edición mexicana, la colombiana, S. Réblo, Bogotá 1993; la traducción italiana, I. Edit. Vaticana, Roma 1998; y la edición española, Monte Carmelo, Burgos 2000. En diversas revistas importantes se han hecho reseñas favorables. Se ha tocado el tema, al menos en cuatro congresos internacionales. Se han impartido cursos, en diversas naciones.

En ediciones de recientes manuales de teología espiritual, se han dedicado capítulos o apéndices sobre la materia. Algunos documentos eclesiales han hecho, alusión implícita y explícita a la pastoral de la espiritualidad. Una información más amplia sobre este particular, se encontrará en la ponencia presentada en Roma, al "Congreso Internacional de Teología espiritual", en la Pascua del 2000, bajo el título: "La teología espiritual y la teología pastoral" (Teresianum, 52 (2001) p. 563-592).

Esto indica que la pastoral de la espiritualidad, se abre paso, poco a poco, mientras las distintas acciones salvíficas que le atañen van teniendo cada vez más importancia en la acción de la Iglesia, al mismo tiempo que se preparan más asiduamente, los correspondientes agentes de la misma.

BIBL. — Remitimos a nuestros lectores a la bibliografía citada en nuestros manuales, a que ya hemos hecho alusión, especialmente la que se contiene en la edición española, RAFAEL CHECA, Pastoral de la espiritualidad cristiana, Monte Carmelo, Burgos 2000. Añadimos sólo los de más reciente publicación. MIHALY SZENTMARTONI, Introducción a la teología pastoral, Estella, V D, 1994; RAFAEL CHECA, Pastoral de la espiritualidad, N.D.E., Ed. Paulinas, Madrid (1991) 4, 1484-1500; JULIO RAMOS, G., Teología Pastoral, BAC, Madrid 1995; FÉLIX PIASER UGARTE, Una pastoral eficaz, Desclée, Bilbao 1993; JOSÉ DE JESÚS HERRERA, Pastoral Futura en la ciudad Postmoderna, SECAM, México 1999. Añado las citas de los Manuales de Teología espiritual que han dedicado algunos capítulos o apéndices al tema de la Pastoral de la espiritualidad: Aucusro GUERRA, Introducción a la Teología espiritual, EDECA, Sto. Domingo 1994, 78-79; DANIEL DE PABLO M., El camino Cristiano, UPS, Salamanca 1996, 332-333; FEDERICO Ruiz, S., Caminos del Espíritu, EDE, Madrid (1998) 5, 45-50; LUIS JORGE GONZÁLEZ, Creatividad Espiritual, Teresianum, Roma 1999, 67; PASCAL THOMAS, Dinámicas de la Pastoral, Sal Terrae, Santander 1999.

Rafael Checa, OCD