5ta estación.

EL CIRINEO AYUDA A JESÚS A LLEVAR LA CRUZ

 

Mi Amado para mí, y yo para Él.

(Cant. 2,16)

 

Yo seré tu cirineo,

Tú, Jesús, serás el mío,

Eres de mi mismo barro,

Dios sudoroso y herido,

te faltan muchas caídas

para llegar al patíbulo.

 

Tu vida puede quebrarse

a la mitad del camino,

y si mueres a deshora

nos dejas sin crucifijo,

sin testamento, sin Madre,

sin el Refugio Divino de tu Corazón,

abierto por la lanza de Longinos...

 

Tienes que llegar al ara muerto de dolor..,

 y vivo; si te abruma mucho

el peso de tu amor y mis delitos,

yo seré tu cirineo...

 

¡Vayamos al Sacrificio!

Y después, cuando en la vida

se cambien nuestros destinos,

cuando Tú, resucitado todo balsámico

 y limpio me esperes en los trigales viviente

pero escondido, y yo cruce ante tus ojos

hecho temblor y martirio,

llevando mi cruz a cuestas,

de dolor desmorecido,

Tú serás el cirineo

que me lleve al Sacrificio.

 

Eres, como yo, de barro;

hazme, como Tú, de trigo;

exprímeme sobre el monte

como maduro racimo;

y los dos, compenetrados,

hechos de harina y de vino,

en la cumbre amanecida

seremos un Sacrificio.



 
 
Romancero de la vía dolorosa
   5ta estación. EL CIRINEO AYUDA A JESÚS A LLEVAR LA CRUZ. Arte Francisco Ros Gascóns