Capítulo III

Palabra, Liturgia y Comunidad

Sección 1

Palabra de Dios

Art. 11

[Celebración semanal de la Parola]

§ 1. Cada comunidad neocatecumenal tiene semanalmente una celebración de la Palabra de Dios,31 normalmente con cuatro lecturas,32 según los temas indicados en el Directorio catequético del Camino Neocatecumenal para cada etapa.

§ 2. En la celebración de la Palabra de Dios, antes de la homilía, el presbítero invita a quien lo desea entre los presentes a expresar brevemente lo que la Palabra proclamada ha dicho a su vida. En la homilía, que tiene un lugar privilegiado en la instrucción del Neocatecumenado,33 el presbítero prolonga la proclamación de la Palabra,34 interpretándola según el Magisterio 35 y actualizándola en el hoy del camino de fe de los neocatecúmenos.

§ 3. Cada celebración de la Palabra es preparada cuidadosamente, por turno, por un grupo de la comunidad, con la ayuda, cuando es posible, del presbítero. El grupo escoge las lecturas 36 y los cantos,37 prepara las moniciones y dispone la sala y los signos litúrgicos para la celebración, cuidando con celo la dignidad y la belleza de los mismos.38

§ 4. Para profundizar la Escritura «con la inteligencia y el corazón de la Iglesia»,39 los neocatecúmenos se ayudan sobre todo de la lectura de los escritos de los Padres, de los documentos del Magisterio, en especial del Catecismo de la Iglesia Católica, y de obras de autores espirituales.40

Sección 2

Liturgia

Art. 12

[Vigilia pascual]

§ 1. Eje y fuente de la vida cristiana es el misterio pascual, vivido y celebrado de modo eminente en el Santo Triduo,41 cuyo fulgor irradia de luz todo el año litúrgico.42 Constituye por tanto el axis del Neocatecumenado, en cuanto redescubrimiento de la iniciación cristiana.

§ 2. «La vigilia pascual, centro de la liturgia cristiana, y su espiritualidad bautismal, son inspiración para toda la catequesis».43 Por este motivo, durante el itinerario, los neocatecúmenos son iniciados gradualmente 44 a una más perfecta participación en todo lo que la santa noche significa, celebra y realiza.

§ 3. De este modo el Neocatecumenado contribuye a formar poco a poco una asamblea parroquial que prepara y celebra la vigilia pascual en la noche santa, con toda la riqueza de los elementos y signos litúrgicos y sacramentales queridos por la Iglesia. 45

Art. 13

[Eucaristía]

§ 1. La Eucaristía es esencial al Neocatecumenado, en cuanto catecumenado postbautismal, vivido en pequeña comunidad.46 La Eucaristía, en efecto, completa la iniciación cristiana.47

§ 2. Los neocatecúmenos celebran la Eucaristía en la pequeña comunidad para ser iniciados gradualmente a la plena, consciente y activa participación en los divinos misterios,48 también según el ejemplo de Cristo, que en la multiplicación de los panes hizo sentarse a los hombres «en grupos de cincuenta» (Lc 9,14). Esta costumbre, consolidada en la praxis de más de treinta años del Camino, es fecunda en frutos.49

§ 3. En consideración también «a específicas exigencias formativas y pastorales, teniendo en cuenta el bien de personas o de grupos, y especialmente los frutos que de ello pueden derivar para toda la comunidad cristiana»,50 la pequeña comunidad neocatecumenal,51 con la autorización del Obispo diocesano, celebra la Eucaristía dominical 52 , abierta también a otros fieles, después de las primeras vísperas.

§ 4. Cada celebración de la Eucaristía la prepara, cuando es posible bajo la guía del presbítero, un grupo de la comunidad neocatecumenal, por turno, que prepara breves moniciones a las lecturas, escoge los cantos, provee el pan, el vino, las flores, y cuida el decoro y la dignidad de los signos litúrgicos.

Siguiendo lo indicado en la Instrucción Ecclesia de mysterio (art. 3, § 3), para preparar a la asamblea a acoger mejor la homilía, el presbítero, con prudencia, puede dar la posibilidad a alguno de los presentes de expresar brevemente lo que la Palabra proclamada ha dicho a su vida.

Art. 14

[Penitencia, oración, año litúrgico, ejercicios de piedad]

§ 1. «El sacramento de la Penitencia contribuye en grado máximo a sostener la vida cristiana».53

En su itinerario de conversión, los neocatecúmenos lo celebran periódicamente según el rito por la reconciliación de varios penitentes con confesión y absolución individuales. Son educados además a acercarse con asiduidad al sacramento de la Penitencia según el rito para la reconciliación de un solo penitente.

§ 2. Los neocatecúmenos son gradualmente iniciados a la oración litúrgica y a la oración contemplativa.54 Los padres son instruidos a trasmitir la fe a los hijos 55 en una celebración doméstica, hecha durante los Laudes del Domingo.56 Los hijos son preparados a la Primera Comunión y a la Confirmación en la parroquia y después de los 13 años son invitados a iniciar el Camino Neocatecumenal.

§ 3. La Iglesia inicia progresivamente a los neocatecúmenos a las riquezas espirituales y catequéticas del año litúrgico, en el que «celebra todo el misterio de Cristo».57 A tal fin, antes de Adviento, de Cuaresma y de Pascua, los catequistas hacen un anuncio preparatorio.

§ 4. Los neocatecúmenos son además gradualmente instruidos en el culto eucarístico fuera de la Misa, en la adoración nocturna, en la recitación del santo Rosario y en las demás prácticas de piedad de la tradición católica.

Sección 3

Comunidad

Art. 15

[Dimensión comunitaria y convivencia]

§ 1. La educación a la vida comunitaria es una de las tareas fundamentales de la iniciación cristiana.58 El Neocatecumenado educa a ella de modo gradual y constante mediante la inserción en una pequeña comunidad, cual cuerpo de Cristo resucitado, abierta a la vida de la comunidad parroquial y de toda la Iglesia.

§ 2. Momento especial de dicha educación es la jornada mensual de convivencia de cada comunidad neocatecumenal. En ella, después de la celebración de Laudes, se comunica la experiencia de lo que la gracia de Dios está realizando en la propia vida y se manifiestan las eventuales dificultades, respetando la libertad de conciencia de las personas. Esto favorece el conocimiento y la iluminación recíprocos y el mutuo estímulo, al ver la obra de Dios en la historia de cada uno.

§ 3. La comunidad ayuda a los neocatecúmenos a descubrir su necesidad de conversión y de maduración en la fe: la diversidad, los defectos, las debilidades ponen en evidencia la incapacidad de amar al otro tal como es, destruyen los falsos ideales de comunidad y hacen experimentar que la comunión (koinonia) es obra del Espíritu Santo.59

Art. 16

[La experiencia de la koinonia y los frutos de la comunidad]

§ 1. A medida que los neocatecúmenos crecen en la fe, empiezan a manifestarse los signos de la koinonia: el no juzgar, la no resistencia al mal, el perdón y el amor al enemigo.60 La koinonia se visibiliza también en la ayuda a los necesitados, en la solicitud por los enfermos, por los que sufren y por los ancianos, y en el apoyo, en la medida de lo posible, a los que están en misión, según lo que indica el Directorio. Los neocatecúmenos son gradualmente formados en un espíritu cada vez más profundo de comunión y de ayuda recíproca.

§ 2. El Neocatecumenado forma así progresivamente en la parroquia un conjunto de comunidades que hacen visibles los signos del amor en la dimensión de la cruz 61 y de la perfecta unidad,62 y de ese modo llaman a la fe a los alejados y preparan a los no cristianos a recibir el anuncio del Evangelio.

§ 3. El Camino Neocatecumenal es ofrecido, pues, como instrumento apto para ayudar a la parroquia a cumplir cada vez más la misión eclesial de ser, luz y fermento del mundo,63 y a brillar ante los hombres como Cuerpo visible de Jesucristo resucitado,64 sacramento universal de salvación.65

Art. 17

[Iniciación a la misión]

§ 1. «La catequesis capacita al cristiano para vivir en comunidad y para participar activamente en la vida y en la misión de la Iglesia».66 Los neocatecúmenos son iniciados a «estar presentes, en cuanto cristianos, en la sociedad»67 e «a cooperar en los diferentes servicios eclesiales, según la vocación de cada uno».68

§ 2. Los neocatecúmenos colaboran «activamente en la evangelización y en la edificación de la Iglesia»69 ante todo siendo lo que son:70 su propósito de vivir de modo auténtico la vocación cristiana se traduce en un testimonio eficaz para los demás, en un estímulo al redescubrimiento de valores cristianos que podrían de otro modo quedar casi ocultos.

§ 3. Después de un cierto tiempo de Camino,71 cada comunidad neocatecumenal indica mediante votación algunos hermanos para que desempeñen la misión de catequistas. Éstos, si aceptan dicha designación, y previa aprobación por parte del Párroco y de los catequistas que guían la comunidad, constituyen, junto al presbítero y al responsable de la comunidad, un equipo de catequistas, para evangelizar y guiar nuevas comunidades, tanto en la propia como en otra parroquia, o en otra diócesis,72 en que los respectivos párrocos u Ordinarios diocesanos lo pidan.

§ 4. Los neocatecúmenos colaboran en la acción misionera y pastoral de la parroquia y de la diócesis. Antes de la "Redditio symboli",73 teniendo en cuenta su madurez de fe, los que lo desean ofrecen su cooperación; después, como parte integrante de la iniciación cristiana, los neocatecúmenos participan en los diferentes servicios eclesiales, según la vocación de cada uno.

Art. 18

[Iniciación y formación a la vocación sacerdotal]

§ 1. El Camino Neocatecumenal, como todo verdadero itinerario de catequesis, es también un «medio para suscitar vocaciones sacerdotales y de especial consagración a Dios en las diferentes formas de vida religiosa y apostólica, y para suscitar en el corazón de cada uno la específica vocación misionera».74

§ 2. El Camino Neocatecumenal es también un instrumento que se ofrece al servicio de los Obispos para la formación cristiana de los candidatos al presbiterado.

§ 3. Los Seminarios diocesanos y misioneros "Redemptoris Mater" son erigidos por los Obispos diocesanos, de acuerdo con el Equipo Responsable internacional del Camino, y se rigen según las normas vigentes para la formación y incardinación de los clérigos diocesanos 75 y según estatutos propios, de conformidad con la Ratio fundamentalis institutionis sacerdotalis.76 En ellos los candidatos al sacerdocio encuentran en la participación en el Camino Neocatecumenal un elemento específico y básico del iter formativo y, al mismo tiempo, son preparados a la «genuina opción presbiteral de servicio al entero Pueblo de Dios, en la comunión fraterna del presbiterio».77

§ 4. Compete al Obispo diocesano nombrar, tras presentación del Equipo Responsable internacional del Camino, al Rector y a los demás superiores y educadores de los Seminarios diocesanos y misioneros "Redemptoris Mater". El Rector, en nombre del Obispo y en estrecho vínculo con él, supervisa los estudios de los seminaristas y su itinerario formativo, y se asegura de la idoneidad de los candidatos al sacerdocio.

 

Capítulo IV

El itinerario neocatecumenal: fases, etapas y pasos

Art. 19

[1ª fase: precatecumenado postbautismal]

§ 1. La primera fase del Neocatecumenado es el precatecumenado postbautismal, que es un tiempo de kenosis 78 para aprender a caminar en la humildad.79 Se divide en dos etapas:

1ª. En la primera etapa, que va de las catequesis iniciales al primer escrutinio de paso al catecumenado postbautismal, y que dura unos dos años, los neocatecúmenos aprenden el lenguaje bíblico, celebrando semanalmente la Palabra de Dios, con temas simples que recorren toda la Escritura, como: agua, roca, cordero, etc. La Palabra de Dios, la Eucaristía y la comunidad ayudan gradualmente a los neocatecúmenos a vaciarse de los falsos conceptos de sí mismos y de Dios y a descender a su realidad de pecadores, necesitados de conversión, redescubriendo la gratuidad del amor de Cristo, que les perdona y les ama.

En la celebración conclusiva del primer escrutinio de paso al catecumenado postbautismal, tras la inscripción del nombre, piden a la Iglesia que les ayude a madurar en la fe para realizar las obras de vida eterna,80 y reciben el signo de la cruz gloriosa de Cristo, que ilumina la función salvífica que tiene la cruz en la vida de cada uno.

2ª. En la segunda etapa, de análoga duración, los neocatecúmenos celebran las grandes etapas de la historia de la salvación: Abraham, Éxodo, Desierto, Tierra prometida, etc., y les es dado un tiempo para que se prueben a sí mismos en la sinceridad de su intención de seguir a Jesucristo,81 a la luz de su Palabra: «No podéis servir a Dios y al dinero» (Mt 6,24).

En la celebración conclusiva del segundo escrutinio de paso al catecumenado postbautismal, renuevan ante la Iglesia la renuncia al demonio y manifiestan su voluntad de servir sólo a Dios. A continuación estudian y celebran las principales figuras bíblicas: Adán, Eva, Caín, Abel, Noé, etc., a la luz de Cristo.

§ 2. Los escrutinios ayudan a los neocatecúmenos en su camino de conversión, respetando la conciencia y el fuero interno, según la normativa canónica,82 el OICA y el Directorio catequético del Camino Neocatecumenal.

Art. 20

[2ª fase: catecumenado postbautismal]

La segunda fase del Neocatecumenado es el catecumenado postbautismal, que es un tiempo 83 de combate espiritual para adquirir la simplicidad interior del hombre nuevo que ama a Dios como único Señor, con todo el corazón, con toda la mente, con todas las fuerzas y al prójimo como a sí mismo.84

Sostenidos por la Palabra de Dios, por la Eucaristía y por la comunidad, los neocatecúmenos se adiestran en la lucha contra las tentaciones del demonio: la búsqueda de seguridades, el escándalo de la cruz y la seducción de los ídolos del mundo.85 La Iglesia viene en ayuda de los neocatecúmenos entregándoles las armas necesarias, en tres etapas:

1ª. «El combate espiritual de la vida nueva del cristiano es inseparable del combate de la oración»86 que lleva a la intimidad con Dios. La Iglesia realiza una primera iniciación de los neocatecúmenos a la oración litúrgica y personal, incluso nocturna,87 que culmina con las catequesis de los Evangelios sobre la oración y con la celebración de la entrega del libro de la Liturgia de las Horas. Desde entonces comienzan el día con la oración individual de los Laudes y del Oficio de las Lecturas y aprenden a hacer un tiempo de oración silenciosa y la oración del corazón.

Los neocatecúmenos, escrutando los salmos en pequeños grupos, son iniciados a la práctica asidua de la "lectio divina" o "scrutatio scripturæ",88 «en la que la Palabra de Dios es leída y meditada para transformarse en oración».89 En efecto, «la ignorancia de las Escrituras es ignorancia de Cristo».90

2ª. La Iglesia entrega a los neocatecúmenos el Credo ("Traditio Symboli"), «compendio de la Escritura y de la fe»,91 y les envía a predicarlo, de dos en dos, por las casas de la parroquia. Estudian y celebran artículo por artículo el Símbolo apostólico y lo restituyen a la Iglesia ("Redditio Symboli"), confesando su fe y proclamando el Credo solemnemente ante los fieles, durante la Cuaresma.

3ª. La Iglesia realiza una segunda iniciación de los neocatecúmenos a la oración litúrgica y contemplativa, que culmina con las catequesis sobre la oración del Señor y con la celebración de la entrega del "Padrenuestro", «síntesis de todo el Evangelio».92 Desde entonces, en las ferias de Adviento y Cuaresma, empiezan a celebrar comunitariamente en la parroquia, antes de ir al trabajo, los Laudes y el Oficio de Lecturas, con un tiempo de oración contemplativa.

Los neocatecúmenos son iniciados a hacerse pequeños 93 y a vivir abandonados filialmente a la paternidad de Dios, protegidos por la maternidad de María y de la Iglesia, y en la fidelidad al Sucesor de Pedro y al Obispo. A tal fin, antes de la entrega del "Padrenuestro", los neocatecúmenos hacen una peregrinación a un santuario mariano para acoger a la Virgen María como madre,94 profesan la fe en la tumba de S. Pedro y hacen un acto de adhesión al Santo Padre.

En esta etapa los neocatecúmenos estudian sistemáticamente cada una de las peticiones del "Padrenuestro" y temas sobre la Virgen María: Madre de la Iglesia, Nueva Eva, Arca de la alianza, Imagen del cristiano, etc.

Art. 21

[3ª fase: redescubrimiento de la elección]

§ 1. La tercera fase del Neocatecumenado es el redescubrimiento de la elección, «eje de todo el catecumenado».95 Es un tiempo de iluminación en que la Iglesia enseña a los neocatecúmenos a caminar en la alabanza, «inundados por la luz de la fe»,96 es decir a discernir y cumplir la voluntad de Dios en la historia para hacer de la propia vida liturgia de santidad. Estudian y celebran los diversos pasajes del Sermón de la Montaña.

§ 2. Después de haber mostrado con las obras que en ellos se está realizando, aunque en la debilidad, el hombre nuevo descrito en el Sermón de la Montaña, que, siguiendo las huellas de Jesucristo,97 no resiste al mal y ama al enemigo,98 los neocatecúmenos renuevan solemnemente las promesas bautismales en la Vigilia Pascual, presidida por el Obispo. En esta liturgia visten las túnicas blancas en recuerdo de su bautismo.

§ 3. Después, durante la cincuentena pascual, celebran cada día la eucaristía solemnemente y hacen una peregrinación a Tierra Santa como signo de las bodas con el Señor, recorriendo los lugares en que Cristo ha realizado cuanto han vivido durante todo el itinerario neocatecumenal.

§ 4. Tras la elección concluye el neocatecumenado postbautismal.
_________________
31 Cfr. Cæremoniale Episcoporum, n. 226.

32 Generalmente la 1ª lectura es de la Torà o de los libros históricos del AT; la 2ª, de los profetas y de los libros sapienciales; la 3ª, de los escritos apostólicos y la 4ª, de los Evangelios.

33 Cfr. Catecismo de la Iglesia Católica, 132.

34 Cfr. Ibidem, 1154.

35 Cfr. PONTIFICIA COMISIÓN BÍBLICA, La interpretación de la Biblia en la Iglesia, III, B, 3: «En cuanto colaboradores de los obispos, los sacerdotes tienen como primer deber la proclamación de la Palabra (cfr. Presbyterorum ordinis, 4). Están dotados de un carisma especial para la interpretación de la Escritura cuando, transmitiendo, no sus ideas personales, sino la palabra de Dios, aplican la verdad eterna del evangelio a las circunstancias concretas de la vida (ibid.)».

36 A tal fin los neocatecúmenos se ayudan de algunos instrumentos, por ejemplo el Vocabulario de Teología Bíblica de X. LÉON-DUFOUR, los textos paralelos y las notas de la Biblia de Jerusalén, etc.

37 En el Camino Neocatecumenal se utiliza un himnario de cantos tomados de la Palabra de Dios y de la tradición litúrgica cristiana y hebrea, que van subrayando los contenidos de las diversas etapas y pasos

38 Cfr. Istitutio generalis Missalis Romani, 288.

39 JUAN PABLO II, exhort. apost. Catechesi Tradendæ, 27; cfr. CONGREGACIÓN PARA EL CLERO, Directorio general para la Catequesis, 127.

40 Cfr. CONGREGACIÓN PARA EL CLERO, Directorio general para la Catequesis, 128, 96.

41 Cfr. Misal Romano, Anuncio del día de la Pascua en la solemnidad de la Epifanía: «Centro de todo el año litúrgico es el Triduo del Señor crucificado, sepultado y resucitado».

42 Cfr. Catecismo de la Iglesia Católica, 1168.

43 CONGREGACIÓN PARA EL CLERO, Directorio general para la Catequesis, 91; cfr. ibidem: «El catecumenado bautismal está totalmente impregnado del misterio de la Pascua de Cristo. Por eso "toda la iniciación debe manifestar con claridad su carácter pascual" (OICA, 8)»; cfr. ibidem, 59.

44 Hoy también, tantos neocatecúmenos provienen del mundo y de experiencias de fuera de la Iglesia y necesitan una gradual introducción a los sacramentos: una propedéutica sacramental que Juan Pablo II ha definido «laboratorio sacramental», en el que los bautizados, pero no iniciados (cfr. KAROL WOJTYLA, Para que Cristo se sirva de nosotros. Catecumenado del siglo XX: Znak, Cracovia, n. 34, 1952, pp. 402-413), pueden descubrir gradualmente el fulgor del misterio pascual.

45 Cfr. CONGREGACIÓN PARA EL CULTO DIVINO, cart. circ. Paschalis sollemnitatis, 39-42, 77-96.

46 Cfr. JUAN PABLO II, epist. Ogniqualvolta, 30 agosto 1990: AAS 82 (1990) 1515: «Es el anuncio del Evangelio, el testimonio en pequeñas comunidades y la celebración eucarística en grupos (cfr. Notificación sobre las celebraciones en los grupos del "Camino Neocatecumenal" en L’Oss. Rom., 24 diciembre 1988) lo que permite a sus miembros ponerse al servicio de la renovación de la Iglesia»; IDEM, Discurso a 350 catequistas itinerantes del Camino Neocatecumenal, en L’Oss. Rom., 18 enero 1994: «Todo esto se realiza en pequeñas comunidades, en las que "la reflexión sobre la palabra de Dios y la participación en la Eucaristía… forman células vivas de la Iglesia, renuevan la vitalidad de la Parroquia mediante cristianos maduros capaces de testimoniar la verdad con una fe radicalmente vivida" (Mensaje a los Obispos de Europa en Viena, 12 abril 1993)».

47 Cfr. OICA, 36, 368.

48 Cfr. CONCILIO ECUMÉNICO VATICANO II, const. Sacrosanctum Concilium, 48; CONGREGACIÓN PARA EL CLERO, Directorio general para la Catequesis, 85; S. LEÓN MAGNO, Sermo 12, De passione: «Nuestra participación del cuerpo y de la sangre Cristo no tiende a otra cosa sino a transformarnos en lo que recibimos, a hacer que nos revistamos enteramente, en el cuerpo y en el espíritu, de aquél en quien hemos muerto, hemos sido sepultados y hemos resucitado».

49 De este modo son atendidas las exigencias del hombre contemporáneo: se valoriza el domingo, evitando la dispersión propia del week end, se arranca a los jóvenes de las discotecas del sábado por la noche y de la droga, se da a la familia la posibilidad de estar unida el domingo en una liturgia doméstica –momento privilegiado en la transmisión de la fe a los hijos– y se permite a los hermanos más formados ayudar a animar las misas dominicales parroquiales; pero sobre todo la intensidad de la participación de la pequeña comunidad en la sagrada Eucaristía estimula y sostiene el cambio moral y el surgir de numerosas vocaciones al sacerdocio y a la vida religiosa y misionera

50 JUAN PABLO II, cart. apost. Dies Domini, 36; cfr. SAGRADA CONGREGACIÓN PARA EL CULTO DIVINO, instr. Actio Pastoralis de Missis pro cœtibus particularibus: «Se exhorta vivamente a los pastores de almas a querer considerar y profundizar el valor espiritual y formativo de estas celebraciones».

51 Cfr. JUAN PABLO II, Discurso a 350 catequistas itinerantes del Camino Neocatecumenal, en L’Oss. Rom., 18 enero 1994: «Vuestra ya plurianual experiencia en el "Camino" ciertamente os habrá enseñado que la pequeña comunidad, sostenida por la Palabra de Dios y por la Eucaristía dominical, se convierte en lugar de comunión».

52 Cfr. Notificación de la Congregación para el Culto Divino sobre las celebraciones en los grupos del Camino Neocatecumenal, en L’Oss. Rom., 24 diciembre 1988: «La congregación consiente que entre las adaptaciones previstas en la instrucción Actio pastoralis, nn. 6-11, los grupos de dicho "camino" puedan recibir la comunión bajo las dos especies, siempre con pan ácimo, y trasladar, "ad experimentum", el rito de la paz después de la oración universal».

53 CONCILIO ECUMÉNICO VATICANO II, decr. Christus Dominus, 30; cfr. cann. 718-736 C.C.E.O.

54 Cfr. art. 20, 1ª e 3ª.

55 Cfr. CONGREGACIÓN PARA EL CLERO, Directorio general para la Catequesis, 226-227, 255; cann. 774 § 2 C.I.C., 618 C.C.E.O.

56 Cfr. Institutio generalis de Liturgia Horarum, 27.

57 Normæ universales de anno liturgico et de calendario, 17; cfr. can. 619 C.C.E.O.

58 Cfr. CONGREGACIÓN PARA EL CLERO, Directorio general para la Catequesis, 86.

59 Cfr. Ibidem, 253: «La comunidad cristiana es la realización histórica del don de la "comunión" (koinonia), que es un fruto del Espíritu».

60 Cfr. Lc 6,27-37; Mt 5,38-48.

61 Cfr. Jn 13,34-35: «Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros; como yo os he amado, amaos también vosotros unos a otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos».

62 Cfr. Jn 17,21: «Como tú, Padre, estás en mí y yo en ti, que ellos sean una cosa sola en nosotros, para que el mundo crea que tú me han enviado».

63 Cfr. Mt 5,13-16; 13,33.

64 Cfr. CONCILIO ECUMÉNICO VATICANO II, const. dogm. Lumen Gentium, 7-8.

65 Cfr. IDEM, const. dogm. Lumen Gentium, 48; IDEM, const. past. Gaudium et Spes, 45.

66 CONGREGACIÓN PARA EL CLERO, Directorio general para la Catequesis, 86.

67 Ibidem.

68 Ibidem; cfr. cann. 210 C.I.C., 13 C.C.E.O.

69 OICA, 19, 4.

70 Cfr. PABLO VI, Audiencia general, 8 mayo 1974, en Notitiae, 95-96 [1974], 230: «Este empeño, mientras para vosotros es un modo auténtico de vivir la vocación cristiana, se traduce también en un testimonio eficaz para los demás –hacéis apostolado sólo siendo lo que sois–, en un estímulo al redescubrimiento y a la recuperación de valores cristianos verdaderos, auténticos, efectivos que podrían de otro modo quedar casi ocultos, escondidos y casi diluidos en la vida ordinaria».

71 Normalmente después del segundo escrutinio de paso al catecumenado postbautismal.

72 CONGREGACIÓN PARA EL CLERO, Directorio general para la Catequesis, 268.

73 Cfr. art. 20, 2ª.

74 CONGREGACIÓN PARA EL CLERO, Directorio general para la Catequesis, 86.

75 Cfr. cann. 232-272 C.I.C. e 331-366 C.C.E.O.

76 Cfr. CONGREGACIÓN PARA LA EDUCACIÓN CATÓLICA, Ratio fundamentalis institutionis sacerdotalis, 19 marzo 1985, nn. 20-101.

77 JUAN PABLO II, exhort. apost. Pastores dabo vobis, n. 68.

78 Cfr. Flp 2,7.

79 Cfr. Mi 6,9.

80 Cfr. 1 Jn 3,14-15; Ef 2,10.

81 Cfr. Lc 14,25-33.

82 Cfr. cann. 220 C.I.C. e 23 C.C.E.O.

83 Cfr. OICA, 20: «La duración del tiempo del catecumenado depende de las gracias de Dios y además de varias circunstancias… Nada por tanto puede ser establecido "a priori"».

84 Cfr. Mc 12,30-31; Dt 6,4-5.

85 Cfr. Mt 4,1-11.

86 Catecismo de la Iglesia Católica, 2725; cfr. CONGREGACIÓN PARA LAS IGLESIAS ORIENTALES, Instrucción para la aplicación de las prescripciones litúrgicas del Código de los Cánones de las Iglesias Orientales (6-1-1996), nn. 95-99.

87 Cfr. Institutio generalis de Liturgia Horarum, 10, 57-58, 72.

88 Cfr. Jn 5,39.

89 Catecismo de la Iglesia Católica, 1177; cfr. PONTIFICIA COMISIÓN BÍBLICA, La interpretación de la Biblia en la Iglesia, IV, C, 2.

90 S. JERÓNIMO, Comm. in Is., Prol; cfr. CONCILIO ECUMÉNICO VATICANO II, const. dogm. Dei Verbum, 25; Catecismo de la Iglesia Católica, 133.

91 CONGREGACIÓN PARA EL CLERO, Directorio general para la Catequesis, 85.

92 Ibidem; cfr. Catecismo de la Iglesia Católica, 2761.

93 Cfr. Mt 18,4.

94 Cfr. Jn 19,26-27.

95 OICA, 23.

96 Ibidem, 24.

97 Cfr. 1 Pe 2,21.

98 Cfr. Mt 6,39-45.