Título II

El Neocatecumenado
o catecumenado postbautismal

 

Capítulo I

Elementos fundamentales del Neocatecumenado

 

Art. 5

[Destinatarios]

§ 1. El Neocatecumenado es un instrumento al servicio de los Obispos para el redescubrimiento de la iniciación cristiana de los adultos bautizados. Entre éstos cabe distinguir:8

1°. los que se han alejado de la Iglesia;

2°. los que no han sido suficientemente evangelizados y catequizados;

3°. los que desean profundizar y madurar su fe;

4°. los que provienen de confesiones cristianas no en plena comunión con la Iglesia católica.

§ 2. Los clérigos y los religiosos que desean reavivar el don del Bautismo a través del Neocatecumenado, y así también servirlo mejor, lo recorren en el respeto de la vocación y del carisma que les son propios, y en el cumplimiento de los deberes a ellos asignados por el Obispo diocesano o, en el caso de religiosos, por el Superior. 9 Para los religiosos se requiere además el consentimiento del Superior propio.

Art. 6

[El Neocatecumenado se realiza en la parroquia]

§ 1. El Neocatecumenado, en cuanto itinerario de redescubrimiento de la iniciación cristiana, se realiza normalmente en la parroquia, «ámbito ordinario donde se nace y se crece en la fe»,10 lugar privilegiado donde la Iglesia, madre y maestra, engendra en la fuente bautismal a los hijos de Dios y les "gesta" a la vida nueva.11

§ 2. Puesto que la pastoral de iniciación cristiana es vital para la parroquia,12 el Párroco está al centro de la realización del Camino Neocatecumenal,13 ejerciendo, también con la colaboración de otros presbíteros, la cura pastoral de quienes lo recorren.14

§ 3. El Camino Neocatecumenal cuidará de promover en sus destinatarios un maduro sentido de pertenencia a la parroquia y de suscitar relaciones de profunda comunión y colaboración con todos los fieles y con los demás componentes de la comunidad parroquial.

Art. 7

[El Neocatecumenado se realiza en pequeña comunidad]

§ 1. Dentro de la parroquia, el Neocatecumenado es vivido en pequeña comunidad – denominada comunidad neocatecumenal –, dado que la forma completa o común de la iniciación cristiana de los adultos es la comunitaria.15

§ 2. Modelo de la comunidad neocatecumenal es la Sagrada Familia de Nazaret, lugar histórico donde el Verbo de Dios, hecho Hombre, se hace adulto creciendo «en sabiduría, edad y gracia», estando sometido a José y María.16 En la comunidad los neocatecúmenos se tornan adultos en la fe, creciendo en humildad, simplicidad y alabanza, sometidos a la Iglesia.

Art. 8

[Catequesis iniciales, itinerario neocatecumenal, "trípode" y equipo de catequistas]

§ 1. El Neocatecumenado consta de las catequesis iniciales (Cap. II) y del itinerario neocatecumenal, articulado según las tres fases de la iniciación cristiana: precatecumenado, catecumenado y elección, divididas en etapas, jalonadas por pasos marcados por algunas celebraciones (Cap. IV).17

§ 2. Las catequesis iniciales y el itinerario neocatecumenal se basan en los tres elementos fundamentales ("trípode") de la vida cristiana, resaltados por el Concilio Vaticano II: Palabra de Dios, Liturgia y Comunidad (Cap. III).

§ 3. En el centro de todo el recorrido neocatecumenal hay una síntesis de predicación kerigmática, cambio de vida moral y liturgia.18

§ 4. El Neocatecumenado es guiado, en comunión con el Párroco y bajo su responsabilidad pastoral, por un equipo de catequistas (Título V),19 respetando lo establecido en el art. 2.

§ 5. Dicho equipo, con las catequesis iniciales, pone en marcha un proceso de gestación en la fe en que se forman las comunidades y vuelve periódicamente, normalmente una vez al año, para conducir los diversos pasos del itinerario neocatecumenal y dar las indicaciones necesarias para el desarrollo de las diversas fases y etapas.

 

Capítulo II

Catequesis iniciales

Art. 9

[Kerigma y celebraciones]

El Neocatecumenado empieza en la parroquia, a petición del Parroco, con las catequesis kerigmáticas,20 llamadas catequesis iniciales, contenidas en el Directorio. Éstas se desarrollan en el arco de dos meses, en quince encuentros que tienen lugar por la noche, y concluyen con una convivencia de tres días. A fin de experimentar el Trípode: Palabra, Liturgia, Comunidad, en que se basa la vida cristiana, las catequesis iniciales se articulan en tres partes:

1ª. El anuncio del kerigma que llama a conversión: la buena noticia de la muerte y de la resurrección de Nuestro Señor Jesucristo;21 «en efecto … Dios ha querido salvar a los que creen mediante la necedad del kerigma» (1 Co 1,21). Esta «palabra de salvación»22 llama a la conversión y a la fe,23 invita a reconocerse pecador, a acoger el perdón y el amor gratuito de Dios y a ponerse en Camino hacia la propia transformación en Cristo, por el poder del Espíritu. La conversión es sellada por la celebración de la Penitencia, según el rito de la reconciliación de varios penitentes, con confesión y absolución individual. Este sacramento, celebrado periódicamente, sostendrá el camino de conversión de las personas y de la comunidad.

2ª. El kerigma preparado por Dios a través de la historia de la salvación (Abraham, Éxodo, etc.): se dan las claves hermenéuticas necesarias para la escucha y la comprensión de la Sagrada Escritura: ver en Jesucristo el cumplimiento de las Escrituras y poner los hechos de la propia historia bajo la luz de la Palabra.24 Esta iniciación a la Escritura es sellada en una celebración de la Palabra, en que los participantes reciben la Biblia de manos del Obispo, garante de su auténtica interpretación, como signo de que la madre Iglesia de ahora en adelante a lo largo del Camino les nutrirá semanalmente en esta mesa, fuente viva de la catequesis.25

3ª. El kerigma en los sacramentos y en la koinonia: las catequesis culminan en la convivencia con la celebración de la Eucaristía. Dicha celebración, preparada por oportunas catequesis, ayuda a redescubrir el esplendor pascual resaltado por el Concilio Vaticano II y a experimentar la comunión entre los hermanos. En efecto «no es posible que se forme una comunidad cristiana si no tiene como raíz y como centro la celebración de la sagrada Eucaristía, por la que debe, consiguientemente, comenzarse toda educación que tiende a formar el espíritu de comunidad».26 La celebración de la Eucaristía acompañará a la comunidad durante todo el itinerario.

Art. 10

[Nacimiento de la comunidad neocatecumenal]

§ 1. El último día de la convivencia se proclama el Sermón de la Montaña, diseño del hombre nuevo, y se presenta el itinerario neocatecumenal como un camino de gestación, a imagen de la Santa Virgen María.

§ 2. A través de la predicación y de las celebraciones realizadas en las catequesis iniciales, el Espíritu Santo invita a hombres y mujeres de diversa edad, mentalidad, cultura y condición social a emprender juntos un itinerario de conversión, fundado en el redescubrimiento progresivo de las «inmensas y extraordinarias riquezas y responsabilidades del Bautismo recibido»,27 para realizar en ellos el gradual crecimiento y maduración de la fe y de la vida cristiana.28 Al final de la convivencia, con los que acogen la llamada a recorrer tal catecumenado postbautismal se forma la comunidad neocatecumenal.

§ 3. La comunidad neocatecumenal es confiada a la cura pastoral del Párroco y del presbítero encargado por él (cfr. art. 27). Además la comunidad indica, mediante votación, un responsable laico y algunos corresponsables,29 que son confirmados por el Párroco y por el equipo de catequistas, y que colaboran con el presbítero para garantizar que la comunidad recorra el itinerario del Camino Neocatecumenal según lo establecido en el Estatuto y en el Directorio, y para cuidar de los aspectos organizativos.30

§ 4. El equipo de catequistas, concluidas las catequesis iniciales, ilustra al presbítero que preside la comunidad y al equipo de responsables acerca de las modalidades típicas del Camino Neocatecumenal en la preparación de las celebraciones de la Palabra y de la Eucaristía y en el desarrollo de las convivencias mensuales, indicando los temas bíblicos de formación para la celebración de la Palabra.
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8 Cfr. CONGREGACIÓN PARA EL CLERO, Directorio general para la Catequesis, 172.

9 Cfr. JUAN PABLO II, exhort. ap. Vita consecrata, 56.

10 Cfr. CONGREGACIÓN PARA EL CLERO, Directorio general para la Catequesis, 257.

11 Cfr. Ibidem, 79 y 257; Catecismo de la Iglesia Católica, 169 y 507.

12 Cfr. CONGREGACIÓN PARA EL CLERO, Directorio general para la Catequesis, 91; cfr. también 64: «La catequesis de iniciación es, así, el eslabón necesario entre la acción misionera, que llama a la fe, y la acción pastoral, que alimenta constantemente a la comunidad cristiana. No es, por tanto, una acción facultativa, sino una acción básica y fundamental… Sin ella la acción misionera no tendría continuidad y sería infecunda. Sin ella la acción pastoral no tendría raíces y sería superficial y confusa: cualquier tormenta desmoronaría todo el edificio».

13 Cfr. SAGRADA CONGREGACIÓN PARA EL CULTO DIVINO, OICA, 45; CONGREGACIÓN PARA EL CLERO, Directorio general para la Catequesis, 225.

14 Cfr. can. 519 C.I.C.: «El párroco es el pastor propio de la parroquia a él confiada, ejerciendo la cura pastoral de dicha comunidad bajo la autoridad del Obispo diocesano, con el cual es llamado a participar en el ministerio de Cristo, para desempeñar al servicio de la comunidad las funciones de enseñar, santificar y gobernar, con la colaboración también de otros presbíteros y diáconos y con la aportación de los fieles laicos, según derecho»; cfr. can. 281 C.C.E.O.

15 Cfr. OICA, 3; CONGREGACIÓN PARA EL CLERO, Directorio general para la Catequesis, 258, nota 25: «Es importante constatar cómo Juan Pablo II, en Christifideles laici 61, recalca la conveniencia de las pequeñas comunidades eclesiales en el marco de las parroquias, y no como un movimiento paralelo que absorba sus mejores miembros: "Dentro de las parroquias… las pequeñas comunidades eclesiales presentes pueden ser una ayuda notable en la formación de los cristianos, pudiendo hacer más capilar e incisiva la conciencia y la experiencia de la comunión y de la misión eclesial"».

16 Cfr. Lc 2,52.

17 La finalidad definitiva del Neocatecumenado es poner a las personas, de etapa en etapa, paso a paso, «no sólo en contacto, sino en comunión, en intimidad con Jesucristo» (CONGREGACIÓN PARA EL CLERO, Directorio general para la catequesis, 80; cfr. OICA, 6), «autor y perfeccionador de la fe» (Hb 12, 2).

18 Cfr. JUAN PABLO II, Discurso a 350 catequistas itinerantes del Camino Neocatecumenal, en L’Oss. Rom., 18 enero

1994: «Vuestro mérito es el haber redescubierto una predicación "kerigmática", que invita a la fe también a los "alejados", realizando un itinerario postbautismal según las indicaciones del Ordo Initiationis Christianæ Adultorum, recordadas por el Catecismo de la Iglesia Católica (cfr. n. 1231). En el centro de dicho itinerario de fe hay una fructuosa síntesis entre predicación, cambio de vida moral y liturgia».

19 Cfr. CONGREGACIÓN PARA EL CLERO, Directorio general para la Catequesis, 156, 230-232; JUAN PABLO II, exhort. apost. Catechesi Tradendæ, 55; IDEM, cart. enc. Redemptoris missio, 71; can. 211 C.I.C.; 14 C.C.E.O.

20 Cfr. CONGREGACIÓN PARA EL CLERO, Directorio general para la Catequesis, 62.

21 Cfr. Rm 16,25; Hch 5,42; 8,35; 11,20; CONGREGACIÓN PARA EL CLERO, Directorio general para la Catequesis, 102.

22 Hch 13,26.

23 Cfr. CONGREGACIÓN PARA EL CLERO, Directorio general para la Catequesis, 53-55.

24 Cfr. Sal 119,105.

25 Cfr. JUAN PABLO II, exhort. apost. Catechesi Tradendæ, 27; CONGREGACIÓN PARA EL CLERO, Directorio general para la Catequesis, 94.

26 CONCILIO ECUMÉNICO VATICANO II, decr. Presbyterorum ordinis, 6.

27 JUAN PABLO II, exhort. apost. Christifideles Laici, 61; cfr. OICA, 295.

28 Cfr. OICA, 296.

29 Al inicio de cada etapa del itinerario neocatecumenal del Camino, de conformidad con el Directorio, el responsable y los corresponsables son verificados por el equipo de catequistas, de acuerdo con el Párroco y con el presbítero de la comunidad.

30 Cfr. PABLO VI, exhort. apost. Evangelii Nuntiandi, 73.